Por ahora leeré los libros y confío en que "Adaptabilidad" me permita esconderlos de alguna forma. A ver, a ver...
No sé cuándo, pero el sol ya salió, habré pasado unas cuatro horas leyendo, pero creo comprender como funciona la magia, asique la pondré en práctica contra los lizard-men.
Habilidad "Instinto" ha detectado a Maron
Holy shit. "Adaptabilidad", amiga del alma, help me please.
Habilidad "Adaptabilidad" Activada
Habilidad "Inventario" Adquirida
Habilidad "Inventario" Activada
Frente a mi aparece una especie de agujero negro, tomo los libros y los dejo dentro, luego desactivo la habilidad y el agujero desaparece. Golpean mi puerta.
—Señor Hegemon, ha venido alguien llamada Maron a visitarle.
—Ya bajo.
Me levanto dispuesto a salir, pero un espejo aparece en mi camino. En todo este tiempo no he visto cómo me veo. Aparentemente tengo pelo blanco platinado y ojos celestes, mi cara me resulta familiar y ajena. Se nota que estoy algo entrenado, pero no demasiado. Tambien soy alto, debo medir mas o menos 1,90m.
Se me acaba de ocurrir un chiste malo.
Con lo que aprendí de magia dibujé una estrella en el aire y puse mi cabello en el centro.
Hice a Star Platinum.
¿Podre desarrollar un Stand? ¿Una habilidad podría ser? "Realidad".
Habilidad "Realidad" Activada
¿Hay una habilidad similar a los Stand?
Si.
¿Nombre?
Sutando.
Bendita sea la originalidad. ¿Podré obtenerla?
Es posible.
Perfecto.
Rápido y efectivo, así me gusta.
Habilidad "Inventario" Activada
Retiro las bolsas con monedas y bajo, ahí está Maron, con la única diferencia de que ahora lleva una armadura ligera.
—Buenos días Maron.
—Buenos días Hege.
La miro raro.
¿Hege? Es una abreviatura de Hegemon. Me quita de la categoría de Digimon y suena menos agresivo, esto último es bueno o malo según la situación o con quien esté.
— ¿Heg? ¿Hegem? ¿He? Lo siento, intentaba algo distinto, pero queda raro.
—No te preocupes —de entre todos esos, supongo prefiero Hege— ¿Vamos? —avanzo hacia la salida.
—S-Si.
Camine por la calle siguiéndola.
—Iremos con el herrero que hizo mi armadura policial.
— ¿Hace armaduras particulares.?
–Si, el hizo solo la mía ya que lo conozco desde hace tiempo. Es un herrero privado, no hace armaduras genéricas, todas son a medida, por lo que el único ejemplo que tendrás seria la mía, pero son de gran calidad, confía en mi.
En cuanto dijo esas palabras me detuve en seco. Creo que acabo de recordar algo.
—Dar, sabes que puedes confiar en mi, después de todo somos...
Mi muerte... fue a causa de alguien en quien confiaba...
No confiar en la gente.
Me siento raro y mis mejillas se sienten húmedas, podría ser que... ¿Esté llorando?
— ¡Hege! ¿¡Estás bien!? ¿¡Qué pasó!?
—No es nada, tan solo... recordé algo. No importa —palmeo mis mejillas—. Ya estoy bien, vayamos a comprarme cosas.
—Si... —dice sin mucha tranquilidad.
Avanzamos un par de calles en silencio.
—Es aquí, entremos.
Tiene un cartel con el dibujo de un yunque.
Simple.
Entramos al sitio.
—Bienvenid- oh, hola Maron, ¿quién es tu amigo?
—Es Hegemon, está buscando arma y armadura... ¿Una espada resistente sería una armadura?
Decido ignorar su raciocinio.
—Entiendo, ¿Qué tipo de armadura quieres?
—Solo necesito que cubra lo importante, no me interesa lo demás.
—De acuerdo, ¿y qué hay del arma?
—Soy capaz de manejar cualquier arma —O por lo menos era capaz de ello—, así que supongo que será lo más conveniente para este caso —miro a Maron.
