Fantasías Eróticas

By UKnowLis

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Quisieron llevar a la realidad sus más oscuros deseos; pero... todo se les fue de las manos. ¿Qué sucede cua... More

1. Buenas intenciones.
2. Esperando la cena
3. Deliciosa negociación
4. Encuentro forzado
5. Lanzando el anzuelo
6. ¿Piscina nudista?
7. Inocencia perdida
8. Tu corazón es solo mio.
9. Amantes
10 ¿Descubiertos?
11. Consecuencias
12 Arrepentimientos
13 ¿Una nueva vida?
14. ¿Quieres ser mi amante?
15. Sí, acepto
16. Solo para mí
17. ¿Ella sigue aquí?
18. Quédate conmigo
19. Quiero ser tu prioridad
20. Te odio, ¿lo sabes?
21. ¿Ya no me deseas?
22. Ya me perdiste
23. Dime que me amas
24. Malas nuevas
25. Latidos
26. Manipulación
27. Acorralado
28. ¿En la calle?
29. Malditos celos
30. ¿Secuestrada?
31. Esperanza disipada
32. Matrimonio disuelto
33. Desesperada
34. Tan solo un error
35. Quitando obstáculos
36. Cayendo otra vez
37. Cambio de juego
38. De mujer a mujer
39. ¿Oportunidad o venganza?
40. Amor a primera vista
41. ¿Dulce venganza?
42. Separación definitiva
43. ¿Nuevo amor?
44. ¿Podemos hablar?
45. ¿Por qué viniste ahora?
47. ¿Tú de nuevo?
48. El intercambio
49. Decidido a todo
50. El rescate
Capítulo Final

46. Eres mi todo

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By UKnowLis

Después de estar con Yunho, BoA subió a la habitación de Kaithleen. Aunque la niñera estaba con ella y se quedaría hasta el día siguiente, sentía la necesidad de verificar que estaba bien. Era algo que solía hacer, a veces se paraba en medio de la noche solo para observarla dormir. Yunho entró detrás de ella, la niñera los vio desde su cama, a los dos de pie junto a la cuna de la niña, pero prefirió hacerse la dormida para no interrumpir la escena. Si se reconciliaban, pensó al verlos juntos a esa hora, Kaithleen crecería en una familia.

─Vamos ─susurró BoA─. No vaya a ser que la despertemos.

Él asintió y se retiraron procurando no hacer ruido. Estando afuera él la tomó por la cintura y la acercó a su cuerpo para besarla. BoA podía sentir como el deseo había despertado en él, no solo por lo imperioso de su beso, sino por el bulto que se elevaba dentro del pantalón.

─Yunho ─dijo interrumpiendo el beso─, sabes que esto no significa que hemos vuelto, ¿verdad?

Él asintió.

─Lo sé ─dijo acercando su boca a la de ella─. Pero sea lo que sea, que esto signifique, es suficiente para mí.

BoA cerró los ojos y entreabrió la boca para responder a su beso. Fue un beso ardiente, rudo y dominante. 

Entraron a la habitación sin dejarse de besarse.

─Quítate eso ─dijo él quitándole el camisón.

En seguida se desnudó, dejando la ropa en el suelo. BoA concentró su atención en su miembro perfectamente erecto. Este se levantaba majestuoso entre sus piernas, casi como si tuviera vida propia. Yunho colocó sus manos en los brazos de ella y apoderándose de su boca, la obligó a retroceder hasta hacerla caer en la cama detrás de ella. Luego se colocó arriba, empuñando su miembro con una de sus manos. BoA levantó la cabeza y vio como el lo masajeaba. Tenía tantas ganas de sentirlo dentro, que le suplicó que lo hiciera.

─Ya por favor, no me hagas esperar.

Él sonrió con malicia.

─Suplícame, pídeme que te lo meta.

Seguía masajeando suavemente su miembro.

─Métemelo Yunho... métemelo ya...

Las mejillas de BoA estaban teñidas de un rojo intenso.

─Suplícame más.

─Yunho, por favor... te lo ruego... 

─¿Qué quieres que haga?

─Que me lo metas.

─¿Hasta dónde quieres que te lo meta? ─preguntó Yunho acercándose a su entrada. BoA podía sentir su glande rosando los pliegues de su sexo─. Dime hasta donde.

─¡Hasta el fondo! ─gimió ella, moviendo sus caderas hacia él─. Métemelo hasta el fondo Yunho, por favor.

