Legado - La Estirpe de los Di...

By KarolChavarriaCarran

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Los años antes de la última guerra pavimentaron el camino a la extinción del ser humano como un ser consiente... More

Para los lectores
Para los lectores

I. Thea

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By KarolChavarriaCarran

El final de la humanidad término siendo peor de lo que alguna vez imaginamos, se convirtió en una especie esclava que creía erróneamente que era libre, atados mentalmente, arruinados y deformados espiritualmente. La humanidad solo funcionaba bien cuando destruía todo lo que remotamente parecía bueno o verdaderamente humano. Ya no quedaba nada que nos recordara los tiempos antes de la última guerra, antes de que todo se fuera a la mierda y acabáramos siendo genéticamente utilizados por las grandes y poderosas mentes que lo controlaban todo y perseguían su utopía de darle vida a una raza humana superior.

Mi padre murió el mismo día en que el gobierno erigió el nuevo orden para la humanidad sobreviviente a la última guerra. Aquellos años fueron horribles, llenos de sangre e injusticias. Miles de pueblos fueron consumidos hasta su extinción total y los pocos sobrevivientes fueron reclutados para formar parte de las nuevas colonias alrededor de la nueva Matusalén.

Fueron tiempos muy difíciles, pero recuerdo que resistimos gracias a él, a su fuerza y su inquebrantable espíritu. Cuando la guerra llego a su fin pensamos que el nuevo día estaba a punto de alumbrar, que por fin la vida como la conocíamos regresaría. Pero no sucedió.

El fin de la guerra solo fue el comienzo de la verdadera oscuridad.

Nuestro mundo era dirigido por un pequeño grupo de hombres y mujeres llamado la Orden de los Observadores. Sé ocultaban del resto de la humanidad pero lo controlaban todo, ellos eran quienes movían los hilos y eran los autores de la quimera de una nueva tierra poblada por una raza privilegiada. Su discurso progresista era impulsado por la premisa de proteger a los sobrevivientes, pero la verdad, a ellos solo les interesaba un pequeño porcentaje de la humanidad librada a la última guerra. Solo querían reclutar a los más jóvenes para adiéstralos y convertirlos en peones bajo su mando y acoger en sus laboratorios a todas aquellas personas que poseían una extraña peculiaridad en su sangre.

Cuando tenía diecinueve años los comandos nos atacaron en los refugios. Era la segunda ocasión en que hacían algo tan vil como separar familias enteras y asesinar a todos aquellos que se resistieran o intentaran proteger a quienes amaban. La primera vez que nos impusieron su autoridad fue cuando asesinaron a mi padre y nos separaron de nuestra madre. Jamás olvidaría aquel día, ni las lágrimas de mi madre a quien nunca volví a ver. Lo último que recuerdo de mi madre es su mirada cristalina que se negaba a perder la esperanza, nos dijo que nunca nos lastimarían porque éramos demasiado importantes. Tenía razón.

En la sangre de algunos de nosotros se ocultaba un gran secreto, esa anomalía genética que desconocíamos pero estaba ahí, dentro de nosotros, corriendo por nuestras venas. Mi hijo de dos años y yo poseíamos esa extraña característica, así que nos arrastraron a sus camiones para llevarnos con ellos a Matusalén, a la cárcel detrás de los muros, a esa monstruosa ciudad protegida por fortificaciones, custodiada día y noche por comandos armados hasta los dientes y vigilada por el ojo siempre alerta del mejor sistema de seguridad que alguna vez existió.

Matusalén era impenetrable, estaba diseñada para mantener a salvo a un pequeño grupo de personas privilegiadas por el dinero y corrompidas por el poder. Ellos dirigían todo y nadie los podía alcanzar.

Aquel día nos tomaron a la fuerza a todos los que representábamos un negativo en nuestra sangre y nos obligaron a subir a sus furgones amenazándonos con matar al resto de nuestras familias. Pero no fue lo único que hicieron, también tomaron a todos los niños menores de diez años, incluidos a mis sobrinos, los arrancaron de los brazos de mis hermanos y golpearon a todos los que intentaron hacer algo.