—Probemos distintos tipos de armas y veremos en lo que más destaques.
—No problem.
El herrero toma mis medidas, por suerte la medición métrica sigue siendo la misma, por lo que no tendré que re-aprender esas cosas desde cero.
Una vez termina llama a su asistente y le guía en cómo comenzar; el pequeño sale corriendo hacia una puerta.
—Vayamos al patio, hay algunos objetos inmóviles a los que puedes atacar —dice el herrero llevando una carretilla con muchas armas.
Una vez fuera tomo un arma.
Mala calidad...
Siento que estoy tomando un palo feo, pero supongo que mi presupuesto actual no es el mejor.
Golpeo a un barril que está colgando con el arma.
¿Siempre fui tan débil? Me siento una hormiga.
Despues de probar todas las armas restantes termino con la ropa sucia y un sentimiento de debilidad.
— ¿Con cuál soy mejor?
—Realmente eres muy hábil con todas, pero creo que te van más las dagas dobles, y como iremos a un terreno pantanoso, un arma ligera te dará más movilidad.
—Entonces esas serán, ¿cuánto sería todo?
—Siete monedas de oro.
Habilidad "Adaptabilidad" Activada
Habilidad "Valor Monetario" Adquirida
Habilidad "Valor Monetario" Activada
—Cuatro —le propongo.
Comenzamos a regatear el precio, y utilizando mi... ¿experiencia negociando? En cualquier caso, que obviamente venzo.
—Gracias por la venta.
—Me siento estafado —dice en tono de broma.
—No deberías, eso es lo que valen según la moneda de este mundo.
De hecho sí debería, ya que se las compré al precio de costo. Pero diciendo eso me veo como un experto.
Me mira extraño, entonces se acerca a Maron y le susurra.
—Tienes un amigo bastante raro.
—No lo sé, ciertamente es diferente, pero también es alguien genial.
Tomo mis nuevas armas.
— ¿Para cuándo estará la armadura?
—Hoy por la noche; la puedes venir a retirar o la podemos llevar a su domicilio.
—La vendré a buscar.
No me gusta que la gente sepa dónde vivo, puede terminar en un accidente desafortunado... para ellos.
Nos despedimos del herrero cuyo nombre no me fue dado ni es de mi interes y salimos del local.
—Tengo que ir al trabajo a hacer los preparativos finales, ve mañana a nuestro cuartel, ahí te daremos las instrucciones —me informa la macarón.
Suena a misión de videojuego.
—All right, I'll see'ya later.
— ¡Hasta mañana! —grita mientras se va corriendo y saluda con su mano.
Bien, como no tengo nada que hacer hasta entonces iré al bosque de fuera de la ciudad que vi a entrenar un poco.
Me acerco a las murallas, lejos de la puerta principal y los guardias. Hago un agujero en la pared lo suficientemente ancho para pasar cómodamente.
Sería malo que alguien encuentre este agujero y desconozco si hay forma de saber quién lo generó.
Habilidad "Adaptabilidad" Activada
Habilidad Temporal "Greato Daze" Activada
El hueco en la pared se reconstruye y esta como nueva.
Conveniente... Demasiado conveniente...
—Gureeto desu yo, koitsu wa.
¿"Habilidad Temporal"? Eso es nuevo, supongo que será de un solo uso, o por un determinado tiempo. Lo comprobaré.
Golpeo el piso con poca fuerza, pero dejando un pequeño hueco del tamaño de mi puño. Intento usar la habilidad, pero no puedo.
Pues será o de un solo uso o es por muy poco tiempo, al final no obtuve ninguna respuesta.
Me adentro en el bosque y decido emitir mi aura asesina para no ser molestado por algún animal salvaje. Encuentro una zona bastante despejada, ahí empiezo a entrenar de manera física y mágica. Paso varias horas allí.
Ya está oscureciendo, para cuando vuelva debería estar lista mi armadura.
Regreso por donde vine y me dirijo a la herrería, ya es completamente de noche. "Adaptabilidad" me ayudó a encontrar el lugar, ya que aún no me guío por esta poco interesante ciudad.
