viviendo con el nerd (VCEN1)...

By all4hsk

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[TERMINADA] «Kim NamJoon es el chico más mujeriego, estúpido, popular y guapo de la escuela. Kim SeokJin es... More

PRÓLOGO
#1: ¿Mi madre no había pagado la renta?
#2: Dime que esto no es real
#3: Kim NamJoon es un simio idiota
#4: Rival
#5: ¡Min-Ha!
#6: Y aquí íbamos otra vez
#7: ¿Caballero?
#8: El auto lo vale
#9: Perfecto yerno
#10: Choi SiWon
#11: Problemas
#12: "¿Me vas a violar?"
#13: "Está lloviendo"
#14: Momento de película
#15: Quiere volverme loco
#16: Su preciada Kimie
#17: Intentando mantener la calma
#18: Borremos la tristeza
#19: ¿Qué había sido todo eso?
#20: Él es la razón
#21: Un amigo
#23: Borrachera
#24: Limpiar el desastre
#25: Vayamos al cine
#26: Complicado
#27: Parque
#28: Cementerio
#29: Contigo
#30: Te quiero
#31: "¿Las palabras mágicas?"
#32: ¿La verdad?
#33: Desconfianza
#34: Un malentendido
#35: El perdedor del juego
#36: Para eso están los amigos
#37: Actuemos por instintos
#38: No te vayas [Final]
EPÍLOGO
¡SEGUNDA TEMPORADA!

#22: Hay fiesta, y pizza

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By all4hsk

Exactamente a las diez de la noche se empezó a escuchar la música a todo volumen por la casa.

La fiesta que había preparado NamJoon iba cobrando cada vez más ritmo y público mientras el tiempo pasaba, al igual que mi tic de ojo, el cual se iba haciendo cada vez más notable.

Música, gritos de emoción, voces coreando las canciones, exclamaciones estúpidas. En resumen, una fiesta de Joonie el simio Kim también conocida como "si siguen así los vecinos les van a mandar a la policía" o "mañana tendrán tanta resaca que se arrepentirán de haber nacido".

Ya podía imaginar el desastre que habría a la mañana siguiente.

—¡Ugh, cállense!— exclamé desde mi habitación mientras tapaba mis oídos con las palmas de mis manos.

Mis palabras eran cómo un susurro inaudible comparado al ruido de allá afuera.

Tenía sueño, quería dormir, y no podía por la simple razón de que al maldito chico simio se le había ocurrido hacer una estúpida fiesta en la propiedad.

Sin exagerar podía sentir como mis tímpanos agonizaban, pobres, ellos no tenían la culpa de la idiotez de NamJoon.

Se me ocurrió que los vecinos llamaría a la policía, avisando el desorden, y que prontamente la fiesta se acabaría. Sin embargo todo se fue por el caño acuñado escuché cómo Joon gritaba alegremente "¡Sigan vecinos, están en su casa!"

Maldición, ¿qué los vecinos no eran una pareja de abuelos?

Debía pensar en algo y rápido, a menos de que quisiera pasar toda mi noche despierto por culpa del griterío proveniente de la sala de estar.

Finalmente, una idea se me vino a la cabeza. Me dirigí a mi armario, saqué de éste la ropa más sexy, linda, y fiestera que encontré y, me vestí con ella. Escapar de esta fiesta haciéndome pasar por un adolescente más del montón de populares debía ayudar un poco.

Salí de mi habitación escabulléndome y bajé las escaleras de manera sutil, sin que nadie notara mi existencia. Llegué a la puerta de entrada, la cual estaba abierta para el público, literalmente, y salí de la casa, dirigiéndome al parque o a algún lugar cercano dónde no hubiera tanto ruido.

Opté por no ir al parque, probablemente me perdería de nuevo y hoy no habría desgraciadamente nadie para rescatarme. Así que, completamente solo, me decidí por entrar en una pizzería que había por ahí y que, según el cartel de enfrente, estaba abierta las veinticuatro horas.

