MELISSA ROMANOFF || Peter Par...

By pikis_nwn

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MELISSA ROMANOFF.→"Un amor fingido, un amor falso, ¿Qué malo puede salir de ahí? More

P R Ó L O G O
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By pikis_nwn

→Peter.

Cuando creí que ya había terminado, para el destino era el comienzo.

No deje de pensar en Melissa después de todo ese discurso, me quedé perplejo; ¿Cómo una chica como ella podía ser tan directa? Bueno, era de esperarse por la sangre que corre por sus venas.

Cuando llegaron por mi; el padre de Liz me dejo pensando, él era mi enemigo. Después lo seguí y aquí me encuentro.

Luchando contra el padre de Liz, aunque ya no lo creo así.

—¿Cómo era posible?

Susurre cuando por fin lo había derrotado. Después de tanta pelea lo dejé amarrado junto a los materiales de Stark.

Allí, a lo lejos... Estaba ella.

Corría en mi dirección, pude notar su expresión de preocupación. Llegó hasta mí, rodeandome con sus brazos permitiendome oler su perfume.

—¿Qué ha sucedido? Peter.– se alejó para verme completamente, tenía moretones y raspones por todos lados.— ¿Qué te han hecho Peter?

Seque sus lágrimas y la mire directamente a los ojos, a mi siempre me atrajo ella. Solo debia ser consiente y tenia que darme cuenta.

—Melissa yo...–ella asentía intentando sostenerme para que no cayera.

—Peter, no tienes que decirme nada. Te entiendo...–sonreía tratando de tranquilizarme.

—Pero yo debo contestar...–trataba de mantenerme en pie, pero no podía había sufrido mucho en la pelea y tenia poco conocimiento.

—Peter, debemos ir al hospital, deja llamó a Tony.– saco su teléfono y comenzó una llamada.

Yo estaba tirado a un lado de ella, ella me limpiaba con su suéter mientras lloraba, la escuchaba lejana; estaba inquieta y alterada pero me mantenía a su lado.

—Tranquilo, ya llegarán.–me tomo la mano y la unió a la mía. ¿Cómo una chica como ella se podía preocupar tanto por mi?—Peter mírame, mírame. Ya llegarán...

Mis párpados se sentían pesados, sentí su pequeña mano en mi mejilla no la podía escuchar más; así que sólo deje que se cerrarán mis ojos.

•••

Una luz hizo que mis ojos se cerracen un poco, trate de normalizarlos pero me era un poco imposible. Escuchaba un sonido de máquina de hospitales y efectivamente, cuando pude observar bien todo, con claridad me hayaba yo. Estaba en una cama, con aparatos conectados a mi cuerpo y sobre todo eso, pude observar a mi chica. Se hallaba dormida en un sillón cerca de mi cama.

—Por fin despiertas.– volteó a mi derecha y se encontraba mi tía feliz y cuando pude reaccionar ya estaba en mis brazos.

—¿Esta todo bien?–pregunte acomodandome para poder estabilizarme.

—Nos tenías preocupados.– mi tía me acaricia una mejilla.— Especialmente a ella.– mire a donde su mirada me indicaba. A Melissa.—A estado aquí desde que te trajeron, apenas pude convencerla de que durmiera un poco, también apenas comió. Estaba todo el tiempo aquí, esperando a que despertarás.

Mi vista se volvió borrosa, sin duda Melissa era mi ángel.

—¿Cuanto tiempo paso?

—Sólo un día, los médicos dicen que tu metabolismo es avanzado y te estas recuperando muy rápido. Pronto te darán de alta.

Asentí un poco cansando.

—Buenas.– la puerta se abrió dejando ver a Tony.—Hola mocoso.– sonrió y vi algo en su mirada. Como felicidad de verme despierto.

—Los dejaré solos, me avisas si necesitas algo.–May me susurro y salió del pequeño cuarto de hospital.

—¿Ya te lo dijo?– miro a Melissa.

—¿Decirme qué?– me confundí un tanto.

—Me temo que ella tendrá que decírtelo.–se encogió de hombros.— Sólo necesito que me digas, ¿Ella a dicho cosas dormida?

¿Hablar dormida? ¿Sobre qué? ¿Y porque tanto interés?

—¿Sucede algo con ella?–soné impaciente y desesperado.

