Inesperado.(#1SagaAnderson) (...

By FlorRdz2

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Las voces en mi cabeza no me dejaban descansar, hasta que llegaste tu y calmaste ese mar de dudas, hasta que... More

Inesperado.
Capitulo 1.
Capitulo 2.
Capitulo 3.
Capitulo 4.
Capitulo 5.
Capitulo 6.
Capitulo 7
Capitulo 8
Capitulo 9.
Capitulo 10.
Capitulo 11.
Capitulo 12.
Capitulo 13.
Capitulo 15
Capitulo 16
Capitulo 17.
Capitulo 18.
Capitulo 19.
Capitulo 20
Capitulo 21.
Capitulo 22.
Capitulo 23.
Capitulo 24.
Capitulo 25.
Capitulo 26.
Capitulo 27.
Capitulo 28.
Capitulo 29.
Capitulo 30.
Capitulo 31.
Capitulo 32.
Capitulo 33.
Capitulo 34.
Capitulo 35
Capitulo 36
Capitulo 37.
Capitulo 38.
Capitulo 39.
Capitulo 40.
Capitulo 41
Capitulo 42.
Aviso importante
Aviso urgente

Capitulo 14.

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By FlorRdz2

El sonido de un nuevo mensaje en mi celular me hace soltar un quejido removiéndome entre mis sabanas buscando conciliar de nuevo el sueño. Pero nuevamente el sonido de mi celular me hace quejarme en voz alta antes de estirar el brazo hacia mi mesita de noche, cuando logro tomarlo y ver la pantalla suspiro.

James Anderson.

Pasare por ti en media hora, Dickens.

Suspiro.

Es demasiado temprano para tener que tener esta conversación con un hombre tan terco como él.

Yo.

Ya te había dicho que puedo llegar a la empresa sola, existen taxis, Anderson. Aparte, sería extraño que me vean llegar contigo ¿no crees?

Tener esperanzas de que se dará por vencido con ese simple mensaje es iluso pero las tengo por qué cierro los ojos para seguir durmiendo hasta que mi alarma suene pero es imposible cuando el celular vuelve a sonar.

James Anderson.

No tengo problema con pasar por ti, queda por donde voy todas las mañanas y no, Dickens, no eres cualquier empleada tampoco.

Su mensaje me resulta confuso pero no quiero seguir discutiendo con él por este medio cuando ambos somos muy aferrados por lo poco que lo puedo conocer. Sé que tengo que levantarme si quiero estar lista para cuando llegue, pero es un lunes muy cansado en el que mis ánimos no son los mejores y tengo dos razones muy importantes.

Mis padres y la sentencia.

Por alguna razón James me lograba distraer aunque sea por un rato, no entiendo la razón exacta de ese hecho. Quizás esperaba que ambos mantuviéramos la distancia entre los dos cuando trabajara en su empresa y él se convirtiera en mi jefe. Lo esperaba así, de verdad. Pero James se esforzaba mucho por hacer cosas por mí como ahora.

Cosa que me confundía y me ponían nerviosa.

Aunque tampoco me sorprendía que fuera tan difícil para mí dejar entrar a alguien a mi circulo de protección, tampoco podía hacer como si el no existiera cuando hacia cualquier cosa para que notara que seguía ahí a mi alrededor. En especial por ser mi Jefe.

Repito; no tenía ánimos de absolutamente nada este día, por eso mismo cuando recibí un mensaje de James avisando que ya estaba afuera de mi edificio lo único que pude hacer fue soltar una maldición. Tome rápidamente mi bolso echando mi celular y mi cartera, iba un poco desaliñada pero nada que no pude arreglar en el reflejo del elevador.

Fue hasta que mi bolso se me resbalo de entre mi mano y me obligo a agacharme para levantarlo cuando las puertas se abrieron que me di cuenta de algo.

No me había puesto sujetador.

Gracias a la fricción de la blusa holgada color café claro fajada en mi pantalón rozo mis pezones me congelen. No tenía tiempo para volver a subir al piso en busca de uno y no es que me preocupara como la gente ve tan tabú a una mujer que no usa, más bien era mi inseguridad sobre la atención que eso provocaba.

Me hacía sentir incomoda muchas cosas, como me dijo la Señora Flatless sobre esa situación en la que yo misma me encerraba cuando algo me hacía sentir así; no era más que el reflejo de mis traumas.

Y aun no lograba superarlos.

