Es mi día de suerte, o tal vez un día muy malo. Es la segunda vez que me invitan a salir, y no sé de qué manera sentirme, ya que es algo que jamás pensé que me pasaría y mucho menos con hombres que no creo llamarles la atención.
Derek planea algo, por eso no confío en él y Adam quiere olvidar a Cassie, pero no quiero ser ese reemplazo.
—¿Qué? —digo llena de sorpresa.
—Que quiero salir contigo —repite.
Parpadeo desconcertada y él suspira cansado.
Se acomoda en su asiento, y toma mi mano entre las suyas.
—Quiero algo serio.
—¿Es eso o quieres un reemplazo? —asevero.
Niego con la cabeza y me suelto de su agarre. Quiero una explicación de su parte y su cálido toque solo me desconcentra.
—No quiero que pienses mal Zoé. Quiero una oportunidad —duda antes de seguir —, y al mismo tiempo quiero olvidarla...
—¿Y yo soy tu mejor opción? —le interrumpo con furia.
Se ofende, vuelve a tomar mi mano y esta vez con firmeza, impidiendo que vuelva a soltarme.
—Quiero esto contigo.
—No creo que sea buena idea.
—Zoé, habló enserio...
—Nuestra amistad esta de por medio Adam, tampoco quiero que juegues conmigo por el simple echo que no puedes olvidarte de Cassie.
—Quiero que hagamos algo —hace una pausa dramática —. ¿Por qué no lo intentamos? Si no funciona, seguiremos siendo amigos. Aunque no tienes idea de cuanto deseo que esto funcione.
Suelto su mano y salgo del auto, cierro la puerta y dudo antes de inclinarme en la ventanilla.
—Lo pensaré, pero no te hagas ilusiones.
Sigo mi camino sin esperar respuesta de su parte.
Considero mi respuesta, talvez debí retractarme de inmediato. Soy una tonta, lo considere por el echo de ser él, esa vana ilusión de que algún día fuéramos algo sigue allí y creo que si lo acepto solo terminare dañada, ya que el nunca me vera de la misma forma que ve a Cassie.
Entro a casa y mamá enciende la luz, esta sentada y de brazos cruzados, me tomo por sorpresa, tanto que ahogue un pequeño grito.
—Zoé ¡¿Dónde demonios estabas?! —grita sin poder evitarlo.
Ahora ya saben de donde saco tanta grosería.
—Mamá te dije que iría a casa de Bianca —le explico con timidez.
—¿Enserio? —su vista examina mi cuerpo —. Entonces explícame porqué la vestimenta negra.
Maldición. Ya me descubrió. Sonríe, para disimular.
—Bueno... —sonrío nerviosa —, hoy era día de películas de acción y espías mamá.
—No te creo, pero ya es muy tarde y mañana tienes escuela y yo tengo que ir a trabajar —se levanta del sofá y me señala con su dedo índice —. Si te levantas tarde te castigaré por un mes.
Sube las escaleras y yo le sigo, entro a mi habitación y me acuesto de espaldas. No me tomo la molestia de quitarme la ropa, únicamente me despojo de mis zapatos para esta mas cómoda.
Tengo que ser puntual para levantarme y así evitar el castigo de mamá.
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—¡Zoé! —grita mamá desde el otro lado de la puerta — ¡Levántate o se te hará tarde!
Gruño obedeciéndola, entro al baño, lavo mi rostro para poder despertar completamente. Maldición, el desvelo hubiera valido la pena, pero no es así. Cepillo mis dientes rápidamente y me cambio de ropa.
Bajo las escaleras corriendo y en la mesa está mi papá, leyendo el periódico y con su típico café mañanero.
—¡Papi! —le digo abrazándolo por la espalda.
—Buenos días princesa.
—Esa frase me recuerda a mi libro favorito de Blue Jeans.
—Lo sé hija, por eso te lo digo.
Tomo asiento a un lado de él y luego llega mamá con mi desayuno. Se sienta frente a mí y yo, comienzo a comer preparándome mentalmente para que inicie su riña.
—Cielo, anoche nuestra niña vino a las dos de la mañana —anuncia tranquila.
Papá escupe un poco de café y empieza a toser, tanto mamá como yo no movemos un dedo para ayudarlo, cuando deja de ahogarse está completamente rojo. Sus ojos me inspeccionan lleno de molestia.
—¡¿Por qué llegaste tan tarde?! ¡¿Acaso tienes novio?! —pregunta horrorizado.
—No. Vine tarde por que estuve viendo películas con Bianca —explico con tranquilidad.
—¿Así? —mamá de cruza de brazos, una señal de que esta molesta — Entonces explícanos porqué parecía que venias de atracar un banco —su vista viaja hacia papá —. Para tu información querido, nuestra hija estaba vestida completamente de negro, cuando tú y yo sabemos bien que Zoé odia ese color.
—Ya mamá —digo rendida —. No dice nada malo, ya te explique por que vestía de esa forma.
Me levanto de la silla causando un molesto sonido.
—¿No terminarás de desayunar? — pregunta papá preocupado.
