—Mejor hubieras puesto un anuncio en el Profeta, Albus—Snape comento ácidamente—Piedra Filosofal de muestra en Hogwarts: se necesita un Señor Oscuro, no es necesaria cita previa—.
Dumbledore movió su caramelo de limón en su boca, con ojos llenos de felicidad—La Piedra está completamente segura—.
—Quizás lo está—Snape respondió secamente—Los estudiantes, sin embargo, no lo están. ¿Como puedes dejar semejante objeto en una escuela llena de niños? ¿Como puede estar más segura que en Gringotts? —.
—En realidad—Dijo Dumbledore, con su mirada yo-se-mas-que-tú que Snape detestaba—Se produjo un robo en Gringotts esta tarde. Afortunadamente, la bóveda en cuestión había sido desocupada una hora antes. Por suerte—.
—Si tú no hubieras enviado a Hagrid al Callejón Diagon, donde agasajo a los habituales del Caldero Chorreante con historias sobre su asunto importante de Hogwarts—Snape le señalo—Nadie habría sabido que estaba allí—Después de un momento, le pregunto—¿Supongo que el culpable no fue atrapado en la escena? —.
La sonrisa de esfinge de Dumbledore le dijo a Snape todo lo que necesitaba saber. El Maestro de Pociones se levantó y miro el fuego, tratando de calmarse. Y gruño—Muy bien, la carnada esta puesta. Crees que algo saldrá de eso—.
—Se que lo hará. Ahora es el momento, Severus. Podemos detenerlo antes de que nadie se dé cuenta que ha vuelto—.
—El niño está involucrado de alguna manera en tu esquema—.
—Tú lo desapruebas, pero es su destino—Y más seriamente, Dumbledore añadió—Si todo sale bien, Harry se beneficiará más—.
—¿Como se benefició de su crianza con los Dursley? —.
—Yo no sabía sobre la alacena, Severus. Lo siento mucho. Sin embargo, Minerva me contó que ustedes han arreglado la nueva habitación de Harry de la manera más adorable y que él está encantado. Creo que es esplendido que su primera experiencia con la magia sea tan benigna... tan positiva. Él está en buen camino de amar la magia y a nuestro mundo mágico. Sus familiares no ejercerán ninguna contra influencia—.
A Snape le dolió la frente por la intensidad en que su ceño estaba fruncido—¿Ese era tu propósito? ¿Asegurarte que el chico creyera que no había más opción que el mundo mágico? —.
Dumbledore lo miro sin disculpa en sus ojos—Harry es muy importante, Severus. Perdemos muchos nacidos muggle-al igual que a los criados muggle. Nuestro pequeño mundo a veces es demasiado estrecho para ellos. Tienen familia y amigos que no pueden abandonar, tienen intereses y pasatiempos que no podemos ofrecer. Puede parecer cruel...—Hizo una mueca, luego movió la cabeza—Si, fue cruel. Una necesidad cruel, te lo juro. No podemos perder a Harry. Su destino y el de Voldemort están inseparablemente enredados—.
Snape dio un golpe en la muralla con su mano—¡Él ya ha perdido a sus padres, su fortuna, y su hogar! ¿No estarás satisfecho hasta que también pierda su vida? —.
—Tu preocupación te da crédito, Severus. Si todo sale bien, y estoy confiando en ti para que así sea, él estará a salvo. He pensado mucho el asunto, y creo que el plan que he ideado contendrá a Voldemort sin necesidad-—Se detuvo—Bueno, suficiente de eso. Cuéntame de tu día. Solo puedo imaginar lo encantado que estaba Hagrid al verlo después de tanto tiempo—.
Irritado ante el cambio de tema, y aún más ante la evasión de Dumbledore, Snape decidió ponerse difícil—Oh, por supuesto. Casi aplasto al chico. Quizás Poppy debería examinarlo por costillas lastimadas. Harry se veía feliz de haber conocido otro admirador, aunque Hagrid difícilmente fue el primero. El chico Longbottom literalmente choco con él en la tienda de calzado—.
