Fantasías Eróticas

By UKnowLis

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Quisieron llevar a la realidad sus más oscuros deseos; pero... todo se les fue de las manos. ¿Qué sucede cua... More

1. Buenas intenciones.
2. Esperando la cena
3. Deliciosa negociación
4. Encuentro forzado
5. Lanzando el anzuelo
6. ¿Piscina nudista?
7. Inocencia perdida
8. Tu corazón es solo mio.
9. Amantes
10 ¿Descubiertos?
11. Consecuencias
12 Arrepentimientos
13 ¿Una nueva vida?
14. ¿Quieres ser mi amante?
15. Sí, acepto
16. Solo para mí
17. ¿Ella sigue aquí?
18. Quédate conmigo
19. Quiero ser tu prioridad
20. Te odio, ¿lo sabes?
21. ¿Ya no me deseas?
22. Ya me perdiste
23. Dime que me amas
24. Malas nuevas
25. Latidos
26. Manipulación
27. Acorralado
28. ¿En la calle?
29. Malditos celos
30. ¿Secuestrada?
31. Esperanza disipada
32. Matrimonio disuelto
33. Desesperada
34. Tan solo un error
35. Quitando obstáculos
36. Cayendo otra vez
37. Cambio de juego
38. De mujer a mujer
39. ¿Oportunidad o venganza?
40. Amor a primera vista
41. ¿Dulce venganza?
42. Separación definitiva
43. ¿Nuevo amor?
44. ¿Podemos hablar?
46. Eres mi todo
47. ¿Tú de nuevo?
48. El intercambio
49. Decidido a todo
50. El rescate
Capítulo Final

45. ¿Por qué viniste ahora?

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By UKnowLis

Después del bochornoso momento que pasó con Sarah, Yunho tomó un vuelo de regreso a Seúl desde Busán. Le gustaba su trabajo, era una gran oportunidad, pero no estaba dispuesto a ser el juguete de nadie. Mucho menos de una mujer caprichosa que no tenía ni una pizca de delicadeza. Además, por más remota que esta fuera, no quería arriesgar la posibilidad de regresar con BoA. Cerró los ojos moviendo la cabeza negativamente al recordar la desfachatez de Sarah. No era la primera vez que una mujer se le insinuaba; pero si la primera que lo hacía de una manera tan vulgar. Fue una verdadera decepción darse cuenta que ella utilizaba su posición de poder para exigir favores sexuales. Estaba empezando a admirarla.

De regreso en Seúl, tomó un taxi hacia casa de BoA. Era perfectamente consciente de la hora, pero su deseo de verla sobrepasaba por mucho su sentido común. Marcó a su móvil y cruzó los dedos, deseando que ella contestara. Aunque quizás estaría dormida. Sin embargo, contestó.

─Hola, ¿te desperté? ─preguntó sintiéndose un poco avergonzado por llamar a aquella hora.

BoA se tardó unos segundos en contestar.

─En realidad no ─respondió disimulando su asombro.

─Pensé que estarías dormida. ─La voz de Yunho sonó aliviada, estaba feliz de escucharla─. Sé que es domingo, y aun no amanece; pero... tenía demasiadas ganas de verte. ¿Crees que podemos hablar?

Las cejas de BoA se arquearon intrigada.

─Pero, tú estás de viaje, ¿no?

─Lo estaba, acabo de llegar de Busán.

─¿Estás en el aeropuerto?

─En realidad... estoy afuera de tu casa.

─¿Qué...? ─BoA se acomodó en el asiento del taxi─. ¿Hablas en serio? ¿De verdad estás afuera de mi casa?

─Sí, estoy aquí. ─Yunho miró hacia su ventana, pensando que quizás ella estaría observándole desde allí─. Surgió algo y tuve que regresar antes de lo programado.

─Ya veo ─comentó BoA calculando el tiempo que le tomaría llegar. Tardaría alrededor de veinte minutos─. El asunto es que yo... no estoy en casa ahora.

La expresión de Yunho cambió de inmediato, que estuviese fuera a esas horas despertaba sus celos. Además, su auto se hallaba estacionado frente a su casa, lo que significaba que quizás alguien había venido a recogerla.

Acaso, ¿estaría en una cita?

─Entiendo ─dijo procurando ocultar su decepción. Pero BoA se dio cuenta del cambio en su voz, lo conocía demasiado bien─. Vendré otro día ─agregó él─, cuídate.

─No tienes que irte ─respondió antes de que cerrara─, voy en camino. Mientras tanto puedes pasar, llamaré a la niñera para avisarle.

