—¿y por qué no? —pregunta Yoongi sin dejar de ver su pantalla, Jungkook sigue escuchando el sonido de las teclas del teclado, escucha el rumor de la música que sale de los audífonos del mayor y el leve ronquido de Hoseok que duerme en el sillón. —han estado saliendo mucho tiempo, creo que es buena idea.
—lo compre por impulso, hyung, tengo veintidós años, soy muy joven para saber si esto es lo que quiero. —Hoseok hizo un sonido como si se hubiera ahogado antes de seguir roncando como si nada. —incluso la noona que me lo vendió dijo que era muy pequeño.
—no le digas a Jin que te dije eso, pero que se jodan. —Jungkook levantó la vista de la caja en sus manos a Yoongi que hizo girar su silla. —Jungkook, son tus emociones, hay gente que tarda años en amar y otros que nos toma un segundo, la cantidad de tiempo no es proporcional a la cantidad de amor y si hablas de madurez, puedo atreverme a decir que eres más maduro que Hoseok.
—es una locura, hyung, somos muy jóvenes. —Yoongi subió sus hombros, acercó la silla a donde estaba Jungkook y le sostuvo las manos. —¿y si mañana ya no me siento de la misma manera?
—Jungkook, has amado a ese chico por ¿siete años? —Jungkook asintió frunciendo los labios. —no es un enamoramiento, ha durado demasiado para ser un capricho, ve a verlo, míralo a los ojos y hazte la misma pregunta ¿lo dejarás de amar?
—lo haré, hyung, gracias. —Yoongi sonrió y acarició su cabello.
—y si es una locura, las mejores cosas siempre lo fueron. —Jungkook le dio la caja que tenía en sus manos y cuando Min la abrió, sonrió. —y el amor es una completa locura, kookie.
[...]
—¿Cuándo creciste tanto, Jungkook? —le sonrió a Namjoon, el mayor limpió sus ojos con el dorso de su mano y suspiró. —dime que hacer, dime en que te ayudo.
—sólo consigue mi permiso, por favor, hyung, regresaré hasta mediodía para poder dormir un poco. —Namjoon negó y se puso de pie, lo jalo por la sala donde el resto de la sing line estaba viendo caricaturas. —hyung...
—Taehyung, ve por Hoseok y Yoongi, tengo que hablar con todos. —el peliazul asintió y corrió sin protestar, Seokjin se puso de pie cuando notó la seriedad en la voz de Namjoon y Jimin siguió comiendo palomitas.
—¿está todo bien, líder? —Namjoon asintió una sola vez antes de sentar a Jungkook en una silla junto a él, Jin frunció su ceño pero volvió a sentarse.
—espero que sea una buena razón para sacarme del trabajo de esa manera, Namjoon. —medio gruñó Yoongi mientras se acomodaba a lado de Jimin, el menor le dio una palomita sin despegar la vista de la tele.
—estuve en práctica hasta las siete de la mañana ¿Puedes apiadarte de mi alma? —murmuró Hoseok que venía en la espalda de Taehyung.
—Namjoon hyung, esto no es necesario. —susurró pero Namjoon negó una vez, se puso en el centro de la sala antes de que Jimin pudiera apagar el televisor y recargarse sobre Min.
—Jungkook pidió un permiso especial hoy, regresará mañana hasta mediodía. —los mayores giraron a verlo pero asintieron. —será una ocasión especial por la que se va y quiero que demuestren su apoyo por nuestro maknae.
—¿tú familia está bien, Jungkook? —el menor asintió con las mejillas rojas cuando escuchó la voz de Jin. —¿pueden dejar de dar vueltas y decirnos? Nos están asustando.
—en realidad, eres el único que está asustado, hyung. —murmuró Yoongi recibiendo una mala mirada de Seokjin.
—no los traje para pelear, los traje para que ayuden a nuestro maknae. —Jungkook se puso de pie cuando Namjoon se le quedó viendo, sacó la caja que le había mostrado a Yoongi y a Namjoon, suspiro antes de abrirla y mostrarselas.
—yo... Siento que es lo correcto.