Entro, pago lo que cuesta la armadura y me la llevo, cuando no hay nadie a mi alrededor la guardo con "Inventario".
Voy a la posada, intento dormir, y pese a no tener sueño, lo consigo. A la mañana siguiente me visto con mi nuevo equipamiento.
Para llegar al cuartel fui preguntando a los ciudadanos, gente no muy amable pero que con un poco de presión hablan como si su vida dependiera de ello... siendo literalmente así. Finalmente llego, pero unos guardias me detienen en la entrada.
—Nadie que no tenga el símbolo de los "Protectores de las afueras" puede pasar.
—Soy Hegemon, fui solicitado por Maron.
—Ah, usted es Hegemon. Pase, por aquí —me dejan avanzar de buena manera.
Por algún motivo, este par me desagrada... Ya se a quienes no ayudar en caso de peligro.
Avanzo por el predio, hay muchas puertas y pasillos por los cuales perderse, pero sé dónde está ya que "Instinto" me guía
La encontré, lleva su destacada armadura y estaba hablando con otros soldados, también de distinguida armadura. Cuando me ve les dice unas palabras que no escucho por todos los gritos que hay y se acerca a mí.
—Hola Hegemon, me sorprende que no te perdieras en el camino.
—Fui preguntando por ahí a la gente.
—No esperaba que te dieran indicaciones, los locales de esta zona no son muy amables.
—Es verdad, pero yo tampoco lo soy —rio.
Ella sospecha de mis métodos, pero mi risa la calma.
—Saldremos en unos minutos, tu solo sígueme y todo saldrá bien; también te presentare a algunos de los lideres.
—Ok. Por cierto ¿Cuál es tu cargo en los "Protectores de las afueras"?
—Ah, ¿no te lo dije? Soy una de los líderes, por eso mi armadura es distinta a las demás.
Lo sospechaba, pero prefería estar seguro.
—Ven, te haré conocer a los demás.
Me presenta con los soldados y líderes, pero hubo uno de los lideres al que no dudaría en matar... o mejor dicho si veo la oportunidad lo mataré, los demás tan solo si debo.
—Repito, señorita Maron, no me parece apropiado que un extranjero, y peor aún, un criminal, nos ayude en esta misión de alta importancia; ¿cómo sabemos que no está afiliado a los lizard-men? —me dice el líder pesado.
—Primero, solo fui encarcelado y fue demostrado que no he sido culpable, por lo que llamarme criminal sería erróneo —le replico a esta baldosa de cobre—. Segundo, no obtendría ningún beneficio al estar afiliado a la asociación de saqueadores de los lizard-men —salvo los claros beneficios evidentes que ganaría, pero que prefiero no mencionar—. En términos de recompensa, me conviene estar del lado del emperador.
—Rey —me susurra Maron.
—Rey —me corrijo rápidamente.
El líder insufrible, al que nombré "señor Idiota" estaba por decir algo, pero se vió interrumpido por otro de los líderes.
–Su atención por favor, todos los preparativos están listos, los lizard-men están agrupados y se han localizado a los rehenes. Para cuando lleguemos estarán justo en medio de la transacción.
— ¿Cuál venta? —pregunto a Maron.
—Venta de esclavos.
—Ah... ¡Oh!
Qué mundo más... interesante.
— ¿Alguna pregunta? —nadue dice nada—. Perfecto, entonces vamos ya mismo.
Todos toman sus armas, los líderes van a la salida y marchan en dirección a las afueras de la ciudad; los soldados los siguen detrás a solo medio metro de diferencia, y yo los acompaño, siguiendo a Maron, como me ofreció.
¿Por qué demonios le hago caso a una niña? Ah, cierto, porque soy un extranjero sin pasaporte, sin conocimientos del mundo, un demonio en un reino que los aborrece y ella es la única que sabe ese secreto que si se vuelve público me perseguirán por el resto de mi vida... Mejor la sigo. ¡Maldito chantaje indirecto!