CAPITULO 41
Cosas del corazón
Saqué un gran tazón, huevos, leche y azúcar. Prepararía pan francés y huevos revueltos. Puse todos los ingredientes en el tazón y comencé a batirlos.
Dante había dormido en la sala y cuando escuchó que estaba cocinando se despertó y fue hasta la cocina.
--¿Hice mucho ruido? Lo siento
--Ya estaba despierto, no pude dormir bien anoche -bostezó- ¿Qué cocinas?
--Pan francés y huevos revueltos
--Que rico -se sentó en la barra, abrió la bolsa del pan y comenzó a comerse uno
--¿Puedo preguntar qué pasó anoche?
--Sí, de hecho por eso vine a verte a ti, bueno, también vine porque no tenía dinero para un hotel, dejé mi billetera en casa
--¿Damián y tú terminaron?
--Claro que no -habló con seguridad, pero después dudó- bueno, quiero pensar que no
--¿Por qué se pelearon?
--Porque falté a una estúpida cena de su trabajo
--¿Solo fue eso? -dije mientras mojaba una rebanada de pan en la mezcla y luego la ponía en la cazuela
--Pues... Él mencionó otra cosas. Dijo que le molestaba que saliera de fiesta y no le comentara nada, insinuó que yo podría serle infiel
--¿Y lo has hecho?
--¿Qué? Claro que no ¿Por qué le sería infiel? Él me da todo el sexo que necesito, no tengo necesidad de engañarlo
--¿Y si no fuera así? Si él no te diera todo el sexo que necesitas ¿Lo engañarías?
--¿Qué?
Dante me miró confundido, después centró su vista en el pedazo de pan que comía, parece que esa idea jamás se le había cruzado por la cabeza.
--No lo engañaría. Si alguna vez quisiera estar con alguien más supongo que terminaría la relación. Pero ahora solo quiero estar con Damián, me siento tan bien estando con él, jamás me había sentido así con nadie
--¿Y por qué no se lo dices?
--No es tan fácil, él está muy molesto conmigo, no creo que quiera escucharme, y aunque lo hiciera, no sé si será suficiente para calmarlo. ¿Debería comprarle un regalo? ¿Flores? ¿Chocolates? No tengo ni puta idea ¿Qué es lo que les gusta a ustedes los pasivos?
Me reí por su comentario, jamás me habían llamado "pasivo", aunque... Supongo que sí lo era.
--No creo que sea correcto decírtelo
--¿Por qué no? Eres mi amigo, tienes que ayudarme
--No serviría de nada si yo te digo lo que debes darle. Lo que sea que decidas hacer deberá llevar tus sentimientos, no los míos
--Pero yo no sé nada de romanticismo
--No tienes que ser romántico -serví los huevos revueltos y el pan francés en dos platos y los llevé a la mesa- solo tienes que decirle lo que sientes -saqué del refrigerador una botella de jugo de naranja y la puse junto a nuestro almuerzo- ven a comer
Era curioso ver a Dante tan preocupado, me da un poco de ternura y lástima, esto del amor es nuevo para él y la está pasando mal, pero confío en que todo saldrá bien, dejaré que resuelvan sus problemas entre ellos y si eso no funciona tendré que intervenir.
--Cocinabas mejor cuando Alain estaba aquí -dijo Dante al probar el primer bocado
Casi me atraganto con mi comida al escucharlo decir eso.
--Lo siento, no estoy diciendo que tu comida sea mala, sabe muy bien pero... -se puso la mano en la frente- ¿Por qué digo tantas estupideces? Y se supone que está prohibido hablar de Alain, lo siento
--No te preocupes, no estoy ofendido, yo también considero que mi sazón cambió. Hablar de Alain se volvió un tema delicado entre nosotros, pero... Ya lo estoy superando, no tienen que frenarse más, pueden hablar de él, ya no me importa
Mentí, realmente me dolía el solo hecho de pronunciar su nombre, pero ellos no tienen la culpa de mis problemas.
