Mi venganza no sirvió de nada, Henry seguía como de costumbre. No me arrepiento de haberle salvado la vida, bueno, no lo salvé, solo le perdoné la vida. Estaba muy triste, no tenía con quien hablar, las únicas dos personas con quien me llevaba en la escuela ya no estaban. Liam fue enviando a un reformatorio, sus padres se asustaron mucho, creían que se iba a convertir en un delincuente. Mis padres me esperaban a la salida de la escuela, no querían que fuera a la biblioteca para ver a Erick.
Pasaron 2 meses, yo seguí aguantando a Henry. Un día mis padres no podían venir a buscarme a la escuela, era mi momento, tenía que ver a Erick. Fui a la biblioteca, no había cambiado en nada, estaba el señor Williams en la recepción.
-Buenas tardes, señor Williams
-Buenas tardes, Ethan.
-¿Sabe algo de Erick?
-Desde hace más de un mes lo he vetado de la biblioteca.
-¿Ahora en que problema se metió?
-No es nada grave, solo que desde hace mucho tiempo no se baña y está muy mal vestido, le da mala imagen al lugar.
-Entiendo, ¿Sabe dónde puedo encontrarlo?
-Muchas veces lo han visto durmiendo en el parque
Nunca pensé que Erick llegaría a esos extremos, creí que todo era un juego de él. Llegué al parque lo más rápido que pude. Cuando estaba en el vi a lo lejos un hombre de baja estatura durmiendo en una silla junto un libro. Fui lo más rápido que pude a verlo, era Erick.
-¿Erick?
-Idiota, ¿Qué no ves que estoy durmiendo? –Dijo mientras abrazaba su libro.
-Soy Ethan.
Erick se levantó muy rápido de su silla y me dio un gran abrazo. Erick estaba muy cambiado, tenía el cabello muy largo y descuidado, la camisa que tenía estaba muy sucia y desgastada, el pantalón también, los zapatos estaban rotos y su cara estaba muy descuidada.
- Que bueno que te veo, tengo que decirte muchas cosas. Perdona si no fui a la escuela a buscarte, no podía acercarme, tus padres te están vigilando todo el tiempo. A todo esto, ¿Dónde están?
-Eso no importa ahora, ¿Cómo has estado?
-He estado bien, junto a mis libros.
-¿Tus libros? –Dije asombrado.
-Bueno, en realidad no son mis libros, son de la biblioteca. El señor Williams me trae un libro nuevo cuando acabo uno, no imaginé que la biblioteca tuviera tantos libros sobre demonios.
-¿Qué haces para sobrevivir?
-Mis padres se fueron de la ciudad, dijeron que era una deshonra para la familia y que no iban a permitir que los conocieran como los padres del que vive en el parque, tengo que sobrevivir con lo que encuentre en la basura.
-Lo siento mucho, comer de la basura debe ser horrible.
-La basura es de mis mejores aliadas, me proporciona comida, ropa y en algunas ocasiones diversión, no sabes las cosas tira la gente a la basura.
-Esto me parte el corazón –Dije entre lágrimas.
-No seas marica, eso ahora no importa. Lo que importa es que me digas quien es un demonio en la escuela.
-El rector Connor –Dije mientras me secaba las lágrimas.
-¿Qué partes de animales tiene?
-Tiene un cuerno de toro y dos patas de caballo.
-Interesante, es un demonio nivel 1. Al tener dos patas de caballo lo hace un demonio muy rápido, pero su debilidad son las piernas. Solo tiene un cuerno de toro, es fuerte pero no tanto, si tuviera dos cuernos toro fuera un demonio nivel 2.
-Tengo miedo, Erick.
-¿En serio? ¿La vida tenía que ponerme un amigo tan marica? –Dijo sarcásticamente.
-¿Qué haremos? No tengo idea.
-Solo prepárate, casaremos demonios.
-¿Cuál es el primer paso del plan?
-El primer libro que leí tenía un acertijo decía que necesitaba un cuchillo con el sacrificio de un centinela y la mayor debilidad del demonio en su corazón. Necesito que lo descifres.
-Lo segundo es muy fácil, tiene patas de caballo, es una herradura.
Mientras estábamos hablando sentí una mano sobre mi hombro, volteo a ver y era el Rector Connor.
-¿Van a comprar caballos, señores?
Quedé mudo, solo miraba a Erick, él estaba igual de asustado que yo.
-No, pero si quisiéramos tener uno –Dijo Erick.
-Muy bien, a mí también me gustan los caballos. El señor Miller está muy nervioso.
-No, es solo que me asusto, no pensé que alguien estuviera atrás mío –Dije tartamudeando.
-No los molestaré más, pasen buena tarde. Suerte con sus caballos.
No sabíamos que hacer, quedamos sin decir ni una palabra por más de un minuto.
¿Qué hacemos Erick?
-Aquí en frente ahí una tienda de amuletos, compremos una Herradura ¿Tienes dinero, cierto?
-Sí, claro. –Dije mientras revisaba mis bolsillos.
-¿Tienes o no? Tengo un cuchillo, robaré si es necesario.
-Sí, tengo dinero. Nunca pensé que llegaras a hacer eso.
-Es mentira, nunca robaría –Dijo entre risas.
-Idiota, no es tiempo para chistes.
-Ya que tienes dinero ve a comprar la herradura, yo iré a buscar el cuchillo que tengo en mi escondite, espero que sirva de algo contra un demonio.
Corrí y compré lo más rápido que pude la herradura, mientras que Erick buscaba en un bote de basura el cuchillo.
-¿Qué planeas hacer? –Dije muy sofocado.
-Vamos a tener una linda fiesta con el ¿Eres tonto? Vamos a matarlo.
