¿Destinados a estar juntos? (...

By blue_woods

1.6M 147K 138K

-¿No quieres meterte en problemas conmigo? Su madre en su segunda luna de miel y su hermano preocupado por t... More

¿Destinados a estar juntos?
Capítulo 1: Sentimientos frustrados.
Capítulo 2: Haría lo que fuera por ti
Capítulo 3: Adiós inmadurez... creo.
Capítulo 4: La utilidad de los tacones.
Capítulo 5: "... Me gusta ir un poco más allá de la línea"
Capítulo 7: B de cristal y B de deseo.
Capítulo 8: Iván Lynn
Capítulo 9: Debo cuidarme de ti.
Capítulo 10: Lazos irrompibles
Capítulo 11: Mentiras y códigos secretos
Capítulo 12: Paso en falso.
Capítulo 13: Resolviendo y cayendo.
Capítulo 14: Adiós, Joe.
Capítulo 15: Desconcierto.
Capítulo 16: Mentiras y reencuentros.
Capítulo 17: Las cartas sobre la mesa.
Capítulo 18: Regresar al pasado.
Capítulo 19: Batalla final
Capítulo 20: Bala perdida.
Epílogo: Destinados A Estar Juntos
Capítulo extra
IMPORTANTE

Capítulo 6: Dudas.

67.3K 5.9K 4.9K
By blue_woods

Estiro mis piernas sintiéndome extrañamente complacida por realizar esta normal y diaria acción. Suelto un suspiro mientras me busco una postura donde me sienta cómoda en el suave colchón que estoy. Abro mis ojos con rapidez al darme cuenta de que estoy acostada en una cama y no en el auto de Derek, como hace solo horas. Mi último recuerdo es estar en el auto, junto a Olivia mientras ahora mi padre reemplazaba a Joe. Ahora, estoy en una habitación completamente blanca, demasiado pulcra y nueva en mi campo visual.

Hay pocas cosas. Solo una cama más —además de la que estoy acostada—, un armario que está cerrado y dos puertas que posiblemente me lleven al baño o afuera. Me incorporo lentamente sintiendo como todo mi cuerpo se siente mucho mejor después de dormir en un lugar donde no es minúsculo y puedo estirar las piernas. Me asusta un poco no saber dónde demonios estoy y justo cuando estaba por entrar en pánico, Olivia sale de una de las puertas secando su cabello con una toalla blanca.

—Por fin despiertas —dice sonriéndome divertida— Derek y Joe pensaban que estabas muerta o algo así. Tienes el sueño realmente profundo.

—¿Hace cuánto estamos aquí? —pregunto ignorando el hecho de que posiblemente dormí muchísimo más de lo que debería y ahora estaré despierta por tres días, más o menos.

—Pocas horas —responde dejando la toalla húmeda sobre la cama y comenzando a peinar su cabello con un peine rosa— De todas formas, no estaremos mucho tiempo aquí. Solo para descansar un poco y nos indicaran donde debemos ir.

—¿Estamos en la base? —pregunto haciendo énfasis en la última palabra. Recuerdo que ella misma me había mencionado que veníamos para acá.

—¡Exactamente! —asiente emocionada por alguna razón.

—¿Dónde están Derek y Joe? —pregunto nuevamente escaneando el lugar con la mirada.

—Ellos... —busca algo con la mirada y al no encontrarlo, vuelve sus ojos hacía mí, como si eso no hubiera sido nada raro— Los veremos en un rato. ¿Quieres darte una ducha? Traje un cambio de ropa, por si quieres.

Estoy un poco preocupada por el paradero de Joe y Derek, pero no tanto como de mi higiene corporal. Así que asiento con la cabeza mientras me pongo de pie y me encamino hacia el baño pensando en que no debería extrañarme nada. Es decir, ¿Olivia me mentiría sobre algo al respecto aquí? La respuesta negativa aparece rápidamente en mi mente y solo espero no arrepentirme en el futuro de confiar en ella.

