¡Oh! ¡Puedo entender de lo que están hablando!
Para mi es perfecto.
No solo el efecto.
Park JinYoung es perfecto. Hecho a la medida. Mi otra mitad. Mi alma gemela.
Estoy consciente de lo voluble que solía ser, no creo que haya alguien más sorprendido sobre el poder que tiene JinYoung sobre mi que yo. Una simple mirada, una simple palabra que salga por sus hermosos labios, puede cambiarlo todo. Lo he sentido de muchas formas, lo he vivido varías veces y sigo sin creérmelo realmente—aunque sé que existe—.
Creo que se debe al amor que le tengo, al amor que nació en mi desde el primer día que lo vi. Mi alma supo inmediatamente que pertenecía ahí, con él y, por eso, lo obedece sin chistar. Haciéndome imposible guardar mis sentimientos, mis preocupaciones o secretos. Tentado siempre a intentarlo pero fallando miserablemente en el intento. Me lee, se sabe de memoria mis líneas y alcanza a ver hasta las letras pequeñas, las referencias entre páginas las estudia con atención, sin dejar nada para la imaginación.
Lo único bueno es que funciona en las dos direcciones.
No voy a negar que estuve en negación un tiempo. A pesar de que había pasado varias veces yo no quería verlo. Sobretodo por lo que significaba. Para mi significaba que tenía un amor no correspondido por el chico más precioso que había a mis ojos—desde entonces pensaba eso y como quiera no lo quería aceptar—. Ni si quiera pasaba por mi cabeza que fuera mutuo. Él se merece el mundo entero, se merece a un príncipe encantado, que pueda llenarlo de lujos y librarlo de problemas. Por eso no quería ver lo que estaba sintiendo, porque yo no tenía nada que ofrecerle como para que se quedara conmigo. Me hice el ciego por un largo tiempo, no queriendo echar a perder nuestra gran amistad y complicidad que habíamos creado.
Fue poco después de que BamBam también se mudara a casa cuando lo acepte. Juro que me sentí más ligero, como dejando ir un peso de encima. Gracias a eso estoy viviendo con el gran amor de mi vida y estoy tan malditamente agradecido con mi yo del pasado.
JinYoung y yo conectamos desde el principio, a pesar de todo lo que decían sobre nosotros, formamos una amistad. En ese entonces eran pocos a los que podía llamar amigos—de hecho solo tenía uno aparte de JinYoung—, así que lo atesore lo más que pude. Sabía que no necesitaba protección, Jinnie siempre ha sido fuerte, tanto de carácter como físicamente, sabe cómo responder. Pero para mi era la personita más delicada, no quería que nadie lo lastimara más de lo que ya estaba y, si hubiera podido, lo hubiera protegido desde antes. Pero como eso no era posible hice de todo para que no sufriera más, si me lo hubiera pedido me habría tirado de un edificio, si con eso lo hacía feliz.
¡Wow! Me sorprende que no me haya dado cuenta que estaba enamorado.
JinYoung había estado más brillante, la sombra de su cara casi había desaparecido y todo gracias a mi—suena creído pero el me lo confesó después— hasta que de repente su semblante triste volvió y por más que trate que me dijera que estaba mal, no lo hacía. Estaba preocupado, pensé que había echo algo mal y, sobretodo, estaba molesto, porque si no había sido yo, ¿quien demonios se atrevió a molestar a mi JinYoung?
Había estado un poco ocupado, entre mi trabajo de medio tiempo y la escuela, estaba atareado, sobretodo después de que se uniera otra boca a la cual alimentar. Así que ese día iba a sorprender a JinYoung, mi plan era llegar a su casa, raptarlo y tenerlo secuestrado todo el fin de semana que los mocosos estarían fuera, ver películas, comer porquerias y dormir el mayor tiempo posible. Todo estaba perfectamente estructurado en mi cabeza pero no esperaba lo qué pasó.
-¡Tú no tienes ningún derecho sobre mi! ¡Ni si quiera deberías seguir considerándote familia!-los gritos de JinYoung se escuchaban hasta la calle cuando llegue por él. Corrí hacia la puerta, asustado y sorprendido. Nunca había escuchado la bonita y amable voz de JinYoung en ese tono.
-No me hagas reír, al único que no consideran como familia es a ti-lentamente empuje la puerta escuchando esa sarcástica voz que no reconocía para nada. Y llegue justo a tiempo a la entrada de la sala.
