El nuevo profesor de Defensa fue un tremendo éxito con los estudiantes. En la primera reunión del Club de Exploradores después de las vacaciones, los miembros compartieron su unánime aprobación mientras bebían sidra caliente.
—¿Oyeron sobre la lección con el boggart que le dio a los de tercero?—Preguntó Ernie emocionado—¡Eso suena tan divertido!—.
—Tiene ojos tan amables—Suspiro Hannah.
—Parece conocer el tema—Dijo Draco con aprobación más mesurada—¡Pero debería poner más esfuerzo en lucir como un Profesor de Hogwarts! —.
Justin rió—Supongo que a muchas chicas les gusta ese estilo bohemio. Luce muy bien—.
Hermione comento—El conocimiento es mucho más importante que la forma de vestir—.
—Uno a la vez puede ser un erudito y vestirse de manera decente—Draco dijo secamente—¿No estás de acuerdo, Harry?—.
—Supongo. El Profesor Snape siempre se viste bien para las clases—.
—De negro—Bufo Lavender.
—¡Oye!— Harry saltó en defensa de su guardián—¡Me gusta el negro! Y a él le queda muy bien. Es su estilo. Y lo he visto vestirse en otros colores, de vez en cuando—.
—Bueno...—Dijo Hermione con paciencia—Quizás el tweed raído... y... bohemio, es el estilo del Profesor Lupin. A mí me gusta—.
Draco murmuró—No hay nada que decir sobre la falta de gusto—.
Hermione bufó, pero mantuvo su opinión. A la mayoría de las chicas, incluso las Slytherin, les gustaba mucho este nuevo Profesor. Era inteligente, no amenazador y...
—...¡Y no tartamudea!—Recalcó Pansy—Pensé que Quirrell me volvería loca. El Profesor Lupin tiene una hermosa voz. Tranquilizadora—.
Neville vio la mirada que Harry y Draco intercambiaron y susurro—Chicas—.
Luego conversaron sobre las vacaciones. Harry, por supuesto, no podía contar su Historia de la Destrucción de Lord Voldemort, así que se unió a Ron Weasley, su nuevo miembro, en describir las glorias de su fuerte de nieve, mejor conocido como el Palacio de Invierno Weasley.
—Deberíamos aprovechar la nieve mientras dura—Comentó Dean—Quizás podríamos salir la próxima semana y construir algo cada uno o podríamos hacer un fuerte muy grande todos juntos—.
La idea fue considerada interesante. Ron les aseguro que había aprendido mucho y que podía averiguar los encantamientos para alisar las paredes y pisos e incluso los de hacer ventanas de hielo.
—Está bien—Harry asintió—Si aún hay nieve la próxima semana, haremos eso. Y así disfrutaremos aún más el té después—.
Y luego vinieron muchas conversaciones y lamentaciones por Sally. La mayoría creía que ella estaba cometiendo un terrible error.
—...¿Y si el Ministerio decide romper su varita? —.
—...¿Y si le lanzan un Obliviate?—.
—...¡Ella nunca podrá trabajar en el mundo mágico! —.
Algunas de las chicas expresaron interés sobre el tipo de ropa que Sally usaría. Su traje para la presentación de los Hufflepuff había sido un éxito. Fue Justin, por supuesto, quien fue su mayor defensor. Una vez más, trajo a colación la idea de ir a ver un ballet de verdad, para que sus amistades en Hogwarts pudieran comprender lo que ella estaba haciendo.
Era una idea atrevida para algunos.
—¿Quieres decir... realmente estar entre los muggles?—Preguntó Daphne Greengrass un poco temerosa—¿Y si ellos notan que somos... diferentes? —.
—¿Cómo es la Casa Real de la Opera?—Preguntó Lavender—¿Hay... sillas? ¿Cómo se entra? ¿Hay que pagar algo? —.
Draco se irrito—¡Me atrevería a decir que es igual que ir a cualquier otro teatro! Vamos todo el tiempo en París. Ustedes compran la entrada, entran al teatro. Hay un escenario y, si, ¡por supuesto hay donde sentarse! ¡No hay nada que temer! —.
—Traeré fotografías—Prometió Justin—Es un lugar precioso. A mi madre le gustara organizar todo para nosotros—.
—¡Y hay tantos lugares a los que podríamos ir!— Hermione agregó, agarrando vuelo ante la idea. Ella se sentó y empezó a hacer una lista de lugares absolutamente esenciales para ver sólo en la zona de Londres.
—Me gustaría que pudiéramos ir al zoológico—Harry dijo con nostalgia—Fui allí una vez—.
—¿El... zoológico?— Draco frunció el ceño.
