| YoungLove → Riverdale¹ |

Від WaryFanGirls

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El destino cambia radicalmente, cuando uno decide mudarse a un pueblo en medio de la nada, después de haber v... Більше

∵ YOUNGLOVE I
∵ GRAPHIC ZONE #1
∵ CAPÍTULO 01
∵ CAPÍTULO 02
∵ CAPÍTULO 03
∵ CAPÍTULO 04
∵ CAPÍTULO 05
∵ CAPÍTULO 06
∵ CAPÍTULO 07
∵ CAPÍTULO 08
∵ CAPÍTULO 09
∵ CAPÍTULO 11
∵ CAPÍTULO 12
∵ CAPÍTULO 13
∵ YOUNGLOVE II
∵ GRAPHIC ZONE #2
∵ CAPÍTULO 14
∵ CAPÍTULO 15
∵ CAPÍTULO 16
∵ CAPÍTULO 17
∵ CAPÍTULO 18
∵ CAPÍTULO 19
∵ CAPÍTULO 20
∵ CAPÍTULO 21
∵ CAPÍTULO 22
∵ CAPÍTULO 23
∵ CAPÍTULO 24

∵ CAPÍTULO 10

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ˏˋ°• ❝Fiesta de cumpleaños❞ *⁀➷

╰──────── « ⋅ʚ♡ɞ⋅ » ────────╯





















Todos los días de 8:25 am a 03:01 pm, nos apegamos a un régimen estricto. Todo en nuestras vidas es controlado. Pero cuando de pronto, la muerte de Jason Blossom aconteció, nos dimos cuenta de que nunca hubo tal control. Solo hubo caos.

Sin embargo, algunos tratamos de imponer y mantener el orden. En lo que, es fundamentalmente, un mundo confuso. Un hecho que muy pronto sería confirmado... En formas que nadie pudo haber previsto.

--

—Am... Me tengo que ir, y lamento no poder estar en tu cumpleaños, Jug. —Fred ingresó al cuarto de su hijo, y se disculpó con el menor de los Jones.

—Ah... No se perderá de nada. Créame, señor Andrews. No creo celebrar mi cumpleaños. —Informó Jughead.

—Arch, ¿Quieres venir a ayudarme? —Su padre señaló el exterior, y Archie lo acompañó.

—Sí, claro. —Bajaron las escaleras, hasta dirigirse a la puerta de salida.

—La buena noticia es que, los papeles del divorcio y toda la cuestión legal acabará. Todo... Estará listo en unos días —Dijo él, recordando las reuniones que tenía con la madre de Archie respecto al divorcio.

—¿Iras a ver a mamá porque tú y Hermione Lodge están...?

—No. No, hijo. Ya se acabó. Estar juntos y trabajar juntos no fue buena idea.

Fred había aceptado continuar con el proyecto SoDale, pese a que el terreno había sido comprado por Hiram y Aarón. No se apartaría y no dejaría que vieran su lado débil solo por un simple acuerdo en papel. Por lo que decidió dar batalla y continuar en el juego. Aunque aquello lo obligara a cortar todo lazo emocional y profesional con Hermione Lodge.

—En ese caso... ¿Por qué terminar todo de forma tan definitiva?

—A veces, hijo, tienes que cerrar algunos ciclos.

—Podrías arreglarlos.

—Esa no es opción, Archie.

—Hablé con mamá ayer y ella no mencionó nada de esto. —Mencionó el pelirrojo, esperanzado de una nueva alianza.

—Tu madre se mudó hace dos años. No te dijo porque quería que fuera yo quien te lo dijera.

—¿Y si te acompaño?

—Esto es solo entre tu madre y yo. Te llamaré. —Finalizó para retirarse.

Archie se quedó en el porche de su casa, mirando como su padre lentamente se alejaba en su camioneta rumbo a Chicago. Llevándose la esperanza de volver a comenzar una vida con la familia reunida. Soltó un gran suspiro, para volver a entrar a su casa. Por otro lado, los planes de restaurar la familia Lodge, también se estaban yendo por el desagüe. Y, la testificación a favor de Hiram, por parte de su familia, cada vez se volvía una opción menos probable.

—¿Qué sucede? —Preguntó Verónica, cuando entró y vio a un hombre muy arreglado con unos papeles.

—Verónica, él es Paul Sowerberry, es abogado. Vino hasta acá para asesorarnos y ayudarnos para la audiencia —Contestó su madre.