-No sabemos qué significa lo del sacrificio del centinela. –Dije muy angustiado.
-Tenemos que acabarlo antes que él lo haga con nosotros.
-Tengo un plan, él debe estar esperándonos en algún lugar, no creo que se haya ido.
-Ahora que lo pienso, lo mejor es huir. Vamos a la escuela, no creo que nos asesine en su propio lugar de trabajo.
Salimos corriendo lo más rápido que pudimos, pero en el camino nos encontramos un contra tiempo, de un callejón oscuro salió Henry. Creo que iba a robar a alguien, tenía un cuchillo en sus manos.
-Me acabo de encontrar a la pareja del año. –Dijo con una sonrisa en su cara.
-Henry, no nos hagas nada, por favor –Dije muy angustiado.
-No les haré nada, me salvaste la vida una vez ¿Cuál es su prisa? –Dijo mientras guardaba el cuchillo.
-Solo déjanos ir, después te decimos –Dijo Erick
Otra vez sentí la misma mano sobre mi hombro.
¿Por qué tienen tanta prisa?
Era el señor Williams, estaba de compras, tenía una bolsa con víveres en sus manos.
-Señor Williams váyase de aquí. Es una charla de jóvenes, no de ancianos –Dijo Henry entre risas.
-¿En serio quieren que me vaya? –Dijo frunciendo el ceño.
-Si, por favor váyase –Afirmé.
Me sentí muy mal por echarlo, pero tenía que hacerlo si quería que no le pasara nada. Henry aún no se iba, seguía esperando la razón de que tuviéramos tanta prisa.
-Henry, te contaremos. Entremos al callejón, la persona que nos busca no nos puede ver.
En eso vuelvo a sentir la misma mano sobre mi hombro.
-Dos de mis estudiantes y vagabundo juntos, que lindo.
Erick y yo nos miramos las caras, no sabíamos que hacer. Tenía que hacer algo rápido.
-Henry, vete de aquí. Él es un demonio –Susurré.
-¿Un demonio? No seas idiota.
-Es en serio, lárgate –Grité.
-¿Cómo va a ser un demonio un ser tan ingenuo?
El rector Connor agarró a Henry muy fuerte del brazo y lo apretó hasta ponerlo rojo
-¿Ingenuo? No lo creo. –Le clavó el cuerno en el estómago.
-Ethan, ¿Te confieso algo? ¿Sabes por qué te hacia la vida imposible?
-¿Por qué? –Dije mientras caía una lágrima por mi cara.
-Siempre me gustaste –Dijo entre lágrimas.
A pesar de que me hizo la vida un infierno fue muy duro ver morir ante mis ojos a Henry, sus últimas palabras marcaron mi vida.
-Que hermoso –Dijo el rector Connor
-Te mataré –Corrí hacia él y le empecé a dar golpes.
-¿En serio crees que unos simples golpes me hacen algo? -Me dio un golpe que me dejo en el suelo.
Erick estaba congelado, no sabía qué hacer, en eso El rector Connor le da un golpe muy fuerte en el estómago que lo hace escupir sangre. Saqué el cuchillo del bolsillo de Erick y se lo clave al Director Connor en el pecho. El cuchillo se rompió.
-Idiota, esas cosas no me hacen daño –Dijo entre risas.
-Creo que esta es tu debilidad –Dije mientras sacaba la herradura de mi bolsillo.
-No sabes cómo funciona, imbécil. Te sacaré los ojos, seré un demonio nivel 5.
Intente poner la herradura en su pecho pero el tiro de mi mano con una patada. Empezó a golpearme, era muy rápido, no podía esquivar sus golpes. Me dejó en el suelo y se dirigió donde estaba Erick.
-Mataré a tu amigo primero, quiero que lo veas morir –Dijo mientras tenia a Erick del cuello.
-Mátame a mí, no le hagas nada –Dije entre lágrimas.
-Eres un niño llorón. Está bien, no lo mataré aún, solo lo torturaré. –Empezó a cortar la piel de Erick por encima, intentaba que no fuera una herida muy profunda.
Tenía que deducir el acertijo. "Un cuchillo con el sacrificio de un centinela" Recordé que hace un tiempo había leído un libro de guerra. Los centinelas eran unos soldados que se encargaban de vigilar en un puesto que se le ordenara. Así es, lo centinelas observan, yo puedo ver a los demonios, el sacrificio es la sangre. Corrí y busque el cuchillo que tenía Henry y corté mi mano. Esparcí mi sangre por toda la hoja del cuchillo y también le puse un poco de sangre a la herradura.
Era muy difícil hacer todo, escuchar gritar a Erick era muy doloroso.
El rector Connor se arrodilló para darle el golpe final a Erick allí es donde yo aproveche y le clavé en el pecho sin que se diera cuenta que estaba detrás suyo. Cuando le iba a poner la herradura en su pecho me tiro a un lado.
-Eres un insolente, me hiciste daño –Dijo mientras sus ojos echaban fuego.
-Ethan, no debí hablarte sobre demonios –Dijo Erick mientras lloraba.
-Ethan, te mataré con el mismo cuchillo que tiene tu sangre. –Sus ojos no paraban de estar incendiados.
Mientras estaba tirado en el suelo veo que se acerca una sombra, no la logro ver muy bien, estaba agonizando. La sombra arrancó el cuerno del director Connor y se clavó en una pierna. Al ver que ya estaba cojo. Le quitó el cuchillo de sus manos, agarró la herradura y los puso en su pecho.
Veía que los ojos de la sombra tenían fuego, pero era un fuego azul. La sombre se hace a mi lado, este demonio desprendía un calor distinto, además era más intenso.
-Levántate, Ethan.
Era el señor Williams, el mismo que había tratado mal para que se fuera, nos salvó la vida.