Me obligue a avanzar hacia la salida cuando un par de personas quisieron entrar al elevador, enderezándome me eche un vistazo más confirmando que si no hacia tantos movimientos podía pasar desapercibida.

Respire un par de veces más antes de armarme del suficiente valor para salir del edificio. Como usualmente James tenía la costumbre, me esperaba fuera de su auto negro a un lado de la puerta trasera.

Incluso al tener una relación más cercana en este tiempo de conocernos, me seguía sacando de lugar la forma en la que siempre mantenía su postura seria. A veces sacaba la conclusión de que era cuando mucha gente le rodeaba, en algunas ocasiones cuando estábamos solos él podía lucir realmente tranquilo y relajado.

–Buenos días, Haley. –Saluda, llego justo a unos pasos de el cuándo da un paso y tomándome desprevenida deposita un beso fugaz en mi mejilla antes de abrir la puerta.

–Buenos días, James. –Respondo mirándole unos segundos confundidos, carraspeo y me adentro en el asiento trasero.

Seguido de mi lo veo subir ocupando el asiento a mi lado, la ventana que divide entre los asientos delanteros y los de nosotros está arriba por lo que no puedo ver al conductor.

– ¿Cómo te fue el fin de semana?

–Estuvo bien, disfrute mucho estar esos últimos días con mis padres. –Respondo sincera, el me regala una pequeña sonrisa– ¿Y el tuyo?

Se acomoda mejor en el asiento quedando más derecho hacia mí, facilitándome verme.

–Tuve bastante trabajo, estuve cerrando unos tratos sobre un nuevo proyecto que Megan te contara después y unos viajes pendientes. –Encoge los hombros como si lo que dijera fuera lo más normal– Así suelen ser mis días de descanso.

– ¿No pasas tiempo con tu familia?

–No mucho. –Ladeo una mueca pensando en mi posición, si tuviera la oportunidad de tener a mi padres en la misma ciudad iría todo el tiempo posible– Soy bastante alejado de todos desde hace muchos años, Haley, poco a poco te darás cuenta. Y como te dije el otro día; eres la persona que convivo más últimamente, enserio.

Y comienzo a creerlo.

Como había temido desde un principio no fue indiferente a las miradas de mis compañeros cuando baje de su auto ni cuando cruzamos juntos la recepción del edificio. Tampoco cuando subimos a la vez el elevador y como era costumbre todos se retiraron para esperar el siguiente.

Quien no pudo guardar sus preguntas fue Megan quien silbo alzando las cejas al cielo, como si la imagen de ambos juntos fuera alucinante.

Megan tenía la costumbre de hacer ese ruidito con la lengua y los labios al soplar para hacer una burla o mostrar que algo le sorprendía, la había mirado hacerlo varias veces la semana pasada.

–Comienzo a creer que ustedes tienen algo. –No puedo evitar suspirar al escucharla mientras tomo asiento en la silla de mi escritorio, al observarla no pasó desapercibida lo linda que siempre luce.

–Por esa misma razón no quería aceptar que me trajera. –Confieso mirándola con pesar, ella ríe ligeramente observándome con detenimiento.

–Mira, conozco a ese hombre hace muchos años y te puedo asegurar que cuando se trata de él no suele ser muy–se detiene pensando alguna palabra antes de terminar la oración– servicial con los demás. No me mal entiendas, James es muy bondadoso con la gente que lo necesita pero si puede evitar estar presente lo hace. Tú no eres el caso al parecer.

–Ahora me siento incomoda.

–Ni siquiera se la razón del por qué vienen juntos, estoy segura que no se encontraron casualmente en la entrada.

–Tienes razón. James se ofreció de traerme a el trabajo, menciono que va de pasada por mi edificio y fuera de eso parece que se siente mal de que no tenga un auto o a mis padres aquí. –Encojo los hombros mordiéndome el labio pensativa antes de volver a mirarla y ver una sonrisa en su boca– ¿Qué?

Veo como se recuesta en la silla y suspira sin borrar la expresión divertida en su rostro.

–Acabamos de entrar así que nos podemos tomar un tiempo para que me cuentes tu interesante historia sobre cómo se conocieron ustedes dos.

Y así fue como le conté a mi compañera sobre como conocí a su amigo y como nuestras extraña forma de relacionarnos hacia lucir las cosas raras. Me escucho con mucha atención y en ocasiones me pedía más detalles, creo que era la primera vez en esa semana que comencé a trabajar a su lado que me prestaba esa atención.