—Pero te lo dije, mamá. No iré a declarar. No voy a mentir.

—No tendrás que declarar sobre los negocios o tratos de tu padre. Quiero que tú y tu madre hablen de su carácter. Humanizarlo. Eso reduciría su sentencia. Pero si no declaras, bueno, sería perjudicial y dañino —Habló el abogado.

—Y yo ya le dije todo eso —Agregó Hermione, mirando a su hija.

—Bueno, él cavó su tumba y debo ir a la escuela.

En la preparatoria Riverdale, Archie y Betty reunieron a sus dos amigas para poder informarles sobre la preocupante información que el pelirrojo había recaudado en la ceremonia del maple. Ambas primas miraron confundidos los rostros de los dos adolescentes. No eran típicos de ellos, por lo cual, nada bueno se avecinaba.

—Verónica, Mack, hay algo de lo que debemos hablar. —Comenzó Betty.

—Hablen. Después de la mañana que tuve, estoy lista para casi todo. —Verónica cruzó su pierna sobre la otra, acomodándose en el sofá de la sala de alumnos.

—Juzgando por sus rostros, estoy segura que no es nada bueno... ¿Verdad? —Mack preguntó, mirando a Archie.

Betty negó levemente con su cabeza —Mientras Archie estuvo con los Blossom y asistió a ese banquete, él... Em... ¿Por qué no se lo dices? Tú los oíste —Betty dijo, para alentar al pelirrojo a continuar.

—¿Por qué de pronto siento esto como una conspiración? —Verónica agregó, intercalando miradas entre Archie y Betty.

—Vamos, solo suéltalo, Archie. —Mack lo alentó también. Le comía la curiosidad por saber lo que tenía que decirles.

—Bueno... Escuché al señor Blossom decir que fue el responsable de que tu padre este en prisión ahora —Miró a Verónica —. Y, que además también quiso arrestar al de Mack, pero que aquel hombre siempre encontraba una manera para zafarse de sus problemas.

—¿Es en serio? —Preguntó Mack, sin poder reaccionar aún.

—¿Por qué diablos Clifford Blossom tiene que ver con que mi padre esté en prisión? —Verónica cuestionó, sintiendo la ira dentro de ella.

Mack dejó de escuchar las preguntas de Verónica sobre relacionar a Clifford con la encarcelación de su padre y salió al pasillo. Diría que se sentía feliz por saber que su desaparición no fue repentina o por falta de cariño, sino por ayudar a su amigo más querido a salir de la manipulación Blossom. Aun así, la tristeza la carcomía en lo más profundo de su ser, que lentamente, también comenzaba a transformarse en enojo.

Archie llegó hasta ella, distrayéndola de sus pensamientos. —Oye, tal vez todavía no lo sepas, pero es cumpleaños de Jughead.

—¿Qué? ¿Y no dijo nada? —La sorpresa se escuchó en su voz. Alejando los pensamientos de su padre a lo más profundo de su mente. Luego resolvería aquello.

—Es mañana. Y, no le gusta hacer nada... Cada año va a ver películas al Bijou. Es como una tradición. Durante años yo lo he acompañado, pero ahora tiene novia.

—Por supuesto que iré con él, pero debes acompañarnos —Aclaró rápido, intentando no romper tradiciones pasadas.

—No, solo haría mal tercio —Rio.

—Vamos, por favor...

—Seremos como el trio de oro. —Dijo sonriendo.

—De hecho, Archie, podríamos ser el cuarteto de oro... —Mack lo miró, creando una idea en su cabeza.

—Hasta luego, Mack. —Se retiró.

—De acuerdo, adiós.

Mack se dirigió al periódico escolar, que en ese momento se encontraba vacío, sin rastro de sus amigos por ningún lado y aprovechó ese momento para continuar con su idea de un cumpleaños ideal para su novio. Cumpleaños ideal y familiar. Pues aquello era lo que todos necesitaban. Volver a sentirse en familia por tan solo unos minutos.

¿Sí? Habla Jones —Contestó.

—Hola, señor Jones. Soy Mackenzie Sanders. Jughead es...

Tu novio —Completó —. Sí, lo recuerdo.

—Genial. Bueno, lo llamo por que, incluso yo, me enteré sobre el cumpleaños de Jughead mañana y quería saber si desea acompañarnos a ver una película para después ir a cenar.

