GENDER BENDER

By bwthluv

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ambos están cansados de sus monótonas vidas. él del instituto sólo para hombres. ella de las constantes bur... More

Gender Bender.
01.
Fichas I
Fichas II
02.
04.
05.
06.
07.
08.
09.
10.
11.
12.
13.
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34.
35.
36.
Epílogo.

03.

6.5K 1.2K 1.1K
By bwthluv

¿Es normal sentirse tan bien cuando caminas por los pasillos y notas que todos están rumoreando sobre cómo humillaste públicamente el día anterior a una idiota en el salón de clases? Pues, si no lo era, entonces Donghyuck estaba un poquito mal de la cabeza. ¡Qué bien que se sentía!

— Conejita. — Escuchó, y sabía que se referían a él. O más bien a su hermana.

Volteó su rostro para encontrarse con una Danbi hirviendo en rabia.

— ¿Qué tal? — Saludó en tono burlezco, recibiendo una sonrisa ladina de parte de Danbi.

— ¿Crees que me quedaré de brazos cruzados luego de lo de ayer? — Bramó entonces, comenzando a avanzar hacia Donghyuck. Éste sonrió ampliamente y se cruzó de brazos, elevando el mentón y balanceando su peso hacia su pierna derecha, haciéndole frente.

— Por supuesto que no. Me decepcionarías si te quedases en el molde — Su rostro adoptó una expresión divertida —. Tienes que entretenerme un poco.

— ¿Disculpa? — Espetó ella luego de lanzar una sonora risotada. Ahora todos en el pasillo los observaban atentos, detrás de Danbi había otras tres muchachas las cuales Donghyuck no conocía.

Y no tenía deseos de hacerlo.

Pero era obvio lo que buscaban: Pelea.

— Lo que oíste, bonita. — Él guiñó un ojo, y en un milisegundo tenía a Danbi lanzándose sobre él.

Sin embargo Donghyuck, nuevamente, la esquivó haciendo que siga de largo. Con la diferencia de que esta vez no había ningún banco para sostenerla y evitar que caiga de bruces al piso. Una vez que su cuerpo se estampó contra el suelo, Donghyuck también rió.

— Eres una maldita... — Masculló Danbi desde el piso.

— ¿Danbi, cariño? ¿Qué haces ahí tirada? — Preguntó Donghyuck con sarcasmo en su voz. La otra lo miró, fulminándolo. — ¿Oh, tal vez...? — Donghyuck jadeó y llevó su mano al pecho, tocando su busto falso, fingiendo indignación. — ¡Oh, Danbi! Todo el mundo aquí sabe que eres una arrastrada, ¡Pero no creo que sea correcto expresarlo tan libremente!

— ¿Te crees listilla? — Una de las chicas que estaban detrás de Danbi por fin intervino —. ¿Crees que puedes hacer esto?

— Disculpa, ¿Y tú eres...? — Donghyuck ladeó su cabeza mientras sonreía falsamente. Entrelazó sus manos y arqueó ambas cejas, incitando a la chica a responder.

— ¿Quién te crees que eres? — Secundó otra, luego de que las tres soltaran un jadeo.

— Yo soy Lee Dongsook, un gusto. — Hizo una pequeña reverencia. — ¿Ustedes son...?

— ¿La castor tiene amnesia? — La tercera se adelantó hasta quedar frente a Donghyuck.

— Veo que hemos hablado antes. Vaya impacto han causado en mí, que no las recuerdo. — Donghyuck no despegó sus ojos de la muchacha que lo desafiaba. La susodicha rió cínicamente.

— ¿Te hacemos recordar? — La rabia de la muchacha se manifestó con un tic en su ojo derecho.

— Preferiría no gastar mi valioso tiempo y mi valiosa memoria en algo tan, pero tan insignificante como ustedes. — Donghyuck retrocedió dos pasos y tomó su falda para estirarla mientras hacía una reverencia. — Gracias. — Acto seguido se volteó con brusquedad, haciendo que sus extensiones den latigazos contra el rostro de la niña.

— Aquí lo insignificante eres tú. — Ahora frente a él Danbi intentaba ponerse de pie. Se había arrodillado y, mientras se terminaba de apear, Donghyuck colocó un pie sobre su hombro y empujó hacia abajo. Por consecuente, Danbi volvió a quedar de rodillas.

— Y quien se arrodilla bajo la suela de alguien insignificante, es todavía más mediocre. ¿Verdad? — Dijo en un tono más bajo pero también más amenazador e intimidante.

Danbi enrojeció de rabia y vergüenza al verse en la situación en la que estaba. Elevó su mirada llena de odio para poder ver cómo Donghyuck le sonreía con arrogancia y, tras negar con la cabeza, se iba con la barbilla en alto.