Llevo gravada en mi mente la mirada de mi hermana Liz anegada de lágrimas de dolor y suplicándome que me asegurara de cuidar a su hijo. Tampoco me olvido de la rabia en los ojos de mi hermano Nate, su voz se reproduce una y otra vez en mi memoria pidiéndome que proteja a su pequeña.

"Resiste, Thea, iré por ti" fue lo último que le escuche decir a Nate y yo jamás lo olvidaría.

Han pasado dieciséis años desde entonces, me he asegurado de proteger a mis hijos a toda costa, he resistido como le prometí a mi hermano y lo seguiré haciendo hasta que muera o ganemos esta batalla.

_ Thea ¿Estas lista?_ una voz muy familiar suena en mi oído a través del comunicador_ Todos en posición ¿Estas lista?

Antes de responder tengo que mirar a mi alrededor, noto a los francotiradores en lo alto de los edificios, a bajo en la calle distingo a Luke y a los otros mezclados entre la gente. Sé que Mason está muy cerca de David en la siguiente cuadra esperando a divisar los camiones que entraran con los nuevos cargamentos al laboratorio. Solo me queda mirar al cielo para comprobar que los drones están ahí, pero en realidad no lo hago, confió plenamente en Zoe y en su capacidad para controlar la seguridad de todo el equipo. Ella se parece mucho a Nate, tienen el mismo cabello negro y ojos marrones pero en lo que más se parecen es en su amabilidad y honestidad, estoy feliz de que sea como su padre y no como Louis.

_ Lista, Mason._ Respondo.

De pronto se escucha una corta interferencia en mi radio así que le doy un leve golpe con la mano para restablecer la señal. Al cabo de unos segundos el desagradable sonido es sustituido por la voz grave de Mason._ Muy bien nena, ¿sabes, Thea? Creo que esta noche es la noche.

Tengo que sonreír por el comentario de Mason y porque en dos segundos obtendrá la respuesta que realmente está esperando. Mason ha sido un gran amigo por años y sin él no sabría que hubiese sido de mí. Cuando llegamos a Matusalén nos colocaron en campamentos, una noche un grupo de cinco comandos entraron en la tienda que compartía con los niños y me exigieron ir con ellos. Mason estaba fuera de la tienda esa noche y yo le pedí que cuidara de mis hijos, no lo conocía pero cuando lo vi directamente a sus ojos azules supe que era bueno, que era fuerte, que él era como mi padre. Tuve la certeza que sería capaz de protegerlos si yo no pudiese hacerlo más.

Y así fue, Mason cuido de mis hijos mientras yo era utilizada como conejillo de indias en los laboratorios. Casi no recuerdo nada de mi estancia en los laboratorios biológicos porque la mayoría del tiempo estuve sedada. En algunas ocasiones tengo pequeños recuerdos de agujas, escáneres y algunas voces, pero eso es todo. A veces pienso que es mejor así, no saber qué fue lo que hicieron conmigo durante esas cuatro semanas y de esa forma no tener recuerdos que me persigan mientras duermo.

El agradecimiento que siento por Mason es algo que no se puede explicar, la deuda que tengo con él solo la puedo pagar con mi lealtad. Él decidió ir más allá de proteger a mis hijos, eligió protegerme a mí también y se expuso a un gran riesgo por rescatarme. Aun no entiendo como logro evadir la seguridad de los laboratorios, como consiguió infiltrarse y sacarme de ahí sin ser detectado por los comandos. Fue un completo idiota por haber tomado aquel riesgo, su plan era solo un montón de cosas que iba planeando en ese preciso momento y las probabilidades de fallar superaban por mucho a las probabilidades de tener éxito. Tuvo mucha suerte, y yo tuve suerte de que fuera un idiota.