Um... ¿Sabe que me llamaste? —Preguntó el hombre, casi forzado a aceptar.

—No, eh... Me gustaría que fuera sorpresa.

Bueno, hay una cosa que Jughead detesta más que las sorpresas y es su cumpleaños. Jamás tuvo una fiesta y nunca la quiso.

—¿Qué? ¿Nunca? —Preguntó sorprendida.

No, no, como sea. Creo que el mejor obsequio que podría darle sería no verlo, pero agradezco tu llamada, Mackenzie. —Colgó la llamada.

En la hora del almuerzo, Archie no dejó de mirar la mesa de Valerie que compartía con las Pussycats. Ellos habían roto luego de la fiesta en casa de los Blossom. Pues Valerie no se dejaría utilizar tal y como Archie lo hizo, y también hay que decir que la falta de atención hacia ella, fue el detonante de dicha separación. El pelirrojo alejó la mirada de su ex novia y volvió a prestar atención a la conversación de Verónica.

—Bueno, basta ya de mi drama. Mack, ¿Dijiste algo sobre el cumpleaños de Jughead? —Preguntó Verónica.

—Sí, am... ¿Sabían que Jughead nunca tuvo fiesta de cumpleaños? El señor Jones me dijo que no le gustan...

—Es verdad —Confirmó Archie.

—Hagámosle una fiesta. Una fiesta de cumpleaños sorpresa. —Ideó la castaña, con una sonrisa.

—No, no, no —Archie negó repetidas veces.

—Es una fantástica idea —Betty animó.

—No conozco a Jughead tanto como me gustaría, pero... ¿Creen que sea buena idea?

—Apoyó a Luke —Archie señaló al rubio —. A Jughead no le gustaría. Al menos, no del todo.

—Todos los dicen, pero no es cierto. —Añadió Kevin.

—Jughead no es como todos. —Volvió a aclarar el pelirrojo.

—Bueno, ignorando la negatividad. Mack, lo sabes. Quiero una excusa para estrenar un vestido. Estoy pensando... Una reunión. Solo sus allegados —Verónica pensó, pero fue interrumpida por Kevin.

—Ay, por Dios... —Murmuró él y, dirigió su mirada a la entrada de la cafetería —. No deben voltear.

Chuck Clayton entró a la cafetería con aires de superioridad que gritaban, sin duda, «he vuelto y nadie volverá a librarse de mí» Las tres chicas en esa mesa lo vieron. Pues parecía tener la mirada fija en ellas. Recordando exactamente todo lo que pasó aquella noche. La invitación indecente de Mack. El beso que ella le dio para alentarlo. Las bebidas inhibidoras de Betty. La peluca negra y su alter ego. Sin duda, todo llegó a la mente de ellas, como un balde de agua fría.

—Oh, por Chuck... Creo que sus músculos crecieron. Aunque da igual porque es el diablo encarnado. —Susurró Kevin.

—¿Qué hace Chuck Clayton aquí? —Preguntó Archie, volviendo la vista a sus amigos.

—Lo suspendieron, no lo expulsaron. Aunque debieron haberlo ejecutado por lo que hizo —Verónica explicó.

Betty se levantó y se dirigió hacia Chuck, el cual estaba en la mesa de Ethel. —Aléjate de ella, Chuck.

—Tranquila. Oye, solo vine a disculparme. No tienes que ponerte loca —Chuck le sonrió, sabiendo que aquello la provocaría.

—¡No estoy loca! —Gritó. Por suerte, nadie volteó a verlos —. No me pongo loca, ¿Entiendes? Ethel, ¿Te está acosando?

—Tranquila, Betty. Está bien. —Contestó ella.

—Sí, Betty. Está bien. La pregunta es... ¿Tú lo estás? —Preguntó Chuck. Betty se retiró y volvió a la mesa, un poco tensa.

—¿Qué estaba haciendo? ¿Acosándola? —Mack preguntó, susurrando.

—No... Estaba disculpándose.

—No estoy segura. Chuck Clayton no tiene en su cuerpo ni un pelo de arrepentimiento —Verónica lo miró de reojo y él seguía conversando con Ethel.

—Bueno, hablemos de otra cosa. Como de... El cumpleaños de Jughead. Mack, ¿Qué tienes pensado? —Preguntó Betty.

