Anxiety. |Caché|

De GagaFtCamren

8.8K 718 94

"¿No te das cuenta?, te estás perdiendo", no, no me estaba perdiendo, ya estaba perdida. Mais

Sinopsis.
UNO. (primera parte)
UNO. (segunda parte)
TRES. (Pérdidas)

DOS |Bury a friend|

1.6K 136 35
De GagaFtCamren

Esa vez perdió Camila, recuerdo que repitió más o menos diez veces que no quería tener nunca hijos, era un asco y un karma tener que pasar por nueve meses una tortura y luego de eso ver a algo que creció gracias a ti, tuvo un severo trauma gracias a esa vez.

DATAZO:

La escritora está un poco borracha, pero aunque haya tenido un viaje astral minutos antes, su cuerpo esté totalmente frío y con muchas ganas de estar en Dubai, está un poco consciente, así que no se preocupen.

●●●

El aire estaba frío, se quedó en mi cuerpo, inundó cada parte de mi ser, se quedó conmigo por un largo tiempo. No me podía mover, solo veía, estaba paralizada. Mi mente estaba jugando conmigo, sentía que movía en cámara lenta alguna parte de mi cuerpo, en mi mente estaba pasando, pero la realidad era otra; aunque intentara moverme, el cuerpo no respondía. 

"¿Qué quieres de mí?"

No tengo nada que ofrecerte, mi alma está rota y ya no tiene fuerza, no te servirá de nada, déjame en paz.

Tenía tanto pánico que estaba olvidando cómo respirar, me sentía ahogada y creía que en algún momento mi corazón iba a dejar de latir. Por más que intentaba mi cuerpo no respondía, el techo se volvió más interesante de lo normal, había una telaraña justo al lado del bombillo, estaba segura que se reía de mí, nunca había visto sonreír a una araña y mucho menos había escuchado el sonido de su risa, pero era obvio que no se parecía en nada a la de los humanos. El silencio me dejó sorda, tenía miedo, no podía temblar pero mis ojos demostraban cada sentimiento al cual mi cuerpo no podía responder.

Una corriente pesada me estaba acompañando, los párpados se convirtieron en rocas, tenía miedo de cerrar los ojos por si algo pasaba, por si alguien me llevaba.

"¿Por qué no huyes de mí?"

No sé cómo describir lo que sentí, pero estaba dentro de mí. Se estaba robando mi cuerpo, sentía que algo más estaba en mí. La corriente pesada iba cambiando en duo con los ritmos de mi corazón. Se quedó neutra, cerré los ojos, la sombra negra estaba apoderándose de mí, poco a poco como si no me estuviese dando cuenta. Mi alma era cada vez más pesada y ahora me costaba abrir los ojos. 

Vete de mí, por favor, déjame ya.

"¿Qué te estás preguntando?"

Un aroma a café se adentró por mis fosas nasales, un aroma a mi niñez; un aroma a mi madre.

Era ella, estaba conmigo.

No podía hablar ni aunque lo intentara mil veces, aun así le hice la pregunta con la esperanza de que lo que estaba conmigo en ese momento me escuchara.

"¿Madre?" Dije en mi mente y sentí que algo se desprendió de mi cuerpo, aún no podía moverme pero me sentía menos pesada.

"¿Qué sabes?"

La sonrisa de mi madre se quedó en mi mente y me pude tranquilizar un poco. Una luz blanca con celeste se acercó lentamente a mi rostro, no era una luz grande, podría compararla con una luciérnaga, sólo que esta tenía el sonido de la voz de mi madre grabada en ella.

Seguía la luz con mi mirada hasta que desapareció. Cerré los ojos y me quedé dormida.

●●●

3 de abril, 2016.

11:30 a.m

Había tanto sol que no lograba abrir los ojos con normalidad, los rayos de luz radiante se quedaban estancados en la ventana, eran tan fuertes que llegaban a mis dedos. Tal vez el sol quería calentarme un poco, pero aún así mis manos permanecía frías. El ruido del tráfico me ponía de mal humor, las personas de la ciudad siempre son así, afanadas y sin un poco paciencia ¿Por qué tienen tanta prisa?, al final de todo vamos a morir, de nada les sirve correr, van a terminar enterrados o cremados. Ridículos.