—Santo dios... —Jin se acercó, le sostuvo las manos y vio más de cerca el contenido de la caja, en menos de lo que esperaba ya estaba en los brazos del mayor que empezó a llorar. —¿quién te permitió crecer?
—¡cuenta con nosotros, kookie! —gritó Jimin antes de unirse al abrazo.
[...]
Minsu fue quien le abrió, tenía la pijama puesta y una sonrisa cuando lo vio.
—buenas noches, Minsu Hyung. —el mayor lo abrazó fuerte, se permito corresponder el abrazó para disminuir un poco los nervios.
—no se preocupen por nada, conseguimos su permiso tan pronto lo pediste. —Jeon sonrió y se alejó. —está dormido en su habitación, Sunwoo ya se llevó la mochila con sus cosas.
—muchas gracias, hyung. —Minsu sonrió sin dejar de verlo, lo volvió a abrazar y Jungkook se permitió dejar salir una risa nerviosa. —hyung...
—sólo estoy muy feliz, ambos se merecen ser felices. —Jungkook asintió, Onejunn salió de la cocina sonriendo junto a Sungjun. —no dejamos de llorar cuando Sunwoo nos dijo.
—fuiste el único que lloró. —protesto Onejunn antes de abrazar a Jungkook. —yo también lo hice. —confesó en un susurro provocando una risa de Jeon. —ahora ve, es una gran noche, Jungkook.
—lo es. —Sungjun también lo abrazó antes de dejarlo ir a la habitación de Lee.
Cuando entró, Suwoong dormía con los labios entreabiertos y el peluche que le regaló en su primer aniversario entre sus brazos.
Se acercó lentamente sin encender la luz, el cabello del mayor estaba despeinado y tenía las mejillas rojas por dormir, acarició su rostro teniendo la pregunta de Yoongi en la mente.
¿Lo dejarás de amar?
—no... No hasta que deje de respirar. —murmuró tan bajo que nadie escuchó, se acercó y beso su mejilla, Suwoong junto sus cejas y se quejó entre sueños. —y tal vez aún así te amaré.
Volvió a besar su mejilla, Suwoong bufo antes de abrir sus ojos, le costó unos minutos poder mantenerlos abiertos y cuando lo hizo junto más sus cejas. —¿Jungkook?
—hola... —susurró, el mayor se sentó y trató de sonreirle. —voy a secuestrarte.
—es un secuestro muy amable. —bromeó antes de bostezar. —¿qué haces aquí?
—ya te dije, ponte pantalones y vamos. —le dejó pararse, Suwoong obedeció con movimientos lentos por seguir dormido.
—Jungkook...
—vamos, hyung, ten, te la tienes que poner cuando lleguemos a nuestro destino. —le dejó en las manos una venda oscura, Suwoong se puso los tenis rápido sin protestar y aceptó la mano de Jungkook.
—tengo que decirle a mis hyungs...
—no, te estoy secuestrando. —susurró, Suwoong le enseñó la lengua y Jungkook le dio una ligera sonrisa. —ya saben, fui autorizado.
—que lindos hyungs tengo. —bromeó, salieron de su departamento y la noche los abrazó. —Jungkook, ¿vas a decirme a dónde vamos?
—no.
—bueno, lo intenté.
[...]
—¡Jungkook! —se escuchaban las risas y el golpe de sus pies pegar contra el suelo, el movimiento les bajaba las gorras sin importar cuantas veces se las pusieran, Suwoong seguía intentando llamar la atención del menor que miraba por todos lados para no ser descubierto. —nos van a encontrar.
—no, si no gritas, nadie podrá encontrarnos. —abrió otra puerta, el frío de la noche les golpeó en el rostro pero eso no hizo flaquear la sonrisa de Jungkook, se giró y evito que Suwoong pudiera ver lo que había afuera.—ya llegamos.
—¿vas a tirarme de la azotea por comerme tu chocolate? —bromeó Suwoong, Jungkook hizo gesto de pensarlo logrando que el mayor lo empujará ligeramente del hombro. —¡Jungkook!