Dentro del baño me deshago de mi ropa. Debo admitir que pasar tanto tiempo con estos jeans ha sido sofocante. Creo que de verdad tendría que haber traído algo más suelto... esperen... yo traje mi maleta. ¿Dónde habrá quedado mi ropa? Tenía un vestido realmente lindo allí y estoy segura de que estaría más cómoda en el. Además mis piernas me lo agradecerían.

Ya con el agua de la ducha cayendo sobre mi cuerpo, logro escuchar que Olivia me grita avisándome que saldrá a buscar algo y que deja la ropa sobre mi cama. Asiento leyendo el nombre del shampoo y acondicionador que tendré que utilizar. Solo espero que esto no le haga mal a mi cabello.

No tardo demasiado, solo unos diez o quince minutos y ya estoy envolviendo mi cuerpo en una toalla blanca. Recuerdo que mi cambio de ropa se encuentra sobre mi cama, entonces abro la puerta con una mano mientras con la otra intento hacer mi cabello hacía atrás. Mi sorpresa es demasiada al encontrarme a Joe sentado en mi cama con la vista en los tacones que llevaba antes de despertar aquí.

Obviamente, al abrir la puerta Joe tarda solo unos pocos segundos en fijar su vista en mí y siento que mi corazón saldrá por mi boca en cualquier momento. Ninguno de los dos dice absolutamente nada. Nos quedamos viendo con cara de estúpidos sin saber realmente que decir ante la situación. Él es el primero en romper el silencio o mejor dicho, en poder hacerlo.

—Yo toque, pero pensé que tardarías más —dice poniéndose de pie rápido y bajando la mirada, posiblemente sintiéndose avergonzado. Asiento con la cabeza, pero él no puede verme— Solo vine a traer tu maleta. Con permiso.

—¡Joe!

Lo detengo antes de que salga de la habitación, más específicamente con su mano sobre el pomo de la puerta. Sus ojos tardan unos segundos en posarse sobre mí y me observa de pies a cabeza mientras logro hacer que mis pies den unos pasos, acercándome unos pocos centímetros hacía él.

—Gracias por traer mi maleta —le digo cuando sus ojos vuelven hacía mí, con toda la tranquilidad que puedo fingir en este momento.

—De nada —baja la mirada y frunce el ceño, como si algo le doliese. Frunzo el mío.

—¿Sabes dónde está mi padre? —pregunto ya un poco molesta por su extraña actitud. Actúa como si hubiera visto la cosa más horrible del mundo.

—Vendrá en unos minutos a buscarte. Con permiso —dice antes de salir casi corriendo de mi habitación y cerrando la puerta con un poco de fuerza, me sobresalto.

Busco algo de la ropa deportiva que guarde en mi maleta y obviamente ropa interior, y la llevo al baño. Camino enojada sintiendo como las gotas de mi cabello se deslizan por mi espalda. Agh, estúpido Joe. ¿Cuál es su problema conmigo? Estoy segura de que soy la chica más hermosa que verá en toalla. Agh. Idiota.

Una vez que estoy completamente vestida, vuelvo a salir de la habitación sintiendo el enojo dominar todo mi ser. Mi ceño fruncido se desvanece al ver a Derek sentado sobre mi cama.

—Qué bueno verte —dice poniéndose de pie y camina hasta llegar a mí— ¿Dormiste bien?

—Eso creo —asiento con la cabeza—¿Está todo en orden?

Por alguna razón, siento que algo no anda bien. Derek no demuestra nada en su rostro, ningún signo de nerviosismo, ni tampoco como si estuviera engañándome en algo. Se encuentra como normalmente está. Pero lo mío es solo una sensación. Creo que estoy muy paranoica.

—Sí, estaba buscándote. Quiero presentarte a algunas personas.

—Oh, eso es nuevo —me río elevando mis cejas con sorpresa— Pues vamos.

Salimos de la habitación donde nos encontramos con un largo y ancho pasillo totalmente blanco, con puertas de un color beige. Me pregunto si son habitaciones para las personas que viven aquí y si habrá más personas adentro. Llegamos hasta el final del pasillo, doblando hacía la derecha, encontrando un elevador. Una vez dentro, Derek presiona el botón hacía el piso número cinco. Esperamos unos minutos en silencio y las puertas vuelven a abrirse.