Niego con la cabeza, tomo mi mochila y salgo de la casa. Sé que me comporto de manera infantil y aunque mamá tenga razón sus especulaciones son exageradas, pero no estaba haciendo nada malo, al menos eso es lo que creo.
Adam, como es de costumbre, me espera fuera. Solo que hay algo diferente en él, esta recostado en su auto y lo que me sorprendió es verlo fumando un cigarrillo.
Su vestimenta consiste en unos jeans negros ceñidos, una camisa blanca combinada con una chaqueta de cuero negro.
Todo en él cambió.
《Debe de estar pasando por un momento hormonal 》
—¿Acaso actuarás en una obra? —pregunto divertida —¿Y por que el cigarrillo? Es de mañana, te apuesto a que no has desayunado.
Me observa y da una calada de una manera tan sexy, que logra erizarme la piel, su actitud me recuerda a chicos malos que he leído en libros. Tira el cigarrillo y saca el humo moviendo la cabeza de forma exagerada.
—Hola preciosa —sonríe coqueto.
—Ya dime, ¿Qué planeas?
—Sube al auto —manda.
Lo hago sin dudar. Y al ingresar al vehículo logro captar la esencia de su colonia, pero mi mente comienza a compararla con el aroma de Derek, y este no se le compara.
—¿Qué has pensado de lo que hablamos anoche? —dice mientras enciende el auto y comienza a conducir.
—No lo he pensado ya que hace unas horas me lo propusiste —digo con ironía.
—Lo sé, solo estoy ansioso.
Me quedo en silencio, hasta que llegamos al instituto, apaga el vehículo.
—¿Aceptas? —cuestiona haciendo un puchero.
Sonrío sin poder evitarlo. Tal vez me arrepienta de mi decisión, pero estoy dispuesta a correr el riesgo.
—Todo esto me tomo por sorpresa, en especial tu cambio de look. Pero acepto salir contigo.
—¡Gracias Zoé! —exclama contento —¿Te parece salir hoy a las cinco?
Asiento con la cabeza.
Salgo del auto con él siguiendo mis pasos, la mirada de la mayoría de los alumnos, está fija en Adam. Es de esperarse, ya que su cambio no fue únicamente su ropa, alfo en el exhala seguridad.
—Te veo después Zoé — dice para luego besar mi mejilla de forma sonora.
Me sonrojo, su coquetería me tiene tan intrigada que no puedo evitar sonreír como una estúpida.
Bianca se acerca a mi posición y no trata de disimular la expresión de sorpresa ante lo que sus ojos vieron.
—Hola Bianca —la saludo con normalidad.
—¿Qué fue eso?
—Adam me invitó a salir anoche, luego de que fuimos a dejarte a tu casa.
—¡¿Qué?! —grita sorprendida y acapara la atención de algunas personas.
—Baja la voz —la regaño—, no quiero que nadie lo sepa.
—No mientas. Tú no quieres es que Derek se entere que tendrás una cita con tu mejor amigo.
—¡¿Que tú qué?!
Como si estuviéramos sincronizadas volteamos la cabeza hacia Derek.
—Así que por eso rechazaste salir conmigo —reclama.
—¿Qué? —exclama Bianca sin aliento.
Tengo que ponerla al día de cada acontecimiento que me sucede.
—No voy a salir contigo Derek, deja de insistir —dirijo mi mirada hacia Bianca —. Te lo iba a explicar todo, pero el impertinente se adelantó.
Derek me toma del brazo con firmeza y me lleva a rastas a una de las aulas que están vacías.
Me suelta y cierra la puerta con pasador, se recuesta en ella y cruza los brazos. Su mirada me inspecciona y yo hago lo mismo.
¿Qué es lo que planea ahora?
—Déjame ir.
—No.
—No conseguirás nada encerrándome aquí.
Extiende su brazo y en un ágil movimiento me toma de la cintura para luego besar mis labios.
La sorpresa hace que mi corazón se acelere, solo por un segundo me permito disfrutarlo. Derek es atractivo y lo que más me llama la atención es probar sus carnosos y rosados labios. A pesar de eso sé que no es lo correcto, no debo confiar en él, mucho menos hacerle creer que me tiene con un solo beso.
Impulso mis manos en su pecho, separándome de él, y antes de que pueda reaccionar impacto mi mano en su mejilla, el golpe es tan fuerte que su rostro gira. Respiro hondo, tratando de regular los frenéticos latidos de mi corazón.
A pesar de que el beso duro segundos, lo considero como mi primer beso real.
—No lo vuelvas a hacer —ordeno.
—Ese no fue un buen beso, puedo darte uno que te haga cambiar de opinión.
—Ni siquiera lo pienses.
Con ambas manos me toma de las muñecas y presiona mi cuerpo contra la pared, coloca mis manos encima de mi cabeza. Intento zafar su agarre pero es en vano. Presiona su cuerpo con el mío, logro sentir algo mas además de su duro pecho.
—Solo dilo, y con gusto volveré a besarte.
—Entonces bésame —declaro y él sonríe.
