C O L Í N
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Apagando el motor de mi auto quedo unos segundos pensando en las palabras de Mar. Estuve toda la tarde dando vueltas al asunto sin llegar a ningún lado. No estaba enterado de lo que le paso a Bianca ni de quien intentaría lastimar a la rubia. Moviendo mi cabeza despejo mi mente esta noche la cena va a ser larga y necesito concentrarme. Subo las escaleras de la entrada de la mansión de Styx y toco el timbre. La puerta es abierta por una hermosa joven de cabello negro, cuerpo delgado y muy pálida. Reconocí de inmediato a esta chica como una de las ninfas del rio Estigia tal parece que Styx trajo a su servidumbre.
- Buenas noches ¿en que te puedo ayudar? - su voz dulce al igual que su gesto amable me hicieron sonreír.
- Buenas noches vengo por Calíope ¿sabes si ya esta lista? - la chica dudo un par de segundos antes de apartarse y dejarme pasar.
- Esperé aquí la llamare - subió las escaleras casi corriendo y yo espere hasta que una platinada apareció. Tenia su cabello suelto con suaves hondas, un vestido azul marino ajustado a su cintura y con varias capas de tul en su falda. En la parte superior del vestido era algo sencillo con algunas piedritas plateadas. Bajo con cuidado por sus tacones negros se veía preciosa con su maquillaje sobrio.
- Te vez muy guapo mi chico serpiente - acercándose a mi puedo detallar cada parte y simplemente se ve perfecta. Sus manos rodean mi cuello y acercándose me inclino para dejar un rápido beso en sus labios.
El sonido de alguien aclarándose la garganta nos hizo separarnos, viendo en la dirección de ese sonido estaba Oliver con un jean negro, camiseta blanca y chaqueta con solapa esmoquin. Miro a su hermana que levanto su mano indicándole que espere y ella volvió sus ojos azules hacia mi.
- Oliver vendrá con nosotros fue la única condición que puso mi padre y no quieres conocerlo estando enojado. Espero no te moleste - sus labios se hicieron una fina línea y apartando un cabello que cayo en su rostro agacha la mirada.
- A mi madre no le importara poner un plato mas - estaba en lo cierto mi tía Alida viene a la cena con su familia y mi madre agrego mas ingredientes a la comida.
Los tres fuimos a mi casa en mi auto el viaje fue largo y silencioso al parecer ninguno tenía ánimos para decir nada. Siendo este silencio el que me permitió volver a mis recuerdos donde analizaba palabra por palabra en mi conversación con Mar. Tenía en mente muchas ideas y solo una persona sería capaz de responderme. Debía hacer un viaje a la casa Black para charlar en paz sin que mi madre este dando su opinión.
Al llegar a casa la escena que nos encontramos era digna para tomar una fotografía. Para mi no era sorpresa ver a las hermanas Smith pelearse con mi hermana. Las tres estaban luchando por..., no puede ser cierto se están peleando por una bolsa de papas fritas.
- Son mis papas yo las compre y yo sola me las comeré - forcejeaba Red hacia un lado viendo a las dos niñas con una mirada de loca. Mi hermana y Apple le devolvían la mirada de la misma forma cinchando del paquete hacia el otro lado.
- Mamá dijo que me dieras unas no seas egoísta - grito Apple dando un fuete tirón logrando quedarse con las papas. Las tres caen al suelo y Red termina de brazos cruzados con cara de pocos amigos. Si ahí algo con lo que no se juega con la pelirroja es con la comida.
- Mis papas - viendo como las dos niñas corrían con el paquete por las escaleras Red se dejo caer en el suelo. - Muero de hambre y a nadie le importa - dramatiza la pelirroja colocando una mano sobre su frente como si fuera una doncella en apuros.
- Red en la heladera mamá tiene torta helada puedes comer eso - hablo captando la atención de la chica que esta lamentándose en el suelo por unas papas fritas.
Ella no tuvo tiempo de contestarme cuando sus padres aparecieron junto a los míos. Tomando la mano de Calí la entrelazo con la mía sintiendo la mirada matadora de mi madre. Calisto el papá de Red la ayuda a levantarse y su niña lo abraza para que no pregunte que hacia ella en el piso. Por lo que la atención de los adultos se centro en la platinada y yo.