--¿Estás seguro? Es que... Antes llorabas mucho
--Ya estoy mejor. Yo solo... Quisiera que él me enviara una carta o algo así, solo quiero saber por qué se fue, solo eso. Si él no quiere quedarse lo entenderé, yo solo... -mis ojos se pusieron llorosos- quiero saber si está bien -una lagrima rodó y la limpié enseguida- lo siento, lamento que tengas que ver esto
--Hay algo que... Desde hace tiempo quería decirte pero no estaba seguro si era lo correcto
--¿Qué cosa? ¿Es algo de Alain? ¿Él te dijo algo de mí?
--No, no es eso. Es que... Creo que... Sé de una manera de encontrarlo
--¿Sabes dónde está? ¡Tienes que decirme!
--No sé dónde está, pero conozco a alguien que podría averiguarlo
--¿Quién?
--Es un tipo llamado "El centinela", se dedica a encontrar personas, una vez me ayudó a encontrar a alguien. Escucha, Alain me pidió en su carta que no lo buscara y quiero respetar eso, pero... Han pasado tantos meses que yo también temo que algo malo le haya pasado. Te daré el número del Centinela y la decisión de encontrar a Alain será tuya
DAMIÁN
Iba manejando camino a mi casa. Ese día había sido horrible; no había dejado de pensar en Dante, incluso mi jefe me preguntó si me encontraba enfermo. Jamás habíamos peleado tan feo, me siento mal, quiero verlo. Tal vez... Tal vez... Exageré, creo que me dejé llevar por el enojo. Cuando le dije que no fuera a casa, fue porque... En ese momento no quería verlo pero... Cuando llegué a casa yo... Pensé que él también llegaría, pensé que él querría hablar y arreglar las cosas; jamás imaginé que realmente... No llegaría a casa. Aún sigo molesto pero... Yo lo amo, no quiero perderlo ¿Debería llamarlo?
Estacioné mi auto y me sentí aliviado de al fin estar en casa, quería llorar con total libertad sin el miedo de que alguien me escuchara. Abrí la puerta y al instante escuché ruidos en la cocina, caminé con cautela y cuando llegué vi a Dante, se estaba comiendo el pollo con arroz que había hecho en la mañana. Abrió sus ojos sorprendido al verme, terminó de masticar y después hizo el plato de comida a un lado.
--Hola -me saludó y pude notar incomodidad en su voz
--¿Cómo entraste?
--Usé mi llave
Me sentí tonto al preguntar eso, claro que usó su llave. Bajé mi mirada sintiéndome avergonzado y muy incomodo por la situación ¿Será que viene por sus cosas? ¿Planea dejarme?
--¿Podemos hablar Damián?
--Ah... Claro
Caminamos a la sala, yo me senté y él permaneció de pie. Lucía raro, muy raro. Era difícil leer su lenguaje corporal, estaba actuando diferente a lo habitual.
--Quiero disculparme por haber faltado a la cena, no creí que fuera algo tan importante y eso también fue mi error ya que debí de haberte prestado más atención
Me sentí sorprendido, pocas veces había visto a Dante hablar tan seriamente. Me siento tan bien de que él quiera arreglar las cosas.
--Ayer dijiste muchas cosas -se rascó la nuca, incomodo- creí que nuestra relación iba muy bien pero ayer me di cuenta que no es así, y lo que más me sorprende es que llevemos ocho meses de relación y tú no me hayas dicho nada ¿Por qué?
--Yo... -no pude verlo a los ojos, me sentía apenado, ser sincero era difícil- no quería que me vieras como una de esas novias celosas y quejumbrosas, no quería hartarte. Yo te amo muchísimo y si de algo estoy seguro es que quiero pasar el resto de mi vida contigo, pero tú eres un caso diferente, eres una persona cambiante y si te sientes presionado sé que me dejarás. Yo solo... No quiero que eso pase
Su expresión fue más sorprendente de lo que había pensado, me miró como si estuviese molesto. Caminó en círculos un par de veces, no me decía nada, simplemente se veía enfadado, me estaba poniendo más nervioso de lo que ya estaba.
