El Brickarp es un sistema que se ha puesto de moda en la arquitectura ecológica que consiste en la fundición y extrusión del plástico para la elaboración de piezas que son empleadas en la construcción.
Una de las premisas de este sistema es trabajar con plástico reciclado. Los desechos de plástico son triturados mediante la técnica de la extrusión, estos fragmentos se funden a una temperatura que oscila los 180 grados y luego el líquido es inyectado en moldes que reproducen diversas piezas estructurales arquitectónicas, como bloques, vigas, columnas, etc.
Aunque el Brickarp se puede desarrollar también con material industrial nuevo, el plástico de reciclaje empleado en muchas de las piezas que se obtienen mediante esta técnica llega a estar por debajo de los precios del mercado hasta diez veces, lo que hace que esta alternativa se vuelva, además, muy barata y rentable, comenta Armando Iachini.
Para construir una vivienda de dimensiones estándares, se emplean alrededor de quinientas toneladas de material reciclado, un gran aliciente, especialmente si se toma en cuenta que el plástico es uno de los desechos humanos más contaminantes y abundantes del planeta.
Las piezas de este proyecto, surgido en Colombia, tienen la capacidad de ser livianas y se ensamblan entre sí mediante un sistema modular de encastre, tal y como ocurre con los juguetes de construcción. Un bloque hecho con Brickarp puede pesar de dos a tres kilos, y es tan sencillo el montaje que no se requiere de personal especializado.
Las casas tienen un tiempo de vida útil estimado en unos quinientos años, poseen propiedades antisísmicas y, para garantizar su estabilidad y durabilidad, el ensamblaje es rematado con planchas de acero que a su vez se aseguran a las piezas estructurales con la ayuda de grandes tornillos industriales.
Este proyecto se perfila como una de las grandes soluciones al problema habitacional de las familias que poseen escasos recursos y viven en zonas rurales, además de ser un aliado importante del reciclaje y la ecología.