Yunho suspiró aliviado.

─Entonces, te esperaré.

Lejos de allí, una destartalada puerta se abrió tras un crujido. Jayden empujó el cochecito hacia dentro de la vivienda, sin figurarse la escena que se desarrollaba dentro. Su amiga HaNa, con quien llevaba viviendo algunos meses, le hacía sexo oral a un tipo con cara de matón.

La escena era nauseabunda.

─¡Qué demonios es esto! ─gritó entre asqueada y furiosa─. Si quieren hacer sus porquerías, háganlo en un hotel, no en mi casa.

─Llamas casa a esta pocilga ─respondió el tipo, agarrando a HaNa por los cabellos para que no parara─. Sigue mamándomela, perra.

Y HaNa no paró.

Jayden tomó el niño en brazos, agradeciendo que estuviese dormido, atravesó la salita donde HaNa seguía en lo suyo con el tipo y se encerró en su habitación. Miró a su hijo, dormía profundamente, ajeno a la asquerosa escena de la que ella había sido testigo y que al recordar, le provocaba náuseas. Luego miró a su alrededor, aquel sitio era deprimente. En algo el tipo ese tenía razón, más que una casa, aquello era una pocilga. Pero con su salario de medio tiempo no podía pagarse algo mejor. Había intentado trabajar como modelo para una pequeña agencia. Pero se enteró de la peor manera, que su verdadero negocio era la prostitución, por fortuna logró salir de eso a tiempo. Ya había sido la amante de un hombre casado y estaba determinada a no caer más bajo. Así que aceptó trabajar como mesera en un pequeño restaurante. Trabajaba medio tiempo para poder cuidar a su hijo, así que sus entradas no eran muchas.

Tomó su móvil con la intención de llamar a su hermana. Le preocupaba que algo pudiese pasarle a su hijo cuando estuviese trabajando. A veces lo dejaba con HaNa, pero era bastante evidente que ya no era una persona confiable. Estaba ingiriendo drogas y para poder pagárselas hacía "trabajitos" como el que acababa de presenciar. Aunque esta era la primera vez que lo hacía en su casa. Al menos eso era lo que pensaba hasta ahora, ya no estaba tan segura.

Después de darse una ducha, BoA se reunió con Yunho en la sala de estar. Se tardó alrededor de veinte minutos, necesitaba borrar la sensación de las manos y labios de Adam sobre su piel. Nunca estaría lo suficientemente aliviada por detenerse a tiempo. No valía la pena dormir con un tipo como él. Su apariencia no era más que una fachada y sus atenciones un medio para llevar a las mujeres a la cama.

─¿Aun conservas ese camisón?

Yunho dejó el control de televisor a un lado y se levantó del sillón cuando la vio de pie junto a la puerta.

─¿Por qué no habría de conservarlo? ─preguntó BoA examinándose a sí misma.

Era un camisón de seda color borgoña, sutilmente revelador. En la parte de arriba tenía un escote poco profundo; pero sus pezones se delineaban debajo de la tela de un modo que no pasó desapercibido para Yunho. Aunque le llegaba casi a las rodillas, dos aberturas permitían ver bastante piel de cada lado.

─Porque fui yo quien te lo regaló ─respondió él ojeándola rápidamente─, pensé que quizás habrías tirado todo lo que te di a la basura.

BoA se sentó en la butaca frente a él con las piernas entreabiertas.

─No voy a negar que tiré algunas cosas ─dijo acomodándose de tal modo, que Yunho pudo distinguir sus bragas─. Pero luego pensé que no tenía sentido deshacerme de cosas que me gustan.

─Me alegra que no lo hicieras, siempre me gustó como te queda.

─Ni siquiera es sexy, ¿por qué te gusta?

─Por ese contraste del borgoña con tu piel. ─Yunho tragó saliva, BoA se le hacía realmente seductora con esa actitud despreocupada y con el pelo suelto enmarcándole el rostro─. Y por la suavidad de la seda al tacto ─agregó.

Recuerdo habértelo quitado varias veces, pensó.

BoA evitó mirarle a la cara, temía que leyese en sus ojos el deseo que despertaron sus palabras. Recordaba muy bien el día que estrenara aquel camisón, él se lo quitó casi enseguida y le hizo el amor salvajemente. Y aunque ahora estaban divorciados, no podía negar que la atracción física, parte fundamental de su relación, continuaba tan avivada como siempre.