Yunho se colocó en su entrada, y tomándola de las caderas hundió su pene hasta las profundidades de su ser. Al hacerlo, podía sentir como su miembro era absorbido por el sexo de ella. Gruñó mordiéndose un labio por la delicia que significaba aquello. Luego, empezó a bombear salvajemente, sin importarle la fragilidad del cuerpo femenino. Besó su boca, su cuello... lamió sus pechos pero sin dejar de embestirla, de arremeter contra ella. BoA sollozaba totalmente enajenada de placer, casi fuera de sí. Yunho sintió como las uñas de ella se clavaban en su espalda, al tiempo que gemía su nombre.

─Yunho... ahhh... me está matando Yunho... ah... sigue metiéndomelo.

Yunho hundió sus dedos las caderas femeninas y con todo el poderío de su cuerpo, aceleró sus movimientos. BoA parecía que iba a quebrarse debajo de él. La cama toda, aunque fuerte, se movía con el vaivén de sus embestidas. BoA flexionó las piernas y las abrió al máximo para darle más libre acceso hacia su cuerpo. Luego, se quedó quieta para que fuesen los movimientos de él los que le llevasen al éxtasis. No tuvo que esperar mucho, pronto el placer llegó a límites insospechados cuando él la agarró por las caderas y se movió vertiginosamente, golpeando sin misericordia su punto G.

Estaba con ella, dentro de su ser, amándola, haciéndola suya.

─BoA... eres deliciosa, demasiado...

Yunho era un hombre fuerte, grande, vigoroso; BoA en cambio, pequeña, delgada y delicada. Ese contraste podía verse en la cama, ella se advertía tan indefensa mientras él la arremetía con todo el poderío de su cuerpo.

BoA gemía como una niña indefensa cada vez que él le llegaba hondo.

─Yunho... ah... ah...

Yunho apretó los ojos, las paredes del sexo de ella, suaves y tibias, se adherían deliciosamente alrededor del suyo, firme y grueso dándole un placer casi insoportable.

BoA rodeó su espalda, acarició su cabello, buscó su boca, saboreó su lengua...

─Sigue... sigue... ─decía gimiendo, al tiempo que contraía su cuerpo en busca del suyo─... Métemelo más hondo, Yunho... destrózame.

Yunho se afirmó en sus brazos y movió su cuerpo con una fuerza tan avasalladora, que le arrancó un grito de placer.

─Yunho...

Él abrió los ojos para ver como su miembro entraba y salía de ella.

BoA podía sentirlo martillando su punto G... Esa deliciosa sensación que sentía en su interior iba en aumento. Cada vez que su miembro le golpeaba internamente le llevaba un paso más cerca del orgasmo...

Hasta que de repente pasó.

─Yunho... ay Yunho... me estoy viniendo... no te detengas, sigue...sigue... ay mi amor, te estoy sintiendo, te siento dentro... te siento muy dentro...

─BoA... ─susurró él retrasando su propio orgasmo─, yo también te siento mi amor.

BoA sintió como si el alma se le saliera del cuerpo, un instante después, calló desfallecida.

Desfallecida pero satisfecha.

A su vez, él volvió a derramar su semen dentro de ella. BoA podía sentirlo saliendo a borbotones. Cuando terminó, se acomodó al lado de ella, agitado, con el pecho elevándose y bajando.

─Maravilloso, BoA, maravilloso ─dijo él besándola─. No sabes cómo te extrañé.

Después de un rato entraron al baño para asearse, se enjabonaron mutuamente y enjuagaron con el agua tibia de la ducha. El miembro de Yunho creció en las manos de BoA, ella jugueteó con la firmeza de su deseo antes de arrodillarse para metérselo a la boca. Los ojos de Yunho se hicieron aún más pequeños, cuando la vio acercar su rostro a su miembro y abrir la boca para engullirlo.

─Ah... ─gimió él con la voz ronca, cuando sintió la humedad de su boca envolviéndolo─. Lo chupas tan rico...

BoA lo metía y sacaba de su boca, al tiempo que lo masajeaba con ambas manos. Él la miraba desde su ángulo, arrodillada mientras las suaves gotas de la regadera caía sobre ambos. Jamás imaginó que la tendría así de nuevo, pensaba que las cosas estaban perdidas. Y aunque aquello no era una reconciliación, era el inicio de algo, estaba seguro. De otro modo, ella jamás le hubiera entregado de nuevo. BoA sacó el pene de Yunho de su boca y lamió su glande seductoramente antes de volver a tragárselo. Él realmente estaba disfrutándolo, podía verlo en la expresión de su rostro, mordía sus labios y apretaba los ojos. Ella aceleró el ritmo, ayudándose ahora con una sola mano mientras que la otra acariciaba sus testículos. A él se le escapó un ronco gemido, le hizo seña para que se apartara, estaba por venirse.