_ Mason, lo diré una sola vez._ Se escuchó una nueva voz en el intercomunicador._ Aléjate de mi mamá o te juro que te cortare las pelotas mientras duermes.

Nunca le pregunte a Mason porque lo hizo, él también tenía una hija y arriesgo demasiado por una mujer que no conocía. Realmente nunca hablamos sobre eso pero desde ese día fuimos un equipo, grandes amigos, familia. Unidos por las circunstancias pero leales por elección.

_ Vamos Ian, todos sabemos que no tienes las bolas para hacerlo._ La voz de Mason estaba llena de diversión._ Soy como tu padre, ¿Tu no le harías eso a tu padre?

Puedo imaginar el rostro de mi hijo completamente rojo, sus labios muy apretados, sus ojos avellana brillantes y pasándose la mano por su cabello castaño como señal de frustración. Es un chico increíble pero no soporta que Mason haga insinuaciones sobre algún tipo de relación entre nosotros.

Ian es todo lo que imagine que seria y mucho más, es fuerte, es leal consigo mismo y con todas las personas que le rodean, es listo y también arriesgado. Me habría gustado que creciera en un mundo diferente, preocupándose por otras cosas como la chica que le gusta, sus amigos, la escuela, deportes. Le toco crecer muy rápido, aprender a sobrevivir y a luchar. Mis niños no tuvieron suficiente tiempo para ser verdaderamente niños.

_ ¡Mason, cállate!_ Interfirió Dom. _ Porque juro que te matare.

Miro hacia el edificio frente a la calle y diviso el rostro de Dom sonriéndome desde la distancia, la suave brisa agita su cabello negro y sé que hoy sus ojos verdes se ven un poco más amarillos a causa del intenso sol. Entonces, un coro de risas resuena en mis oídos, sonrió y disfruto del momento. Instantes como este son tan cortos y fugaces que no me permito dejarlos pasar sin agradecer por poder tener a mi lado a estas personas, ellos son mi hogar, mi lugar seguro.

_ ¡Aquí vienen!_ Escucho la voz de David interrumpiendo las risas._ Un furgón, tres camionetas de seguridad, son quince hombres.

_ David, regresa a tu puesto._ Le ordenó de inmediato._ Recuerda, actúa sin importar que suceda.

Un escalofrió me recorre el cuerpo, no lo puedo evitar, sé que mis hijos estarán expuestos al peligro y eso me altera. Sé que ya no son unos niños y que se han convertido en personas independientes y muy capaces pero aun así no deja de angustiarme que puedan llegar a correr peligro.

Aún recuerdo el día que Dom y Zoe me llamaron mamá por primera vez, ese día me oculte para llorar de alegría y de dolor por que mis hermanos se estaban perdiendo el poder verles crecer pero también me jure que les defendería con mi vida porque sin importar el cómo, yo me convertí en su madre y me sentía merecedora de serlo. El pequeño David llego a mí por azar, pero me gustaba pensar que estábamos destinados a ser. Meses después de que Mason me rescatara lo encontré abandonado en un callejón entre cajas y mantas sucias. Ame a ese niño en el momento que le vi, sus ricitos marrones y sus expresivos ojos azules, aquella sonrisa de quien es inocente y desconoce que ha sido abandonado. Lo tome en mis brazos y él me sonrió. Yo era su madre y él tenía una familia.

_ Mizpah_ resuenan en mis oídos las voces de mis hijos al mismo tiempo.

Cierro mis ojos para escuchar sus voces y clavarlas en mi corazón.

_ Mizpah._ Les respondo.

En cada momento cuando debemos separarnos no olvidamos decirnos esa simple y pequeña palabra. Su significado es como un juramento de que sin importar lo que suceda siempre volveremos a encontrarnos "Que Dios nos guarde hasta que volvamos a estar juntos". Mi padre solía explicarme que en nuestra familia jamás decíamos "adiós" decíamos "Mizpah" porque sin importar lo que nos separara, incluso si fuera la muerte, siempre nos volveríamos a reunir.