Se iba victorioso.

— Detente ahí — Murmuró mientras su mirada se mantenía perdida en un punto fijo. Sin embargo, Donghyuck hizo caso omiso —. ¡Lee Dongsook, detente ahí! — Exclamó ahora mirándola con lágrimas de rabia e impotencia deslizándose por sus mejillas, y aun así, Donghyuck volvió a ignorarla.

No pudo aguantar más. Se apeó, y salió corriendo hacia Donghyuck dispuesta a romperle la espalda de una patada si era necesario. Llegó a él cuando se encontraba frente a la puerta de su salón, y cuando iba a patearlo, él nuevamente la esquivó haciendo que patee la puerta y la misma se abra.

Sobre su cabeza cayó una cubeta de agua turbia y con olor a podrido, empapándola.

Cubeta la cual Donghyuck había notado en cuanto llegó frente a la puerta. ¿Y cómo no iba a notarlo, si mientras Danbi le gritaba a sus espaldas, divisó que un muchacho se metía al curso mientras gritaba en susurros "Ahí viene, ahí viene" y entrecerraba la puerta? Además pudo notar cómo algunos observaban expectantes desde la ventana, esperando a que la cubeta caiga sobre la cabeza de Donghyuck.

— Cada vez te humillas más. — Donghyuck negó con el rostro mientras una expresión de desagrado y superioridad abarcaba su rostro, para luego avanzar dentro del salón y sentarse a un lado de Iseul.

Danbi salió corriendo del salón hecha una furia, decidida a hacer pagar a Dongsook por su osadía. No la dejaría en paz hasta que se retuerza en el suelo rogando perdón por haberle hecho lo que le hizo frente a todos los de su curso.

— Chica, ¿Qué ha sido eso? — Iseul se colgó de su brazo en cuanto él se sentó a su lado.

— No lo sé. No tenía ni idea de que esa cubeta estaba allí. — Mintió.

— Yo sí, pero no sabía que iba para ti. — Donghyuck la miró intentando ocultar su sospecha.

Si había visto la cubeta, no costaba mucho deducir para quién era. Después de todo, según lo que Dongsook le había dicho, las únicas marginadas del salón eran ellas dos: Dongsook, la coneja; e Iseul, la gorda. Si no iba a ser para Iseul, que ya estaba dentro del salón, era obvio que sería para Dongsook.

Donghyuck sacudió su cabeza intentando alejar esos pensamientos de su cabeza, optando por creer que Iseul era, simplemente, algo estúpida.

Al volver su vista al frente, Donghyuck se encontró con un Mark de cuclillas frente a su pupitre, observándolo directamente a los ojos.

— Sí sabías que la cubeta estaba ahí. — Soltó él.

— Escuchar conversaciones ajenas es de mala educación. — Donghyuck enarcó una ceja.

— Me importa una mierda la educación. — Mark sonrió de costado, sin despegar sus ojos de los de Donghyuck.

— Qué interesante. ¿Te puedes apartar? Obstruyes mi vista. — Donghyuck comenzaba a cabrearse.

— ¿Y qué es exactamente lo que observas? — Lo que más molestaba a Donghyuck era que Mark estaba divirtiéndose. Se le notaba en la mirada divertida y la sonrisa burlesca.

— No te importa una mierda. — Soltó, desviando su vista hacia Iseul — ¿Quieres hacer algo después de las clases? — Le dijo.

— Sabías que la cubeta estaba ahí. — Repitió Mark sin dejar responder a Iseul, observando a Donghyuck atentamente — Lo noté, te observé por la ventana. Cuando llegaste a la puerta miraste hacia arriba y la viste sobre ella. Lo sabías, y dejaste que cayera sobre Danbi. — Se puso de pie, apoyándose con sus manos sobre el pupitre de Donghyuck y sin dejar de observarlo.

Claro que la había visto. Sus amigos ya le habían hecho esa broma muchas veces y con objetos varios. Una vez dejaron una bota de goma de Jaehyun sobre la puerta. A Jaehyun le olían los pies siempre, y si encima era una bota de goma. ¡Madre mía, eso había sido ácido! ¡Sus ojos habían llorado por largos minutos! No era normal que a alguien le hiedan tanto los pies. Con tanta práctica, era fácil darse cuenta de cuándo hay gato encerrado, y más aún si son tan poco disimulados.

— No sé de qué hablas. — Donghyuck, a punto de romperle la cara de un golpe, lo observó también a los ojos. — ¿No deberías ir tras tu novia y ayudarla?

Le mantuvo la mirada, desafiándolo igual que a las otras zorrillas.