Lo que veo es varías personas caminando de un lado a otro. Estamos en lo que parece ser una oficina. Los empleados no se fijan en nosotros, parecen demasiado sumergidos en lo que ven en sus computadoras o lo que anotan en sus borradores, escuchando por un teléfono. Caminamos hasta el final del lugar, donde una gran puerta de color rojo está custodiada por dos hombres a cada lado, que al verlos se dan un asentimiento de cabeza y abren la puerta para que podamos entrar.

Dentro, hay un hombre de traje sentado detrás de su escritorio. Viste un traje y parece haberse agotado todo un pote de gel esta mañana. Me hace acordar un poco a las oficinas de alguno de mis familiares, con la diferencia de que ellos se encargan del mundo empresarial y este hombre bueno... ¿Político? Joe y Olivia están alrededor de su escritorio, estaban charlando, pero al vernos entrar todos quedan en silencio.

—Sophie, él es el Señor Cohen, director de la Agencia Central de Inteligencia —habla Derek llamando la atención del hombre gel, que estaba posando sus ojos en mi hace unos segundos— Quiero presentarle a mi hija Sophie. Ella...

—Es un gusto conocerte, Sophie —interrumpe poniéndose de pie. Debe ser un poco más mayor que Derek o simplemente necesita utilizar demasiado gel para que esa peluca que lleva no se le mueva— ¿Queriendo seguir los pasos de tu padre?

—Depende —respondo sonriendo con simpatía. Los ojos de Joe se entrecierran en mi dirección. El señor gel, arquea una ceja— ¿La paga es buena?

La risa del señor Gel, Derek y Olivia se escucha por toda la oficina. Joe simplemente esboza una pequeña sonrisa que me hace recordar que estaba enojada con él. La puerta vuelve a abrirse, dejando al descubierto a un nuevo personaje.

—Sophie, déjame presentarte a Cameron Kraist —me dice el señor Gel, adelantándose unos pasos más para posar una de sus manos sobre el hombro del este nuevo personaje. Frunzo el ceño. Debo haber escuchado su nombre en algún lado antes, pero no lo recuerdo— Kraist, ella es Sophie. Hija del agente especial, Derek.

Este a diferencia del señor Gel, es mucho más joven. Debe ser de la edad de Joe o aproximado. Tarda unos segundos en quitar su rostro de asombro y colocar uno más profesional. Estira una de sus manos y la acepto, esbozando una pequeña sonrisa simpática.

—Es un gusto, Sophie —dice mirando por unos segundos a Derek hasta volver a mí— No sabía que tenía una hija.

—Larga historia —responde Derek encogiéndose de hombros.

—Entonces, Sophie estará con nosotros para tener la preparación o bueno, un poco, a la de su padre —comienza a hablar el señor gel, caminando por la habitación hasta volver a sentarse en su silla— Sabes que lleva años el entrenamiento, pero te ayudaremos a intentar igualarlo.

Me parece extremadamente raro que se tomen con tanta calma el que yo esté aquí. Es decir, esta es una misión del gobierno y yo soy una adolescente de diecisiete años. ¿Por qué todos actúan como si esto fuera simplemente un parque de diversiones?

—Eh, vamos a mostrarle las salas de práctica, ¿Quieres? —me dice Olivia, llamando mi atención y señalándome con la cabeza. Asiento con la cabeza un poco extrañada— Con permiso.

Murmuro lo mismo que Olivia mientras salimos de la oficina encontrándonos nuevamente con la estampida de personas centradas en su propio mundo. Cuando estamos en el elevador, comienza a hablar.

—Ese es mi prometido —me dice con una pequeña sonrisa. Arqueo una ceja— Kraist.

¡Oh! Ahora recuerdo. Cameron, ella se había referido de esa forma a su prometido cuando estaba alardeando de ello con Liam. Ahora que lo pienso, no me parecen para nada compatibles o por lo menos en apariencia. No pegan ni con chicle. Olivia Hilder es posiblemente una de las personas más alocada que conozca —es decir, es una agente especial—, alegre, un poco chismosa y leal. Este hombre, Cameron, no sé. Me da la impresión de que es posiblemente la persona más aburrida que vaya a conocer en toda mi vida.

