Eijirou se despertó temprano aquella mañana con un golpeteo.
"Seguro que lo de ayer fue un sueño y ese ruido es de tía Inko diciendo que me levante ya."
Seguía con los ojos cerrados, pero otros golpes terminaron por desperezarle.
-Está bien. Ya me levanto.
Pero cuando abrió los ojos no se encontraba ni en su alacena ni en el suelo del faro donde estaba con los Midoriya, sino en un cómodo sofá que estaba en una cabaña. Vio a Taishiro dormido en otro sofá roncando lo más fuerte posible.
Al rato se despertó, bostezó con fuerza, se sentó y se desperezó. Se giró hacia el chico y le dijo:
-Es mejor que nos demos prisa, Eijirou. Tenemos muchas cosas que hacer hoy. Debemos ir a Londres a comprar todas las cosas del colegio.
Pero antes de que pudiese emocionarse, un golpe de realidad le azotó.
-Mm... ¿Taishi?
-¿Sí?
-Yo no tengo dinero.
-No te preocupes por eso. ¿No creerás que tus padres no te dejaron nada? Por eso antes de comprar nada, vamos a ir a Gringotts. El banco de los magos. Es el lugar más seguro del mundo, excepto tal vez Hogwarts.
Salieron de la cabaña con dirección al centro de Londres. Mientras que caminaban, Taishiro le indicó que mirase la carta para ver lo que tenían que comprar.
COLEGIO HOGWARTS DE MAGIA Y HECHICERÍA
UNIFORME
Los alumnos de primer año necesitarán:
-Tres túnicas sencillas de trabajo.
-Un sombrero puntiagudo.
-Un par de guantes protectores.
-Una capa de invierno.
LIBROS
Todos los alumnos deben tener un ejemplar de los siguientes libros:
-El libro reglamentario de hechizos
-Una historia de la magia
-Teoría mágica
-Guía de transformación para principiantes
-Mil hierbas mágicas y hongos
-Filtros y pociones mágicas
-Animales fantásticos y dónde encontrarlos
-Las Fuerzas Oscuras. Una guía para la autoprotección
RESTO DEL EQUIPO
-1 varita.
-1 caldero (peltre, medida 2).
-1 juego de redomas de vidrio o cristal.
-1 telescopio.
-1 balanza de latón.
Los alumnos también pueden traer una lechuza, un gato o un sapo.
-¿Podemos comprar todo esto en Londres? -se preguntó Eijirou en voz alta.
-Sí, si sabes a dónde ir -respondió Taishiro.
Siguieron caminando hasta que llegaron a un bar que hacía esquina en un callejón. No tenía una fachada bonita, más bien parecía que no la pintaban ni arreglaban desde que se construyó el bar.
-Es aquí -dijo Taishiro deteniéndose-. El Caldero Chorreante.
Cuando entraron, vieron que el interior tampoco estaba en mejor estado. Estaba muy oscuro y destartalado. Pero el suave murmullo de las charlas se detuvo cuando ellos entraron. Todos parecían conocer a Sora.
-¿Lo de siempre, Taishiro?
-No puedo, estoy aquí por asuntos de Hogwarts. Ayudando al joven Kirishima a comprar sus útiles para la escuela.
-Dios mío-dijo el cantinero, mirando atentamente a Eijirou-. ¿Es éste... puede ser...? Válgame Dios. Eijirou Kirishima, es todo un honor.-Le dijo estrechándole la mano efusivamente.
Cuando lo dijo, todas las personas del bar se acercaron rápidamente al chico y le estrechaban la mano presentándose. Eijirou no entendía nada, y no sabía por qué esas personas le conocían.
Cuando Taishiro consiguió apartarlo de la multitud, le condujo hacia un hombre que llevaba un turbante en su cabeza.
-¡Profesor Bubaigawara! -dijo Taishiro-.Eijirou, el profesor Bubaigawara te dará clases en Hogwarts. (N/A: es Twice, ese es su apellido)
-K-Ki-Kirishima -tartamudeó el profesor Bubaigawara, apretando la mano de Eijirou-.N-no pue-e-do decirte l-lo contento que-e estoy de co-conocerte.