Los ojos de Dumbledore se iluminaron—¡Ah! ¡El joven Neville! ¿Como estaba? ¿Él y Harry se llevaron bien? —.
—A tu primera pregunta: él es una tímida y acosada criatura, totalmente aplastado por el peso de las expectativas de su familia... no, mejor dicho, falta de expectativas. Escuche a Longbottom decirle a Harry que su familia pensaba que era un squib, y que nunca antes había hablado con otro niño. ¿Como va a poder desenvolverse en Hogwarts? —Antes que Dumbledore pudiera pronunciar el indeseado comentario sonriente, Snape continuo—Y ¿si se llevaron bien? Harry de seguro desea protegerlo de su familia, pero no podría decirte si serán amigos. Ninguno de los dos tiene mucha experiencia en eso—Añadió, con una mueca leve en dirección del Director—Sin embargo, Harry se llevó bastante bien con Draco Malfoy. Se conocieron en Flourish & Blotts. Narcissa insistió que nos juntáramos para almorzar. Harry nunca había estado en un lugar como Summerisle's y pareció que le gustó mucho—.
Le dio una mirada de decepción—¿Fue eso sabio, Severus? ¿El exponer a Harry a su influencia? —.
Ahora ya bastante molesto, Snape se dejó caer en la silla opuesta a Dumbledore y lo fulmino con la mirada—Tu pareces creer que Harry es una especie de tabula rasa, una especie de jarra vacía esperando ser llenada. Él quizás puede ser tu única preocupación, pero yo también tengo otras. Tú te preocupas por la influencia que Draco pueda tener sobre Harry. Bueno, yo no. Harry reconoció de inmediato que Draco esta absurdamente lleno de sí mismo... "tan mimado como Dudley", fueron sus exactas palabras, aunque añadió, "aunque no ha sido desagradable conmigo". ¡No, claro que no! la influencia que vi en el almuerzo fue la de Harry en Draco. A ti pueden no importarte mis Slytherin, pero a mí sí. Yo vi que Draco quería que Harry pensara bien de él. Vi a Draco abstenerse de usar la palabra "sangresucia" en presencia de Harry. Si él puede ejercer este tipo de influencia, solo puedo decir que me gustaría que Harry fuera sorteado en Slytherin—.
Vio que Dumbledore iba a decir algo, y le hizo un gesto para que después le diera su opinión—Aunque no creo que así sea. Él ha tenido que mentir y andar a hurtadillas para sobrevivir con los Dursley, pero eso no lo hace necesariamente un Slytherin. Hasta el momento, Harry no tiene grandes ambiciones. Le he dicho que yo estaré complacido con su sorteo si él lo está, y le he asegurado que su madre estaría contenta de que él estuviera en la casa que sea más adecuada para él. No puedo hablar por su padre—Snape bufo—Sospecho que él habría sido tan odioso en el tema como Madame Longbottom y el idiota de su hermano. Ellos se veían demasiado ansiosos haciéndole creer al chico que es una completa falla si no es un Gryffindor—.
—Siento oír eso—Dumbledore dijo suavemente—Augusta fue buena madre con Frank, pero el tiempo y los acontecimientos, parece que quizás han sido mucho para ella—.
—Espero que no vayas a añadir "ella no es la única"—Snape se paró y se paseó inquieto—Para ser perfectamente franco, Harry quedó bastante prendado con Narcissa. Ella le contó de su relación familiar. Fue amable con él, y claramente respondió ante una mujer atractiva que le dio un poquito de cuidados maternales. Y ella también se reprimió de sus comentarios sangrepura. ¿Se te ha ocurrido pensar lo extraordinario que es eso? Simplemente no decir ciertas cosas, el comprender que no son aceptables en ciertas situaciones, es un paso adelante para no decirlas en ninguna situación—.
—Posiblemente—Dijo Dumbledore—Jamás acusaría a Narcissa de ser inepta socialmente. Pero Lucius...—.