—¡Tienen todo tipo de animales allí! —Les dijo Harry—Claro que no de los mágicos, pero hay algunos muy interesantes... como... como leones y tigres. Y serpientes. Me gustan las serpientes—.
—Claro que sí—Draco sonrió de medio lado.
—¡Es genial!—Dijo Harry—Apuesto que el Profesor estaría feliz de llevarnos algún día—Luego dijo en voz baja—En especial si sólo somos tú y yo. Uno puede comprar regalos y todo eso. Nunca olvidaré la vez que fui con mi primo...—.
Hermione se puso de pie y comenzó a recitar su lista.
—El Museo Británico, el Museo de Victoria y Albert, la Galería Nacional, Los Jardines de Kew, la Torre, para que puedas ver las verdaderas joyas de la corona, Draco...—.
—¡No podríamos hacer todo eso ni aunque estuviéramos diez años en Hogwarts!—Protesto Ernie.
—Me gustaría ver donde compran los muggles—Sugirió Hannah—¿No hay un gran lugar llamado Harold's? —.
—Harrod's—Corrigió Hermione. Ella continuó—Supongo que sería interesante para ustedes. ¡En realidad es muy diferente al Callejón Diagon! —.
—Necesitaríamos dinero muggle—Ernie señalo con sensatez
—¿Y?—Parvati rechazó sus preocupaciones—Iremos a Gringotts primero para cambiar dinero. Me gusta la idea de ir de compras. Cosas como esas están en los EXTASIS de Estudios Muggle, saben—.
—¡Pero también deberíamos hacer viajes de estudios a lugares mágicos!—Comentó Blaise Zabini—Se supone que ayudemos a los nacidos muggle a aprender sobre las cosas mágicas. No tenemos permitido ir a Hogsmeade hasta tercer año, pero debe haber otro lugar al que podamos ir—.
Susan tuvo un momento de inspiración—¡Deberíamos ir al Ministerio!—.
Todos se giraron a mirarla.
Ella movió sus manos—¡Si! ¡Deberíamos! Estoy segura de que mi tía aceptara ayudarnos. Podríamos ver el área de recepción y algunas de las oficinas y quizás algunos de los lugares donde hacen investigaciones... quizás podríamos conocer algunos Aurores y ver como entrenan. La tía Amelia quizás podría arreglar que tomemos el té allá—.
—Esa—Dijo Harry—Es una idea absolutamente genial—.
Después de un poco más de consideración, hubo una oleada de aprobación en favor de una visita al Ministerio.
—¿Crees—Preguntó Theo Nott—Que podamos conocer algunos Inefables? Siempre he pensado que suenan misterioso e increíblemente estupendos. ¡Son tan secretos que nadie nunca habla de ellos! —.
—Me atrevería a decir que debemos solicitar eso por escrito—Respondió Draco, sin dejar escapar una sonrisa—¡El Ministerio! Si... creo, eso sería apropiado. Nunca he estado en la oficina del Ministro. Quizás podríamos echarle una mirada—.
Harry asintió sabiamente—Puedes decidir cómo redecorarla cuando sea tuya—.
El Sr. Harker, de Harker & Dedlock, accedió a mostrarle a Snape la casa el domingo en la tarde.
Harry estaría en su reunión del club. Charity también estaría allí, supervisando a los pequeños demonios. Snape iría a echarle una mirada a la propiedad que Madame Fletwock le había legado a Harry en su testamento y si el lugar era imposible, le diría al abogado que se deshiciera de él, sin quejas o dudas de alguien más.
Clothilda Fletwock había sido muy vieja cuando murió. Ella estaba relacionada a la adinerada familia Fletwock, quienes eran famosos por criar caballos alados, pero ella no se había dedicado a eso. Ella había sobrevivido a sus hermanos y hermana, y al hijo de ella y a su único nieto, que había muerto sin herederos. Ella no había sido especialmente adinerada, pero tampoco era pobre. Ella había heredado dinero familiar de un número de parientes fallecidos y había vivido la mitad de su vida en la casa que le había heredado su tía en Cheshire.
Poco antes de morir, ella decidió dejarle todo lo que tenía al Niño-Que-Vivió. "Que nos salvó a todos, el pobrecito". Ella había muerto hace sólo dos años, así que esta herencia aún no había sido entregada al Ministerio, como por desgracia les había sucedido a otras. Y no había habido otros herederos para litigar contra la decisión.
—Harker, Jonathan Harker—Arribo a la hora acordada y llevo a Snape al lugar por traslador. Llegaron al medio de un camino de tierra, entre un denso bosque de robles y hayas.
>> A este lado del camino está la propiedad en cuestión—Le informo Harker—Sólo once hectáreas, pero quería que viera lo protegido y escondido que está de muggles y todo eso—.
