Lugar.
- ¿Vas a comer? No has tocado tu comida.
- No tengo hambre.
- Estás muy flaco debes comer algo, ni siquiera has cortado el ayuno. Anda, es por tu bien, Tae.
Hoseok insistía en que su mejor amigo debía alimentarse, no es bueno cuando estás mucho tiempo sin hacerlo, tu cuerpo comienza a carecer de energías y no quería que se desmayara o algo por el estilo.
- Los platos que sirven en este comedor son un asco. En especial este sándwich, estoy harto de él, lo venimos comiendo como almuerzo hace años casi 3 veces por semana. - Taehyung no tenía apetito realmente. Pero por más que se quejara algunas veces, lo comería de todas formas; es comida, algo esencial que lastimosamente no muchos pueden tener.
- ¡Hey, Hoseok! - una voz se escuchó cerca de ellos, que provocó que la atención de ambos se centrara en un chico rubio que se acercaba hacia su mesa. ¿Que ese no era el que estaba junto a su amigo en el club de baile?. - ¿Cómo has estado? No te he visto desde el viernes, de la nada has desaparecido en el club.
- Oh, ¿Que no te ha dicho alguno de tus compañeros?. - el de baja estatura negó - He tenido una emergencia, tuve que salir a ayudar a Taehyung. - señaló a su amigo que estaba a su lado, que había bajado la vista. No tenía ningún tipo de relación con los amigos de Hoseok.
- Vaya, ¿Tú eres Kim Taehyung? ¿Cómo no te he visto antes? Un gusto, soy Park Jimin. - sonrió el rubio, a lo que el castaño correspondió algo nervioso con un ademán de manos. - Me he enterado sobre la noticia de tu... ¿Padre? Bueno, el punto es que, lo lamento muchísimo. - Taehyung volvió a bajar la cabeza.
- ¡Jimin! - murmuró Hoseok entre dientes, dejándole un lugar al menor a su otro lado en la banca.
- Está bien Hyung, no dijo nada malo. Y gracias por cierto, Jimin. - sonrió leve.
Hoseok y el rubio se habían quedado hablando unos minutos, Taehyung no sabía exactamente de qué ya que no estaba prestando demasiada atención. En un momento, su Hyung le avisó que volvería en unos minutos, ya que se había olvidado de realizar una tarea de Matemáticas, y la haría antes de tener aquella materia. Por lo que, quedó sólo a compañía de Jimin, quien se quedó mirando tontamente a un muchacho –no más que unos centímetros más alto que él– que había entrado por la puerta del gran comedor, pasando desapercibido entre los demás alumnos del instituto.
- Hmm... ¿Jimin?. - chasqueó con sus dedos frente a sus ojos para ver si realmente no estaba hipnotizado, vaya chico.
- ¿Uh?
- ¿Estás bien? - rió por lo bajo, a lo que el contrario asintió.
- Sí, sí... Estoy perfecto. ¿No sabes quién es ese chico de allí? - Taehyung negó con duda, ni siquiera sabía de su existencia. - ¿No? Wow, sí que vives bajo una roca. - rió - es uno de los chicos... "Populares" por así decir del instituto. Tiene nuestra edad, por cierto. Dudo que lo veas en nuestro salón, porque por más que esté en nuestro año, suele escaparse de clases.
- ¿Y tú en cuál año estás?
- ¿Lo dices enserio? Estoy contigo, Taehyung.
- ¿De verdad?
- Literalmente vives bajo un roca, ¿No es así? - ambos rieron. - me siento al frente de todo, tú estás al fondo, tal vez por eso no me has visto. Aunque estoy pensando en irme de allí, no tengo un buen presentimiento del chico nuevo, ¿Sabes? Él se sienta en la banca de al lado.
- Yo tampoco. - concordó el mayor.
- Y mira, hablando de Roma... - señaló disimuladamente hacia la puerta del comedor, donde estaba Jungkook entrando al lugar.
Jimin junto al castaño se quedaron observando al nuevo por un momento, hasta que otro tema se ganó el protagonismo. No duró demasiado, pues un grito de enfado logró captar la atención tanto de ellos, como el de todo alumno presente en el gran comedor.
- Oye, mocoso, ¡Fíjate por donde caminas! ¡Hey, tú! ¡A tí te estoy hablando! -
Al parecer, Jungkook se había golpeado, no se sabe si apropósito o accidentalmente, con aquel muchacho que hace unos minutos Jimin le estaba contando a Taehyung, el "popular".
Aquel golpe provocó que toda la bandeja de comida cayera sobre el uniforme del chico, y el hecho de que Jeon ni siquiera se tomó su tiempo en pedir disculpas, o mínimamente en ver lo que había provocado, lo hizo enfadar el triple.
- ¡Hijo de puta, me las pagarás! - gritó hacia el contrario, que continuaba caminando hacia adelante ignorándolo por completo.