No cuenten con que los shippee.

—Interesante... —digo, intentando buscar una mejor palabra, pero no logro hacerlo— ¿Hace cuánto lo conoces?

—Desde siempre —responde bajando la mirada hacia sus uñas pintadas de blanco— Es el sobrino del director Cohen. Primero era director ejecutivo. Ahora lo ascendieron a Subdirector.

—¿Ah sí? —pregunto— ¿Y qué significan esos puestos? ¿Tú que eres?

Olivia me observa con una pequeña sonrisa antes de continuar.

—Primero, están los agentes especiales. Son todas esas personas que viste por allá —se refiere a la estampida de personas sumidas en su mundo— Ellos se encargan de monitorear que todo esté bajo control. Algunos se encargan del lado de la informática y otros, como yo y Joe, nos encargamos de lo físico y divertido.

—¿Ustedes lo eligen? —ladea la cabeza.

—A veces. Tienes que estar capacitado. Sí posees el intelecto y la preparación física, puedes elegirlo —asiento, dando por entendido— Segundo, los agentes especiales al mando, solo son dos. Ellos se encargan básicamente de guiar a los demás agentes especiales, son como líderes, por eso al mando —entorna sus ojos por su obviedad— También de las misiones más importantes. Tú padre es uno de ellos.

No puedo evitar sentirme orgullosa de Derek. Cuando era solo el guardaespaldas de mi madre jamás me intereso saber realmente cuál era su anterior trabajo o lo que sea de su vida. Ahora es posiblemente mi mayor ejemplo a seguir.

—¿Y quién es el otro? —pregunto. Ella mencionó que son dos agentes especiales al mando, pero solo nombro a Derek.

Parece ponerse nerviosa.

—No estoy autorizada de dar esa información —corta el tema y entrecierro mis ojos— El director asistente al mando y el director ejecutivo, son prácticamente los que se encargan de supervisar y administrar todo lo que sucede. Nada de acción física.

—¿Eso no es aburrido?

Se encoje de hombros.

—Le tengo respeto —dice— Por último, el subdirector y el director. Son los más importantes. El señor Cohan se encarga de administrar todo, Cameron de asistirlo. El señor Cohan es elegido por el presidente.

—Interesante —asiento— Supongo que el que yo esté aquí, le trajo muchos problemas a Derek. ¿El señor Cohan no debe informarle al presidente de esto?

—Lo hará y claro que causaste problemas —auch— Pero el señor Cohan se encargará de que las consecuencias no sean muy graves para Derek. Esta hace veinte años aquí. Le tienen mucho aprecio.

—¿Cómo qué? —pregunto. ¿Qué haría para ayudar a Derek?

Vuelve a ponerse nerviosa.

—No sé —se encoge de hombros— ¿Qué te pareció Cameron?

—¿Lo amas? —pregunto mirando mis uñas, como si la pregunta fuera casual.

Lo que no esperaba de ninguna manera y mucho menos viniendo de Olivia Hilder, era la duda que encontré en sus ojos al momento de elevar los míos.

—Claro que lo amo —dice con el ceño fruncido y sus ojos se encuentran con los míos. Se da cuenta de que ese silencio no estuvo bien y se ríe— ¿Qué cosas preguntas, Sophie?

—Curiosidad.

¿Olivia no ama a Cameron? Solo espero que no siga sintiendo nada por Liam, es decir, él ya la supero y dudo que vuelva a sentir algo por ella. Solo espero que sea feliz con su prometido obviamente, me permita ser la dama de honor principal.

Las puertas del elevador se abren, mostrándonos un verdadero gimnasio. Hay personas levantando pesas, otras luchando cuerpo a cuerpo, puedo escuchar sonido de disparos a lo lejos e inclusive alcanzo a ver cómo están practicando a escaparse de...

—¿Láser? —pregunto arqueando una ceja.

—Y te sorprenderían las demás cosas para las cuales nos entrenan —sonríe misteriosa mientras camina unos hombres que luchar en un ring— Vaya, vaya, ¿A quién tenemos aquí?