"-Ha bajado 4 kilos, está mal de peso." Me decía la doctora de cabello negro, cejas gruesas, labios delgados y ojos verdes con un tono en su voz algo amenazante. "Le voy a mandar una dieta para que suba de peso, ¿no está comiendo bien?", le mentí diciéndole con la cabeza que sí. Su bata blanca tenía una mancha de café al lado izquierdo, probablemente horas antes en su desayuno había ocurrido el accidente. La Doctora se dio cuenta de lo que estaba mirando y trato de limpiar yorpemente su bata. Fracasó. "-No tiene que mentirme, ¿quiere que la ayudemos o no?" Tenía miedo de responder, no quería estar en ese lugar, yo no estaba enferma, solo estaba triste.

Tenía la mirada verde de la doctora clavada en la cara, esperando una respuesta de mi parte, pero solo logro que comenzara a comerme las uñas e inundara su oficina con el ataque de llanto que me dió.

No estaba lista para enfrentar eso, nunca lo iba a estar.

Esa semana había sido larga, primero Calle me sacó cita médica con un doctor general, luego me mandaron con un psicólogo y terminé donde cualquier persona toca fondo; psiquiatría.

Tenía miedo de hablar, sentía que la psiquiatra no era más que una juez y como dije antes, todo lo que sentía no era capaz de expresarlo en palabras. Todos esos sentimientos me estaban carcomiendo el alma, no paraban y yo no podía detenerlos porque no lograba expresarlos.

Lo que quedaba de mis uñas ahora estaban clavadas en la silla, le estaba haciendo agujeros y el agujero en el pecho se estaba haciendo cada vez más grande, tenía los ojos clavados en el escritorio blanco donde había un computador, un vaso con agua, papeles y esferos de varios colores. Estudiaba con mi mirada el mismo panorama una y otra vez. La doctora me estaba hablando pero yo solamente escuchaba susurros, estaba bastante ocupada escuchando mis pensamientos.

"-Tendremos que hospitalizarla.", tres palabras que me paralizaron por completo,  el lugar era frío, blanco y olía a enfermedad.
Yo no estaba enferma, me lo negaba una y otra vez.
Me calme a la fuerza.
Me costaba tragar saliva, tenía un nudo en la garganta muy grande, me hacía estorbo y el vacío que me quedó en el pecho me ensordecia el alma.

"-No estoy enferma.", logre decir con voz entrecortada mientras me seguía limpiando las lágrimas que aún salían sin parar. "-Solo estoy triste." Dije con seguridad.

"-No puede autodiagnosticarte, sus síntomas me dicen que tiene depresión, estoy segura de que tiene otros síndromes pero no me arriesgo a darlos aún, por lo que se tiene que quedar, le queremos ayudar." Hace unos días estaba de fiesta con mis amigos y ahora estaba con una psiquiatra diciéndome que estoy loca. "-Se tienes que quedar." Volvió a repetir con seriedad.

"-No quiero, no estoy loca." Escupí lo primero que se me ocurrió.

"-No todas las personas que están aquí son locas María José, debería de informarse un poco a cerca del tema. Si no acepta su problema nunca va a lograr estabilizarse."

"-Igualmente no me quiero quedar, si quiere puedo venir a control, lo que quiera, pero por favor no me deje acá." La doctora abrió sus ojos y vi como su pupila se expandió un poco, había logrado ver mi desesperación, de eso estoy segura.

"-Está bien, nos vemos en cinco días, por el momento necesito que tomes sertralina de 500mg después de la cena para que puedas dormir bien. También te ayudara a que tu estado de ánimo logre estabilizarse, así que si llegas a sentirte muy mal, la pastilla te puede tranquilizar." Estaba más tranquila, cualquier cosa menos estar en ese lugar.

●●●

6:50 p.m.

"¿por qué no me tienes miedo?"

De eso no hablé con el psicólogo y tampoco con la psiquiatra, pero no podía dormir porque probablemente estaba alucinando, antes no dormía y ya, pero ahora me dormía una hora y cuando despertaba no podía mover el cuerpo, las primeras veces no vi nada pero aún así tenía pánico y la última noche asocie todo lo que veía con mi madre.