- Buenas noches señor y señora Adams, señor y señora Smith soy Calíope es un placer conocerlos - mi novia da un paso al frente estirando su mano para estrecharla con la de mis padres. Ellos lo hicieron al igual que mis tíos con una sonrisa cordial pero la tensión estaba en el ambiente.
- Tu novia es muy hermosa cariño - hablo mamá viendo a detalle a Calí solo faltaba la linterna en la cara de mi novia y esto se volvería un maldito interrogatorio.
- No le digamos a tu tía Alysa que ya encontraste el amor mi príncipe - hablo la tía Alida acomodando su cabello pelirrojo. Mi tío Calisto levanto su cabeza que estaba apoyada sobre la de Red que continuaba abrazándolo y miro a su esposa.
- ¿Qué hiciste mi manzanita del caos? - pregunto mordiendo su labio inferior mientras contenía la carcajada en su mejilla.
- Aposte con Alysa a quien seria la primera novia de Colín y perdí - sin decir nada mas se giro caminando a la sala. Mi madre negó con la cabeza antes de volver a vernos y mirar a Oliver.
- Es Oliver el hermano de Calí sus padres no la dejaron salir sola - mi madre sonrió y nos señalo que pasáramos a la sala la cena estaría lista en unos minutos. Caminamos a la sala donde mis padres se sentaron juntos en un sillón tomados de la mano como si fueran novios. Mis tíos se sentaron en otro sillón junto a Red, mi tío poso una mano sobre la pierna de mi tía y la otra la paso por los hombros de su hija mayor. Con Calí nos sentamos frente a mis padres y Oliver al costado de su hermana, mantuve mis manos quietas para que el mayor de los Wisdom no me mate.
M A R
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Mis piernas tiemblan pero batalló por mantener el equilibrio, mi tío Tadeus pone otro libro sobre mi cabeza. La tabla se tambalea por el nuevo peso y terminó cayendo al suelo con los libros. Estábamos en la playa practicando mi equilibrio sobre la tabla para mejorar mi postura a la hora de montar las olas.
- Casi lo logras Mar ¿quieres volver a intentarlo o quieres descansar? - pregunta mi tío dándome una mano para levantarme del suelo. Desde que llegue a la casa no tuve tiempo para descansar y estaba contenta con eso así mantengo mi mente ocupada.
- Lo intentare de nuevo - acomodando las cosas me paro de nuevo en la tabla con ayuda de mi tío y ahora mi cuerpo y la tabla mantienen el equilibrio con el nuevo peso. Duro así unos quince minutos antes que mis piernas amenacen con desfallecer. El tío Tadeus me ayuda a bajar para luego chocar los cinco conmigo.
- Montar las olas es algo que llevamos en la sangre los Thálassa - pronuncia mi tío viéndome con orgullo cargar mi tabla. Sonrió eso no es lo único que llevamos en la sangre también somos un fracaso con el amor. - ¿Qué pasa sobrina? - no entendí por que me pregunto eso hasta que sentí las lagrimas amargas en mi boca. Maldigo a Afrodita, a Eros y sus estúpidos bebés cupidos por flecharme con alguien que ya tiene a su otra mitad. Tenía que ser una desgraciada en mi primer amor ¿acaso mi abuelo le hizo algo a Afrodita para que me odie tanto?
- ¿Tío por que los Thálassa somos tan malos en el amor? - con un nudo en la garganta hablo sorbiendo mis lagrimas. Sentándome en la arena miro a mi tío que continua sin saber que hacer y imitando mi acción se sienta en la arena.
- Supongo que es normal que te rompan el corazón con tu primer amor, duele, sufres y sientes que es un dolor que no se ira jamás. Un día despertaras y ya no sentirás esa herida, levantaras la cabeza para volver a sonreír - pasando un brazo por mis hombros Tadeus me acerca para abrasarme. - También tengo la teoría de que Afrodita ama ver el mundo arder y por eso existen tantos corazones rotos - ahora deje de llorar para comenzar a reírme por las palabras de mi tío. En cierto modo tienen algo de lógica sus palabras, ya que Afrodita sale con Ares que no es una deidad que busque la paz mundial.