—ya, es una broma, que bebé eres. —bromeó para ocultar sus nervios, Suwoong sacó la venda que le había dado cuando lo secuestro de su departamento, el mayor suspiro antes de cubrirse los ojos y amarrarla. —¿confías en mí?
—Jeon, te seguí a las dos de la madrugada a través de toda la ciudad para venir a una azotea donde nadie puede salvarme sin ninguna explicación. —Jungkook sonrió sintiendo el calor en su pecho y la sensación de mariposa volando en su estómago.—te seguiría al infierno sin pensarlo dos veces, sin razones.
—bien... —tenía las mejillas rojas por no dejar de sonreír, pero siempre puede culpar al frío, ayudó a Suwoong a caminar a la mitad de la azotea, buscó con la mirada a la otra persona que estaría en ese lugar, Jimin estaba sentado en el borde con un pequeño control y un encendedor. —bien, Suwoong.
—¿sí?
—hay alguien más aquí. —Sunwoo dejó de enredar las luces y bajó de las escaleras lentamente.—quería hacer algo especial por tu cumpleaños.
—fue hace dos meses, Jeon. —bufó empezando a sentirse nervioso, estiró los brazos y se relajo cuando Jungkook tomó sus manos.
—¿nunca dejas de hablar? Escúchame. —Suwoong asintió sin poder dejar de sonreír al sentir el tacto del menor. —están yéndose, sólo te dije eso por si llegan a caerse y hacen ruido, no corras como nena.
—¡Jungkook! —lo golpeó sin soltar sus manos haciendo que riera en voz baja, Sunwoo y Jimin le dieron unos pulgares arriba antes de irse, el control ya había encendido las luces y había pequeños faroles con velas adentro. —¿ya se fueron?
—estamos solos. —Jungkook acomodó un poco el cabello de Suwoong, el mayor río de manera nerviosa. —ahora, escucha, por primera vez desde que te conozco, quédate en silencio mientras hablo.
—hablas muy lento. —el mayor sacó su lengua haciendo a Jungkook volver a sonreír, lo ayudó a sentarse sobre la manta que había traído, cuando alejó sus manos su corazón explotó al ver a Suwoong buscarlo. —Jungie...
—sh, espérame, tengo que hacer algo. —Suwoong lo dejó ir con un leve puchero, acercó más mantas, una caja de comida que le costó dos semanas de limpiar el baño, y un telescopio que Taehyung lloró al dárselo. Bajó la intensidad de las luces para lograr que sólo iluminará el lugar sin opacar el cielo estrellado.—ya volví.
—manos... —Jungkook sostuvo sus manos y sonrió al notar como Suwoong se relajaba cuando sus dedos se entrelazaban.
—Syung ¿sabes lo mucho que significas para mí?— Lee asintió lentamente. —¿recuerdas el día que nos conocimos?
—parecías un pequeño conejito asustado pero cuando reconociste a Namjoon hyung te pusiste a brincar y decirle que gracias a él lo intentaste. —Jeon asintió. —recuerdo que me tiraste entre tantos saltos.
—sí, tenía miedo, mucho, sentía que... —humedecio sus labios y empezó a cubrir a su novio con las mantas con aroma a bebé que Jimin le había prestado. —sentía que sólo estaba soñando, pero el dolor de caer junto a ti hizo todo demasiado real, y en vez de gritarme como cualquiera lo hubiera hecho tú preguntaste si me había lastimado.
Suwoong asintió, sonriendo ante el recuerdo de las mejillas rosas de Jungkook y todas las reverencias de disculpas que hizo.
» —pensé que eras muy lindo, cuando sonreíste, cupido apunto directo aquí. —llevó sus manos juntas a la altura de su pecho. —pero soy algo lento y me di cuenta unas semanas después, cuando me gustaba seguirte a todos lados, me gustaba quedarme a practicar contigo, cuando nos dijeron que no ibas a a debutar con nosotros sentí que no iba a poder hacerlo, que tampoco me iban a dejar y no importaría, te hubiera seguido.
—pero te ofrecieron quedarte y te obligue a hacerlo. —Jungkook asintió aunque Suwoong no lo viera. —y mira dónde estás.