El Furgón avanza por la calle custodiado por comandos armados, lo que lleva en su interior suponemos es una carga importante para los laboratorios de la Organización y para la Orden de los Observadores, el perder esa carga podría significar un atraso enorme para su investigación o más bien para sus experimentos. Es una lástima que no me importe mucho el avance de la ciencia, nos utilizan como conejillos de indias solo por tener una anomalía sanguínea que según ellos nos hace diferentes a todos los demás. Solo que eso no les da derecho a explotarnos hasta la muerte.

_ Tres._ Cuando la cuenta de Zoe llegue a uno activara las cargas explosivas y la carrera comenzara. _ dos, uno.

La primera camioneta estalla en cientos de pedazos, las cortinas de humo se elevan rápidamente deteniendo el furgón inesperadamente y el fuego se extiende hasta la mitad de la calle. Las otras dos camionetas que iban tras el furgón se paran y los comandos saltan a la calle apuntando en todas direcciones pero con el humo no pueden notar nada y menos a los francotiradores que los apuntan directo a la cabeza. Cuando los comandos notan los puntos rojos en sus cuerpos se dan cuenta que solo tienen dos opciones, bajar las armas o morir. Me muevo rápidamente para alcanzar a Mason y Luke en la calle, cuando llego tienen a los comandos desarmados y rodeados, todo parece demasiado fácil y eso me inquieta.

_ ¡Ian, espera!_ Lo detengo porque no quiero que abra las puertas del furgón desprevenido, todo esto parece extremadamente sencillo y podría ser una trampa._ Tómalo con calma.

Él asiente, luego le hace una señal a dos de los nuestros para que abran las puertas por los laterales mientras él y Luke apuntan preparados para disparar a cualquier cosa que pueda esconderse tras aquellas puertas metálicas. Veo los rostros de los comandos y noto que no están preocupados por morir o por perder la carga así que me acerco lentamente al que parce ser su capitán y me mira fijamente con serenidad y eso me descoloca porque este tipo de personas siempre parece querer saltar sobre nosotros para cortarnos en pedazos.

_ ¿Cómo te llamas?_ Le pregunto.

El hombre me mira y pareciera que sonríe, me parece familiar pero no sé de dónde o si mi mente me está engañando confundiéndolo con alguien más. Sus ojos grises son demasiado penetrantes y su cabello claro me recuerda... lo sé, se quién es y quiero que desaparezca, quiero que me dé una razón para matarlo, quiero que abra su boca y diga algo estúpido para poder golpearlo. Sé que mi mirada está llena de ira porque su sonrisa ha desaparecido y ahora sus ojos muestran preocupación porque sabe lo que quiero hacer.

_ Me llamo Noah O'Brien.

Su voz se me clava en la cabeza como un cuchillo y ya no quiero que diga nada más, solo quiero alejarme de él tanto como sea posible y alejar a mi hijo.

_ Cállate_ Mi voz sale como un débil susurro pero no porque no tenga fuerza sino porque no quiero llamar la atención de nadie hacia nosotros.

_ Sé quién eres y yo...

Pierdo todo el auto control que tenía, me voy sobre él con toda mi fuerza y aprieto el filo de mi navaja en su cuello, una pequeña gota de sangre se desliza por la filosa hoja advirtiéndome que estoy a punto de cometer un error. Vuelvo a mirarlo a los ojos pero él no está asustado, es más, parece que comprende lo que yo estoy sintiendo y la razón por la que quiero que tenga la maldita boca cerrada.

_ Dije que te callaras._ Le repito y él simplemente asiente.

Es increíble cómo el pasado puede volver a ti en cuestión de segundos como una avalancha de destrucción. En mi caso el pasado no es algo que me pueda hacer daño, al menos ya no, pero quiero mantenerlo ahí, en ese lejano lugar de mi mente.