—Okey, lo he pensado y me di cuenta que hay muchas cosas que deseo tener, pero no puedo conseguirlas. Y si solo por una noche, puedo hacer que mi novio tenga la mejor fiesta de su vida, lo haré —Ella dijo, pensando que se había dirigido a Jughead como su novio. Palabra que se había vuelto nueva en su vocabulario.

—Al diablo. Estoy con Mack —Archie dijo y la castaña sonrió —. Papá no está. Propongo mi casa. Necesitamos divertirnos.

—Ahora sí nos entendemos. —Acompañó Verónica.

—Será algo épico.
















•┈┈┈••✦ ♡ ✦••┈┈┈•
















Mack era una chica que rara vez se rendía con sus planes, por lo que nunca pensó en aquella posibilidad con el señor Jones. Y visitarlo en su trabajo era una gran idea como para convencerlo de ir a la fiesta de cumpleaños de Jughead. Aunque fuera solo unos minutos. FP entró a las oficinas de la constructora con su casco bajo el brazo y miró confundido a la chica.

—Señor Jones, no quiero molestarlo. Sé que usted no va a fiestas, pero... Archie y yo le haremos una reunión a Jughead en la casa de Archie y creo que significaría mucho para Jughead verlo ahí.

—Nunca te rindes, ¿Cierto? —Preguntó.

—Rara vez, casi nunca —Contestó ella —. En verdad quiero hacerle algo especial y si usted va, sería muy especial.

—Mhm... —Pareció pensarlo.

Con una respuesta que llegó a los pocos minutos, Mack se retiró rumbo al Pembrooke para continuar con los preparativos para la reunión que solo involucraría un par de amigos. Los más íntimos en el círculo de ellos. O eso esperaba ella. Amelie entró al cuarto de su hija y la vio con algunas bolsas de compras sobre su cama y libreta en mano, anotando cada cosa en ella. Como haciendo un inventario en su posesión.

—Vaya, ¿Planeas organizar un comedero comunitario? —Preguntó, riendo.

Mack la imitó —No, son solo algunos bocadillos que creí le gustarían a Jughead para su cumpleaños...

—¿Es cumpleaños de Jughead? —Interrogó su madre.

—Esa fue mi reacción cuando Archie me lo contó esta mañana.

—Te gusta mucho, ¿No es así? —Amelie se sentó en la silla del escritorio.

—No te he hablado mucho de él, ¿No es así? —Repitió ella y su madre asintió —Lo siento, mamá. He estado tan ocupada con el Azul y Oro y resolviendo crímenes atroces que olvidé contarte...

La relación de madre e hija que Mackenzie y Amelie tenían, era una de las mejores. No había secreto que ellas no se contaran. No había chisme que ellas se perdieran. Y no había nada que ellas no supieran de la otra. Por lo que Mack agradecía aquella confianza con su madre. Pensó que todos se merecían una relación así con su familia. Una relación en la cual podían confiar en el otro. Sin guardarse secretos ni arruinarlos con castigos y malos tratos.

Y lo mismo ocurría con Aarón. Pues Mack era su nenita. Su única hija llena de carisma, bondad y dulzura. Mack y su padre compartían una conexión más allá de la que cualquier padre compartía con su hija. Los regalos, viajes y dinero solo era una parte de la demostración de amor que él sentía por ella. Pues, los lujos y enojos llegaron después. Exigiendo mucho o no exigiendo nada. Aun así, Mack amaba incondicionalmente a su padre. Y le dolía, muy en su interior, que no pudiera estar con ella en estos momentos. Disfrutando de su felicidad, tanto como ella debería disfrutar de la suya.

—Descuida, mi niña, sé que ya no puedo obligarte a que te sientes y me cuentes todo lo que pasa.

—Claro que puedes. Y no me opondré —Ella sonrió —. Jughead es... Tierno, amable, un poco cabeza dura, pero lo quiero.

—Quien diría que encontrarías a tu alma gemela en un pueblo fantasma como lo es Riverdale y, en tan poco tiempo... —Amelie se acercó a su hija y la abrazó —. Si él hace feliz a mi bebé, entonces mamá lo acepta.

Mack sonrió y volvió a abrazar a su madre, para después alejarse un poco de ella y hablarle —Mamá, cuando papá y tú comenzaron a salir, ¿Le decías todo? Digo, ¿Todo lo que pasaba en tu vida o lo que decidiste confiarle?

