you're perfectly wrong for me...

By louisgotharry

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Louis es un alumno intentando pasar su último año. Harry es su maestro de Literatura. Y quizás hay algo entre... More

única parte

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By louisgotharry

Harry frunce ligeramente los labios al escuchar cuchicheos detrás de él pero trata de ignorarlos mientras mantiene su vista fija en las palabras escritas en el pizarrón que poco después desaparecen por segunda vez y son reemplazadas por unas nuevas, citando frases de algunos escritores reconocidos de la edad contemporánea y sus libros más famosos.

Los murmullos acaban en cuanto el maestro gira a verlos y Harry sonríe ligeramente cuando lo único que puede oír son los lápices y plumas hacer un leve ruido al chocar con las delgadas hojas, Harry pide unos minutos de atención para así poder explicar un poco más sobre la clase, empieza dando detalles importantes de aquellos libros y también menciona sus favoritos, poco antes de que la campana suene finaliza la charla invitando a sus alumnos a tomarse un momento del día para leer aquellos textos. Varios apuntan en su cuaderno lo escrito por el maestro mientras otros guardan con rapidez sus pertenencias en sus mochilas. Los sonidos de cuadernos cerrándose y zippers abriéndose se detienen cuando el prefecto habla en voz alta, su voz gruesa y autoritaria llama la atención de sus alumnos.

—No quiero arruinarles su viernes, pero —los jadeos de molestia se hacen escuchar en el lugar y el ceño del hombre se frunce al oírlos, entonces los sonidos que salían de las bocas de los jóvenes desaparecen— recuerden que para el lunes deben entregarme su ensayo de Literatura. En especial tú, Tomlinson.

La mirada del más alto se dirige al muchacho de preciosos zafiros, observa como las mejillas del castaño se tornan de un color carmesí mientras mueve la cabeza de arriba hacia abajo, asintiendo rápidamente y soltando un suspiro cuando nota que al fin los orbes verdes ya no están fijos en él.

—En realidad —Harry lo piensa por un momento y asiente para sí mismo—, quédate. Tengo que hablar seriamente contigo sobre tus calificaciones. Será solo un momento —aclara para aligerar el probable nerviosismo del muchacho—.

Las voces de los jóvenes son un coro de uhh y susurros inentendibles que terminan cuando el alto y guapo profesor pasa rápidamente su mirada por toda la clase.

—Ahora sí pueden retirarse, buen fin de semana.

Un par de alumnas se acercan a su escritorio para despedirse y desearle un buen fin de semana, Harry se despide de ellas con toda la amabilidad que posee mientras el resto de alumnos se retiran, cuando el salón al fin se encuentra en completo silencio, lo vuelve a mirar.

Está sentado sobre uno de los pupitres de la primera fila, su cabello castaño y lacio cae sobre su frente, sus ojos azules observan sus zapatos buscando algo interesante en ellos, sus mejillas están levemente sonrosadas —no es algo nuevo, ha notado al chico sonrojarse cada vez que le habla—, su labio inferior está atrapado entre sus dientes, sus cortos dedos jugando con el borde de su gran chaqueta verde militar y sus piernas se están meciendo en el aire. Sus ojos viajan por su rostro nuevamente y nota como la luz del sol que entra por la gran ventana choca contra su preciosa piel dorada, luce como un ángel.

En realidad, Louis es un ángel.

—Tomlinson —le llama con esa voz profunda que a Louis le encanta. Le encanta cada vez que menciona su nombre y apellido al pasar lista, le encanta cada vez que lo felicita por sus lindos poemas escritos en clases y hasta le encanta como grita su apellido para llamar su atención porque Louis se distrae en sus pensamientos al imaginar tocar y besar el blanquecino rostro de su maestro—. Este mes tus calificaciones han bajado mucho, ¿qué ha pasado?

Louis intenta abrir la boca para responder pero Harry continúa.

—Eres de mis mejores alumnos, Tomlinson. Tú tienes un gran potencial y talento.

—Gracias, profesor —murmura con dificultad, sus palabras saliendo con nerviosismo

—Quiero que confíes en mí, dime, ¿qué está mal?

—Es sólo que —duda un momento de su respuesta, pero termina murmurando— he andado un poco distraído estas últimas semanas.

—Entiendo —el rizado se sienta en el borde de su propio escritorio para tener una mejor vista de Louis—. ¿Problemas en casa? —Louis niega—. ¿Alguna chica que te haga perder la cabeza? ¿Es por eso? —la mirada que le brinda hace sentir a Louis un poco inquieto, así que el menor se remueve en su lugar.