El departamento estaba limpio, seguramente Calle había venido a limpiarlo, me quedé un buen rato en la cocina tomando café, dejé mi mirada en el lavaplatos por unos cuantos minutos, no me importaba qué estaba mirando, sólo descansaba de todo lo que había en mi mente. Deslicé la mirada a la izquierda y había una especie de cigarrillo lo cual se me hizo raro porque no había nadie que fumara excepto Crhis y Camila, pero ellos no venían hace rato a mi departamento. Me acerqué a ver qué era y mi lógica me llevó a que era un porro y estaba armado como lo armaba Crhis, al lado una nota: "Un regalo para Poché, así estás menos triste." Sonreí genuinamente y me mordí los labios. Nunca había fumado, ni siquiera sabía prender un cigarrillo y el tonto de Crhis me estaba dando un porro, siempre ha sido un estúpido.

Me senté en el sofá a ver mi serie favorita, ya iba por el tercer café e increíblemente terminé dormida, ¿quién se dormía despuésde tomar tres tasas grandes de café?, solo María José Garzón.

Lastimosamente me desperté como dos horas después, otra vez no podía mover el cuerpo, otra vez la corriente pesada; pero esta vez ya no tenía miedo, me estaba acostumbrando.

"¿Por qué te preocupas por mí?"

Volví a decir en mi mente "-Madre", tal y como la última vez. Ahí estaba de nuevo, la luz blanca con celeste, el aroma a café y la sonrisa de mi madre clavada en mis pensamientos.  "-¿Estás bien donde estás?" Le pregunté con la esperanza de que me respondiera, todo se quedó blanco, sentía que la luz rodeaba todo mi cuerpo, pero no me preocupó, no me sentía insegura.

"Cuando todos nos dormimos, ¿a dónde vamos?"

Volví a cerrar los ojos y ésta vez no estaba del todo segura si estaba dormida o despierta, podía moverme pero veía mi cuerpo estático, morado e hinchado; estaba muerta.

No me desesperé por verme de esa manera, la muerte ya no me asustaba, estaba anhelando la muerte, puede sonar extraño y un poco bizarro, pero era lo que más quería en ese momento.

Toqué mi cuerpo y nunca había sentido tanto frío, abrió los ojos y me susurró algo: "No soy tu madre, soy la depresión."

"Ven aquí"

Mi cuerpo se levanto y me hacía una señal con la mano de que la siguiera, lo hice y lo más raro de todo es que seguía sin tener miedo. La alcancé tan rápido que otra vez volví a mi cuerpo, vi mis brazos y el tono morado se tornó pálido, ya no estaba hinchada, ahora estaba esquelética. Aún así sentía que alguien más me estaba controlando, yo daba un paso y ese algo daba dos más.

"Dilo, escúpelo, ¿qué es exactamente?"

La risa de mi madre se estaba tornando de una manera extraña, algo robótica, la seguía con seguridad hasta que me clavé un vidrio en el pie. No salió sangre, salió un líquido negro y olía a muerto, ¿yo estaba muerta? El líquido seguía saliendo sin control, pero aún así no me asusté, sabía que de alguna manera todolo que estaba pasando no era real, pero no sabía qué era exactamente.

"¿Estas pagando? Es la cantidad que te está limpiando"

Tal vez era un karma que tenía que pagar, no sabía qué había hecho, pero seguramente ese karma iba a limpiarme el alma o me iba a matar.
Seguí caminando y el panorama cambió. Una habitación vieja de madera, cada paso rechinaba de dolor y angustia como si cada parte de la habitación quisiera hablar de alguna manera. Un televisor viejo que no tenía señal, un armario agrietado y una chimenea apagada. El olor a antigüedad me daba paz y tranquilidad.

"¿Estoy satisfecha?"

Desperté, la corriente pesada ya no estaba, parpadeé varias veces y moví muy rápido la cabeza, mi cuerpo por fin respondía. De fondo escuchaba las voces de Cass, una de las protagonistas de mi serie favorita; skins.

Me levanté con una roca en el pecho, molestaba demasiado y tenía ganas de querer llorar hasta morir.

Lloré.
No había por qué.
Sólo lloré.

Podría decir que llorar me aliviaba un poco.

Ojalá.

Ya nada me aliviaba, necesitaba algo más.