—...Si, Lucius puede ser peligroso. Sin embargo, creo que él podría ser neutralizado de alguna manera si Draco considera a Harry como un amigo. A la larga, los Malfoy se preocupan de los Malfoy. Ellos harían todo lo posible por influencia, dinero y poder. Harry Potter tiene tremendo prestigio personal. Lucius es perfectamente capaz de mantener limpia su nariz y tolerar al mestizo "Primo Harry" si es necesario para ganar más prestigio—.
—Comprendo tus puntos—Dumbledore dijo paciente—Y además, estoy de acuerdo que mientras más Lucius tolere a Harry, más difícil será que después le dé la espalda. Todo sería bueno al largo plazo si todo sale bien este año—.
—¡Si! —Snape se detuvo—Lo que me lleva a un tema muy alarmante. Salve el más importante para el final—.
Dumbledore inclinó su cabeza, invitando a Snape a continuar.
Snape lo miró, entornando los ojos en sospecha, y pregunto—¿Qué sucede con Quirrell? —.
—No te comprendo mi querido muchacho—.
Snape no le informó a Dumbledore que hace tiempo se había dado cuenta que el "querido muchacho" era la forma que Dumbledore tenía de "decir": Que estaba mintiendo u ocultando algo definitivamente. Eso todavía le era útil. Y simplemente dijo—¿El tartamudeo? Nunca lo había hecho antes—.
—Creo que sus experiencias en los Balcanes fueron muy estresantes—.
—¿Y el turbante púrpura? —.
—Un recuerdo entretenido—.
—¿Y el olor penetrante a ajo? —.
—Un temor persistente a los vampiros—.
Snape trató de perforar a Dumbledore con su mirada—¿Y el hecho que casi diez segundos después de conocerlo, Harry grito de dolor, aferró su cicatriz y se desmayó? —.
—Oh, cielos—.
Al rato, Snape se dirigió a sus habitaciones, totalmente perturbado. Quirrell claramente trabajaba para el Señor Oscuro-aunque Albus insinúo algo peor. No podía tolerar que lo hubieran recibido en Hogwarts. No podía tolerar que le permitieran ser profesor. No podía tolerar que el hombre sería el primer instructor de Harry en Defensa Contra las Artes Oscuras.
¿Qué le había sucedido a Quirrell? Era un hombre brillante, y quizás no habría sido tan malo en el puesto de Defensa, si las cosas hubieran sido diferentes. Snape recordó al erudito, serio, aunque bastante agradable joven que dejo Hogwarts el año anterior para ir de viaje. Habían sido distantemente cordiales, y en ocasiones habían jugado ajedrez. La noche antes que se marchara, se había sentado en las habitaciones de Snape, bebiendo su whisky, hablando de su deseo de aventura. Desafortunadamente, parecía que había tenido éxito.
"Bueno, no más whisky para él", decidió Snape.
Una carta, doblada y sellada, yacía en su escritorio, donde le había pedido a los elfos que pusieran su correspondencia que venía por lechuza. Snape la examino con cuidado antes de romper el sello.
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Mi querido Severus...
Una carta de Lucius Malfoy, en la letra elegante y enérgica del mago.
Narcissa está sentada a mi lado mientras escribo, todavía diciéndome cosas bonitas sobre tu "encantador" protegido. Te felicito, mi buen amigo, ¡Por tal golpe! ¡Apoderado mágico de Harry Potter! Que ingenioso. Me inclino ante tu ingenio, en usar una ley tan oscura para obtener la custodia de nuestro héroe del mundo mágico.
Draco, también, estaba muy complacido con el joven Potter, menciono su agradable actitud, impecable apariencia, y un amor a los postres igual al de Draco. Su única falta, parece, es su lamentable ignorancia de las glorias del quidditch. Narcissa, por otro lado, está preocupada de que él sea un poco "delicado" y en necesidad de un toque femenino. Lo traduzco como un deseo de llenarlo de dulces. Sin duda una ambición bastante inofensiva.