Yunho empuñó su propio miembro y deslizó su mano con rapidez de arriba abajo. BoA seguía arrodillada, observándolo masturbarse. Él colocó una de sus manos contra la pared de la ducha, sin dejar de mover la otra... BoA abrió la boca y sacó la lengua, entonces él se dejó derramar en su cara, observando con detalle como su semen caía a borbotones en la cara de su ex mujer.

Después, se la llevó a la cama cargada sobre su hombro. Le dio un par de nalgadas antes de dejarla caer sobre la cama. Al instante le abrió las piernas y acercó su lengua a su clítoris para lamerlo con la punta. Apenas le daba suaves toques, haciéndola sufrir de impaciencia.

Ella abrió las piernas para él.

─Me gusta tu sabor ─le dijo Yunho sin dejar de degustar su intimidad─. Podría comerte toda.

Yunho era muy bueno con el sexo oral, su lengua tenía un don especial, al que sabía sacarle partido. Además, él no tenía ningún reparo en lamer hasta el último rincón de su cuerpo.

─Cómeme entonces ─dijo BoA suplicando─. Cómeme toda Yunho...

─Claro que voy a comerte ─respondió él, secando la humedad de su sexo con sus besos─. Tu solo disfruta...

Empezó a lamer su clítoris con movimientos envolventes, para luego bajar a los pliegues de su sexo. Lo degustaba como si se tratase de una paleta de helado. El cuerpo de ella seguía siendo pequeño y esbelto, pero sus pechos habían aumentado de tamaño. Y aunque quizás era temporal, no podía dejar de admirarlos.

BoA no podía pensar en nada más que en el placer que estaba sintiendo en ese momento. Cuando se hincó de rodillas frente a él, sabía que Yunho le pagaría con creces, era ese tipo de amante.

Yunho la miraba a los ojos mientras la devoraba. BoA abría y cerraba los ojos, se retorcía, arqueaba las espaldas, gemía su nombre, incitándolo a darle aun mayor placer. Metió entonces uno de sus dedos dentro de ella, lo metía y sacaba simulando el coito. Luego agregó un segundo dedo y lo hundió en ella hasta llegar a donde ella le gustaba y continuó lamiéndola desde su clítoris hasta los pliegues de su sexo, de manera envolvente y constante.

La expresión en el rostro de BoA le dijo que estaba disfrutándolo, intensificó aquello y pronto los gemidos y movimientos de ella le indicaron que estaba por tener su tercer orgasmo de la noche.

─Oh, Yunho... me estás matando ─dijo ella desfalleciendo bajo su lengua.

Yunho no paró hasta que ella se quedó quieta. Pero no quería dejar las cosas ahí... necesitaba más de ella, aun no se había zaceado.

Hizo que se pusiera de espaldas hacia él, llenaría cada rincón de su cuerpo.

BoA se recostó cómodamente sobre la almohada, sabía lo que le esperaba, él se la cogería por detrás. Yunho la agarró por los glúteos, acomodándola para tener un mejor ángulo de entrada. Metió la punta de su pene, estaba muy cerrada. Ella apretó los ojos, sabía que iba a doler un poco, hacía tanto que no lo hacía.

Él se hundió un poco más, cerró los ojos para soportar la creciente fricción que ejercía aquella estrechez contra su miembro.

─BoA... ─gimió su nombre hundiéndose un poco más.

Yunho observó detenidamente como su miembro fue perdiéndose por completo en su interior. Salió suavemente para darle oportunidad de acostumbrarse, ella apretó los ojos y mordió la almohada.

Dolía, pero era un dolor delicioso.

Él empezó a embestirla, suave al inicio, luego la tomó por las caderas y se movió salvajemente, sin cuidar de lastimarla o no. Entraba y salía con tal rapidez, que sus testículos chocaban contra ella, aumentando la sensación de placer, que ella estimulaba tocándose. La cama hacía ruido al deslizarse las patas en el piso. Era una cama enorme, pero los movimientos de Yunho eran tan poderosos que lograban zarandearla. Los gemidos de ambos se entremezclaron. Los de ella agudos y ruidosos; los de él roncos, casi mudos. Cuando terminaron, Yunho se dejó caer a un lado de ella, ambos con la respiración agitada y el cuerpo desgastado.

─Te amo ─dijo Yunho con una sonrisa ladeada, mientras su pecho subía y bajaba por la agitación.

Ella le miró.

─Yo también.