Los dos hombres detienen su lucha y observan a Olivia, sorprendidos y divertidos. Deben tener su edad o aproximado.

—Olivia, creí que estabas de vacaciones —dice el que parece ser Peter, recostándose sobre las cuerdas del ring. El otro chico moreno, nos sonríe cortésmente bajándose del ring con su botella de agua, alejándose de nosotros.

—Sí... y yo creí que en el hospital desde la última vez que luchamos. Casi le fracture el tabique —me susurra esto último, emocionada.

—Eso es mentira. No le creas —dice Peter, negando con la cabeza.

—¿Quieres que te refresque la memoria? —pregunta Olivia, arqueando una ceja.

Peter se incorpora y con una de sus manos la invita a subirse. Olivia no duda un segundo antes de subir. Me cruzo de brazos pensando en que esto será entretenido. Jamás había presenciado un combate antes, es decir, fui testigo de las demostraciones de Joe y Derek, pero ellos lo hacían con el fin de enseñarme. Olivia y Peter lo harán por diversión y ego quizá.

Se ponen en posición con ambas manos frente a su rostro. Me acerco un poco más mientras ellos siguen dando rodeando su círculo, esperando que el otro dé el primer golpe. Peter intenta golpearla en el rostro, pero Olivia es más rápida y lo esquiva. Él quiere volver a intentarlo con su otra mano, pero nuevamente los reflejos de la rubia son buenos.

—Vamos, Liv —dice Peter riendo— No temas arruinar tu manicura conmigo.

Sé perfectamente que ese no es el miedo de Olivia. Joe y Derek me enseñaron que si alguna vez tuviera que luchar con alguien nunca golpeara primero.

****

Observo a Joe tras mis gafas de sol negras. Hace poco descubrí que son muy buenas para observar a alguien que te gusta y mucho más si tu padre está enfrente. Aunque Derek está concentrado preparando el área donde pelearemos.

—¿Qué haces para pelear? —me pregunta Derek.

—¿Sería buena idea abrazar a alguien en una pelea? —pregunto con sarcasmo. La respuesta es muy obvia. Derek ladea la cabeza en mi dirección— Bien. Golpeo.

—Error —¿Qué?— Esperas a que tu oponente ataque.

—Mi nariz es muy linda como para ir al quirófano, gracias —digo negando con la cabeza. Horrorizada.

Puedo observar la sonrisa de Joe asomarse en sus labios.

—Que lo dejes atacar primero no significa que le permitas atacarte —vuelve a hablar Derek.

—¿Ah no? —pregunto confundida.

—Dejas que de los primeros tres golpes, tú esquivas. Serán suficientes para que veas donde centra su fuerza —me explica Derek. Frunzo el ceño—Tú dejas que crea que solo esquivaras y luego lo sorprendes atacando por debajo. Si esquivas siempre se enfocaran arriba, donde están tus puños.

—¿Y funciona? —pregunto insegura.

—He seguido el mismo consejo y mi nariz sigue intacta —me dice Joe señalando su perfecta nariz simétrica.

Sonrío con él.

***

Olivia está esperando hacer justamente eso.

Como Derek me había dicho, los primeros tres golpes de Peter fueron suficientes para que únicamente se enfoque arriba. Por ello, cuando Olivia baja pateando el tobillo de Peter, haciéndolo caer lo toma por sorpresa. Pero él es rápido y vuelve a levantarse. No utiliza ninguna técnica como Olivia, por eso hago una mueca al ver como su puño ataca al abdomen de la rubia. Ella no le dedica tiempo a sentir dolor, antes de que pueda ser atacada una vez más su puño choca contra la mejilla de Peter, vuelve a utilizar el primer golpe que dio y logra subirse sobre él, reteniéndolo.

—Juegas sucio, Liv —le dice Peter riéndose.

—Pero te detuve, ¿O no? —dice ella poniéndose de pie— Solo no vuelvas a mencionar mi manicura o tendrás que utilizar un diente postizo.