En breve, ellos sienten que no pueden hacer nada más que invitar al estimado Sr. Harry Potter a la Mansión Malfoy. Y debe venir hoy, o la menos mañana.
Dándome cuenta de que esto puede ser algo irracional, solicito el honor de tu presencia, y la de tu protegido, el viernes. Ya que Draco desea darle lecciones de vuelo, quizás sería bueno que vinieran como a las tres. Los chicos pueden disfrutar en el jardín, volar un poco, y disfrutar el té al aire libre, y luego tener algo de tiempo para conocerse mejor antes de cenar digamos a las siete, en deferencia a la juventud del Sr. Potter.
¿Ese día te acomoda? avísame, ya que mi adorada familia no me dejara en paz hasta que todo este decidido. Y me confieso curioso sobre este niño, este notable niño, este Niño-Que-Vivió.
L
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Snape dejo escapar un suspiro y se dejó caer en su silla, sintiendo como si otro peso hubiera sido levantado de su espalda. ¿Lucius, también? bueno, no era más de lo que había esperado. De hecho, él había esperado algo así, desde el momento que Narcissa había posado sus ojos violeta en Harry, cuando estaban en el Callejón Diagon. Todo se estaba moviendo más rápido de lo que había esperado, especialmente con la ominosa adición del enigma de Quirrell.
Sería algo tonto ofender a Lucius cancelando con excusas sin sentido. Los niños se habían llevado bien. Una cena en la Mansión Malfoy siempre valía la pena, ahora que Abraxas Malfoy estaba confinado a su habitación. Eso en sí, era un misterio, aunque Snape no tenía deseos de interrogar a Lucius sobre la "enfermedad de su padre". Abraxas Malfoy se había vuelto extraño durante los últimos años, tan extraño que su comportamiento en público ya no podía ser acallado o excusado por su riqueza. Lucius había tomado control de los intereses familiares y había encerrado al viejo tras protecciones que igualaban las de Gringotts. Algo bueno, también, en opinión de Snape. Abraxas nunca había fallado de insultar a Snape cada vez que se encontraban.
"Que se pudra, el viejo grosero".
Además, podía echarle una mirada a la librería, y al raro libro de Paracelsus...
Encontró un trozo de pergamino y escribió una breve respuesta.
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Lucius,
El viernes a las tres es bastante conveniente. Gracias por la invitación. Al Sr. Potter le agrada la tarta de melaza.
S
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Sonrío de lado. Suponía que no era la clase de información que Lucius estaba esperando. Le haría bien a Lucius tener que esperar por lo que quería, para variar. Debería advertirle a Harry que tuviera cuidado en no entregar mucha información, sin hacer al chico ansioso o inconfortable.
Se distrajo de sus pensamientos por una llamarada verde en la chimenea. Era Minerva.
—¿Severus? ¿Regresaste? —.
—Como puedes ver—.
—¿Puedo pasar? Tengo algo para ti—.
Le movió una mano impaciente, no estaba con ganas de compañía, pero se resignó. Además, podría hacerle bien conversar con ella, y Minerva en estos momentos no estaba muy feliz con Albus.
Ella entro sonriendo, sus manos con lo que parecían ser papeles.
—Cuando revisé mis antiguas fotografías, encontré una de la boda de los Potter, y una que tomaron justo antes de ir a esconderse. Hice copias. Pensé que Harry podría añadirlas a su álbum—
Le hizo un gesto para que tomara asiento y obedientemente tomo la primera fotografía.
Allí estaban, la santísima Trinidad de la odiosa estatua. Potter, por suerte, solo tenía ojos para el bebé en los brazos de Lily, y Snape pudo ignorarlo. Harry era una pequeña cosita rosada, por lo visto profundamente dormido. Lily, serena y feliz, miro a Snape y le dio una leve sonrisa.