— Claro que lo sabes. — Replicó él, ignorando la pregunta. Comenzó a asentir leve pero repetidamente, como si estuviese de acuerdo consigo mismo sobre algo que había pensado y que sólo él sabía. Luego de unos largos segundos en los que ambos mantuvieron la mirada, volvió a hablar. — Has cambiado mucho en nada.

— Gracias. — Dijo Donghyuck sonriendo con arrogancia. Se puso de pie, y sus ojos quedaron anivelados. — Lo has notado. — El sarcasmo era más que notorio en su voz.

— Me agrada ese cambio. — Soltó con voz ronca Mark, relamiéndose los labios.

Dejó sin habla a Donghyuck, quien rió nasalmente sin dejar de sonreír con arrogancia, pero no dijo ninguna palabra.

No necesitaba decir ninguna para intimidar a Mark, quien rápidamente se enderezó.

— Lárgate. — La sonrisa de Donghyuck comenzaba a desaparecer de a poco debido al repelús que le dio al analizar mejor las palabras de Mark. El maldito acababa de, en cierto modo, insinuársele. No a él exactamente, si no a su hermana.

A su hermana.

Éste hizo caso, no sin antes rozar su mano con el brazo de Donghyuck.

Tal vez ya no molestaría a Dongsook como lo venía haciendo. Tal vez, molestarla de otro modo sería más divertido y satisfactorio.

...

Un tirón en su cabello hizo que su cabeza se inclinase bruscamente hacia atrás, su cuello sonase dejándole un gran dolor, y que finalmente caiga sentado en el suelo.

Agradeció internamente a todos los cielos el que las extensiones no se hayan quedado en las manos de Danbi, quien era la que había hecho eso.

— Discúlpate. — Le ordenó. Donghyuck la observó desde el suelo para luego sonreír con gran arrogancia y comenzar a ponerse de pie. Danbi colocó su zapato en el hombro de Donghyuck e intentó hacerlo caer, tal y como él había hecho con ella esa mañana, pero no lo logró.

Donghyuck apartó de un manotazo el pie de Danbi de su hombro, haciéndola trastabillar, y se apeó de un salto.

— Si vas a hacer eso, procura ser más fuerte que la persona que está en el suelo. Porque déjame decirte que, nuevamente, te humillas tú sola. — Luchaba contra él mismo para no golpearla.

No debía golpearla, él era un hombre y ella una mujer. Y aunque se mereciese que la moliera a golpes por ser una maldita, él debía ser caballeroso.

— Discúlpate, maldita sea. ¡Discúlpate! — La chica quiso volver a tirarle de los cabellos, pero Donghyuck rápidamente atrapó su mano y giró su cuerpo, doblándosela contra su espalda.

— No vuelvas a tocarme el cabello con tus manos asquerosas y sucias. — Le susurró en el oído para que nadie más que ella escuchara. La empujó fuertemente, haciendo que tropiece contra sus propios pies y caiga. — ¿Nuevamente de rodillas ante mi presencia? — Preguntó casi a los gritos. Danbi se puso de pie rápidamente, pues media escuela observaba lo que sucedía.

— ¿Te revelarás ahora? ¿Qué, has ido a clases de karate para poder defenderte de una vez por todas? — Lanzó una risa sarcástica. — Es patético de tu parte haber hecho eso. No podrás escapar de nosotras, Dongsook. — Avanzó a paso cauteloso. — Esto es algo que te perseguirá hasta el fin de los tiempos.

— No, cariño. Tu complejo de inferioridad es el que te perseguirá a ti hasta la tumba. — Ambas se detuvieron cuando estuvieron cara a cara. Sus frentes casi se encontraban, y se miraban con odio. — ¿Tanto te duele que cuando pequeñas me hayan prestado más atención a mí que a ti? — Soltó.

La sonrisa que había estado en el rostro de Danbi desapareció.

— Eres una maldita zorra, una perra, una... — Donghyuck la interrumpió.

— Todos esos términos, teniendo en cuenta que los utilizas como insultos y en base a sus definiciones en ese sentido de la palabra, encajan más con tu persona que con la mía. — Donghyuck avanzó un paso más, empujando a Danbi. — ¿Te lo digo en un nivel intelectual que tú puedas entender?

— He entendido, imbécil.

— Permíteme dudarlo. — Danbi cacheteó a Donghyuck, arañando su rostro con las uñas.

— Te estás tomando demasiadas atribuciones, castor. Demasiadas. — Volvió a cachetearlo, y a avanzar mientras Donghyuck retrocedía y cerraba sus puños con fuerza.

«No la golpees, no la golpees, no la golpees.»

— Danbi. — La voz de Mark detuvo la escena.

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