Sus labios rozan con los míos, su respiración se acelera, me quedo en la misma posición, ya que quiero que él tome la iniciativa. Y antes de que me bese levanto mi pierna con fuerza dándole un rodillazo en sus partes nobles.
Se inca del dolor y muerde sus labios tratando de retener algunas groserías.
—Ponte hielo —le recomiendo inclinándome hacia él —. Y la próxima me asegurare de que no puedas reproducirte.
Doy media vuelta, quito el pestillo y salgo del aula.
Los pasillos están solitarios, por lo tanto Bianca debe estar en clases. Cuando estemos en receso le explicaré con detalles lo que ha sucedido.
Llego tarde a mi clase de historia, así que omito el ingresar, ya que podrían ponerme en detención por llegar tarde.
Mis pies me guían hacia el campo, donde algunos compañeros toman su clase de deportes. A un costado del pasillo logro ver a Adam con Cassie, me recuesto en la pared, ya que no quiero que se percaten de mi presencia.
Asomo la mirada, ellos están discutiendo, pero ¿Por qué?
Ella lo abofetea, y Adam le dice algo para retenerla, pero no insiste y se pierde en los vestidores.
Cassie camina hacia donde estoy y para que no se percate que estaba espiando, finjo que voy llegando, se detiene en cuanto me ve.
—Hola Zoé —saluda con tristeza.
Me quedo en silencio, y por alguna razón siento que tiene algo que decirme.
—Ya sé que saldrás con Adam —suelta.
—¿A que viene eso Cassie? —cruzo mis brazos —Tú sales con Josh.
—Solo... —se queda en silencio, al parecer no tiene ninguna explicación.
Decido dejarla allí, sola. No me apetece discutir con ella.
Tomo asiento en una de las gradas donde se presencian los partidos de fútbol, en donde Adam y Derek son un equipo. Nunca había indagado como eran sus entrenamientos, ni siquiera por que Adam formaba parte del equipo.
Mis pensamientos divagan y recuerdo el inesperado beso de Derek. Una parte muy pequeña de mi quería continuar con ese sensual contacto, pero la parte racional me decía que debía detenerlo. Es algo muy extraño, conozco desde hace dos años a Derek, pero nunca habíamos tenido ningún tipo de contacto.
¿Por que me besaría?
Es decir, hace poco que tuvimos nuestra primera charla y no fue muy agradable...
¿Estará planeando algo?
Por otra parte Adam me ha impresionado desde ayer, pero en mi mente siguen fijas sus expresiones y la manera en la que se refería a Cassie. A pesar de eso no puedo evitar sentir alegría, quiere intentarlo, conmigo y sigo insistiendo que es una mala idea, pero mi ilusionado corazón puede mas que mi racional cerebro.
La campana suena anunciando el cambio de clase, bajo los escalones y me encamino hacia el aula, tengo que hablar con Bianca.
Por suerte la encuentro en el aula de matemáticas, preparándose para la clase. Sin dudarlo me acerco a ella.
—Sé que tengo que explicarte algunas cosas —comienzo —, sobre todo de las últimas propuestas que he recibido.
—Yo también tengo algo que contarte.
De inmediato tomó asiento a su lado, acomodándome para oír lo que tiene que decir.
—Cuéntame todo, me gusta el chisme.
—Thomas me propuso ser su novia —se sonroja.
—¿Eso sucedió antes o después de estar encima de él? —cuestiono divertida.
Mi comentario la hace sonrojar, agacha la mirada apenada.
—Fue antes —confiesa —. Lo besé para confirmar nuestro noviazgo, pero sus besos son tan cálidos y excitantes que no pude contenerme. Él me excita, ¿Sabes lo que significa?
—Iugh —exagero mi expresión de horror —, quieres tener sexo alocado con él.
Ella sonríe con malicia.
—Derek me besó —confieso de golpe y su sonrisa se borra.
—¡¿Qué?! —grita llena de sorpresa.
—No puedo negar que Derek me gusta, pero algo dentro de mí dice que es un simple juego para él —la tristeza invade mi pecho —. Ahora existe la posibilidad de salir con Adam, pero no quiero ser el reemplazo de Cassie.
—Zoé —toma mi mano —, siempre he sido sincera contigo, ¿Qué harías si Derek va enserio contigo? ¿Aceptarías salir con él?
—No lo sé. Mi mente es un caos, y no sé si podré salir con Adam.
—¿Cuándo saldrán?
—Hoy, en la noche.
—Puedes intentarlo, pero quiero que te des tu lugar, no seas el reemplazo de Cassie, pero tampoco pienses en ello.
Bianca tiene razón, debo intentarlo.
—No quiero enamorarme, ni de Adam mucho menos de Derek.
—Eso no depende de ti.
Y cuanta razón tienen sus palabras.
El aula comienza a llenarse de estudiantes, y entra de mala gana el profesor de matemáticas. Se acomoda sus enormes gafas y espera a que todos tomen asiento.
—¿Zoé Miller? —pregunta.
Alzo la mano temerosa, y rápidamente me observa.
—Tiene que ir a la oficina del director... —saca un papel de su saco —. Al director no le dio gracia su broma de la pintura azul.
Demonios.