La hija de Goku| Son Gia. Seg...

By IreneEscobar2

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Después de haber salvado el mundo de un futuro terrible, Gia regresa junto a Trunks solo para guiar a sus dos... More

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4| Dos voces, una canción.

Mirai Gia

No sabía qué hacer.

Me sentía extrañamente bien con todo a mi alrededor, era todo lo que anhelaba. Una vida que no fuera de sufrimiento, una vida en donde me rodearan todas las personas que amaba, y eso es lo que tenía aquí. La sola idea de volver a mi mundo, el mundo por el que luchamos por defender, me quebraba.

Mi vista viajó panorámicamente por el inmenso jardín de Corporación Cápsula con diversas sillas, mesas con sombrillas que hacían sombra y un enorme escenario con diversos instrumentos siendo tocados por unas cuentas personas desconocidas para mí, y ahí estaban nuestros amigos reunidos, pero no todos eran como los recordaba. El señor Piccoro cruzado de brazos y aislado como de costumbre, Dende, que había crecido un poco, trataba de animarlo junto a Mr. Popo; Yamcha, que se había cortado el cabello, entablaba una conversación con el Maestro Roshi, Puar y Oolong; en una de las mesas de a un lado, se encontraba Videl asintiendo amablemente a todo lo que Goten le decía, a su lado, Gohan y Gia escuchaban atentamente a nuestro hermano menor. Un poco más a la izquierda, se encontraba mi abuelito Ox Satán y también al que reconocí inmediatamente como Mr. Satán junto a Majin Boo quien tenía una montaña de comida a su alrededor.

Mi vista se detuvo en Krilin al momento en que una niña pequeña de cabello rubio se lanzaba a sus brazos y él poseía una enorme sonrisa, frente al hombre, una mujer rubia con las manos en las caderas sonreía de lado. El androide sonreía, y yo no pude evitar formar una sonrisa aun mayor ante todos los cambios que había ahora.

En otro de los extremos, papá y el señor Vegeta comían descontroladamente con mamá y Bulma regañándolos, poco a poco todos los demás comenzaron a darles ánimo a su competición. El niño de cabello lavanda pasó a mi lado a toda prisa para llegar hasta al gran alboroto, lo seguí con la mirada.

No pude evitar recordar todas aquellas veces que vi a Trunks a esa edad sumido en la tristeza y en el coraje. Mi mirada se volvió benévola, y mi cuerpo se tensó, pero al sentir la calidez de una mano sobre mi hombro, la tranquilidad volvió a mí. Giré mi cara para encontrarme con la de él. Quería que me estrechara entre sus brazos, pero sabía que eso no podía ser ahora.

El de cabello lavanda negó con la cabeza y yo enrojecí. Era cierto que ambos nos entendíamos mutuamente con solo mirarnos y también era consciente que le estaba pidiendo a gritos con la mirada que me besara y abrazara. Su rostro se apartó del mío. Su mano, que estaba en mi hombro, comenzó a descender mientras caminaba rozando todo mi brazo hasta la punta de mis dedos y se dirigió hacia el espectáculo que nuestros padres estaban haciendo.

Fue entonces cuando decidí acercarme también.

La comida se acabó, los dos tragaron al mismo tiempo y ninguno ganó.

—Bueno, parece ser que esto es un empate—declaró el anciano.

—¿Acaso el estómago de un saiyajin no tiene fondo? —cuestionó Krilin con una mueca de sorpresa con la boca abierta.

Mamá y Bulma discutían diciendo que su respectivo esposo había ganado.

—Así son siempre.

Una voz me sobresaltó, mi contraparte estaba sonriendo con las manos entrelazadas detrás.

—¡Vaya, pero si son igualitas! —exclamó aquel hombre con un gatito azul en el hombro. —¡Cuánto tiempo sin verte, Gia!

—¿Cómo estas, Yamcha? —le sonreí de regreso.

—Las cosas han estado muy bien para mí —pasó una mano por su nuca aparentemente nervioso mientras hacia una mueca con su sonrisa.

—Me alegro —dije no muy convencida al tiempo que alguien más llegaba a la conversación en compañía del de cabello lavanda.