─¿Y tú no quieres mudarte de ropa? ─preguntó BoA observándolo de pies a cabeza. Llevaba puestos un pantalón de vestir gris oscuro y una camisa celeste, remangada casi hasta los codos. La corbata y el saco descansaban sobre un sillón─. Debe ser incomodo llevar esa ropa a estas horas.

─Un poco ─admitió él─. ¿No te molesta si me cambio?

─No, para nada ─respondió ella poniéndose de pie─. Puedes cambiarte, ponte lo que te resulte cómodo. Mientras iré a la cocina a preparar algo de comer.

Yunho fue por su maleta, la había dejado en el vestíbulo. Allí mismo se sacó la camisa y la cambió por una sudadera negra. BoA, que le había visto dirigirse hacia el vestíbulo, se asomó con cuidado desde la cocina en el momento en que él se había bajado los pantalones y estaba por ponerse un buzo gris. Hizo un recorrido rápido por sus muslos, le gustaba hacer un camino de besos por la parte interna de estos hasta llegar a su entrepierna. Sus ojos se detuvieron en aquel bulto que se alzaba protuberante  entre sus muslos, añorándole.   

Él terminó de cambiarse, guardó lo que se había quitado en la maleta y volvió a cerrarla. Ahora llevaba chancletas en lugar de zapatos. Cuando se reunió en la cocina con BoA ella estaba poniendo dos emparedados bajo una plancha.

─Había olvidado lo bien que se siente esto ─dijo abrazándola por la espalda.

─Yunho...

─No te preocupes ─dijo recostando su mejilla a la de ella─, deja que sueñe por unos segundos.

Aquella escena lo había transportado hacia el pasado, cuando su vida era perfecta. Solo él y BoA, sin terceros. Cuando se alejó, ella se dio la vuelta, quedando frente a frente, con unos pocos centímetros de separación. BoA entreabrió la boca cuando los labios de Yunho casi rosaron los suyos. Ambos sentían como las palpitaciones en su pecho se precipitaban sin control ante la posibilidad de un beso que parecía inminente. Sin embargo, él se alejó tan sorpresivamente como antes le había abrazado. No quería arriesgarse a perder lo poco que tenían.

Después de comer, regresaron a la sala de estar. Yunho se sentó en un sillón y BoA se alejó un momento para poner algo de música. Cuando se dio la vuelta notó que él había estado observándola, porque de repente esquivó su mirada.

Why did you come now, de Jung Yup sonó al fondo. Ambos permanecieron en silencio, conscientes de la letra de la canción y de aquella pregunta:

¿Por qué viniste ahora?

¿Por qué viniste? ¿Dónde estabas? Parece que es un poco tarde pero finalmente nos encontramos. ¿Crees en el amor? ¿Es este el destino? Sigo escuchando palabras dulces. Estás en frente de mí sonriéndome, aprieto tu mano, te miro con los ojos llenos de amor, una canción suena automáticamente mientras camino con pasos ligeros, ¿será por qué se parece a ti? Esta melodía es hermosa.

BoA se quedó inmóvil, mirándolo fijamente. Algo en su mirada hizo que Yunho se acercara a ella, colocó una mano en su nuca y la otra en su brazo, e inclinándose, la besó en la boca. BoA se estremeció al instante, todo su ser temblaba. Hacía tanto tiempo que Yunho no le tocaba, que no disfrutaba de sus besos que sintió que las piernas le flaqueaban. Él era ese tipo de hombre, capaz de desarmarte con el ímpetu de su pasión. Cerró los ojos y correspondió a su beso, no sabía hasta donde llegaría aquello, pero estaba decidida a dejarse llevar. La lengua de Yunho entró con avidez en su boca, buscando la suya, jugueteando con ella de un modo casi vulgar. El beso fue bajando en intensidad, hasta que él se apartó poco a poco.

─Si continúo no voy a detenerme ─dijo con voz ronca─. Quiero hacerte el amor, BoA, hasta que nos cansemos.

La barrera que les había mantenido separados por más de un año se había derrumbado. Así lo sentía BoA, su cuerpo lo deseaba, su alma, todo su ser lo deseaba a él. Deslizó sus manos debajo de su sudadera y acarició su abdomen plano, provocándolo. Luego, buscó sus labios, Yunho volvió a besarla con un ansia devoradora, obligándola a retroceder sobre sus pasos hasta caer en el sillón detrás de ella. BoA se acomodó sobre este y Yunho sobre ella, devorando su boca a besos, al tiempo que sus manos la recorrían por encima del camisón. Él alejó su cuerpo del de ella con la fuerza de sus brazos... para luego acercar su pelvis a la suya, haciendo que sintiera la protuberancia de su erección. Pero aún no quería poseerla, no hasta que ella se lo rogase.