—Quizás no debamos hablarlo aquí y mucho menos si ella esta presente.

Me dejo confundido y extrañado por la actitud que estaba tomando, Tony no suele ser tan serio; bueno sí, pero siempre sale con algún comentario sarcástico o algún chiste. Pero esta vez, sólo era serio.

—Uhm...–Melissa se removió en su lugar, se veía nerviosa y agitada hasta que de pronto sólo abrió los ojos.

Nada extraño si no fuera porque al momento de abrirlos, éstos habían cambiado de un color negro totalmente, llenando así todo su ojo; con pupila y todo. Literalmente todo. Pero no duro mucho ya que después de varios parpadeos ella regresó.

—Despertaste.–sonrió alegre y se abalanzó sobre mi para abrazarme.— Estaba tan preocupada.

—No vuelvas a asustarnos de esa manera mocoso.– mire a Tony y éste me hizo una seña de silencio con su dedo índice sobre sus labios. Entendí rápidamente la referencia.

—Estoy bien.–logre decir cuando Melissa se separó.

—¿Y May sabe que despertarte?

—Ella acaba de salir, no te preocupes ya lo sabe.– Tony despeino el cabello de mi novia falsa.

—Deberíamos irnos de aquí.– dijo de pronto, con un tono de ordenamiento combinado con miedo.—Él ya viene.

Su silueta estaba gacha, no veíamos su rostro, su cabello me lo impedía.

—¿Qué? ¿Quién?– capte su atención y me miró confundida.

—¿Quién qué?– rió.

—Acabas de...– Tony me interrumpió.

—El chico de las donas, Peter te mandó por una dona con el chico de la cafetería del hospital. Pon atención niña.–Melissa lo golpeó y salió a regañadientes yendo a la cafetería.

—¿De eso se trata?– lo mire directamente a los ojos.

—Ella...– se le notaba debatiendo si decirme o no.— Ella no esta bien. Aún no sé como ayudarla pero necesito que me digas todo lo que hace o si dice cosas sin sentido como lo acaba de hacer. Por favor Peter, necesito que la vigiles.

Su mirada me pedía a gritos que aceptará, si era por su bien lo haría pero... ¿Qué tenía mi novia falsa?

La puerta se abrió y entró Melissa junto a May.

—Sé que pronto hayarán a esos delincuentes.– May se me acerca a acariciar mi cabello.—Mira como te han dejado mi Pete.

Mire a Tony y a Melissa esperando una explicación. Ellos miraron a ambos lados y comenzó a narrar mi novia falsa.

—¿Recuerdas que caminábamos por aquella feria y unos tipos intentaron robarnos? Bueno, después de sufrir tus lesiones te desmayaste y... ahora estas aquí.

Casi me reía de ese cuento barato pero estaba bien planeado al menos para no preocupar a May.

—Si que eran fuertes.– dije un poco cálido.

Melissa rió junto a mi tía y una sonrisa torcida por parte de Stark.

Después una enfermera entró a revisar mi condición médica, May y Melissa hablaban con ella, yo desvíe mi mirada a Tony.

Asentí en respuesta sobre su petición. Vigilaría a Melissa.

•••

Melissa.

Estaba ajetreada, me sentía mal e ignoraba un poco a Peter y agradecía que no insistiera con el tema de mis sentimientos.

Hoy era un día soleado y con mucha naturaleza y pajaritos cantando. Me desperté feliz.

—Buenos días pajaritos.– sonrei al ventanal con entusiasmo.

—Linda pijama.– brinque en mi lugar y Peter se rió de mi acción.

—Me la- la regaló mi ma...–agache la vista.—Mi mamá.

—Sé que estas triste por éso.–se acercó y me puse nerviosa.—Ahora nos tienes a nosotros, me refiero a May y a mi.

Me abrazó y se separó lentamente, lo mire a los ojos esperando mi fantasía y como si él lo supiese, su mirada esta en mis ojos, luche internamente para no comenzar a fantasear y crearme ilusiones, pensando que él me basaría.

No fue así.

—Buenos dí...– vimos a Tony con su bata de dormir y muy, muy sorprendido.— ¿Qué pasa aquí?

Desvíe la mirada más roja que nada, no pude ver a Tony y mucho menos a Peter. Moría de vergüenza.