—¡Pero que alegría volver a verlos, muchachos! —dijo a todo volumen aquel hombre de baja estatura junto a Trunks —Díganme que no pasara algo grave en el futuro, eso no lo soportaría.

—No te preocupes, Krilin, solo venimos a visitarlos —aseguró el más joven.

—¡Por Dios, Krilin! —estallé al mirarlo más de cerca —¡Tienes cabello!

Los tres hombres cayeron de espalda mientras que mi yo del presente sacaba una carcajada.

—Por si no lo sabías, yo siempre me rapo, pero ocurrieron cosas y por eso me lo he dejado crecer — Krilin hizo notar aparentemente irritado.

—Lo siento, lo siento —añadí moviendo ambas manos y encorvándome un poco.

Después de un rato de plática y comida por montones, me sentí aturdida debido a lo rápido que pasaba la tarde.

—Entonces eres maestra —murmuró Videl y yo asentí con fideos en la boca. —Eso es muy interesante, imagino que las cosas están mucho mejor.

Tragué y aguarde un poco antes de responder —Bueno, Videl, estamos bien y eso es todo lo que importa —ella asintió no muy convencida —Pero supongo que, si te vas a casar con mi hermano, debes acostumbrarte a todo eso —guiñé un ojo y la chica se ruborizó un poco bastante haciendo que yo soltara una sonrisita. —Tranquila, es un placer saber que Gohan ha escogido bien.

La muchacha tuvo que tapar su rostro de tan avergonzada que estaba mientras yo reía sin parar mientras la música de fondo hacía lo suyo sobre el escenario.

Busqué conectar mi mirada con la de aquel joven de cabellos lilas, y lo logré. La desvié rápidamente hacia aquella enorme plataforma ocupada por los músicos y después la volví a él quien asintió comprendiendo mi mensaje. Me disculpé con la azabache y dirigí mis pasos a la parte trasera de aquella área de interpretación.

—¿Qué sucede? —preguntó en cuanto llegó a nuestro encuentro clandestino.

Mantuve silencio, mi mirada estaba centrada en mis pies, me debatía mentalmente hasta que la parte de enfrente de sus botas amarillas entraron a mi campo de visión dando a entender que estaba a un paso delante de mí. Sus manos ahuecaron mis mejillas provocando una sonrisa boba en mis labios, alze mi rostro encontrándome con ese azul intenso de su mirada.

—Debemos regresar, Gia, este no es nuestro lugar.

Dijo acertando a lo que yo ya sabía, pero, de cualquier modo, me dolía.

—¿Tan pronto? —dije en un hilo de voz y él asintió despacio.

—No podemos seguir alterando el tiempo de este modo, creí que lo sabías —murmuró pegando su frente a la mía, cerré los ojos lentamente al sentir ese cálido toque.

—Lo sé, lo sé— lamenté sin apartarme.

En ese momento, era capaz de sentir su respiración sobre mis labios y era totalmente consciente de la forma en que nuestras narices se tocaban. Y, fue entonces, cuando decidí inclinarme un poco más rompiendo con toda distancia. Nuestros labios se rozaron y, después, se fundieron en la lentitud de un beso.

Aparté a Trunks de un empujón con mi vista clavada en aquellos ojos azules que nos observaban totalmente atónitos. Él, cuando notó que mis ojos estaban detrás suyo, se giró. El otro Trunks nos miraba, poseía un plato que estaba ladeado lo cual provocaba que los fideos sobre este se escurrieran hasta el suelo.

No sabía si estaba pálida o roja, eso ahora no importaba. Él nos había visto, eso no podía estar pasando, no ahora. Mi compañero y yo nos miramos, pero a diferencia de mí, Trunks parecía calmado. Su sola mirada decía que me fuera, que él lo solucionaría, asentí un tanto perturbada y pasé al lado del niño regalándole una sonrisa.

Lancé una última mirada por encima del hombro para ver al pelilila mayor ponerse de cuclillas frente al otro pelilila. Me acerqué a Goten quien parecía estar muy solo mientras su mejor amigo platicaba con Trunks.

—¡Eh! Goten, anímate —dije llamando su atención, su sonrisa inocente y sus ojitos cerrados me hicieron derretirme de ternura.