Jalé de la puerta para abrirla, pero no funcionó. Parecía cerrada, tal vez el lugar no estaba abierto.

Estos bastardos me mintieron.

Cómo última esperanza miré la puerta de arriba a abajo, y ahí fue cundo noté aquel cartel que decía "Empuje".

Nunca en mi vida me había sentido tan estúpido.

Empujé la puerta y ésta vez sí la logré abrir. La campanilla de la puerta al momento en que entré se hizo sonar por el local. Me senté en una de las mesas que estaban al lado del ventanal y acomodé mi cabello.

En el restaurante estaba yo en una mesa, una pareja de pandilleros en otra más apartada, y un chico con gafas leyendo en una mesa cercana a la mía.

Sinceramente se estaba tranquilo, a veces me daba miedo que aquellos pandilleros me puñalearan, pero nada más allá de eso.

—¿Qué quieres para comer?— preguntó con una voz irritante una chica que se apareció de repente en frente mío. Llevaba un delantal de color celeste y por su aspecto no se veía muy a gusto con este lugar.

—Una pizza italiana— sonreí en respuesta.

Ella lo anotó en su pequeña libreta y, luego de lanzarme una mirada de asco, se adentró en la cocina.

Cuando ya había desaparecido de mi vista solté todo el aire que había retenido. Sinceramente esa chica me daba miedo, mucho miedo. Se veía jodidamente terrorífica, cómo si cuando estuviera distraído me vendría a cortar la cabeza o qué sabía yo.

Bajé la mirada y ésta se topó con un salero. Estaba aburrido, así que reaccioné a tomar el salero con una de mis manos. Sin embargo, un gran asco recorrió todo mi cuerpo al momento de sentir el material pegajoso. Qué asqueroso lugar. Ni si quiera sabía por qué estaba pegajosa esa cosa.

Mi mano necesitaba ser desinfectada o cortada, pero no podía mantenerla llena de lo que sea esa porquería pegajosa. Okay no creo cortar mi mano, pero enserio sentirla así me desesperaba y asqueaba.

Estaba a segundos de robarme una servilleta para limpiar mi mano, cuando la voz de un chico hace que me detenga de inmediato.

—Te recomiendo que tampoco cojas el servilletero— dijo él con un tono de voz un tanto divertido.

Al instante alejé mi mano del metal que guardaba las servilletas.

—Hola, me llamo TaeHyung— se presentó el chico amablemente y se sentó en frente mío.

Ah, él era el chico de las gafas que leía el libro.

—Hola, yo soy SeokJin— le sonreí tímidamente y limpié mis manos torpemente con la chaqueta.

Luego la quemaría, todo con tal de eliminar aquella sustancia no reconocida y posiblemente tóxica.

Sí, soy un maniaco con la limpieza y no necesito su aprobación.

—Lindo nombre— halagó él y yo sonreí en agradecimiento—. ¿Qué haces por aquí?

—Es un restaurante de pizza, supongo que puedo venir cuando quiera, ¿no?— dije un tanto sarcástico.

Él soltó una pequeña risita. Al parecer era un chico muy optimista, alegre o definitivamente le gustaba reír para poder lucir esa sonrisa simétrica.

—No es eso. No es un buen restaurante que digamos, nadie pide pizza aquí. Vienen las parejas a pasar el rato a solas o algo parecido. Yo vengo por el silencio, además tienen rica agua— admitió y yo solté una ligera risa.

—Yo vengo aquí, porque el idiota que tengo cómo compañero de casa, se decidió a hacer una fiesta— respiré haciendo un ademán con la mano que explicaba que de todas formas me daba igual lo que ese simio idiota hiciera.

TaeHyung le echó un vistazo de reojo a mi ropa.

—¿Y qué pasó? ¿Te decidiste ir de la fiesta?— preguntó él.

Yo negué con la cabeza un tanto entretenido.

—No, para pasar desapercibido me he vestido así— contesté señalándome a mí mismo.