A cualquiera le costaría mucho poder penetrar los secretos del bosque sin causarle considerables problemas. Harker guió a Snape hacia una estrecha puerta. Una piedra erosionada a un lado de la puerta tenía la inscripción "Antigua Porqueriza Cerrada".
Snape levantó una ceja—¿Antigua Porqueriza Cerrada? Nombre interesante—.
—La piedra es una reliquia de un dueño anterior—El Sr. Harker respondió con desdén—La tía de Madame Fletwock renombro la propiedad Lacewing Cottage—.
Había algunas buenas barreras anti-muggle todavía en su lugar. El pequeño bosque denso dio paso a una pradera de césped de dos o tres hectáreas, vallada prolijamente y salpicada de...
—¿Son esas cabras?—Preguntó, mirando a las pequeñas criaturas.
—Si, Madame Fletwock tenía cabras enanas. Sus instrucciones eran que nos encargáramos de ellas hasta que la propiedad cambiara de manos legalmente. Son criaturas muy útiles. Mantienen el pasto corto, sabe. Ella ocupaba las cabras para la elaboración de queso, en especial su famoso Pantysgawn. Las cabras eran como sus mascotas—.
—¡Hmmph!—Comentó Snape. Cabras. Al menos no eran cerdos.
Más allá de la pradera había un huerto y un bonito jardín. Desafortunadamente, no atendido de manera apropiada, pero con interesantes posibilidades. Snape vio los restos de un jardín acuático también, custodiado por la estatua de una hermosa ninfa. Más allá de un seto, se revelaba la casa, larga, baja y con techo de paja.
—Ahí está—El Sr. Harker hizo un gesto con su mano como un mago muggle haciendo un truco—Lacewing Cottage—.
Snape pensó en privado que bien podría haber sido una porqueriza en algún momento. De seguro tenía la forma de una, aunque una bastante grande. Sin embargo, cuando alcanzaron la puerta, pudo ver que siempre había sido una casa, porque tenía un segundo piso y las ventanas no tenían la apariencia de haber sido añadidas después.
Le gustaba. Era un lugar raro y olía a mujer vieja que había vivido allí demasiado tiempo, haciendo queso. Aun así, valía la pena... considerarla. El mobiliario era viejo y cubierto de tela horrible, por supuesto y había demasiados tejidos. Pero eso podía arreglarse con facilidad.
La gran cocina era la habitación más grande abajo. Había una chimenea en un rincón con un viejo sofá frente a ella y una gran mesa de madera con bancos a ambos lados. La relamida y pequeña sala podría ser transformada en biblioteca, y la pequeña habitación en el piso de abajo podría volverse algo menos... floral. La plomería era antigua pero utilizable, de seguro mucho mejor que las no existentes cañerías de la casa de su infancia.
Volvió a la biblioteca. Había también aquí una pequeña chimenea. Comenzó a medir la habitación con sus ojos, considerado como comenzar aquí también. Por encima de la repisa de la chimenea había un cuadro de una bonita mujer en un jardín, vestida al estilo victoriano.
—¿Quién eres?—Preguntó ella, en voz aguda.
—Soy Severus Snape—Respondió ausente. "El papel mural debe irse. Y las cortinas. Tendría que poner un escritorio. Una mesa. Libreros contra la pared este. Hmm..."
—¿Que estas hacienda aquí?—Preguntó el retrato—¿Eres otro abogado?—.
—No lo soy. Soy el guardián mágico de Harry Potter—.
La chica del retrato salto del columpio en el que estaba y gritó—¿Él vendrá a vivir aquí al fin?—.
Snape estudio el retrato—¿Madame Fletwock? —.
—¡Si! ¡Soy yo! ¡Qué emocionante! Esperaba que viniera—.
—Hare... muchos cambios—Le dijo Snape.
—Bueno, está bien—La chica suspiro—Supongo que eso es inevitable. ¿Qué edad tiene él ahora? —.
—Tiene once y está en su Primer Año en Hogwarts—.
—Supongo que tiene todo tipo de lugares a los que podría ir—Dijo el retrato con nostalgia—Pero espero que pueda venir aquí alguna vez. ¡Me gustaría ver vida en esta casa otra vez! ¡Haga los cambios que quiera!—.
—Primero debo ver el resto de la casa—.
—¡Oh, hágalo! ¡Y tráigalo con usted la próxima vez! —.