—No, para nada —vuelve a negar, moviendo la cabeza de un lado a otro con rapidez—. En realidad-

El castaño corta sus propias palabras y sus ojos se abren ampliamente al pensar en lo que iba a decir.

—¿En realidad qué? —pregunta Harry dándole una mirada curiosa.

—No es nada, profesor. Creo que debería irme —la situación lo hace sentir tan nervioso que no se le ocurre otra cosa más que decir. Acomoda la mochila que lleva colgada en el hombro e intenta bajar pero unas grandes manos y un fuerte cuerpo parado frente a él lo detienen.

—Cuéntame, Louis —acaricia sus antebrazos con delicadeza, lo toca como si fuera algo frágil, como si fuera posible que con un simple toque lo vaya a romper.

La respiración del maestro choca contra la mejilla de Louis al momento en que inclina hacia su oreja, haciendo estremecer ligeramente al menor—. En serio, profesor. No es nada —insiste, pero lo que realmente desea es seguir sintiendo la cálida respiración del hombre contra su piel.

—No tengas miedo de decirlo —susurra sin saber que aquella ronca voz está volviendo loco al muchacho frente a él—. ¿Es por un chico? —pregunta casi totalmente seguro de la respuesta, sus dedos pasean por los cabellos castaños de su alumno y observa como este no puede evitar cerrar los ojos ante el contacto.

—Uhm —tararea en voz baja, los labios de su maestro están acariciando delicadamente el lóbulo de su oreja—. S-sí —bisbisea finalmente.

—¿Y quién es aquel chiquillo que te trae así? —una risa irónica se escapa de los delgados labios cereza del mayor—. Puedes decírmelo, Lou.

—No... No es ningún chiquillo —tira la cabeza hacia atrás cuando los labios de Harry se posan a un lado de su cuello para plantar un beso.

—¿Ah, no? —sonríe cínico, sus labios aún viajando por el cuello ajeno como si hacerlo fuera algo a lo que estuviera acostumbrado—. ¿Entonces?

—Él es...

—¿Un hombre mayor? —Louis asiente ante la pregunta y por primera vez desde que está a solas con su maestro en esa habitación, mueve vagamente sus manos y las envuelve alrededor de su espalda, aferrándose a él—. Así que, te gustan los hombres mayores.

—Mayores y fuertes —confirma algo tímido, con las mejillas coloradas, y la voz baja y aguda, pero Harry logra entender a la perfección lo que dice.

—Mayores y fuertes —repite con una sonrisa dibujada en los labios y Louis asiente nuevamente.

—Sí, como usted —confiesa cuando Harry se separa levemente de él.

—¿Como yo? —cuestiona y relame sus labios, acto que Louis no deja pasar por desapercibido pues Harry nota como el muchacho muerde su labio inferior.

—Sí —su maestro se inclina hacia él, sus respiraciones se mezclan y sus frentes se tocan.

El verde y el azul se vuelven a encontrar, se miran con detenimiento. Uno de ellos está nervioso, el otro ansioso.

Y todo sucede tan rápido, que ninguno piensa claramente si lo que hacen está bien.

Los labios delgados atrapan los carnosos y gruesos labios con sabor a fresa del otro, no es algo desesperado, es lento y tranquilo. Sus bocas se mueven lentamente y juegan por unos momentos hasta conseguir tener un ritmo en especial. Las manos de Harry están ceñidas en la cintura de Louis mientras los pequeños dedos del menor se enredan en los rizos chocolates de su maestro, acariciando las delgadas hebras que caen por su nuca.

Y Louis no puede creerlo. No puede creer que al fin está sucediendo, está besando al hombre más maravilloso y bueno del mundo, a la persona que más le agrada —porque Louis es una persona algo tímida y reservada, así que no tiene tantos amigos, él sólo los llama compañeros de clases—, pero sí, Louis está besando a su maestro. Y quizás no debería, pero lo está haciendo y realmente le gusta la sensación de los rosados labios de su maestro sobre los suyos. Su corazón empezando a martillear de manera constante y fuerte contra su pecho.

Harry ladea la cabeza con la intención de profundizar el beso pero la pequeña sonrisa que se escapa de los labios de su alumno llaman su atención y lo invitan a separarse de la apetitosa boca.

—¿Qué sucede? —el rizado también le sonríe, algo confundido.

—No es nada, es que... Nunca creí que esto sucedería.

