Sábado, 07:02 AM
Media hora restante.
—¿Es la primera vez que venís al festival? —me preguntó Correa mientras cambiaba de canción.
—Si, la verdad que estoy muy emocionada —suelto. Él me mira y esboza una sonrisa.
—Es un viaje de ida. El de invierno también está bueno, tenes que venir si o si —afirmo. Yo me encogí de hombros.
—Apenas pude pagar este, no creo que pueda el de invierno. De todas formas, no me gusta mucho el invierno.
—No tengo ningún problema en pagarte el de invierno —me dijo y yo solté una carcajada.
—Ni siquiera nos vamos a hablar en invierno Joa, no seamos ilusos.
El morocho me miró como con ¿lastima? y frenó el auto.
—¿Me das un beso? —me preguntó. Yo sonreí y negué con la cabeza. Él me miro extrañado—. ¿Por qué no? ¿Te paso algo?
—¿Cómo pudiste, Joaquín? ¿Cómo podes ser tan forro? —le pregunté. El rostro de Correa no mostraba nada más que confusión—. ¿Por qué lo hiciste?
—¿Qué hice? Tiziana, me estás asustando... —solto y yo no puedo creer las dos caras que tiene Joaquín.
—¿Por qué le hiciste eso a tu novia? —el tucumano iba a decir algo, pero lo interrumpí—. Y no, no me vengas a decir que no tenes novia, porque cuando hablaste con ella, yo estaba despierta.
Él no dijo nada más, solo arrancó el auto y comenzó a conducir bastante rápido.
—Las cosas con Des están complicadas —dijo después de un rato—. Quiero cortarle hace mucho tiempo, pero no se como hacerlo. Me da pena por ella.
—No es justificatorio a lo que hiciste, si lo hubiese sabido nunca habría dejado que esto pasará. Parece que te aprovechaste de mí, Joaquín. Y me duele, te juro —mis ojos se aguaron.
—En ningún momento te use para darme cuenta si en realidad quiero a Desire o porque tenía ganas de garchar. Te juro que al principio te pregunté si querías que te trajera porque de la forma que me contestaste, sabía que iba a ser interesante un viaje con vos. Y me empezaste a atraer muchísimo, ¿no notas la química qué tenemos, Tizi? —preguntó, pero en ningún momento saco la mirada del camino.
Sin embargo yo, no pude evitar derramar unas cuantas lágrimas.
—Encima me tomas el pelo Joaquín. Frena el auto y déjame acá —Correa sonrió, les juro que me sorprende lo mierda que es.
Pero bueno, ¿qué se puede esperar de un jugador de fútbol?
Todo fue mi culpa, pensé que luego de tener mi primera vez con él, las cosas serían igual y luego lo olvidaría, pero no.
Sin dudas, Correa va a estar en mi vida para siempre.
—Déjame llevarte..
—¡Frena el auto! —le grité histérica. El Tucu suspiró y frenó el auto.
Sin dudarlo, me bajé del auto rápidamente y caminé hasta el baúl. Joaquín lo destrabo, por lo tanto lo abrí y saqué mi maleta.
Cerré el baúl fuertemente y me acerqué a la ventanilla de Joaquín.
Me agaché un poco y me acerqué, para tenerlo frente a frente. El morocho me miraba fijo, con esa sonrisa particular.
—No te deseo lo peor, porque el karma se va a encargar de todo, Joaquín. Suerte en tu vida —solté, enojada—. Ah, y hasta siendo la primera vez, me doy cuenta lo mal que cojes —el rostro de Joaquín cambió completamente.
De un momento a otro, aceleró el auto y desapareció de mi vista.
Ay, justo en tu masculinidad frágil, Correa.
Sonrió mientras camino por la vereda, pero la sonrisa se me borra y comienzo a llorar de nuevo.
No se donde estoy, me siento para la reverenda mierda y no tengo crédito. ¿Qué carajo voy a hacer ahora?
-1 para el final gilxs