La conversación le seguía pareciendo divertida, incluso cuando omitía ciertos detalles en mis momentos más íntimos donde James estuvo presente, mintiendo sobre que tenía algunos problemas familiares que me habían hecho colapsar.

Aunque para mi pesar si tenía cierta verdad.

– ¿Te soy sincera? –Asiento, ella menea la cabeza como si pensara algo divertido– James no pasa por tu edificio, estoy segura que te mintió respecto a eso para poder traerte al trabajo ¿y sabes algo más? Eso es bastante curioso, el no miente.

–No tiene mucho sentido si lo describes a el de una manera tan odiosa. –Alego frunciendo el ceño– Añadiendo que no nos llevamos muy bien que digamos.

–No sé tú, pero siempre escuche que los que se llevan mal se atraen. –Alza las cejas burlona y agrega– Algo así como los polos opuestos se atraen.

Resoplo acomodándome el cabello sobre mis hombros en una manera de aligerar el nerviosismo que me causa escuchar eso.

–No creo.

//

Quisiera decir que los siguientes días a esos la insistencia de mi jefe se había esfumado pero no había sido así. Había sido casi imposible poder escaparme un día, solo lo dejo pasar por que Patrick le aseguro que me iría con Bill.

Me fastidiaba mucho que no podía ser tan dura con las personas cuando no quería algo, me hacía sentir mal pensar en poder herirlas. De alguna forma me hacía recordar a cuando a mí me lastimaron y evitaba hacer lo mismo.

A parte estaba segura de que James Anderson no tenía malas intenciones sobre llevarme al trabajo, pero me incomodaba sentirme una carga cuando Megan me había confesado que de hecho él tenía que tomar otra ruta para poder recogerme.

En la oficina me había integrado más con Megan, al final no era tan grosera como pareció al inicio. Como dijo James; era muy honesta y directa. Al punto de poder herir con sus palabras, quizás por eso muchas personas la evitaban.

– ¿Vamos a comer juntas?

Su voz me hace elevar la vista del computador para verla morder un palillo de galleta, era una costumbre que tenía para aligerar su estrés y gracias a eso la oficina olía a chocolate la mayor parte del tiempo.

–Claro. –Acepto, miro el tiempo en mi celular y completo;– Dame un momento, necesito llevarle estos papeles a James para que los firme, después seré toda tuya.

–Aja, suerte.

Tome el folder negro con el nombre de la empresa inscrito en el centro con color gris platinado, me encaminándome después hacia el pasillo. Algunos de mis compañeros de ese piso ya me conocían, me alegraba haber podido integrarme pero se lo debía a Isabel. Tenía ese aire tan acogedor a su alrededor que hasta este momento no había escuchado hablar algo mal de ella, ni siquiera tenía sobre apodo.

En cuanto termino de subir las escaleras diviso a Erika tecleando, me acerco alegre y golpeteo mis dedos sobre su escritorio para llamar su atención.

–Hola, Erika. –Saludo, me regala una sonrisa cálida y suspira.

–Hola, Haley. Que alegría verte, ¿qué necesitas?

Le hecho una mirada a las puertas de la oficina de nuestro jefe y hago un mohín en esa dirección.

– ¿Está desocupado? –Pregunto curiosa, ella abre una agenda negra y asiente.

–Sí, deja le llamo solamente para asegurarme que puedes pasar. –Asiento, la veo teclear tres números antes de que responda– Señor Anderson, Haley Dickens pide verlo. Si, por supuesto.

Y sin más cuelga el teléfono, me da un asentimiento por lo que le sonrió amable.

–Gracias, Erika. –Abro una de las puertas adentrándome, el olor a nuevo como la primera vez que entre inunda mis fosas nasales solo que en esta ocasión también hay un aroma a vainilla ligero. Le veo como al escucharme despega a mirada del computador y me sonríe ligeramente– Hola, no quiero molestar mucho solo necesito que me firmes estos documentos.

–No es molestia, siéntate. –Acepto colocándome delante de su escritorio, extiendo el folder observando como comienza a leer los papeles, mientras lo hace habla– ¿Todo bien en el trabajo?

–Sí, muy bien.

–Me alegro, Megan me ha dicho que eres muy buena casi pareces tener experiencia. –Mis mejillas se calientan imaginando a mi compañera alagarme.

– ¿De verdad? No creo que sea tanto pero me alegra poder ayudar.