—En mi adolescencia, cuando conocí a tu padre, era un hombre con muchos estándares. Y con más secretos que los míos, me atrevo a decir... Aun así, solo le decía lo necesario. Lo necesario que serviría para fortalecer nuestra relación. Conoces a tu padre, Mack. No sabes lo que podría haber hecho en aquella época con las palabras incorrectas en su boca. —Mack la miró, agachando la cabeza —. Pero no pienses que todos son iguales. Tú misma lo estás experimentando. Con Jughead. Es decisión tuya si contar tu vida o no. Solo asegúrate que sea lo correcto.

Y tras aquellas palabras, Amelie se retiró del cuarto de su hija dedicándole un "Buenas noches", para después dejar a su hija con muchas más dudas que antes. El regreso de Chuck, sin duda la había afectado. No por lo que sucedió aquella noche de confesiones, sino por lo que se había atrevido a hacer para conseguirlo. Y aunque ellos no fueran más que conocidos durante el beso con Chuck, Mack lo sentía como una traición. Una infidelidad que había ocurrido mucho antes de formar una relación.

Jughead sacó una pizza del horno de los Andrews para depositarla con total felicidad sobre la mesa. Había elegido unas categorías para ver con su amigo en el cine, la noche de su cumpleaños que llegaría en tan solo unas horas.

—Así que John Landis será el tema en el Bijou. American Werewolf in London y Animal House. —Explicó el pelinegro.

—Grandioso. Excepto que irás con Mack esta vez —Contestó Archie, ganándose una mirada de Jughead.

—¿Le dijiste de mi cumpleaños? Oye, amigo... Eso fue una traición.

—¿Por qué odias tanto tu cumpleaños, Jug?

—¿Por estrés postraumático? —Se quedó en silencio unos segundos —. No sé, las cosas no estaban bien en casa, usualmente por papá. Y de pronto, había un día arbitrario en el que nos reuníamos y pretendíamos que todo iba bien... Éramos normales. Eso me hacía sentir tan solo.

A la mañana siguiente, Hermione entró a la sala observando a su hija y sobrina examinar varios papeles sobre la mesa. Verónica le había pedido ayuda a Mack para informarse mejor sobre los crímenes de sus padres y tratos con Clifford Blossom, luego de que se enteraran sobre sus intenciones de arrestarlos a ambos. Logrando que uno entrara y otro no.

—¿Qué es todo esto? —Preguntó Hermione.

—Archivos de papá del sótano. Mamá, Archie escuchó al señor Blossom decir que él era el responsable de encerrar a papá. —Verónica explicó.

—Y que, si lo hubiera planeado mejor, también hubiera encerrado a papá. Pero por mala suerte de ellos, no lo hizo. —Mack continuó.

—Así que estuvimos investigando con Mack, y hallamos este documento con pagos mensuales de la compañía de los Blossom a Industrias Lodge. Hasta hace cinco meses aún pagaban —Añadió Verónica.

—Y en el mismo documento figuran los mismos pagos mensuales, pero con Industrias Sanders. ¿Coincidencia? —Mack enarcó una ceja —. Así es, no lo creo.

—Cuando tu padre fue arrestado. —Hermione unió los puntos.

—Y cuando tu padre también se fue —Amelie entró a la sala —. Lo siento, las escuché desde el pasillo.

—Hay más... Los pagos que son significativos, por cierto, se habían realizado por setenta y cinco años... —Verónica continuó con la explicación.

—Eso es mucho dinero... ¿Qué tal si Clifford inculpó a mi tío para así dejarlas pagándole?

—Bueno, no lo dudaríamos de ese monstruo. —Dijo Hermione.

—Díselos a los abogados.

—Espera... Si Clifford hizo que tu padre fuera arrestado, se podría pensar que Hiram tuvo que ver con la muerte de Jason Blossom —Hermione pensó —. Ronnie, mejor déjalo así.

—Y si Aarón huyó, luego del arresto de Hiram, aquello lo catalogarían como cómplice. Por lo tanto, también un sospechoso para el homicidio de Jason. —Continuó Amelie —Hermione tiene razón, hija. Déjenlo todo como está.

—No creen que ellos puedan ser los responsables de la muerte de Jason, ¿Verdad? —Preguntó Verónica, con temor.

—No, hija, no empeores las cosas haciendo preguntas que no vienen al caso. Y por amor de Dios, no involucres a los Blossom en esto. Incluyendo a Cheryl.