Nos quedamos sentados un poco mas hasta que los mensajes de mamá comienzan a bombardear nuestros teléfonos. Es hora de regresar a casa, no quiero hacerlo pero no quiero a una mamá enojada que puede crear terremotos con un tridente. Tomando mi tabla de surf camino arrastrando mis pies desnudos por la arena. Con la caída del sol ya no estaba tan caliente y se sentía fría entere mis dedos. Dentro de poco tendría que elegir, sí seguir como una mortal o ser una diosa y una vez que elija no podre dar marcha atrás.
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Frente a mi esta Pegaso siendo alimentado por las ninfas que lo atienden como si fuera un rey. Camino hacia el sentándome a su lado mientras las ninfas del bosque se encargan de cepillar su cresta.
- Hola tío ¿te tratan bien aquí? -pegunto observando que tiene una silla nueva de montura menos pesada pero que se ve elegante.
- Hola Mar, aquí soy tratado como si fuera un héroe me recuerda mucho a cuando ayude a Belerefonte en sus misiones - hablaba con los caballos y podía entender muy bien a mi tío Pegaso pero las ninfas no lograban entenderlo.
- Tío no estas forzado a ayudarme no quiero que te sientas en una obligación conmigo - agachando la cabeza juego con mis manos lo que menos quería es que mi tío se sintiera obligado a ayudarme. El tenía derecho a negarse ayudarme, todavía a esta altura no se cual es mi misión.
- No querida lo hago con gusto ayudar a los héroes y heroínas me hace sentirme útil - mire a Pegaso que inclino su cabeza hacia mi y yo apoye mi cabeza sobre la suya. Acaricie su barbilla para luego separarme del poniéndome en pie. Le debo un entrenamiento rápido con arco a Artemisa.
Busco a Artemisa sabiendo que la encontraría en la zona de tiros voy directo asía allí. La diosa de la caza estaba parada firme con su arco en las manos y su cabello castaño claro recogido en una trenza. Traía puesto su traje de guerrera y una de sus discípulas le tendía las flechas. Soltando la flecha el tiro fue certero y directo en el blanco. Las ninfas aplaudieron a la diosa que se inclino con un gesto de reverencia, los dioses pueden llegar a ser muy ególatras y les encanta ser admirados.
- Excelente tiro tía Artemisa - los ojos ámbar con manchas verdes de la diosa me miraron. Entregándole su arco a la discípula ella se acerco a mi para darme un fuerte abrazo.
- Mar ¿Cómo has estado? - sin soltarme me escrudiño con la mirada y me soltó para tomar mis manos y verlas.
- Bien como se puede estar teniendo a mi tío en la casa - comento riendo sin dejar de ver como mi tía miraba mis manos con detenimiento. Desde que puedo hablar mi tía Artemisa me a entrenado en el tiro con arco. Siempre me había dicho que mis manos se forjarían para cargar el arma pero eso nunca paso mis manos son delicadas. Lo bueno es que eso no afecta mi tiro y las horas de entrenamiento que tengo con mi tía solo perfeccionan mi tiro.
- Me entere del castigo que le puso Poseidón a su hijo menor parece ser algo severo pero ese chico necesita limites - rio la diosa soltando mis manos y con un chasquido de sus dedos una de sus discípulas ya estaba viniendo hacia nosotras con mi arco y flechas.
Siguiendo a la diosa de la caza tomo lo que me ofrece la discípula y me posiciono en mi lugar. Posiciono mis piernas, postura derecha y arco listo, cierro mi ojo para enfocar mi blanco. Soltando el aire de mis pulmones miro mi blanco una vez mas y soltando mis dedos dejo que la flecha atraviese la distancia hasta quedar clavada en el centro del blanco.
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#FelízJuevesDeEscamas
Calíope esta conociendo a los suegros ¿Demi tomara bien que la platinada le robe a su bebé?
Pobre Mar se siente triste ¿creen que los Thálassa tienen una maldición con respecto al primer amor?