—Señor Park este es el décimo mensaje de voz que le dejo, el colegio cerrará, sus hijos esperan por usted.
La profesora suspiró dejando su celular en la mesa para mirar a ambos jugando con plastilina.
Bueno tendría que esperar una hora más.
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Jungkook sonrío mientras se estiraba desperezándose en la cama. Había dormido bien y ahora sólo le quedaba almorzar. Todo era yan sencillo no entendía porque Jimin paraba ocupado.
Si los niños eran, los niños eran, eran, niños, ¡Niños!
—Mierda—Maldijo levantándose apresurado.
Tomó sus llaves y salió corriendo del apartamento en busca de los niños.
—Eres un bruto Jungkook—Se dijo así mismo golpeándose la frente.
Y al pisar el acelerador se dió cuenta que había salido descalzo.
Bien hecho Jungkook.
Al llegar al colegio entró mirando los pasillos para lograr encontrar el salón de los Park, hasta que lo encontró.
—¡Junko!—Dijeron ambos para abrazarlo.
—Hola niños.
Choco puños con MinJae y le dió un beso en la mejilla a Minhye alzándola de brazos.
—Lo siento mucho profesora—Se disculpó volteándose a verla mientras que esta se encontraba dormida.
Llevo un dedo a sus labios indicando que hicieran silencio y salieron de allí.
—Junko ¿Poté no tenes zapatos? ¿No tenes? ¡Puedo plestalte los míos!
Rió y le despeinó el cabello.
—No es necesario MinJae sólo me los olvidé poner—Contestó mientras los subía y aseguraba en el coche.
—Junko tengo hamble—Murmuró Minhye.
—Lo sé ya es un poco tarde, ¿Qué quieren comer?—Preguntó colocándose a conducir.
—Hambulguesas—Propuso Minjae.
Jungkook rió.
—¿Pero eso cenamos ayer que les parece pizza?—Preguntó mirándolos por el espejo.
—Nunca hemos comido pizza Junko—Dijo Minhye.
—¿Enserio? Bueno, hoy la probarán.
¿Porque Jimin nunca les dió de comer pizza?
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En el otro lado un peliazul se encontraba jadeando cansado por haber terminado de hacer ejercicio en el gimnasio del hotel. Le gustaba hacer ejercicio y mantenerse sano, por eso también cuidaba a sus hijos. No quería que se acostumbraran a comer comida chatarra, por eso siempre trataba de comer en casa.
Acorándose de sus bebés sonrió y tomó su celular para verlos en su fondo de bloqueo.
—Allá son...—Se puso a contar con sus dedos.—Son las 4 de la tarde, habrán salido de la escuela.
Se dijo así mismo para bajarse de la corredora y llamar a Jungkook.
La primera llamada nadie le contestó.
—Es su appi, así que arregladitos y nada de decir que estamos en un pizzería ¿Vale?—Dijo tomando su teléfono.
—Ta bien junko—Dijeron al unísono.
—Bien, 1..2..3 Hola Jimin—Saludó sonriendo.
—¡Appi!—Saludaron.
—Hola bebés, ¿Se han portado bien?—Preguntó sonriente.
—Siemple appi—Respondió MinJae.
—¿Cómo les fue en la escuela?
—Bien, hoy nos quedamos hasta el ciele—Dijo MinHye y Jungkook negó con la cabeza detrás del celular.—Eh digo no.
—¿Qué tal bebé? ¿Cómo esta todo por allá?—Preguntó cambiando el tema.
El peliazul sonrió al ver el rostro del azabache, extrañaba su voz, su risa, sus caricias...
—Todo bien mañana comenzaremos a ensayar—Respondió arreglándose el cabello.
Jungkook se mordió el labio inferior, Jimin tenía una camiseta blanca empapada pegándose a su silueta.
—Eso es bueno—Respondió con la voz ronca.
Jimin se miró así mismo y sonrió al darse cuenta de que miraba su abdomen así que fue al espejo y cambio la pantalla en su celular para ponerse de perfil y dejar ver sus muslos gruesos y trasero respingón.
—Muy bueno—Repitió Jungkook embelesado.
Jimin sonrió y bajó lentamente el elástico de sus shorts dejando ver un poco de piel de la curva de su culo.
—Joder Jimin—Murmuró.—Hay niños.
—En la noche podemos hablar, te necesito—Jadeo tocándose los pezones.
—Mierda, ahora tengo un problemita que arreglar así que en la noche lo arreglarás bebé—Ordenó con voz ronca.
—Esta bien, daddy.
Y a Jungkook se le escapó un gemidito de satisfacción. Se sonrojó y le pasó el teléfono a los niños cuando Jimin había cambiado de cámara para dejar ver sólo su rostro.
—¿Appi tas bien? Tas rojito igual que Junko—Dijo MinHye.
—¿Igual que Jungkook?—Preguntó divertido.
—Cállate—Respondió.
Siguieron hablando de su día, de como les había ido. Jimin solía venir de recogerlos y mientras almorzaban hablar con sus hijos de su día , quería estar enterado de lo que les pasará a sus hijos. Si en un principio se estresó con los bebés llorando, nunca sería malo con ellos, nunca les pegaría. Podría regañarlos cuando se portaban mal, pero nunca les pegaría ni llegaría a extremos. Jimin sabía lo que no debía hacer gracias a sus padres, nunca sería como ellos. Si le destrozaron toda su infancia y adolescencia, él no haría lo mismo con sus pequeños, no lo haría sería mejor, siempre intentaba de ser el mejor porque los amaba con su vida.
—Tonces la plofesola dijo en un mes será la competencia de fútbol—Chilló emocionada.
—Eso es increíble Hye, lo lograrás—Dije sonriendo.
—Yo se que mi helmana ganala—Sonrió abrazándola.
Jimin los miro sonriendo a través de la pantalla, había hecho un bueno trabajo con sus hijos, claro que sí.
Los miró sonrientes contra aquel ventanal que tenía una pizza dibujada...
—¿Están en una pizzería?
Y Jungkook supo que no habría llamada en la noche.
Si lo se me demoré mucho pero comencé la universidad y me consumé casi todo mi tiempo.
Probablemente todos los domingos seran los que actualizaré, tal vez.
Espero les haya gustado.
Ann.