—Es solo que estoy buscando a Trunks para jugar, pero no lo veo por ninguna parte —explicó colocando una mano sobre su frente con la idea de ver mejor y con un pucherito en sus labios.

—Esta un poco ocupado hablando con el otro Trunks —sonreí con complicidad.

—¡Gia! —el grito de Bulma hizo que ambos nos giráramos, ella venía a toda prisa con un micrófono en mano —Hice una sección de Karaoke y quiero que tu comiences— ordenó y sonreí.

—Por supuesto —balbuceé.

Mi hermano menor se veía contento con la idea. Sabía exactamente qué y con quién iba a cantar, tomé el micro de su mano y me dirigí a las escalerillas del escenario. Una vez ahí, me detuve con los jóvenes que afinaban sus respectivos instrumentos.

—¡Chicos! ¿Qué tal? Oigan, no quiero asustarlos, pero ¿les importaría solo seguirme el ritmo? —pedí y ellos intercambiaron una mirada para después asentirme. —Eso es increíble, ahora, ¿tendrán un micrófono extra?

—Solo el que esta sobre el pedestal —señaló con el dedo el chico de la guitarra, mis ojos viajaron ahí y sonreí.

—Excelente. Por último, pueden hacer este ritmo —con mi garganta, trate de igualar los sonidos que ellos debían hacer.

Caminé hasta llegar en medio del escenario captando las miradas de todos, incluidas la de ambos Trunks quienes se acaban de unir al pequeño Goten. No pasó desapercibida aquella sonrisa de lado que me dedicó aquel chico de ojos azules y tampoco aquellos ánimos de parte de todos. Giré mi rostro a los muchachos dándoles un asentimiento de cabeza y comenzaron junto a mí.

El cielo resplandece a mi alrededor
Al volar destellos brillan en las nubes sin fin Con libertad puedes cruzar hoy el cielo azul, la verdad huye a un golpe de pronto en ti Como si un volcán hiciera una erupción, derrite un gran glaciar, podrás ver de cerca un gran dragón

Un pequeño espacio instrumental se abrió y aproveche para dar un salto fuera del escenario y, mientras cantaba, caminé hacia el pequeño Trunks encorvándome a su altura con mi mano libre en su barbilla.

Chala Head-Chala
No importa lo que suceda,
¡siempre el ánimo mantendré!

Me acerqué a papá e hice un puño mostrándolo como la vez que hice aquella técnica contra Boo.

Chala Head-Chala,
Vibrante mi corazón siente emoción,
¡haré una genkidama!

Alcé mi brazo y comencé a mover mi cadera de un lado a otro en la larga pausa instrumental, para, después, ir hasta el pedestal y tomar el micrófono, miré directamente a mi contraparte, a la Gia pequeña y le sonreí. Ella abrió mucho los ojos totalmente sorprendida y lancé el objeto en su dirección, lo tomó con duda y se lo llevó a la altura de su boca comenzando a cantar.

El cielo voy cruzando siempre con valor (con valor)
Miraré inmensos montes que parecen sin fin.
Un paraíso oculto descubriré (descubriré) con amor, por siempre y lo cuidaré.

Solo debía acoplarse y así lo hizo mientras yo hacia los coros llevando el micro a mis labios y seguía con la próxima parte de la canción creada espontáneamente.

No hay razón para angustiado estar
Porque una sorpresa habrá y voy a encontrarla en algún lugar.

Y ambas comenzamos a cantar al mismo tiempo una frente a la otra

Chala Head-Chala,
No importa lo que suceda siempre,
¡el ánimo mantendré!
Chala Head-Chala
Vibrante mi corazón siente emoción, ¡haré una genkidama!
Chala Head-Chala
No pienses nada, sólo escucha sueños hay en tú corazón.
Chala Head-Chala
No importa lo que suceda
¡sonreiré el día de hoooooy!

Alargamos la O alzando un brazo y el rostro al cielo con el micrófono en la mano izquierda mientras el sonido de la guitarra eléctrica finalizó la actuación.

Espero que estén disfrutando este fanfic y que me regalen todo su apoyo con su voto. ¡Hasta la próxima!

Cambio y fuera.

-IreneEscobar.

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