Llegué al entrenamiento de mi hermano una hora después, justo para el descanso.
- ¿Dónde estábas?- Santi besó mi mejilla.
- Fui a almorzar con Pepo, te mandé un mensaje.
- No había visto el celular.
- ¡Hola, María Sol!
- Hola, Lucas Martínez- besó mi frente y se sentó al lado mío.
- ¿Donde andabas?
- Con un amigo de la escuela.
- Estaba con Pedro- le explicó mi hermano.
- ¿El pibito de Lanús?-asentí- mira vos, parece buen pibe.
- Y si, es mi amigo.- reí.
Me senté en uno de los bancos que había en el predio y presté atención al entrenamiento, todavía faltaban cuarenta minutos.
Santiago se acercó hasta donde yo estaba, ya cambiado y con con el bolso colgando.
- ¿Vamos?- asentí y me despedí de algunos de sus compañeros.
- ¿Me compras algo para merendar? ¡Tengo un hambre!
- ¿Uno solo?- dijo Julián.
- Gracioso el pibe.
- Ahora te compro- nos subimos al auto yo atrás, obvio.
No hace falta aclarar que Julián iba para mi casa. Llegamos y puse el agua para el mate mientras sacaba las cosas de la escuela para hacer tarea.
- ¿Necesitas ayuda en algo?- el cordobés se sentó en frente mío.
- Por ahora no, gracias.
- ¿Qué materia es?
- Matemática. - suspiré.
- ¿Te cuesta?
- No tanto, pero este tema es bastante extenso y se hace pesado.
- Les hice tostadas con dulce de leche- Santi llegó con el equipo de mate y la comida.
- Más bueno- le agarré uno de sus cachetes.
- Hoy salgo con los chicos- me avisó.
- ¿Vienen para acá?
- Sip.
- Encima que son re tinchos y los veo casi siempre.
- Y viste como es tu hermano.
- Vos cállate que estas en cambio a ser el próximo.
- ¿De qué te quejas si tus amigos son re tinchos?
- Igual que vos.
Termino la tarea de matemática y llevé todas las cosas a mi habitación.
- Sol, voy a comprar para esta noche. - asoma su cabeza por la puerta- se queda Julián.
- Que costumbre de dejarme con el eh. Traeme chocolate.
Volví a la sala y me senté al lado del amigo de mi hermano.
- ¿Hoy salís?- me pregunta.
- No creo, no me siento muy bien.
- ¿Estas enferma?
- Sip, resfriada. - se forma un silencio incómodo. Él mira la televisión y es ahí cuando decido hablar. - Julián decime la verdad, ¿mi hermano tiene novia?
Se queda callado y me mira sorprendido. No se lo esperaba, y yo tampoco; simplemente salió.
- ¿Que?-negó- hasta lo que yo sé no tiene novia, pero yo no sería la persona indicada para decirte.
- Pero vos sabes algo y no me lo querés decir- me levanté del sofá bajo la atenta mirada de Julián- me voy a bañar.
- No te enojes conmigo- agarró mi muñeca- tenes que hablar con Santiago.
Asentí.
-Creí que vos me dirías, nunca me ocultaste nada. Pero no importa, voy a hablar con mi hermano.