Olivia deja a Peter incorporarse. Ambos se dan un apretón de manos seguido de un corto abrazo. Me río por lo bizarro que me parece golpearse y luego abrazarse como mejores amigos. Ambos bajan del ring caminando orgullosos por lo que me demostraron a mí, una simple novata, allí arriba.

—¿Y no me presentarás a tu amiga, Liv? —los ojos de Peter se fijan en mí.

—Ella es...—

—Sophie, hija de Derek.

La voz de Joe hace que automáticamente mi humor suba de nivel. Tan pronto como puede, está junto a mí, mirando con Peter con cara de pocos amigos. Me resulta confuso. Peter no preguntó nada fuera de lugar y además trabajan en el mismo lugar, su antipatía me confunde.

—¿Hamilton? —pregunta Peter sorprendido— ¿Esta devuelta?

—Sí, nos necesitan por lo del informante —responde Olivia, mirando extrañada a Joe— Oí que Amanda estaba por aquí, ¿Me llevarías a saludarla? —le pregunta a Peter. Él asiente.

—Fue un gusto conocerte, Sophie —me dice Peter sonriendo— Un gusto verte, Joe.

Nos quedamos solos con Joe, frunzo el ceño por la mirada que le está dando a Peter mientras se aleja con Olivia. Eso me hace sospechar un poco de los sentimientos de él hacía ella. ¿Realmente son amigos como dijo o simplemente no es correspondido? Porque actúa como si estuviera celoso.

—Derek quiere que te quedes en la habitación —me dice Joe, comenzando a caminar en dirección al elevador.

—¿Por? —pregunto sintiéndome un poco decepcionada. La reacción de Joe es demasiado obvia. Siente algo por Olivia.

—Ordenes de tu padre —responde encogiéndose de hombros.

—Bueno.

En lo que nos queda de camino para ir a la habitación me quedo en silencio y mirando a todos lados menos a él. ¿Por qué yo misma me ilusiono con cosas que no van a pasar? Por supuesto que Joe iba a fijarse en Olivia, alguien aproximada a su edad, madura y claramente muy atractiva. Suelto un suspiro mientras me siento en la cama, veo que mi celular está en la mesa de luz junto a ella.

—¿Esta todo en orden? —me pregunta y solo asiento con la cabeza— Sophie, no has protestado por tener que quedarte aquí.

Fuerzo una sonrisa en mi rostro.

—¿Crees que este rostro es así de perfecto con solo unas pocas horas de sueño? —pregunto con falsa diversión en la voz, señalando mi rostro con mi dedo índice— Claro que no. Así que si me permites me gustaría dormir, capitán.

No parece creerme, pero tampoco parece tener ganas de discutir, así que solo asiente con la cabeza.

—Descansa.

Cierra la puerta y mi sonrisa se desvanece. Por supuesto que al quedarme sola lo primero que hago es llamar a Thomas. Obviamente necesito contarle como va todo a mi consciencia, bueno, no tan consciencia porque de ser por él, ya estaría en muchos problemas con Joe y posiblemente embarazada.

Entonces ¿Todo va sospechosamente bien?

—Ajá.

Van a mandarte a Los Ángeles. Lo presiento.

—¿Qué?

O harán algo para que no te metas más en cosas del gobierno. Es obvio. ¿Por qué tratarían tan bien a una infiltrada? No te ofendas, puedes ser hija de quién quieras, pero problemas del gobierno es eso; problemas del gobierno.

Thomas tiene razón. ¿Por qué todos actuaban tan extraños? Es obvio; van a hacer algo para que no pueda continuar estando aquí y lo entiendo, pero vamos, me tratan como si tuviera cinco años. Con palabras entiendo.

—¿Sabes que debes hacer?

—¿Hacer algo para quedarme?

—¡No, tonta! —suelta un bufido. Me río— Confesarle a Joe lo que sientes.

La risa que suelto debe escucharse hasta en Los Ángeles.

—Muy gracioso. Ahora, dime, ¿Qué debo hacer?

Ya me escuchaste...

—¡Ni en sueños! ¿Perdiste la cabeza? Oficialmente dejas de ser mi consciencia.