Él suspiro. Era un doloroso recordatorio de la última vez que había visto a Lily con vida. Los Potter habían estado en el Callejón Diagon, un par de días antes de que desaparecieran en la dudosa protección de la casa de Dumbledore. Lily sostenía en brazos a su hijo, que estaba casi completamente cubierto por una manta roja, excepto por un mechón de cabello oscuro. Lily estaba usando una capa café con una bufanda púrpura. Mechones de flameante cabello volaban al viento. Ella no había visto a Snape, que merodeaba en las sombras. El bebé hizo un sonido, y Lily lo miró, su rostro lleno de increíble ternura...
Minerva le paso otra fotografía—Y está también. Estoy segura de que él estará feliz de tenerla—.
Lily y James en el día de su boda. Snape frunció el ceño al mira a James Potter, el novio presumido, y se forzó a decir—Si. Estas dos fotografías completaran muy bien su historia familiar—.
Con sospechosa suavidad, le paso una tercera fotografía—Y esta es para ti—.
Era una fotografía de cuerpo entero de Lily, vestida con su atuendo de boda completo. Lily se veía bella en la fotografía, brillando de felicidad. Su túnica de boda cubría su delicado cuerpo como jirones de nubes que se deslizaban en pleno verano. Sus joyas no brillaban tanto como sus ojos. Se veía hermosa y parecía una reina, y ninguna bruja en el mundo se le igualaba.
La miro un tiempo, decidiendo dónde la llevaría para ser enmarcada.
—Gracias—Logró decir al fin.
—De nada. Estoy seguro de que ella habría querido que tú la tuvieras. Estoy muy orgullosa de ti, Severus. Muy orgullosa de ver como pusiste atrás el pasado y te hiciste cargo de Harry—.
Él meneó la cabeza—Nunca lo puse tras de mí. ¿No lo ves? Todo es por el pasado. Se qué crees que soy infantil, aferrándome a mi rencor contra Potter, pero Harry no es su padre—.
—¿Infantil? No. Aunque a veces...—Ella alejo la mirada, perdida en sus pensamientos—A veces uno necesita ser padre, para dejar de ser un niño—Con más rapidez dijo—Sin embargo, fue un día afortunado cuando te fijaste en la dirección del chico y lidiaste con esa horrorosa situación. ¡Me estremezco al pensar en que problema se habría metido Harry en la escuela si tú no hubieras intervenido! —.
Dejando con cuidado la fotografía a un lado, Snape se acomodó en la silla para lanzarle la bomba a Minerva—¡Él aún tiene varios problemas, gracias a Albus! —Brevemente, le contó de su encuentro con Quirrell y la sorprendente reacción de Harry.
Minerva se veía bastante afligida—¡No puedo creerlo! Quirinus siempre fue tan sensible, tan...—.
—¿Decente? bien, lo que haya sido, ya no lo es. Voy a mantener un ojo en él. Y por supuesto Hagrid despertó su interés. Harry y yo vimos a Quirrell siguiéndolo a Gringotts. De seguro debió suponer que Hagrid iba a depositar o retirar la Piedra. Albus dijo que alguien irrumpió a la bóveda, así que él ya sabe que no está allí. Ya que, en palabras de Hagrid, él andaba en "negocios importantes de Hogwarts", ahora ya sabe dónde está—.
—Robarla para sí mismo ya sería sorprendente—Dijo Minerva—¿Pero robarla para El-Que-No-Debe-Ser-Nombrado? Eso es horrible. No comprendo a Albus estos días. Él dice que tiene un plan, pero no me da detalles. Aunque ha insinuado, que quiere que yo cree algún tipo de desafío mágico como protección. Apostaría que te pedirá lo mismo—.
—¿Pero por qué? ¿Porque no simplemente proteger la Piedra de forma impenetrable? ¿Porque no esconder la maldita cosa? ¿Porque pedírsela prestada a Flamel? Te digo Minerva, este es un plan para atraer al Señor Oscuro de donde se encuentre. Albus quiere que salga de Albania o Mongolia o donde quiera que haya estado escondido. Él quiere que venga a Hogwarts. Y quiere que venga a Hogwarts al mismo tiempo que Harry Potter—.
Traductor: Fadamaja, Angela Black Blood (Beta)