-¡Maldito maricon!
Golpeó a JinYoung con el puño cerrado en su bello rostro.
A MI JINYOUNG.
A MI JINNIE.
Y me perdí.
Voltee a ver a Jinnie, en el piso, con su suave mano en la mejilla y su rostro completamente empapado y rojo, sentí como toda la sangre se acumulaba en mi cabeza, supe que el sujeto sin nombre—que también sería sin cara después de la paliza que le iba a poner—estaba muerto. Sentí tronar mi mandíbula, mis nudillos y brazos de lo mucho que me estaba conteniendo.
-Ni si quiera deberías haber nacido.
Escupió el estupido. Mi puño chocó con su rostro tres veces antes de que él siquiera pudiera parpadear. Yo tenía la vista borrosa y solo podía pensar en partirle la cara, en hacer que se viera tan desgarrado como se veía mi Jinnie.
-¡JaeBum!-Escuche demasiado lejos la voz de JinYoung, mientras tenía tirado al sujeto en el piso.
-¡¿Quien demonios te crees para ponerle tus asquerosas manos encima?! ¡¿Quien demonios eres?! ¡Mira como está por tu maldita culpa! ¡Dame una puta razón para no matarte en este instante!-grite en su cara, mi cuerpo temblaba de coraje.
Maldito. Maldito. Maldito. Solo podía pensar en hacerlo sufrir tanto como fuera posible. Merecía el dolor que seguramente estaba sintiendo, pero el idiota sonrío-Tengo todo el maldito derecho, además ¿quien eres tu? ¿Eres el novio de este rarito? ¡Ja! Y te atreves a golpearme, soy su hermano mayor, deberías tratarme con más respeto-dijo antes de que otra ronda de golpes aterrizaran en su estupida y sancarrona sonrisa.
-¿Respeto? ¡Tsk! Me importa muy poco que seas su hermano, te golpearía igual si fueras su padre, incluso me importaría menos si fueras dios, ¡NADIE TOCA A MI JINNIE!-se lo escupí en la cara mientras lo tomaba del cuello, él iba a continuar diciendo estupideces y yo estaba preparado para seguir moliéndolo a golpes, pero algo más fuerte que mi voluntad me detuvo.
Park JinYoung.
-JaeBummie, por favor- la voz rota de JinYoung me hizo voltear, mis ojos automáticamente buscando los suyos, conectándose y lo sentí. Lo sentí drenando toda la ira acumulada, olvide al sujeto que tenía en el piso, relajando mis músculos, concentrándome solo en la figura encorvada y triste de mi Jin-déjalo ya, te estás haciendo daño tú y no vale la pena-el suave y triste tono que usó rompía un poco mi corazón. Me levante prácticamente saltando, pateando al supuesto hermano en el proceso.
-Vámonos de aquí, bebé-trate enormemente de suavizar mi voz mientras lo jalaba hacia la calle. Escuche el gruñido por parte del imbecil y me obligue a apartar la mirada del rostro de JinYoung para dirigirla hacia atrás- ¡Escúchame bien, imbecil! Me voy a llevar a JinYoung, deberías agradecer que está aquí si no ya te hubiera matado a golpes. No vuelves a acercarte a él, ni si quiera vuelvas a pensar en él, porque terminaré lo que empecé-la amenaza resonó fuerte en la habitación mientras sacaba a JinYoung de ahí.
Mi Jinnie ni si quiera ponía resistencia, estaba llorando aún y su cuerpo parecía gelatina. Llegamos a un parque cercano, parándonos lejos de algunos niños que jugaban por ahí. Me paré enfrente de JinYoung, siguió sin levantar la mirada. Yo sabía, lo sentía en mi corazón pero tenía que preguntar-Esa no fue la primera vez que te golpea, ¿cierto?-un jadeo de su parte me dio la respuesta y pensé seriamente en regresar a matarlo. Pero era más importante estar ahí, antes de que JinYoung se derrumbara por completo.
-Lo siento-le susurré mientras lo apretaba en un abrazo-lo siento tanto Jinnie-
-¿Porque tu eres el que se está disculpando?-sorbió su nariz, sin despegar su cara de mi cuello. Yo solo lo apreté más, no queriendo dejarlo ir nunca-Perdóname por no protegerte lo suficiente-
Ahí fue cuando lo entendí. El merecía todo, amor, protección, felicidad. Y tal vez yo no era lo suficiente, pero lo sería. Me convertiría en lo que él necesitaba y me aseguraría de hacerlo completamente feliz. No podía prometer que todo el tiempo, pero lo intentaría, más fuerte que cualquiera.