-¿Qué clase de magia enseña usted, profesor?
-D-Defensa Contra las Artes O-Oscuras
Taishiro lo interrumpió.
-Tenemos que irnos. Hay mucho que comprar. Vamos.
Taishiro llevó a Eijirou a través del bar hasta un pequeño patio cerrado. Se paró frente a una pared de ladrillos y empezó a contarlos.
-Tres arriba... dos horizontales...-murmuraba-. Correcto. Un paso atrás.
Dio tres golpes a la pared, con la punta de su paraguas.
El ladrillo que había tocado se estremeció, se retorció y en el medio apareció un pequeño agujero, que se hizo cada vez más ancho. Un segundo más tarde estaban contemplando un pasaje abovedado que llevaba a una calle con adoquines.
-Bienvenido al callejón Diagon.
Entraron en el pasaje. Eijirou miró rápidamente por encima de su hombro y vio que la pared volvía a cerrarse.
Había muchas tiendas con objetos extraños que Eijirou no había imaginado jamás, y miraba cómo la gente entraba y salía de ellas.
Siguieron caminando hasta que vieron delante suya un edificio blanco. Gringotts.
Cuando entraron, pudieron ver a varios enanos en sillas revisando papeles. Fueron hasta el fondo de la sala parándose delante de un mostrador en el que un enano estaba mirando a través de sus gafas unos documentos.
-Buenos días -dijo Taishiro-. Hemos venido a sacar algún dinero de la caja de seguridad del señor Eijirou Kirishima.
-¿Tiene su llave, señor?-Le dijo el enano alzando la vista.
-La tengo por aquí -dijo Taishiro, y comenzó a vaciar sus bolsillos hasta que sacó una pequeña llave dorada.
-Y también tengo una carta del profesor Toshinori -dijo Taishiro-. Es sobre lo-que-usted-sabe, en la cámara setecientos trece.
-Muy bien -dijo, devolviéndosela a Taishiro-. Voy a hacer que alguien los acompañe abajo.
Llamó a otro enano que los acompañó hasta la primera cámara, la de Eijirou.
El enano abrió la cerradura de la puerta. Dentro había montículos de monedas de oro. Montones de monedas de plata. Montañas de pequeños knuts de bronce.
-Todo tuyo -dijo Taishiro sonriendo.
Una vez cogieron un poco de dinero, el enano los guió hasta la segunda cámara que iban a visitar.
Cuando abrió la puerta, Taishiro se apresuró a coger lo que había dentro sin dejarle tiempo a Eijirou de mirar el interior.
Tras salir del banco, Taishiro estaba mareado. Tal parece que la montaña rusa por la que habían bajado a las cámaras (Los enanos se transportan por medio de unos vagones en raíles) le habían dejado hecho polvo.
Taishiro le indicó por dónde debía ir para conseguir su uniforme.
Una vez entró a la tienda, una señora muy amable le preguntó:
-¿Hogwarts, guapo? -dijo, cuando Eijirou empezó a hablar-. Tengo muchos aquí... En realidad, otro muchacho se está probando ahora.
En el fondo de la tienda, un niño de rostro pálido y pelo lacio rubio estaba de pie mientras otra bruja le ponía alfileres en la larga túnica negra. La seora le condujo a un lado del otro niño y comenzó con la misma labor que su compañera.
-Hola -dijo el muchacho-. ¿También Hogwarts?
-Sí -respondió Eijrou.
-¿Tú tienes escoba propia? -continuó el muchacho.
-No
-¿Juegas al menos al quidditch?
-No
-Yo sí. Papá dice que sería un crimen que no me eligieran para jugar por mi casa, y la verdad es que estoy de acuerdo. ¿Ya sabes en qué casa vas a estar?
-No -dijo Eijirou, cada vez se sentía más incómodo.