—Ya veo. Pero bueno, te ves muy bonito vestido así— dijo él con una sonrisa encantadora y yo me sonrojé inevitablemente.

—Gracias— fue lo único que atiné a decir y tímidamente bajé un poco la mirada.

Una carcajada proveniente del chico que me acompañaba me hizo alzar nuevamente la cabeza.

—Tranquilo, si no quieres que te diga esas cosas sólo dímelo— me dijo él, haciéndome entrar en confianza rápidamente.

—No me digas más esas cosas.

Él rió y se encogió de hombros.

—Si no quieres que te diga la verdad, por mí está bien— respondió él y yo sonreí tímidamente.

Luego de aquello, la mesera de delantal celeste nos interrumpió.

—Aquí tienes tu pizza— me dijo antes de dejar la comida bruscamente en mi mesa. Después, se fue nuevamente a la cocina.

Miré la pizza tratando de no vomitar. Creo que había una mosca allí, también ví algo que se movía y... ¿eso era un...? Demonios, ¿sí quiera era legal decir que aquella atrocidad era comida? Esto era una ofensa, una deshonra y una desgracia para las pizzas del mundo.

Me decidí por tomar un pedazo de masa, y sí, digo masa porque el queso y todo lo que había encima se calló al instante en el que tomé el trozo.

¿Podía ser peor? Prefería no saberlo, gracias.

TaeHyung rió al ver mi expresión.

—Si tienes tanta hambre podemos ir a otra parte— comentó él, haciendo que mis deseos de ahogarme en golosinas hasta parecer drogado con azúcar despertaran al instante.

—Quiero galletas.

Él sonrió dulcemente.

—Lo que quiera el señorito.

***

—¡Ja! ¡Hasta mi abuela juega mejor que tú!— dije yo burlándome descaradamente de él, aunque de por sí mucha gente jugaba peor que mi abuela, hace mucho aprendí que no me debo dejar engañar por la edad.

—Esto es imposible. Otra ronda— demandó tercamente. Yo me encogí de hombros y acepté.

En estos momentos agradezco que mi abuela me enseñara a jugar tan bien, porque sí, mi abuela me enseñó a jugar videojuegos y no yo a ella. Mi vida es rara, pero la prefiero así, lo normal es aburrido.

TaeHyung pagó por la asquerosa pizza, la cual ni merecía ser pagada, si no merecía ser destrozada, quemada y desechada. Luego de ir a comprar galletas y comérnoslas, él me ofreció ir a un centro de videojuegos

Era jodidamente divertido.

Además de que le había ganado a Namjoon ya tres partidas.

Esto es por ti abuelita, te dije que llegaría lejos con tus enseñanzas.

—¡Woohoo!— celebré alegremente y di un salto de felicidad.

—No puedo creerlo. La primera vez te dejé ganar, pero ya van tres veces que me ganas mientras doy lo mejor de mí en el juego. Me parece una falta de respeto— dijo y yo solté una carcajada.

—No me juzgues por parecer un chico frágil— le advertí arqueando una ceja, entretenido por la situación.

—Debiste habérmelo dicho al principio— dijo él, fulminándome entretenidamente con la mirada.

Luego de haberle ganado ya seis juegos, nos fuimos del lugar porque tenían que cerrar y éramos los últimos que quedaban. Salimos del local y ambos caminamos en dirección a la pizzería, para luego cada uno regresar a casa por su camino.

—Fue divertido pasar tiempo contigo, SeokJin— mencionó él contagiándome su sonrisa.

—Lo mismo digo, TaeHyung.

—Nos vemos— se despidió de mí con un leve beso en la mejilla.

—Adiós— dije yo antes de agitar la mano en forma de despedida y me encaminé en dirección de la casa Kim.

Al llegar a casa la fiesta aún no había acabado. Genial. ¿Ahora cómo le haría para dormir?

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GRACIAS POR LOS 1K ENSERIO :D y tambien les queria hacer una pregunta,que shippean?


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