-Escúchame JinYoung, no estaba bromeando ahí. Nunca voy a dejar que vuelvas, te vendrás conmigo y con los niños-suspire mientras lo separaba un poco para verlo a los ojos-sé que no te merezco y que no soy suficiente pero también sé que puedo intentarlo, intentar hacerte feliz. Porque de verdad, no puedo soportar verte sufriendo. Eres una persona tan buena y hermosa, tanto por dentro como por fuera que no lo entiendo, te mereces todo el amor de este mundo y, aunque probablemente no sea correspondido, yo te lo daré. No me importa si no me quieres de esa manera, yo seré feliz viendo a la persona que amo ser feliz. Así que, por favor, déjame cuidarte-
Sus ojos se abrieron grandes y su boca entreabierta, simulando palabras que no eran dichas, al parecer por la sorpresa-No tienes de que preocuparte, trabajaré más para que no nos falte nada-seguí con mi monólogo, ahora sin poder ver a JinYoung a los ojos después de mi confesión-y tampoco te sientas responsable, si alguna vez encuentras a alguien que quieras, como románticamente hablando, yo lo aceptaré, te lo prometo, no me voy a interponer, porque...-
-¿Puedes parar un momento y escucharme?-prácticamente escuché su sonrisa antes de levantar mi cabeza y asegurarme que estaba en su rostro. Mis manos aún seguían alrededor de él pero cayendo de una manera más relajada sobre su cadera-No se quien te dijo que no eres suficiente, pero es mentira JaeBummie-su mano aterrizó en mi mejilla mientras sus ojos—que aún estaban rojos—se iluminaban frente a mi, casi deshaciéndose por completo de la sombra que antes se había adueñado de ellos-¿No viste lo que incluso hiciste hace un momento? ¿Todo lo que has hecho por mi? ¿Lo mucho que yo también te amo?-susurrando lo último, se acercó más a mi.
Mi corazón saltando en mi pecho, a punto de salirse al escuchar la última confesión. Mirándolo fijamente, como buscando la mentira en sus ojos, pero solo encontré un sonrojo, una pequeña sonrisita nerviosa y sus ojos valientes.
Era verdad. Al cien por ciento.
Lo acerqué más a mi—si eso era posible—, ni si quiera estaba intentando ocultar mi emoción. Una sonrisa brillante en mi rostro, el sonrojo y la piel de gallina me delataban por completo. Junte nuestras frentes, frotando suavemente mi nariz con la suya antes de ver cómo Jinnie cortaba nuestro contacto visual al cerrar sus ojos, dándome la señal que necesitaba para besarlo. Dulce, lento y gentil. Como todo él era, así eran sus besos. Tan embriagantes. Tan hechos para mi. Tan perfectos.
-Después de esto, no vas a poder escaparte de mi-le dije mientras volvía a poner nuestras frentes juntas, mirando profundamente sus ojos.
-No es como si lo quisiera-se encogió de hombros y rió nerviosamente, el sonrojo creciendo en sus mejillas más y más.
-Ahora, debemos ir a casa-aunque esas palabras salieron de mis labios no cambie de posición-al parecer tengo un novio bastante guapo ahora y también tengo la casa libre el fin de semana, eso es una buena combinación, ¿no crees?-levanté las cejas, aún sin ganas de separarme del abrazo que teníamos hasta que JinYoung se separó bruscamente, cruzando sus brazos enfrente del pecho, haciendo pucheros.
-Yo no escuche a nadie pedir ser el novio de alguien.
-¡Aaaah! Entonces besas gente sin ser novios Jinnie, que atrevido-juguetonamente me crucé de brazos también, mientras lo veía con una mueca divertida y una sonrisa.
-Olvídalo, escuche algo de casa sola el fin de semana, cuéntame más sobre eso.
Una carcajada salió de mi garganta mientras lo jalé, ahora entrelazando nuestras manos, camino a nuestra casa.
No tengo que explicar qué pasó cuando llegamos, ¿cierto?
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Este me salió súper largo, no estaba segura de cómo hacerlo pero al final salió, ya es casi lo último, ahorita subo el final de esto❤️