_ ¿Thea, que estás haciendo?_ La voz de Mason me termina de calmar, coloca su mano sobre mi hombro y me hace levantar. Cuando nos miramos suspira porque sabe que una tormenta se ha desatado en mi interior y también que solo él podrá calmarla._ Ven, tenemos que ver esto.

Las puertas del furgón están abiertas, Ian está saliendo de su interior y carga entre sus brazos a una mujer muy joven y embarazada. Ella está un poco delgada para su condición, su cabello rubio esta opaco y su mirada oscura parece vacía y perdida, sus brazos están llenos de hematomas y eso me molesta porque han estado haciendo pruebas con ella a pesar de su embarazo. Siento enormes ganas de llorar porque ella me recuerda a Reagan, la hija de Mason.

Puedo ver la expresión de genuino terror plasmada en el rostro de Ian así que me acerco más para poder ver bien a la chica. Paso mi mano suavemente por su rostro para retirar el cabello que cubre la mitad de su cara y es en ese momento que las lágrimas pueden más que mi intención de mantenerme fuerte.

Ella es Reagan, mi hermosa niña, a la que lloramos muchos meses atrás porque creímos que había muerto en una misión de vigilancia. Mason lo pasó muy mal culpándose una y otra vez por no haber sido capaz de protegerla, Ian casi enloquece porque siempre la amo y perderla fue un golpe demasiado doloroso.

Durante veinte meses hemos pensado que ella estaba muerta cuando en realidad estuvieron utilizándola, experimentando con ella y con la criatura en su vientre. Mason tiembla y yo tengo que sostenerlo porque en cualquier momento sé que podrá derrumbarse, lo conozco y adivino que está culpándose otra vez. Esto será aún más doloroso que cuando pensábamos que estaba muerta.

Me destroza la imagen de Ian sosteniéndola entre sus brazos como si ella estuviera a punto de desaparecer como el humo, su rostro está cubierto por lágrimas y está temblando a causa de la ira, la frustración, el dolor, la angustia e incluso por la alegría de volver a tenerla. Si, la carga de este furgón era en extremo valiosa, pero no para aquellos monstruos sino para nosotros.

Abrazo con mucha fuerza a Mason, después de todo mi tormenta solo es una llovizna en comparación con todo lo que él tendrá que afrontar. Sobre su hombro vuelvo a mirar al capitán de los comandos y no sé porque, pero me parece que está satisfecho.

_ Tienen que salir ¡ahora!_ La voz de Zoe es alarmada._ Dom y los francotiradores pueden retirarse por los túneles subterráneos del edificio pero ustedes están siendo rodeados, las salidas Norte y Este están bloqueadas y cuatro escuadrones van directo hacia ustedes.

Sé que este momento es muy delicado pero tendremos tiempo para enfrentar la situación cuando estemos lejos de este lugar y seguros._ Hunter, haz que nuestros amigos se pongan cómodos dentro del furgón. Ian, Mason y Carson asegúrense de Reagan. Luke y los demás nos encargamos del resto.

_ ¿Pueden resguardarse? _ dice David de pronto por los comunicadores._ Tengo una idea pero involucra cierto callejón a su derecha y una carga de explosivos.

_ ¿Desde cuándo David maneja explosivos?_ Me interroga Luke.

_ Nunca lo ha hecho._ Se adelanta a responder Carson._ David nunca ha trabajado con explosivos.

Todos me miran preocupados, no quieren depositar su única oportunidad de escapar con vida en las manos de un joven de solo dieciséis años. Pero conozco a mi hijo y si él dice que puede sacarnos de esta situación, entonces confió en él.

_ Confió en ti._ le respondo sin dudar mientras les hago señales a todos para que se tiren contra el suelo. Luego miro a Luke._ Tendremos que confiar en él.

Mientras todos se resguardan miro a Mason y la expresión de su rostro no me miente. Al salir de aquí tendremos que enfrentar una situación aún más delicada, lo vi en la mirada apagada de Reagan, los ojos no pueden brillar sino hay nada que arda fuerte dentro y en ella ya no queda nada.

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