- Créeme, él lo hubiera golpeado si no fuera porque hoy el director está paseando por los pasillos. - acotó Jimin en voz baja. - Se mete mucho en problemas.
El timbre sonó, avisando a todos que debían volver a clases inmediatamente, ya que la hora del almuerzo había acabado.
–
Las clases habían pasado muy rápido. Por un momento Taehyung sintió que no fue 1 hora, sino 10 minutos hasta que llegó el siguiente receso.
Hoseok, junto a Jimin, debía atender algunos temas de su club de baile, por lo que no podría estar con él. Comprendió sin problema alguno; ser líder no es algo tan sencillo como parece.
Taehyung decidió subir hacia la azotea. No había nadie allí, y era obvio, no esperaba encontrarse con nadie; está prohibida la entrada a todo alumno. Pero para Tae era como... Un lugar especial.
Sí... Su lugar especial.
Todos tienen uno, por más que sientan que no es así. Siempre hay un lugar en donde te sientes cómodo contigo mismo, te olvidas de todo, y lo único que queda en ese momento es la brisa del viento, rozando tus orejas y despeinando tu cabello. Sus pensamientos también lo acompañaban. Desde simples preguntas como "¿He apagado la estufa antes de salir?" Hasta reflexiones profundas sobre la vida.
Ahora mismo, Taehyung estaba apoyado sobre la barandilla de la azotea, con sus párpados caídos, dejando que el frío torne su nariz de un color rojizo.
Le encantaba.
Pero abrió sus ojos y volteó al escuchar la puerta abrirse. Fue fácil oírla debido a lo oxidada que se encontraba.
Su corazón había dejado de palpitar por un momento. Lo primero que se le vino a la cabeza fue que algún profesor lo habría seguido y eso no sería nada bueno, le traería demasiados problemas.
Pero se tranquilizó.
- ¿Tae? ¿Qué haces aquí? -
- Me has asustado... - rió para parecer calmado, mientras se tomaba el pecho con una de sus manos.
- Lo lamento... No he sabido nada de ti desde el viernes pasado, estaba algo preocupada.
- ¿De veras? - arqueó una de sus cejas - Pues tranquila, estoy bien.
- Te ves bastante tranquilo a pesar de todo.
- Siendo sincero... Estoy bastante bien. Por más loco que suene - respondió - mi madre se encuentra un poco mejor, ahora trabaja menos horas que antes. Me trasmite cierta paz verla así.
- Comprendo. Debió ser difícil para tu madre afrontar todo. También a tí. - bajó la vista -
Suspiró, dejando salir un poco de sentimiento. - Pero ya pasó. Intento hacer un pequeño borrón y cuenta nueva conmigo mismo.
- Eso es muy bueno.
Lisa se acercó un poco más a él hasta estar a su lado, apoyando sus codos sobre la barandilla, y sus manos aplastando sus mejillas, mientras él sólo apoyaba el antebrazo, dejando caer sus grandes manos.
- ¿Y tú cómo has estado? - se limitó a preguntar Taehyung en medio del silencio.
- Algo frustrada... - suspiró - He tenido una pequeña discusión con Jisoo, ahora ella ni siquiera me dirige la mirada o me contesta los mensajes
- Oh... ¿Y por qué han discutido? – la miró con atención.
- No podría contarte, creo que se enojaría más conmigo ya que es algo... personal de ella. A pesar de estar peleadas, no usaré nada en su contra.
Las comisuras de Taehyung se elevaron. - Eres una muy buena amiga. Si fuera ella no podría enojarme tan fácilmente con alguien como tú.
Lalisa le regaló una sonrisa, tomando aquello como un cumplido. Pronto, algo se le vino a la cabeza, recordando el porqué había venido hasta donde estaba.
- Por cierto, quería preguntarte si... Bueno, el sábado por la noche mis padres no estarán en casa... Y tengo pensado hacer una pequeña fiesta junto a algunos amigos, ¿Te interesaría venir?.
- Vaya, hace mucho no voy a una fiesta. Creo que no estaría mal.
De hecho, Taehyung jamás había asistido a una fiesta. Nunca lo invitaban, o él no solía asistir, a veces poniendo excusas como "Estoy resfriado" o "Tengo cosas pendientes de ayer" ya que no conocía a casi nadie de los que estaban invitados, sabiendo que sociabilizar no era lo suyo. No del todo.
El timbre de finalización del receso sonó, y los alumnos regresaron a sus respectivos salones de clase, incluyendo a los dos que se hallaban en la azotea.
- Bien - bajaron los escalones. - Entonces, el sábado, en mi casa. Sería al rededor de las nueve de la noche hasta la madrugada.
- Allí estaré.
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Hola, soy yo de nuevo, ah.
Sólo aviso, que deben leer con atención algunos detalles que creen simple relleno para poder entender futuros capítulos ;)
Todo lo que suceda, especialmente si Jungkook está en medio, tendrá una consecuencia.