Cuando BoA despertó al día siguiente, miró la hora en el reloj sobre la mesita de noche y se sentó de golpe al ser consciente de la hora. La niñera se iba alrededor de las seis de la mañana y eran las diez. Ella cuidaba otro niño en la misma cuadra.

─¡Keithleen! ─exclamó saltando fuera de la cama.

Estaba desnuda, había dormido así, recostada al también desnudo cuerpo de su ex esposo. Literalmente hicieron el amor hasta el cansancio. Aún tenía la sensación de sus besos, de sus manos sobre su piel, de su miembro dentro suyo. Se calzó las pantuflas apresuradamente y después de ponerse una bata salió en dirección a la recámara de su hija. Cuando abrió la puerta encontró a Yunho sentado en la alfombra, haciéndole muecas a Keithleen, quien reía a carcajadas. Se llevó una mano al pecho emocionada por aquella escena. Justo así se imaginaba su futuro antes de que su vida matrimonial se derrumbase.

─¿Por qué no me despertaste? ─le recriminó a Yunho.

La niña miró en su dirección y levantó los bracitos para que la cargara.

─Buenos días mi amor, ¿cómo estás? ¿ya comiste? ─preguntó con ternura al tiempo que la tomaba entre sus brazos─. ¿Tu papá te cuidó bien?

─¿Verdad que papi te cuidó bien? ─exclamó Yunho besando a la pequeña en la mejilla.

La había escuchado desde el monitor, ella se había despertado y se hallaba parada en la cuna. Miró a BoA a su lado, dormía tan a gusto que decidió levantarse y atender a la niña. Ya lo había hecho en casa de sus padres, así que no fue algo con lo que no estuviese familiarizado.

─Eso veo ─dijo BoA sorprendida─, que lo has hecho bastante bien.

Yunho le había aseado, mudado de ropa y dado de comer. Le había puesto un vestidito amarillo con estampados de sandías y una cinta del mismo color en la cabeza. La niña se veía muy bonita, su piel era muy blanca, su cabello oscuro, sus facciones finas y sus ojos grandes y expresivos.

─Necesito darme un baño ─dijo BoA pensando en que la noche anterior se había quedado dormida después de su último orgasmo.

Ni siquiera supo a qué hora había sido eso.

─Ve con confianza ─le instó Yunho─. Yo me quedaré con Keithleen.

BoA asintió devolviéndole la niña, quien empezó a llorar para no separarse de ella. Trataba de abrirle la bata en busca de su pecho. Yunho buscó un chupete y lo puso en su boca.

─Deja que mami tome una ducha ─le dijo.

─Será rápido mi amor, ya regreso ─dijo BoA secando las lágrimas de la niña.

Pero Keithleen no dejó de llorar hasta que regresó.

─Ven aquí ─dijo sentándose en una mecedora con ella en brazos.

Ella acostumbraba a pegarse del pecho de su madre, temprano por las mañanas, antes de que ésta se fuese al trabajo. Yunho se sentó en la cama y observó la escena durante algunos minutos. Era increíble como esa pequeñita se había convertido en parte fundamental de su vida. Tan fundamental como lo era su madre. A veces se sentía culpable por su otro hijo, tenía un sentido de responsabilidad hacia él, pero el sentimiento no era el mismo. Si BoA se hubiese ido con Keithleen habría removido cielo y tierra hasta encontrarlas.

Jayden despertó con pocos ánimos, llamar a su hermana no había servido de nada. Yura continuaba insistiendo en que diera a su hijo en adopción. Estaba loca, si no lo había hecho antes, mucho menos ahora que lo amaba como jamás imaginó que podía amarse a alguien. Él era su todo.

Después de hablar con Yura, pensó entonces en buscar a Yunho o a sus padres. Pero desistió pronto de esa idea. No había superado sus sentimientos por Yunho, quizás porque su hijo se lo recordaba a menudo. Sus manos eran grandes como las suyas, poseía la misma mirada inteligente y sobre todo, sonreían del mismo modo.

Los siguientes días se llevó al niño consigo al trabajo. Lo mantenía sentado en su cochecito y cuando empezaba a llorar, ella o una de sus compañeras lo sacaban afuera a tomar un poco de aire. Les había dicho a sus jefes que era temporal y estos aunque de mala gana, aceptaron que lo llevase el trabajo. Eran buenas personas y el fondo le habían cogido cariño al pequeño. En aquel trabajo no ganaba mucho, pero le alcanzaba para sobrevivir. Pero era consciente que necesitaba conseguir otro empleo. La casa en la que vivía era vieja y destartalada. Las ventanas crujían con el viento, como si en cualquier momento fueran a desmoronarse. Realmente era deprimente vivir en aquel sitio. Además, no podía seguir compartiendo casa con HaNa. Ella era un peligro latente no solo para sí misma, sino para su hijo. No podía permitir que una adicta lo cuidase.