─Yunho... ─susurró ella─. Hazlo... házmelo ya...

Él no dijo una palabra, solo volvió a dejarse caer sobre su frágil cuerpo y siguió besándola. Por tanto tiempo había ansiado besar esa boca, esos hermosos y delicados labios, que a la vez, podían susurrar a su oído las frases más lascivas y carnales. Frases como "penétrame" "fóllame" "métemelo más hondo" "quiero sentir tu pene dentro de mí" entre otras que jamás se atrevería pronunciar fuera de la cama y que a él, le excitaban muchísimo.

Yunho se levantó para sacarse el pantalón. BoA lo miraba con ansias, pesando que ya había llegado el momento. Intentó bajarle los interiores, pero él le detuvo.

─Todavía no ─dijo besándola─. Sé una buena niña y espera.

─Pero yo te quiero ya Yunho... házmelo ya, te deseo tanto que duele... duele aquí ─dijo llevando una de sus manos hasta la entrada de su vagina.

Los dedos de Yunho se humedecieron, la ropa interior de BoA estaba empapada. Casi podía imaginar su miembro zambulléndose en ese líquido viscoso, abriéndose paso en su tibio interior, siendo rodeado por las estrechas paredes de su sexo. A veces se preguntaba como una mujer tan frágil y pequeña, podía engullirlo completo, a él... que estaba por encima de la media. Las veces que se habían grabado teniendo sexo, podía verse claramente como sus sexos se fusionaban sin dejar siquiera milímetros de separación. Sabía que en algunas posiciones resultaba doloroso, pero a ambos les excitaba esa mezcla de dolor y placer.

Yunho bajó hasta sus pies, depositó algunos besos en estos y fue recorriéndola poco a poco. Dejando besos húmedos por sus piernas, al tiempo que sus manos avanzaba a la par. BoA se retorcía imaginando su boca en su entrepierna, pero él se andaba sin prisas. Cuando llegó a sus muslos los mordió provocándole un dolor leve. Ella se quejó, pero enseguida le pidió que continuase. Yunho sonrió, ahora también usaba su lengua. Lamía, besaba y mordisqueaba sus muslos. Y justo cuando pensaba que llegaría a su punto más sensible, él levantó el camisón para tener libre acceso a su ombligo, donde le dejó sentir la tibieza de su aliento, al tiempo que su lengua apenas rosaba la piel.

─¿Has venido a torturarme? ─se quejó ella con voz ronca.

─No dirás eso cuando termine la noche ─dijo él, incorporándose para sacarle el camisón.

BoA se sintió esperanzada, quizás ya había llegado el momento. Pero no... ahora Yunho se explayaba en sus senos. Y no es que se quejase, aquello era una delicia, tan solo era la impaciencia de sentirlo dentro.

Yunho tomó un pezón entre los labios, lamiéndolo con movimientos circulares.

─Debes tener cuidado ─le advirtió ella, pensando que quizás podría salir algo de leche.

Él era consciente de ello, sus pechos estaban mucho más voluptuosos, realmente hermosos. Los lamió suavemente, mordisqueándole los pezones con delicadeza. Luego continuó en ascenso hasta su cuello, besándolo de un modo posesivo, ella cerró los ojos disfrutando de sus besos, de su tibio aliento.

Yunho se sorprendió cuando las manos de BoA sacaron su miembro de sus interiores y empezó a masajearlo de arriba abajo.

Él apartó sus manos con suavidad y se levantó para terminar de sacarse los interiores. BoA lo miraba deslumbrada, recordó cuando en la universidad sus compañeras le decían que era muy afortunada por tener un novio como él. Y es que además de atractivo, tenía un futuro prometedor, le decían. Aunque había algo más que ellas desconocían, y es que además Yunho tenía un formidable y enorme pene. Se incorporó y sentándose en el sillón, lo atrajo hacia ella. Abrió la boca y fue Yunho quien se movió para introducirlo en ella. Entraba y salía, como si estuviese follándola, al tiempo que ella lo acariciaba internamente con su lengua. De repente él se alejó y casi le arrancó las bragas, que cayeron sobre un florero cercano. Le abrió las piernas y la besó como si se tratase de su boca, devoraba cada parte de ella, metía su lengua en su entrada, luego la pasaba por su clítoris, haciéndola gemir de placer. Luego, empezó a lamerla de arriba abajo, él tenía un modo particular de acomodar su lengua... que era la gloria misma. Él volvió a apartarse sin dejarla llegar al clímax.