Mack miró la hora en su reloj, dándose cuenta que había perdido mucho tiempo en las investigaciones y preparativos para la fiesta. Lo cual involucraba llegar tarde al entrenamiento de animadoras. Y con una capitana como Cheryl, aquello sin duda traería consecuencias. Ingresó al gimnasio divisando a las demás ya cambiadas y entrenando siendo guiadas por Cheryl. Verónica corrió a dejar su bolso en las gradas, pues también había llegado tarde, y se unió a las demás. Mack solo la imitó, pero a pasos más lentos. Atrayendo la mirada de Cheryl a ella.

—Es tarde, Mackenzie. No sabes los pasos para el baile de ex alumnos. Así que estarás atrás, donde tu presencia no sea muy nociva.

—Claro, y tú serás el centro de atención, colocándote al medio, ¿No es así? —Dijo ella, cruzándose de brazos.

—Por supuesto. Soy la de más talento y carisma.

—¿Y por ser una Blossom tenemos que aceptar lo que digas como algo absoluto?

—Puedes retarme, Mackenzie, pero perderás.

—Vivimos en una sociedad democrática, Cheryl. Deja que las Vixens decidan quién es la mejor —Dijo ella, creando un enfrentamiento con la pelirroja.

—Desafío aceptado.

—Pero no, no... Yo no te desafiaré. No seré la capitana de tu nido de serpientes... ¿Quieres poder para domar a tus Vixens? Bueno, Verónica también lo tiene.

—Mack, ¿Qué...? —Verónica se adelantó hasta ella.

—Tienes el poder para demostrar que puedes vencer a la reina de rojo. ¿Qué dices?

—De acuerdo... Lo haré. —Aceptó.

—Desafío aceptado, otra vez. —Cheryl dijo, para ir a colocarse en medio de la pista.

Cheryl chasqueó sus dedos, dándole una señal a una de sus chicas para reproducir la canción en el parlante. Que comenzó a sonar a los pocos segundos, dando por iniciada la batalla de baile para ser la nueva capitana de las RiverVixens. Ambas chicas hacían sus propios movimientos sintiendo el ritmo crecer dentro de ellas. La sincronización se unió en unos pasos, volviendo la coreografía a un dueto, pero que pronto fue concluida por el gran paso final de Verónica.

—¿Quién vota por Cheryl? —Preguntó Mack y sonrió al ver que ninguna aplaudió. —¿Quién vota por Verónica? —Todas las chicas comenzaron a aplaudir, incluidas Betty y ella que aplaudieron eufóricamente.

—No vencerás a una Lodge, Cheryl. Vamos, chicas —Le dijo y junto a las Vixens, se retiraron.

Cheryl no se quedaría sin su venganza. Las primas habían incrementado su ira y su sed de venganza. Por lo que entró a Pop's y divisó en la barra a aquella persona que tanto esperaba ver, y que seguro estaba tan sediento de ese tóxico veneno como ella.

—Ya sé... Eres de lo peor, pero sucede que nuestras archienemigas Betty Cooper, Verónica Lodge y Mackenzie Sanders, irán a una fiesta en la horrible casa de Archie. ¿Te gustaría un poco de destrucción, Chuck?

—Encantado... —Respondió él, con una sonrisa en sus labios.
















•┈┈┈••✦ ♡ ✦••┈┈┈•
















Verónica se reunió con el abogado de su padre en su oficina, para informarle lo que había descubierto con relación a los Blossom. Y para negar la testificación a favor de su padre. Pues, ella no quería verlo libre arruinando más vidas.

—Señor Sowerberry, voy a decirle lo que creo que pasó —Se acercó a su escritorio y se sentó en la silla —. Los Blossom debían pagar para mi familia y la de mi prima, los Sanders, una cuota de por vida. Clifford Blossom quiso cancelar el acuerdo que había, para dejar de pagarle a las dos familias después de décadas. Y cuando mi padre, siendo mi padre, se rehusó, fue Clifford quien llamó a la policía y lo arrestaron. Eso es lo que creo —Se tiró para atrás en el asiento, cruzada de brazos.

—No puedo confirmar ni negar...

—Y la razón por la que no ha dicho nada, es porque eso haría ver a mi padre como un asesino... —Ella se reincorporó.

—Esa es la razón, sí. ¿Cambiaste de opinión sobre declarar a su favor?