–Eres buena, Haley. –Repite, esta vez me mira unos segundos y continua leyendo los papeles– Ya es hora de comer ¿quieres ir a comer conmigo? Podemos ir al piso de arriba o a un restaurante fuera, como desees.

Y ese momento me resulta incomodo negarme, me frustro pero carraspeo llamando su atención.

–Megan me invito a comer, lo siento.

James hace lo contrario a lo que pude imaginar y sonríe cálido, asiente.

–Me alegra que se lleven bien. –Confiesa, veo como toma su pluma gris de su escritorio y comienza a firmar los papeles. Al terminar me los extiende y continua hablando;– Buen provecho entonces, Dickens.

–Muchas gracias, igualmente para ti, James.

La comida pasa muy agradable, siempre me había imaginado esa situación. Trabajar en oficina, ir a comer con mis colegas y volver al trabajo satisfecha.

Ahora me preguntaba qué hubiera pasado si hubiera rechazado la propuesta de trabajo de James. Hubiera sido una pena.

//

Dos meses habían pasado en los que mi trabajo iba de la mejor forma, las aguas se habían calmado en el mar de ansiedad en el que constantemente estaba.

Las cosas parecían marchar bien.

Y eso muy a mi pesar no se sentía como debería, me causaba temor, temor a bajar la guardia. Jack pasaba mucho tiempo en el departamento con Tiffany y conmigo, tanto que incluso varios días terminaba durmiendo ahí.

Esas veces el me llevaba al trabajo como hoy, los domingos teníamos un largo día en el que terminábamos desvelándonos. Eso ocurría por tener dos personas locas a tu lado, Tiffany tenía la fiesta en el alma y Jack quien difícilmente conciliaba el sueño cuando había desorden. Así que mi mejor amigo terminaba durmiendo por la madrugada, para el lunes irse a su departamento a bañar.

Así que aprovechaba ese momento para llevarme a mí, se había hecho nuestro ritual.

–Suerte, Lii. –El beso que deja en mi mejilla resuena en el interior del auto, sonrió apretando su mejilla cuando se aleja.

–Buen día en el trabajo, Jack. –Me bajo del auto, me inclino para poderlo ver y continuo; –Me avisas que día de la semana iremos por esa pizza que me prometiste, a veces termino muy cansada, avísame con tiempo hombre.

Le veo rodar los ojos negando con una sonrisa.

–Sí, señora, vaya a trabajar. –Le saco la lengua cerrando la puerta, veo como segundos después se integra en el tráfico de la mañana antes de adentrarme en el edificio.

En mi oficina saludo a Megan quien apurada toma un par de folders antes de dirigirse a la puerta, pero se detiene apurada y me mira.

–Nuestro jefecito no anda de mucho humor hoy, tenemos junta en 5 minutos. –Frunzo el ceño confundida– Toma tu libreta y vamos, Haley, no quiero enojarme por aguantar su carácter.

No lo pienso más cuando tomo la libreta y una pluma antes de alcanzarla con prisas, ambas nos metemos en el elevador. Siento la tensión que Megan tiene y no tardo en que me la contagie sin ninguna razón aparente.

Conocía bien este piso por las juntas de los martes cada semana que tenían los altos mandos con James Anderson, incluyéndome. Así que no fue difícil llegar casi a tropezones a la sala de juntas. Megan se adentró tomando asiento alado de Keyzar quien le comento algo respecto a que James estaba muy molesto y no pude evitar sentir nervios.

Decidí sentarme alado de Jasón quien me recibió más relajado que los demás comentándome respecto al agradable clima que había esta mañana antes de que las puertas se abrieran sin cuidado dejando ver la imponente presencia de nuestro jefe.

Y como había dicho mi compañera, no estaba feliz.

//

Nota de autora.

Hola gente linda, gente bella =)

Disculpen la demora de los capítulos, no he estado tan bien como quisiera pero continuo trabajando en ello.

No son excusas, lo prometo.

Pero me alegra traerles un nuevo capitulo hoy y espero que se lo disfruten rico.

Intentare subir cada sábado un capitulo nuevo o dos, me esforzare.

No olviden comentar y votar, me emociona ver como les parece el desarrollo de la historia editada.

Tambien les recuerdo que me pueden encontrar en Instagram como; aflorrdzs2 (la cuenta la tengo privada por el momento pero aceptare sus solicitudes no se preocupen)

Cuídense, siempre sonrían por que no saben a quien le hace falta ver esa luz.

xoxo.

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