Contarle a Joe no solo sería vergonzoso y triste porque no seré correspondida, sino que también será el motivo por el cual renunciará definitivamente. Tenerlo como guardaespaldas es la única forma de tenerlo cerca de mí, si renuncia ya no tendremos nada en común.

Solo piénsalo. Es solo cuestión de tiempo que lo vuelvan a tenerlo allí permanentemente por cosas ultra secretas del gobierno —dice y puedo imaginármelo encogiéndose de hombros— Además, ¿Por qué no puedes creer que Joe te corresponda?

—¿Por qué tiene veinticuatro quizá? —pregunto ignorando el dolor en el pecho que me causo que nombrara que pronto Joe podría dejar de ser mi guardaespaldas.

—¿Y eso qué? Justin tiene veinticinco, yo diecisiete y estamos muy felices.

—En fin, no le diré nada, Thomas.

¿Decirle? Sin duda perdió la poca cordura que le quedaba.

Hoy estaba hablando con Jazmín. ¿Sabías que tu inconsciente se manifiesta con síntomas en ti? —frunzo el ceño— Un ejemplo sería tu situación. Mencionaste que estas sintiendo cambios de humor frecuentemente, sintiéndote triste e insuficiente, ¿Y si es tu inconsciente manifestando su molestia por no decir lo que realmente sientes?

Frunzo el ceño. No había pensado en eso. Pero... no creo. ¿O sí?

Piénsalo, Soph —me dice— Debo ir al dentista. Llámame más tarde. Te quiero, perra.

—Yo también, idiota.

Cuelgo y me quedo con el celular sobre mi abdomen, sube y baja debido a mi respiración profunda y calmada. La idea de Thomas no deja de dar vueltas en mi cabeza. Mi cerebro imagina diferentes posibles respuestas que pueda recibir por parte de Joe. Ninguna es corresponderme. Me pongo más nerviosa.

¿Lo hago?

Tomo mi celular y busco el chat de Joe. Observo los últimos mensajes que tuvimos que fue cuando le pedí que viniera a reemplazar a Derek en el auto. Mis dedos dudan antes de tocar el teclado. Finalmente logro escribir.

Yo: Joe, necesito hablar contigo.

Cierro mis ojos pensando en que posiblemente este sea el fin de mi relación nada importante con Joe. Vuelvo a abrirlos encontrándome con el mensaje esperando a ser enviado. Thomas tiene razón. Sólo es cuestión de tiempo para que Joe trabaje definitivamente aquí y yo no me quedaré con las ganas de decirle lo que siento. No es sano para mí misma.

Al presionar enviar, todo lo que pensé anteriormente se desvanece y es un gran: ¿Qué has hecho, estúpida?

¿Le diré a Joe?

Holaaa! Un poco tarde. Perdón. Es que cambié el capítulo a último momento. No me convencía.

Ahora, mi lluvia de preguntas sobre el capítulo:

¿Qué creen mandarán a Sophie a Los Ángeles? ¿O harán algo para que no prosiga en la misión? ¿Qué piensan de Cameron? ¿Olivia realmente lo ama o como dijo Sam anteriormente (capítulo anterior), ella sigue sintiendo algo por Liam? ¿Sophie le dirá a Joe lo que siente? ¿Lo hace o no? ¡Qué piensan!

¡Muchas gracias por leer!

Continue Reading

You'll Also Like

5.7K 732 47
Daniel y Hannah. Dos amigos de la infancia que se han distanciado. Una canción guardada en el cajón. Palabras ocultas entre líneas. Un reencuentro qu...
3.1M 146K 40
Porque todo fue un terrible pero maravilloso error. Segundo libro de Terriblemente Enamorado OBRA PROTEGIDA POR SAFE CREATIVE Código:1501132980...
5.8K 1.2K 29
Hayley Dufour es risueña, fuerte y simpática. Fred Russell es frío, misterioso e inexpresivo. Ella vive en Francia, y ha seguido adelante des...
315K 17.5K 33
LIBRO TRES DE LA SAGA ÁMAME. Summer ha estado enamorada de Nikolai desde que tiene memoria, ella siempre ha estado consciente de que nunca pasaría a...