Vaya que los he sorprendido... Buenas noches! 😘
"Si estamos juntos, si me amas, nada ni nadie puede hacernos daño."
Cecily Beaufort
Miré hacia ambos lados cuando tomé la puerta principal, todo se veía despejado, me acerqué a las caballerizas y monté a Fancy, que tal como habíamos quedado la noche anterior, estaba ensillada con montura de hombre. Crucé ambas piernas sobre su lomo y reí ante sus consentimientos.
Cabalgué decidida hacia los terrenos colindantes a mi casa y cuando divisé nuestro árbol reí al verlo recostado a su sombra, con sus brazos por detrás de su cabeza como almohada y dormido por completo. Me acerqué a él, mordí mi labio al verlo tan bello y relajado, y sonreí recordando sus palabras, él dormía sin importar nada a su alrededor, y aunque el mundo se viniera abajo.
Tomé un tallo de hierba y le pasé suavemente por el rostro, frunció la nariz y siguió dormido. Volví a intentarlo y se giró hacia mí, por lo que me recosté a su lado sobre la hierba y me acerqué a él lo suficiente para sentir su respiración sobre mi rostro.
Cerré mis ojos y dejé que ese sonido acompasado y rítmico me hipnotizara. Cuando volví abrirlos, me miraba directamente, estaba serio y recorría con su dedo mi rostro. Me había dormido a su lado, él tenía su brazo estirado sobre mi cabeza y sus labios estaban tan cercanos que casi me rozaban. Acomodó mi cabello mientras yo me sonreía.
—Buenos días...
—Buenos días...
—Es la primera vez que dormimos juntos. —lancé una carcajada.
—Bueno... no es muy privado el lugar... —acoté.
—Vaya Beaufort... ¿quieres llevarme a dormir a un lugar privado?—abrí mis ojos sorprendida y tratando de aclarar lo que había querido decir, pero el lanzó una de sus risotadas.
—David Bradley, ¿puedes ser un caballero por una vez en tu vida?
—Te amo...
—Es que no puedes andar diciendo esas cosas...
—Te amo...
—Si alguien escuchara tu comentario, pensaría que yo soy cualquier cosa menos una señorita decente...
—Te amo... y eres la señorita más señorita de todas.
Reí sin poder creer el hombre que tenía a mi lado, el hombre que me había enamorado por completo y en quien confiaba todo.
—Yo también te amo. —me sonrió y me dio un beso corto mientras se volvía hacia el cielo y recibía el sol en su rostro.
—¿Vamos?
—Sí, vamos así volvemos a tiempo a la casa, al menos antes de que mis padres me regañen.
—Tu padre salió esta mañana muy temprano, tomó el carruaje.
—¿A dónde habrá ido? —David levantó sus hombros.
Montamos y nos dirigimos a mi casa. Cruzamos el campo y a medida que nos acercábamos, vislumbré la tumba de Liam bajo el árbol.
Allí estaba, con el hombre que amaba, con su mejor amigo, con su confidente, y dentro de mí deseé que Liam estuviera de acuerdo con lo nuestro, que nos diera su bendición.
—¿Estás pensando en él? —Asentí. —¿Qué te preocupa?
—¿Crees que estaría de acuerdo con lo nuestro?—me sonrió tiernamente.
—Estaría muy feliz.
Inevitablemente sonreí y él estiró su mano desde su caballo mientras tomaba la mía.
Llegamos a la casa y mientras él aguardaba en la sala, subí a mí habitación, me trepé al tejado y tomé la carta de la caja.
Bajé y él me esperaba mirando por el cristal de la ventana, supe que miraba hacia su tumba.
—¿Sucede algo? —se volvió al oír mi voz.
—Lo extraño, eso es todo, y me quedé pensando en lo que dijiste... a mí también me gustaría que supiera, contarle, que se ponga feliz por mí. Sabía que moría por ti, y que tú morías por Peter.— puse mis ojos en blanco
—Hace mucho tiempo de eso bobo...
—Igual... desearía contarle que estás conmigo, que al fin cumplo mi sueño. —Se acercó a mí y me abrazó muy fuerte. —¿Crees que merece la pena?
—¿Qué cosa?
—Arriesgarnos... podríamos casarnos e irnos. Simplemente formar nuestro hogar, tener nuestra casa y olvidar todo esto...
—No... no podría David... no. —Acarició mi rostro.
—¿Crees que vale la pena arriesgar este amor?
—Si estamos juntos, si me amas, nada ni nadie puede hacernos daño.
—Quisiera creer que es así...
—Lo es... —aseguré. —Necesito aclarar todo... necesito saber... necesito liberarme ¿entiendes? —me miró con un dejo de tristeza, pero asintió. Sentí que de verdad me entendía.
—Muy bien... muéstrame.
Por un instante aquella imagen me parecía tan extraña, yo extendiendo el secreto de Liam, el más preciado, el que me había mandado sólo a mí, sus palabras, de su puño y letra plasmadas en ese papel, la única prueba que tenía de que él temía por su vida, que desconfiaba de los Bradley, que daba indicios de lo que había descubierto; todo eso le entregaba a David Bradley, quien hasta hacía un día había sido mi enemigo, nuestro enemigo. Me pareció tan extraño aquello y tan difícil, que por un instante dudé de lo que estaba haciendo. Miré a David que me extendía la mano para recibirla y mi respiración se cortó, tuve que cerrar mis ojos y convencerme de que todo había cambiado, que él no era el malo y que se había convertido en mi compañero, en mi amigo, en mi apoyo, en mi amor, en mi prometido, en mi vida y en la única persona en quien confiaba.
