Me disparas tus miradas,
Que traspasan como balas,
¿Qué persigues?
¿Por qué me sigues?
Entre todas las palabras mal dichas,
Tan rotas y calladas en el fondo de mi ser,
Queda una, sin ahogarla, dando guerra
En la punta de mi lengua y es:
Quédate.
Tu borrando con otros labios,
Los caminos recorridos por los míos, una vez,
Mientras yo asumo la derrota
Con el corazón violento y sediento de tu piel.
Deprisa, como el viento,
Ya has hecho las mudanzas,
Y yo aquí, persiguiendo
Tu recuerdo en el piso de alquiler.
Quiero que me mires, sin mentiras,
Y me digas que nunca al olvido me condenarás,
Que no saliste ileso, que llevas cicatrices
Como tatuajes que nunca se van a borrar
Que a ti aún te recorren,
Caricias invisibles por las noches,
Y no sabes que hacer,
Para que te dejen de doler.
Si tu meta es no rendirte,
Quédate,
Aunque no te voy a retener,
Pues no seré yo quién no te quiera libre,
Cuando me enamoré de ti
porque no te daba miedo volar
Alcanzar,
Todo por lo que creas que debes luchar-
Pero aunque sea solo para un rato-
Quédate.