—en las estrellas. —murmuró viendo a su alrededor.— pero no por el grupo, pensé que te olvidaría, olvidaría estos extraños sentimientos que una noche confesaste que correspondías. —Suwoong se acercó un poco más haciendo la manta resbalar se por sus hombros. —pero sólo se hacen más fuertes, día tras día, semana a semana, con cada mes, por siete años.
—te amo... —Jungkook acarició sus mejillas, tenía los ojos llorosos y un nudo en su garganta porque estaba muy feliz, las manos de Suwoong descansaron sobre las suyas.
—estoy en las estrellas, estoy tocando a la más brillante de toda nuestra galaxia, tal vez de todo nuestro universo. —sintió como se calentaban las mejillas del mayor. —no soy de esos que hablan cursilerias, no soy de los que te dicen todo el día lo que me haces sentir, como siento que respiro cuando estoy contigo, no te he dicho que cada noche, cuando llegó a casa, veo una foto tuya para poder descansar. —el aire hizo que las luces sonaran entre ellas. —no te he dicho que todos los días salgo de la cama con la esperanza de un día despertar a tu lado.
—Jungkook... —el menor limpió las lágrimas que salieron debajo de la venda.
—no te digo que cada que te veo estoy seguro que no puede haber un chico más hermoso que tú, no te digo que agarró mi propia mano cuando tú la sueltas. —empezó lentamente a pasar sus manos detrás de la cabeza del mayor. —no te digo que amo cuando lloras, cuando ríes, cuando quieres irte pero siempre te quedas.
» —te he dado muchas razones para irte, porque soy inexperto en esto pero estoy aprendiendo contigo, cuando pudiste haberte ido, tomaste mis manos llenas de lodo y te quedaste, me enseñaste que es amar a alguien, con locura y con paciencia, me enseñaste que está bien reír a mitad de la noche y llorar a mediodía. —con cuidado empezó a desenredar la tela que cubría los ojos de su novio. —me enseñas cada día, que aunque lo crea imposible, puedo amarte un poco más, con cada sonrisa, con cada palabra de apoyo, con cada botella de agua que traes cuando estoy cansado de ser yo.
» — sé que hago lo mismo por ti. —Suwoong mantuvo sus ojos cerrados cuando le quitó la venda. —voy a correr siempre por ti, Suwoong, voy a correr aunque mis pies sangren, porque sé que cuando llegué a ti, estaré en mi hogar y no hay un mejor lugar para estar que junto a ti, porque Suwoong, yo te amo.
El mayor tuvo un pequeño sollozo al escuchar por primera vez esas palabras salir de la boca de Jungkook y lo abrazó.—dilo de nuevo.
—te amo, Lee Suwoong, y sé que nunca podré amar a alguien como te amo a ti. — confesó mientras se acomodó lo suficientemente lejos para que sus narices rozaran. —no necesito ver el cielo para ver las estrellas, no necesito buscar ningún lugar seguro temporal, porque te tengo a mitad de la oscuridad, porque me tienes en cada lágrima y en cada sonrisa.
—Jungkook... —las palabras se morían en su garganta cuando trataba de hablar por su llanto.
—Woongie, iluminas toda mi vida, le das brillo a los colores, me das ganas de vivir de verdad, de viajar, de correr siete kilómetros por un abrazo, me das ganas de respirar y sólo respiro correctamente cuando tomas mi mano. —Suwoong empezó a abrir sus ojos cuando Jungkook puso las manos sobre sus mejillas de nuevo. —y te amo, son palabras muy simples, pero son las únicas que pueden explicar lo que siento por ti, no quiero amar a nadie que no seas tú, no quiero besar a nadie que no seas tú, no quiero ver las estrellas a menos que sea a tu lado por el resto de nuestras vidas.
—te amo. —Suwoong lo besó, ambos tenían las mejillas húmedas por las lágrimas pero estaban sonriendo. —te amo tanto.
Se quedaron en silencio con las frentes juntas, sus corazones latiendo con una dulce melodía que se conoce como amor, en una pequeña burbuja cerca del cielo.