Le entregué el sobre y lo observé atentamente cómo lo abría, extendía el papel y lo leía. Repasé cada una de las líneas al ver su pupila moverse de un lado a otro de la hoja y la tensión de sus músculos al repasar cada palabra.
—Ahora entiendo por qué no confiabas en mí...
—Lo siento... ¿Puedes entenderme? No te imaginas lo que he sufrido al imaginar su rostro de miedo, sus angustias, su dolor, su necesidad de tener un apoyo. —sin pensar y mientras hablaba, comencé a llorar.
David me abrazó, me sostuvo muy fuerte.
—No te preocupes... estoy aquí y te entiendo.
—¿Hay algo que pueda servirnos?
—Creo que sí... al menos habla de que tenía miedo de que algo le sucediera...
—Te lo dije... y al poco tiempo aquel misterioso accidente... y sin ustedes allí... —David asintió.
—Habla de tu padre, pero no dice a ciencia cierta que supiera que estaba involucrado.
—Dice que temía por él... tal vez lo sabía, pero también conocía el castigo... pobre Liam...
—No puedo creer que mi padre se hay dispuesto a amenazarlo...
—David... abre los ojos por favor. Claro que lo amenazó... sabían que había oído algo y sabían que Liam podía ser muchas cosas, pero tenía una moral impecable y jamás congeniaría con sus ideas y juegos... Te amenazó a ti con Lisbeth...
—Pero de enviarla de viaje... matar a alguien es muy distinto.
—No está solo, David... Aldrich y vaya a saber cuántos más... ni siquiera sabemos cómo lo hacen...
Caminó hacia la ventana y volvió a mirar bajo el árbol.
—Por favor... confía en mí... confía en Liam. —Se volvió hacia mí y me miro fijo a los ojos.
—Sí confío... confío en ti... siempre... y confío en mi amigo.
Lo abracé y él me abrazó.
—¿Vamos?
—¿Qué hacemos con la carta?
—La llevemos
—No... la dejemos aquí, es más seguro y es lo único que tenemos... la única prueba. —Asintió y me extendió el sobre.
Subí las escaleras y volví a esconderla en la caja, cuando lo hice, vi el mapa nuevamente. Lo abrí y repasé las rutas y lo que había en él. Rápidamente lo doble y lo guardé en mi vestido, pensado en enseñárselo a David, tal vez él entendiera y pudiéramos sacar algo más.
—¡Cecily! —oí su voz apurada y llamándome insistentemente. —¡Cecily!
—Ya voy...
—Tu padre está llegando... por Dios apúrate.
—¡¿Mi padre?!
—¡Sí!
Se escucho una corrida y la puerta de la casa que se abría. Me quedé en completo silencio, me oculte detrás de la puerta que permanecía abierta. Se oyó el ruido de una copa y una botella e imagine que estaba bebiendo. Se encerró en el estudio y todo volvió a quedar silencioso. Baje las escaleras en puntillas y miré en todas las direcciones posibles para ver a David, pero no lo podía encontrar. Me acerqué al estudio y vi a mi padre por el costado de la puerta, se veía agotado, angustiado, triste, y desde donde estaba me pareció ver una lagrima. Me sentí terrible y me dieron muchas ganas de llorar. David me tocó el hombro y me volví hacia él.
—Ve a tu casa... yo voy luego...
—¿Estas segura? —asentí y lo vi caminar hacia la puerta principal.
Me acerque más a la puerta del estudio y cuando abrí, mi padre se volvió hacia mí.
—¿Cecily? ¿Qué haces aquí?
—Extraño mi casa... —me encogí de hombros y él me sonrió.
—Somos tan iguales... —sonreí.
—¿De verdad lo crees?
—Claro que sí... tú y Liam... —su semblante cambió y vi una tristeza muy profunda en su mirada.
—¿Lo extrañas?
—Muchísimo... —Me acerqué a él y lo abracé. Sentí muchas ganas de llorar y de reprocharle, pero tragué todo y lo escondí dentro de mí.
—¿Por qué no volvemos a casa?
—Tu madre y Eve no me lo perdonarían.—Deseé decirle que mi madre tenía algo con Bradley, pero no me sentí capaz, no tenía pruebas ni nada, y al mismo tiempo me di cuenta que destrozaría aún más a mi padre. Por primera vez, sentí que David tenía razón, tal vez no había tomado conciencia de lo que sería sacar todo eso a la luz: destruir mi familia por completo y a la suya también. Sentí que mi voluntad flaqueaba por primera vez.
—Tienes razón... es mejor aguantar unos días más...
—¿Es verdad lo que ha dicho Evelyn y tu madre?
—¿De que?
—De una propuesta matrimonial... —puse mis ojos en blanco.
—Dos, para ser exacta. —Mi padre se volvió hacia mí intrigado.
—¿Dos? —asentí.
—¿Y que has decidido?
—Que David es el indicado. —Me sonrió.
—Buena decisión... al fin se decidió ese muchacho... —lo mire incrédula.
—¿Por qué lo dices.?
—Porque solo un hombre enamorado discute tanto con una mujer... —reímos los dos y por ese tiempo olvide todo lo demás... solo era mi padre y yo, en una de nuestras conversaciones francas y sin mi madre molestando con su perorata.
—El otro es Peter... —Lo vi bajar su rostro y concentrarse en el suelo.
—Escogiste bien.
—Igualmente, todavía no anunciamos nada, así que es mejor que no les comentes a ellas...
—Esta bien... —Lo abrace por la espalda y el apoyó su mano en mi brazo e hizo dos palmadas. Quise decirle que yo sabía todo, que podía contarme, que podía descargarse en mí, pero no pude.
—¿Volvemos?
—Claro...
El capi de mañana está de infartoooo! no se lo pierdan... los quiero y mil gracias por todo!!!