Subiendo las estrechas e irregulares escaleras estaban dos dormitorios debajo de los aleros, un armario y un pequeño baño. Todas las habitaciones habían sido ocupadas para guardar cajas con los años y estaban llenas de papeles y ropa vieja. Los techos eran bajos y oblicuos, y las ventanas tenían parteluz. Una vez que excavaran entre todo este detritus, quizás encontrarían algo útil. Observó por entre una sucia ventana. Había un gran jardín de vegetales tras la casa. Los árboles que rodeaban la propiedad eran altos. Quizás sería posible jugar quidditch, o algo así.
Pero por lo menos era una casa para Harry. Un lugar donde sus amigos podrían visitarlo. Un lugar donde podría salir a jugar afuera sin miedo. Hartwolde Hall quizás nunca seria suyo, pero podría tener esto. Snape haría un poco de trabajo preliminar y luego vendrían en la primavera durante unos días.
—Está bien—Con cautela, le preguntó al abogado—No tengo que dejar a la cabras, ¿no es así? —.
—Se ve... complicado—Recalcó Harry, mirando las instrucciones para la Poción Matalobos. Snape le había pedido a Harry que se reuniera con él después de cenar el domingo para revisar un proyecto especial en el que trabajarían juntos.
—Es muy complicado—Accedió Snape—Tú sólo harás el trabajo de preparación, pero me ayudaras mucho, ya que así podre mantener mi atención en la poción. Es esencial que esta poción salga absolutamente correcta—.
—¿Pero qué es lo que hace?—Preguntó Harry.
Snape entro en modo profesor—La Poción Matalobos—Declaró—Permite que los hombres lobo mantengan su mente, tal y como es, durante el periodo de la luna llena cuando sufren sus transformaciones. La teoría es que si las criaturas tienen conciencia humana, se abstendrán de sus comportamientos bestiales que han vuelto a los hombres lobo parias—.
—No van a arrasar con todo, matando y comiendo gente—Harry específico, gustándole los detalles sangrientos—Eso es genial. ¡Es una gran invención! ¡Es muy bueno de su parte hacer esto, Profesor! Gracias por dejarme ayudarlo. Me canse de los ungüentos para los granos. ¡Esto es realmente estar haciendo algo bueno por alguien! —.
—Si, así es. Y es tremendo trabajo, ya que debe hacerse cada mes sin fallar—.
—Estaré feliz de ayudar. ¿Voy a conocer al hombre lobo? ¿Quién es? —.
—No tengo... permitido... revelar su identidad. Tendrás que adivinar—.
—Hmmm...—.
—¡No conmigo!—Snape dijo bruscamente—No estoy jugando. Se discreto. ¡Tengo prohibido discutirlo porque revelar que alguien es un hombre lobo equivale a arruinar la vida de esa persona! ¡Mantén tus especulaciones para ti mismo, y ten cuidado! —.
Trabajaron juntos sin problemas. Snape miró a Harry y sonrió de medio lado al verlo con el ceño fruncido en concentración. Considerándolo todo, había cumplido con su deber. Harry sería capaz de sacar sus propias conclusiones con rapidez y sabría que tenía que andar con precaución alrededor de Remus Lupin. Ahora, si solo pudiera advertirle a Charity también...
—¿Terminaste tus notas de agradecimiento?—Pregunto Snape, la mirada fija en un alambique.
—¡Ya terminé!—Declaró Harry, complacido consigo mismo. Su mano casi se había caído por el cansancio. Tenía un montón de regalos y le agradeció a todos los que podía o debían ser agradecidos—Así que ahora, si la gente escribe pidiendo una fotografía autografiada, ¿usted qué cree que debería hacer? —.
Snape rodó sus ojos.
—Sé que es tonto—Harry persistió—Pero si lo hacen, no quiero ser maleducado. Quizás la Profesora Burbage puede tomarme una fotografía y yo puedo firmarla y podemos hacer varias copias. Aprendí el hechizo replicador...—.
—Si... muy bien hecho—Snape interrumpió con brusquedad—Las palabras me fallan cuando deseo describir lo idiota que pienso que son esas personas que le escriben a un niño pidiendo una fotografía autografiada, pero supongo que no hace daño responderle de manera civil a tus admiradores—.
—No, no lo hace—Accedió Harry—No quiero que nadie piense que soy engreído o me siento superior como para responderle a la gente común—.
Snape resopló una risa—Usa tu mejor caligrafía. Si no van a pensar que eres un idiota. Ahora ocúpate de esa raíces—.
Harry picó diligentemente durante un tiempo, antes de mirarlo y comentar—El Profesor Lupin es un muy buen profesor. Creo que Defensa Contra las Artes Oscuras va a ser una de mis clases favoritas—.
—No me digas—Gruño Snape. Tal vez nadie se daría cuenta si sustituía con estricnina el acónito sólo por esta vez...
Traductor: Fadamaja