Y Jungkook lo supo, lo supo desde le primer momento, pero lo confirmó sintiendo las manos de Suwoong sobre las suyas.
—cásate conmigo. —susurró, Lee parpadeó confundido. —no me importa que seamos jóvenes, nadie puede decirnos cuánto tiempo necesitamos para amar, porque te ame desde el primer momento y te amaré hasta el último, no crucé tantas vidas y tiempos para que me digan que no fui hecho para ti y que tú fuiste hecho para mí.
—Jungkook, no nos van a dejar casarnos, con trabajo nos dejan estar juntos y porque somos discretos. —el menor seguía sonriendo cuando sacó la caja de su pantalón, con la mirada de Suwoong sobre sus manos, sacó ambos anillos, el mayor sonrió con nuevas lágrimas cayendo por sus mejillas.— Kook...
—algún día... — comenzó poniendo uno de los anillos en las manos temblorosas de Suwoong. —te prometo que te llevaré a la ley y lo haré de la manera correcta, te pondrás un traje bonito y yo también, veremos a tu madre llorar de la emoción y a mi padre decir que está orgulloso de nosotros, invitaremos a nuestros hyungs y haremos una gran fiesta o una pequeña, pero hoy, bajo el cielo que nos sonríe, cásate conmigo. —Suwoong dejó que le pusiera uno de los anillos, cuando terminó, el mayor le puso a Jungkook el anillo sin dejar de verlo. —prometo amarte y respetarte, estar contigo en las buenas, en las malas y en los días que no son exactamente algo, prometo velar por tu felicidad y siempre, siempre, ser tu hogar.
—prometo estar en las buenas, en las malas, en las caídas y ayudarte a volar de nuevo, prometo buscarte en las tormentas y sostener tu mano incluso si el destino es el infierno, prometo amarte más cada día y siempre, siempre, ser tu lugar seguro. —volvieron a besarse, esta vez duró tanto que se quedaron sin aire pero siguieron juntos. —te amo, Jungkook.
—te amo, Suwoong.
[...]
—¿Jungkook? —levantó la mirada, Suwoong tenía los ojos adormilado y el cabello alborotado. —¿qué haces?
—es nuestro aniversario. —Lee sonrió, se sentó junto a él en el balcón y recargo su cabeza en su hombro. —¿te digo algo gracioso sobre esa noche?
—uhum... —Suwoong tenía los ojos cerrados de nuevo mientras sus dedos se entrelazan con los del menor.
—la había planeado para tu cumpleaños, te compre una estrella y no iba a casarme contigo, pero había muchas lluvias o algo que no nos dejaba hacerlo, así que estaba a nada de rendirme, pero no lo hice. —Suwoong sonrió y se acomodó para darle un beso en la barbilla. —pasé a una joyeria ese día temprano, estaba buscando unos anillos que Taehyung me había pedido y vi los nuestros y supe, que eras tú con quien quería compartir mi vida para siempre.
—¿incluso ahora? —Jungkook giro a verlo, tenía los ojos brillantes y un hilo de baba bajando por su barbilla.
Habían pasado quince años de aquella noche donde se habían prometido un montón de cosas, y aunque había muchas caídas, muchos reclamos, muchos llantos, supieron apreciar más sus momentos felices, supieron brillar a mitad de las noches más oscuras y están ahí.
Juntos.
Casados por la ley.
Amándose.
—la eternidad es un tiempo muy largo... —pasó un poco del flequillo del mayor detrás de su oreja. —y sigo pensando que es poco para compartir a tu lado.
—tan cursi, mi pequeño Kook. —le dio un beso rápido en los labios antes de ponerse de pie. —anda, vamos adentro, hace frío y quiero un poco de café.
—te sigo. —Suwoong asintió y lo dejó ahí, mirando como caminaba lejos de sus brazos pero no por mucho tiempo, nunca por mucho tiempo. —te sigo siempre.
[BEC SAYS]
escribí un montón de borradores, borré muchos y sentía que ninguno era suficiente, no se sentía suficiente, o lo que sea xd, pero estoy bastante satisfecha con este en especial, así que espero que les haya gustado.