Una noche, Jayden despertó al escuchar los lamentos de HaNa. Al inicio pensó que quizás le ocurría algo malo. Pero pronto se dio cuenta que estaba teniendo sexo. No solo se escuchaban sus gemidos y los del tipo, sino los chirridos de la vieja cama de madera. Parecía que iba a desarmarse en cualquier momento. Miró a su hijo dormido a su lado. Aunque era demasiado pequeño para entender lo que estaba sucediendo, no quería viviera en ese tipo de ambiente. Debía echar a HaNa.

Cuando se levantó al día siguiente, la encontró en la cocina. Ésta tarareaba una canción, mientras recalentaba algunas sobras del día anterior. Se notaba de muy buen humor.

─¡Buenos días! ─saludó con total tranquilidad, como si no le debiera una explicación por lo de anoche.

Jayden cruzó los brazos, realmente se sentía molesta con aquella situación.

─¿Por qué sigues metiendo hombres a mi casa? ─le recriminó sin contestar el saludo─. Pensé que ya habíamos hablado de esto. Puedes vivir aquí, pero no meter hombres. Mucho menos hacer el escándalo de anoche, tengo un hijo pequeño, no lo olvides.

─Yo pago la mitad de la renta ─respondió HaNa─. Así que tengo derecho a meter a quien yo quiera.

─Te dejé vivir aquí solo porque no tenías donde quedarte, nada más. Pero no tienes ningún derecho a meter tipos aquí.

─Me dejaste vivir aquí porque no te alcanzaba para pagar la renta, no porque quisieras ayudarme.

─Claro que lo hice para ayudarte ─Insistió Jayden─. Pero ahora quiero que te vayas de mi casa. Tienes una semana para mudarte.

─¡Me estás echando!

─Tú me has obligado, tengo que pensar en el bienestar de mi hijo.

─Pues no Jayden, no voy a irme ─HaNa apagó la estufa─. Le dije a Dongwan que podía vivir con nosotras. Y no voy a echarlo ahora.

─¡Dongwan! ─A Jayden le costaba creer lo estúpida que era su amiga. Ese tipo era un perdedor─. ¿Regresaste con él?

HaNa asintió mientras servía la comida recalentada en dos platos.

─Nos reconciliamos ayer.

Jayden suspiró frustrada.

─No puedo creerlo, ese tipo tiene la culpa de que lleves esta vida. Tenías un futuro prometedor y ahora mírate, eres una adicta que se vende por un poco de dinero. Eso se lo debes a él.

─No me hables como si fueras mejor que yo, fuiste la amante de un hombre casado, al que tú y tu hijo no le importan nada. Además, trabajas de mesera por una miseria. Así que no te creas superior a mí o quieras darme lecciones de moral.

─No compares a Yunho con el perdedor ese. Y aunque me paguen una miseria, como dices, sigue siendo un trabajo decente.

HaNa sonrió burlonamente. Las palabras de Jayden no tenían ningún efecto en ella. Estaba decidida a seguir con Dongwan y no veía nada malo en ello.

─No tengo tiempo para discutir contigo ─le dijo a Jayden, tomando los dos platos─ tengo que llevarle el desayuno a Dongwan. Después de lo de anoche, debe estar hambriento.

─¡Qué...! ¡Él sigue aquí!

Jayden no salía de su asombro.

─Te dije que vivirá aquí, ¿no?

─¿Estás loca? ¡No quiero a ese tipo cerca de mi hijo! ─gritó Jayden furiosa─. Es un delincuente, podría ponernos en peligro o meternos en problemas con la policía. Hoy mismo se van los dos de mi casa. No los quiero un día más en mi casa. Así que después de comer, recoge tus cosas y vete.

─Ahora te parece indeseable, pero cuando querías que matara a la esposa de tu amante, no te importaba que fuera un delincuente.

─Eso fue hace tiempo ─dijo Jayden recordando cuando le ofreció dinero para matar a BoA─. Además, ya que lo mencionas, no olvides que desapareció con mi dinero.

─Si quieres, aun puedo deshacerme de ella. ─Jayden se dio la vuelta en dirección a aquella voz. Dongwan había salido de la habitación de HaNa al escuchar la discusión─. Puedo matarla ─continuó como si hablara de un tema trivial─. La mataré y lo haré pasar como un accidente.

CONTINUARÁ





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