—¿Por qué no? —pregunta Harry como si no fuera algo obvio.

—Por Dios, usted es mi maestro, esto ni siquiera debería estar pasando.

Harry frunce el ceño y lo mira.

Desde que llegó a trabajar a ese instituto, hace casi tres años, vio algo especial en Louis. No era, y no es como el resto de su clase. Louis tiene algo que hace el corazón de Harry latir con rapidez, la manera en que camina, su bonita caligrafía, las pequeñas notas que deja en la esquina de la hoja de algún examen para desearle un buen día; y sus ojos, Harry está seguro de que tiene los ojos azules más hermosos que ha visto en su vida, ni siquiera podría compararlo con el azul del cielo o del mar porque el azul de Louis es mucho más precioso, y su sonrisa es la más brillante y junto a esas pequeñas arruguitas que se forman al lado de sus ojos cuando se ríe son una obra de arte. Todo en él lo es.

Louis es arte, así de simple.

—Me gustas, Louis —le dice luego de unos segundos.

—¿Qué?

—Me gustas, y sé que te gusto —su mano acaricia la suave piel del pómulo.

—¿Cómo lo sabes? —abre la boca algo sorprendido y ladea la cabeza.

Harry piensa que es realmente tierno.

—Amor, no eres nada disimulado.

Y el cuerpo de Louis tiembla al escuchar el apodo.

—Pude notarlo, la forma en que me miras, las sonrisas que me das y lo nervioso que te pones cuando te hablo —le sonríe—. Así de bobo me siento yo cuando te veo.

Louis no debería, pero se inclina y ahora él lo besa. Sólo que esta vez, sus manos acarician las mejillas de su maestro y su mente grita que no lo suelte nunca.

Y no quiere hacerlo, pero ambos necesitan respirar, así que se separan poco después.

Harry planta pequeños besos en sus labios, que hacen sonreír al pequeño.

—También me gustas, Harry.

Lo abraza, las grandes manos envuelven el pequeño cuerpo del chico y apoya su mentón en su cabeza.

—¿Te parece si vamos a tomar un café mañana? —le invita con una gran sonrisa en sus labios cuando se aparta un poco de Louis para poder mirarlo a los ojos.

El más pequeño suelta una suave risa y hunde el dedo en el pequeño orificio que se forma en la comisura de los labios de Harry.

—¿No tendrás problemas?

—Creo que estás un poco grandecito como para traerme problemas, Lou.

—Pero soy tu alumno.

—Y eres mayor de edad, vas a dejar este lugar en un par de meses y a nadie le importará si estamos juntos o no.

Louis sonríe por enésima vez en el día. Porque tiene razón.

Y Harry acaba de invitarlo a una cita y aceptará salir con él, porque realmente le gusta ese hombre de traje negro y camisa blanca frente a él.

—Está bien, acepto.

—Perfecto —une sus manos y lo mira.

—Pero pediré un té, no soy fan del café —aclara, arrugando la nariz.

—Lo que tú quieras, Lou.

Se vuelven a besar, se abrazan otra vez y Harry lo ayuda a bajar del pupitre.

—Por cierto —le dice, tomando su mano y posando un beso en el dorso de esta—. No quiero molestarte, pero todo será con una condición.

—¿Cuál es? —frunce el ceño y forma un puchero que Harry no tarda en besar.

—Quiero que subas esas calificaciones, por favor.

Rueda los ojos, pero asiente con una pequeña sonrisa.

—Está bien, profesor Styles.

Y si Louis y Harry salen al día siguiente a nadie más que a ellos debería importarles.

Porque al resto no debería interesarle si salen tres veces por semana y pasan la mayor parte del tiempo riendo, conociéndose y llenándose de besos, tampoco si a veces prefieren ir a lugares tranquilos como museos, planetarios y conciertos de música clásica porque a ambos les encanta, o si en sus citas Harry le lleva un girasol a Louis porque son las flores favoritas del chico y le gusta verlo sonreír cada vez que las recibe.

Mucho menos si en poco tiempo tienen esas mariposas revoloteando en sus estómagos porque saben lo que están sintiendo.

Ellos están enamorados.

*:・゚✧ *:・゚✧ *:・゚✧ *:・゚✧*:・゚✧

¡Hola! Hoy les he traído este one shot que cuenta con más de 2000 palabras y que escribí hace mucho tiempo, espero les guste. Me ayudarían mucho si la comparten o recomiendan. También podrán encontrar más historias en mi perfil.

Muchas gracias por leer, besitos.

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