—Ah..– tartamudeaba Parker.— Y-yo sólo consolaba a Melissa.

—Tranquilo mocoso. Melissa es...– penso.— Es muy sensible, deberías tener cuidado.– le guiño un ojo a Parker.—Deberían acabar juntos de verdad, porque aposté y Tony Stark nunca pierde una apuesta.

—¿Apostaste a que terminariamos ju- juntos?–tartamudie con un rojo en mis mejillas.

—Son adolescentes, es obvio.– se excusa y toma camino al comedor.— Los espero para desayunar.

Mire por donde se había ido, no era capaz de ver a Peter a la cara. Así que sólo dije:

—Deberíamos ir a desayunar.– no espere respuesta y seguí la sombra de Tony.

Al llegar ya se encontraba May, nos habíamos quedado cerca de un hospital ya que Peter podía recaer después de sus lesiones. Tony nos presto uno de sus tantos departamentos privados.

—Debo irme al trabajo, los veo temprano en la casa, ¿De acuerdo?– May nos dio un beso a cada uno y salió.

Comí en silencio mientras Tony hablaba con Peter. Hasta que me incluyeron.

—¿Tú sabes como sería la manera perfecta de morir?

No les había puesto atención y de pronto una pregunta así me tomo por sorpresa. No contesté de inmediato, me tome un tiempo para pensar.

—No lo sé...– dije viéndolos.— Supongo que la muerte no es algo que escogemos al gusto, hay veces que se provocan la muerte con adicciones, otras son accidentales y, son varias.– tome mi plato y lo puse en el fregadero.— Pero todos tienen el lugar y fecha exactos, nadie puede escapar de la muerte, cuando te toca te toca. Hay quienes dicen "estuve cerca" o "la muerte nunca me alcanzará" pero es porque aún no era tu momento. Así que no, no hay mejor ni peor manera de morir, eso no depende de lo dicho.

Tony me miró detenidamente, sabía que pensaba algo pero no pregunte. Por otro lado estaba Peter, el cual me veía con duda. Algo no me estaban contando, como si escondiecen algo.

Pero que digo, ellos nunca me esconderian algo.

—¿Qué?– reí nerviosa.— Se han quedado viéndome como si fuera la mismísima muerte explicándoselos.

—Nada.– respondió Tony estirándose. Regresó al millonario despreocupado.— Eres muy explícita en tus explicaciones. Es todo.

Dicho eso, se puso de pie dejó su plato junto al mío y se marchó a su habitación.

Mi vista viajó a Peter, que ya se encontraba dejando igual su plato.

—¿Quieres ir a caminar?

Mi corazón dio un vuelco por todo mi cuerpo, aunque sólo era una simple caminata, para mi, eso había sonado como una propuesta a una cita. No me juzguen, si así llegará su crush ustedes lo pensarían igual.

—Va- vale.– apenas dije y el se fue a cambiar.

De inmediato me vestí con ropa que Tony había comprado por Internet, como el millonario me conoce tan bien, ya sabía que me gusta y lo había comprado.

—Eres como mi padre.– susurre frentre al espejo satisfecha por la elección de Tony.

—Vamos.–escuche a Peter tocar la puerta avisándome.

Salí y él se hallaba en la sala cerca de la puerta, revisando su teléfono.

—Estoy lista.– me sonrió en cuanto me vio, esa sonrisa tan encantadora.

Ya afuera caminamos en silencio, no iba a negar que estaba nerviosa y moría por dentro pero eran tan buena en ocultar mis emociones, cosa que debo agradecerle a mi madre.

—¿Y bien?– llamé su atención.— ¿Sólo caminaremos? ¿No te apetece ir por un helado? Yo invito.– le sonrei, me gustaba mucho pasar tiempo con él. Aunque esta salida haya sido de repente.

—Claro.– sonrió de igual forma.

El resto el día lo habíamos pasado genial, reímos, platicamos, incluso jugamos con unos niños que estaban en el parque. Cada vez pasaba más rápido mi enamoramiento hacia él.

Mi mente ya no pensaba en una forma de tratar de alejarlo de mi. Él ya se estaba metiendo a lo profundo de mi corazón, ya se estaba convirtiendo en alguien indispensable y algo que sé sobre el enamoramiento es que siempre uno sale herido.

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