El regalo de Chris me daba vueltas en la cabeza, como una golosina en dieta, tal cual.

¿Cómo se encendía un cigarrillo o en mi caso un porro?, busqué un tutorial en youtube y lo imité. Sólo consistía en conseguir un encendedor, prenderlo, ponerlo en el porro y tomar aire por la boca con el mismo porro. Lo conseguí, sentí como mis pulmones se llenaron de humo, obviamente lo hice mal. Acabé con tos como por cinco minutos, sentía que me estaba ahogando, en ese momento solo reprochaba en mi cabeza por las personas a las que les encantaba fumar, era un asco.
Mucho después cambiaría de opinión y tendría conmigo siempre un porro o una caja de cigarrillos. Gracias Crhis.

Alcancé a fumar la mitad, era un porro bastante grande y sentía que ya era suficiente.

¿Qué les puedo decir de mi primer porro?, no me sentí en otro plano, no era como siempre decían, no sentí el cuerpo dormido y tampoco me di un mal viaje, sólo estaba relajada y ya, nada del otro mundo. Estaba satisfecha.

"Hoy estoy pensando... en las cosas que son mortales. La forma en la que te estoy tomando. Como quiero "ahogarme" como "Quiero acabar conmigo.""

¿Han llegado al punto donde ya no sienten nada?, no piensas en tus "seres queridos" ni en el sufrimiento que les vas a causar. La famosa desesperación acompañada del colapso y tristeza, ya no importa nada más. Quieres morir.

Mis pasos eran torpes, pero llegué a mi destino; la nevera, abrí y había una botella de vodka, la que había quedado de la última fiesta que habíamos hecho. El primer trago fue una tormenta, me quemaba la garganta, los otros fueron como tomar agua. Me tomé la botella en unos cinco minutos.

"

Pisar el cristal"

Tengo escenas vagas de  lo que pasó, vidrios rotos, sangre, mucha sangre y nada de dolor, por fin estaba saliendo.

"Grapar tu lengua"

No sentía la lengua, tampoco sabía si estaba respirando bien, no puedo decirles exactamente lo que sentí, porque en realidad ya no sentía nada.

"Enterrar a un amigo, intentar despertarme"

Dormí, eso parecería, ¿han tenido parálisis de sueño repetidas veces en el mismo momento?, en éste caso no podía moverme y tampoco abrir los ojos, sólo escuchaba la voz de alguien, una mujer, no estaba segura si era Paula o Camila, la voz se distorsionó en mi mente. La angustia nos acompañaba y el olor a sangre se impregnó en mis fosas nasales.

"Una clase de caníbal, asesinando el sol"

No sé quién me cargó, pero sentí cuando salimos, el calor de sol se clavó en mi cuerpo. Las sirenas de la ambulancia, posiblemente donde me transportaba, se unió el llanto de alguien, la desesperación y la angustia de; enterrar a un amigo.

"-Es todo lo que recuerdo doctor, por favor no me pregunten más." Estaba harta, era la quinta vez que decía exactamente lo mismo, como un libreto, no recordaba más.

Miré la manilla rosada fosforescente que tenía en mi mano derecha.

"Paciente de salud mental."

●●●

Aquí termina el segundo capítulo, espero que haya sido de su agrado. Me ayudarían muchísimo si lo comparten con sus amigos y también si quieren opinar de lo que acaban de leer me pueden seguir en Twitter como @camilajiaco, ahí pueden mencionarme y si quieren twittear con el ht #AnxietyFanfic.

-Fer.

Continue lendo

Você também vai gostar

607K 81.3K 46
Una sola noche. Dos mujeres lesbianas. ¿Un embarazo? ¡Imposible!
518K 53.2K 133
La verdad esta idea es pervertida al comienzo, pero si le ves más a fondo en vastante tierno más que perverso. nop, no hay Lemon, ecchi obviamente, p...
75.4K 6.3K 19
"No, claro que no, es obvio que no me gusta Bradley, el es mi enemigo y... Maldito idiota, sal de mi mente, haces que mi corazón se acelere." Max es...
212K 12K 20
El maldito NTR pocas veces hace justicia por los protagonistas que tienen ver a sus seres queridos siendo poseidos por otras personas, pero ¿Qué suce...