Probablemente muchos tengamos un familiar o un amigo, al que queremos mucho y no está en el envangelio, y quizás le hemos hablado de la palabra y de Jesús pero aún no entrego su vida a Cristo.
Pero lo importante es no bajar los brazos y confiar en Dios.
Debemos hablarles de la palabra, decirles que Jesús los ama y que él murió por ellos en una cruz, que tienen un Padre celestial en el cielo, y que sólo tiene pensamientos de bien para sus hijos.
También es importante no solo predicarles la palabra, sino también con el ejemplo, mostrarles que somos diferentes al resto, enseñarles el amor de Jesús que vive en nosotros, demostrarles cariño y afecto.
Y si la demás no funciona, lo más importante es llevar esa persona en oración delante de Dios, pedir por su vida y salvación, pedirle al Espíritu Santo que inquiete su corazón y que convenza de pecado. Porque el trabajo de convencer a esa persona de que necesita a Jesús, no es nuestro, sino del Espíritu Santo.
Si persistimos en oración cada día por esa persona, en algún momento, el Señor tocará su vida y será salvo.
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By anhdezb
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