─¿Por qué me torturas Yunho?

─Ya te dije que al final de la noche pensaras diferente ─repitió, su mirada tenía un brillo libidinoso─. Tampoco pienses que es fácil para mí.

─Si no me lo haces ahora, voy a violarte ─le amenazó ella─. Me tienes muerta de deseo.

Yunho sonrió.

─Soy todo tuyo ─dijo tumbándose de espaldas sobre el diván.

Ella no lo pensó ni por un segundo, se sentó a horcajadas sobre él y se dejó caer, dejando que el miembro de Yunho se introdujera en ella suavemente, casi en cámara lenta. O quizás fue solo una sensación.

─Ah... ─gimió a medida que entraba en ella─. Yunho...

Él cerró los ojos y se mordió el labio inferior al sentir la maravillosa presión que las paredes de su sexo ejercían en el suyo.

Después del shock inicial, BoA empezó a cabalgarlo como si de un potro se tratase. Se mecía de arriba abajo, al tiempo que daba pequeños saltitos sobre su miembro. Podía sentir su glande chocándole en el fondo, todo su grosor llenando hasta el último recodo de su vagina. Y aquella sensación era extremadamente placentera. Sabía que había mujeres que solo llegaban al orgasmo por medio de su clítoris, pero no ella. En su caso, la penetración era el mayor de los deleites, venirse con él dentro una delicia incomparable. Daba fe de que el punto G no era un mito, sino una placentera realidad.

Yunho colocó sus manos en la cintura de BoA, ayudándola a mecerse sobre él, aquello se sentía tan extremadamente rico, que debía concentrarse para no venirse antes de tiempo.

─Eres tan hermosa ─dijo mirando sus pechos, estos se mecían de un modo tan sensual. Además, estaba su pelo, llevarlo tan largo le daba un aspecto angelical que lo prendía aún más.

Yunho tomó el móvil de la mesita de noche y empezó a grabar un vídeo de ella montándolo, quería capturar el momento de su orgasmo.

─Ah... ah... ─gemía BoA cada vez más alto─... Ah... Yunho... te estoy sintiendo mi vida, te estoy sintiendo dentro, hondo.

Y empezó a proferir esas frases que lo calentaban, cada una más explícita que la anterior. Hasta que... poco a poco... se quedó silenciosa. Ya había tenido un orgasmo gracias a ese cuerpo hecho para el placer. Pero siguió moviéndose para él, rápida y desenfrenadamente, como le gustaba. Abrió los ojos en ese momento, tomó el móvil de manos de Yunho y lo grabó mientras terminaba. Yunho apretó los ojos y en un gemido mudo explotó dentro de ella, llenándola con su semen. Fue entonces que BoA se dejó caer y permanecieron abrazados un rato, quietos... satisfechos. 

Jamás, al inicio del día podrían haber imaginado que la noche terminaría así.

─¿Recuerdas lo que te dije al principio?

Ella seguía recostada sobre él.

─Dijiste varias cosas.

─Sí, pero me refiero a lo que te dije después de besarte ─dijo mientras le acariciaba el pelo─. Que si me dejabas seguir, te haría el amor hasta el cansancio.

─¡Oh, eso! ─dijo ella con una sonrisa pícara.

La expresión de Yunho era ardiente.

─Sí, eso... ─repitió─. Solo quería aclararte que hablaba en serio. 

CONTINUARÁ 

NOTA DE AUTOR

-Quería publicarlo el 6 que fue el cumpleaños de Yunho, pero no lo logré. 

-Quiero aclarar que he estado confundida de si la historia se desarrollaba en Corea o en otro lado. Al final me quedo con Corea. 

-También quiero decirles que a veces tardo porque suelo corregir mucho. Escribo y corrijo a la vez, párrafo por párrafo y cuando vuelvo a escribir, vuelvo a leer y corregir. Si no estoy conforme empiezo de nuevo. 

Hasta pronto, gracias a quienes leen pero sobre todos a los que comentan: Bolita84,  Chinitaeres, Eugenia, Julia Careparavel que siempre me apura, shaparrita_21, MicalDariela, Fanatica2805, Abhiscarrillo, ParkMinLov5. 

Se lo dediqué a Eugenia porque me estaba pidiendo actualización por inbox y bueno me apuró y logré publicar al fin. Julia Careparavel y ella siempre me apuran, a veces necesito que me den mi empujón. 

Aquí hablaban de Bora pero él se equivocó y dijo el nombre de BoA. 

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