-Bueno, nadie lo sabrá realmente hasta que lleguemos allí, pero yo sé que seré de Slytherin.
-Mmm
El chico siguió parloteando mientras que Eijirou sólo quería irse de ese lugar de una vez.
Por fin la bruja terminó de tomarle las medidas, así que rápidamente se fue de allí.
Una vez se encontró con Taishiro, terminó preguntándole esa duda que tenía desde que lo conoció.
-Taishi, ¿quién mató a mis padres?
-Fue alguien a quien no podemos nombrar, Sólo por ésta vez te diré el nombre. Se llamaba All For One. Era un mago tenebroso que mataba a personas por placer, y tenía muchos seguidores. Una noche, tus padres fueron sus objetivos.
-¿Fue él quien me hizo a cicatriz?
-Así es. Pero al hacerla, se debilitó. Hay muchos rumores sobre él.
Tras ese incómodo momento, continuaron comprando todas las cosas necesarias.
-Sólo falta la varita.-Informó Eijirou
-Entonces Nishiya's. Es el único lugar donde venden varitas. (N/A: sería Kamui Woods. Nishiya es su verdadero nombre)
Cuando entraron, una campanilla resonó en el fondo de la tienda. Era un lugar pequeño y vacío. Taishiro lo dejó allí con el pretexto de que debía hacer unos recados.
-Buenas tardes -dijo una voz amable.
Eijirou dio un salto. Un hombre de aspecto amable estaba ante él.
-Hola -dijo Eijirou con torpeza.
-Ah, sí -dijo el hombre-. Sí, sí, pensaba que iba a verte pronto. Eijirou Kirishima.
Se acercó a él examinándolo. Después se giró y comenzó a buscar algo entre las estanterías polvorientas. Trajo consigo una cajita alargada de la que sacó una varita extendiéndola a Eijirou.
-Prueba ésta. Madera de haya y nervios de corazón de dragón. Veintitrés centímetros. Bonita y flexible. Cógela y agítala.
Eijirou cogió la varita y la agitó a su alrededor, pero el señor Nishiya la quitó casi de inmediato. Le entregó otra.
-Arce y pluma de fénix. Diecisiete centímetros y cuarto. Muy elástica. Prueba...
Eijirou probó, pero en cuanto la agitó un poco un florero que había cerca explotó.
-No, no... ésta tampoco.
Eijirou lo intentó. No tenía ni idea de lo que estaba buscando el señor Nishiya.
Se fue a lo más profundo de la tienda, y sacó otra caja.
-Me pregunto... sí, por qué no, una combinación poco usual, acebo y pluma de fénix, veintiocho centímetros, bonita y flexible.
En cuanto Eijirou la tocó sintió un súbito calor en los dedos.
-¡Oh, bravo! Oh, sí, oh, muy bien. Bien, bien, bien... Qué curioso... Realmente curioso...
-Perdón. Pero ¿qué es tan curioso?
-Recuerdo cada varita que he vendido. Y resulta que la cola de fénix de donde salió la pluma que está en tu varita dio otra pluma, sólo una más. Y realmente es muy curioso que estuvieras destinado a esa varita, cuando fue su hermana la que te hizo esa cicatriz. La varita escoge al mago, recuérdalo... Creo que debemos esperar grandes cosas de ti. Después de todo, El-que-no-debe-ser-nombrado hizo grandes cosas... Terribles, sí, pero grandiosas.
Cuando Eijirou salió de la tienda, vio que Taishiro sostenía una jaula en la que se hallaba una preciosa lechuza blanca.
-Feliz cumpleaños, Eijirou.
Sin duda ese fue el mejor cumpleaños que había tenido en su vida.
Antes de subir al tren que lo llevaría a casa de sus tíos de nuevo, Taishiro le entregó su billete y le dijo que debía ser muy puntual, pues el tren no le iba a esperar.
Después de eso, se despidió de Eijirou justo antes de que el tren saliese de la estación.
Ya sólo faltaba un mes para poder empezar su vida en aquel emocionante colegio.