--Lo entiendo -habló al fin- me duele que pienses eso de mí pero creo que es mi culpa, no te he dado seguridad como pareja, es mi culpa que estés tan confundido. Damián yo... -suspiró- esta es mi primera vez en una relación seria y... Creo que estoy cometiendo más errores de los que había imaginado. Estuve pensado en hacer algo para que me perdonaras, iba a regalarte rosas, pero Loki me dijo que debía darte algo del corazón, y... -sus mejillas se pusieron tan coloradas, jamás lo había visto así- hice una una lista donde escribí todas las cosas que me gustan de ti, cosas que no tienen nada que ver con el sexo, porque lo que me ata a ti no es eso -bajó su mirada, su cara seguía roja- ¿Podrías darte la vuelta? No podré leerla si estás mirándome
--Ah... Claro -me giré y le di la espalda, me sentía algo ansioso
--Bien, esto va a ser muy vergonzoso pero aquí vamos -carraspeó un par de veces- Me gusta cómo cocinas, preparas la comida más deliciosa que haya probado en mi vida, y no estoy exagerando. Me gusta tu olor corporal, cuando no estás en casa suelo oler tu ropa sucia. Me encanta cómo se ve tu cabello cuando te acabas de levantar, sé que a ti no te gusta pero... Adoro que estés greñudo. Me encanta que seas más inteligente que yo. Tú eres... No sé cómo expresarlo pero... Eres quien me hace ser fuerte. Hace catorce años y ahora, tú siempre has llegado a mi vida para hacerla mejor. Me molesta que creas que lo que siento por ti no es lo suficientemente fuerte. Y lo cierto es que... Te amo, creí que era bastante obvio, creí que ya lo sabías
A pesar de que él me había dicho que no debía verlo a la cara no pude contenerme, me giré y corrí a abrazarlo, él también me abrazó.
--¡Te amo Dante! -le dije con mi rostro llenos de lágrimas- ¡Quiero estar contigo toda mi vida!
--Tan llorón como siempre -sonrió y me dio un pequeño beso en los labios- también me encanta eso de ti -me dio otro beso- te amo llorón
LOKI
Estaba sentado en el sofá, el papel con el número del centinela estaba en la mesa de sala, mi celular también estaba ahí. Llevaba una hora pensando en si debía llamarlo ¿Realmente era una buena idea? ¿Estoy preparado para saber las razones de Alain? ¿Y qué pasaría si la verdad no me agrada? ¿Qué pasaría si termino más lastimado de lo que ya lo estoy? Tengo miedo, mucho miedo, no sé si seré capaz de soportar lo que viene, ya no quiero sufrir. Pero... Quiero verlo, necesito verlo.
Tomé el celular y comencé a marcar el número, mis dedos temblaban. Sonó una vez, luego otra y otra. Esos segundos esperando en la línea fueron aterradores.
--¿Hola?
--H-Hola -traté de no perder la respiración- ¿Es usted el centinela?
--Así es ¿Cómo te llamas y a quien quieres que encuentre?
--M-me llamo Loki
--¿Loki? Loki, Loki ¿Dónde he escuchado ese nombre antes? -no dejaba de escucharse un constante ruido de tecleos- ah, ya te encontré, sí, ya sé quién eres ¿A quién quieres que busque?
--Pues... -me sentí confundido ¿Sabe quien soy yo?- Alain Bustamante
Comenzó a reírse después de escuchar ese nombre. Me puse extremadamente nervioso.
--¿P-puede encontrarlo?
--Claro que puedo, pero no lo haré
--¿Qué? ¿Por qué? Tiene que hacerlo, tengo que verlo
--No creo que puedas pagarme
--Conseguiré el dinero, le juro que le pagaré
--Ese es el problema Loki, no quiero dinero