—Si acaso lo estoy considerando...

—Le dije a tu padre que tenías conflicto en ayudarlo... —Le entregó un cuaderno con algo escrito en él.

"Mi querida hija, si tú no testificas a mi favor, me temo que tu pobre madre se verá afectada por todo esto. Me apena decirlo, pero ya no es la mujer inocente que tú supones. Piensa con cuidado lo que harás, Verónica. El resto de tu vida y la de tu madre se decidirá a partir de esto". —Leyó ella, pensando muy bien sus siguientes movimientos.

La noche de cine por fin había llegado. Mack acompañó a su novio a ver American Werewolf In London en el Bijou. Por lo que ambos se encontraban comiendo palomitas y disfrutando del momento antes de que la película comenzara. Cumpliendo con una de las tradiciones de Jughead en su cumpleaños.

—Oye, hablé con Kevin y me dijo que Chuck volvió y... Te notó algo tensa —Dijo él, mirándola de reojo.

—No fue nada. Solo la sorpresa de ver a ese sujeto caminar por la escuela... —Aclaró ella, comiendo una palomita.

—¿Qué fue lo que pasó entre ustedes esa noche?

—Verónica y Betty me pidieron que no diera detalles sobre eso, ¿Sí? —Evitó el tema. Pues había recordado las palabras de su madre y no quería contar ese secreto. No aún.

—Sí, de acuerdo. Está bien. Solo preguntaba porque me dijo que estabas molesta.

—Si estaba molesta, fue porque mi novio no fue el responsable de decirme que era su cumpleaños —Mack golpeó leve su hombro.

—Sí, bueno, no creí que a mi novia le gustara las películas de hombres lobo. —Las luces se apagaron, dando por comenzada la función.

—Uh, estás equivocado, Jughead Jones. Las bestias internas son mis favoritas —Dio un sorbo a su bebida y él sonrió.

Al finalizar la película, ambos volvieron a la casa de Archie. Donde Mack le mandó un mensaje a Kevin para avisar que estaban cerca y así, preparar la sorpresa. En la casa de Archie ya se encontraban Verónica, con un humor de malos por la carta de su padre, Kevin, su novio Joaquín, Ethel, Luke y Betty. La luz se apagó y todos se escondieron para dar la sorpresa.

—En serio no puedo creer que te hayas asustado con la película —Habló Jughead, entrando a la casa. Mack encendió la luz y los gritos de felicitación llegaron al poco tiempo. Ganándose, sin duda, la sorpresa de Jughead —Es por esto que no salimos de las películas...

—Feliz cumpleaños. —Archie lo abrazó.

—Oye, no tenías que hacerlo... Apestas, ¿Estás ebrio? —Jughead miró a Archie. Él había bebido un poco bastante luego de la conversación con su padre y el divorcio de su madre. Y claro, agregó a eso, su separación con Valerie.

—Feliz cumpleaños, Torombolo —Saludó Verónica.

—Gracias, Verónica. Y a todos. —Él agradeció. Kevin también se acercó a abrazarlo.

—Feliz cumpleaños, viejo. Él es mi novio, Joaquín.

—Hola, es un placer —Joaquín estrechó su mano con él.

—Ey, Jug, feliz cumpleaños. —Gritó Luke, yendo a abrazarlo.

—Gracias, amigo.

—Ey, ¿Vieron a Betty por ahí? —Preguntó el rubio, buscando a su novia.

Betty salió de la cocina trayendo el pastel de cumpleaños y cantando en una forma que parecía tenebrosa. Cosa que perturbó a la mayoría de los presentes. Sin duda aquello traería pesadillas a los niños.

—Fue encantador, Betty. —Agradeció Jughead, una vez detuvo el canto.

—Sopla las velas. Pide un deseo. —Mack pidió.

—Desearía que estuviéramos solos —Susurró a su oído y luego sopló las velas.

Archie siguió a Verónica hasta la cocina, al verla dejar la sala con algo de rapidez. La vio de espaldas al lavado y pudo notar como limpió sus lágrimas.

—¿Verónica? ¿Es por tu padre? —Se acercó lentamente a ella.

—Solo es la punta del iceberg. No quiero hablar de eso.

—De acuerdo. ¿Quieres un trago? —Preguntó, alzando su propio vaso.

—La chica de Nueva York es quien supuestamente corrompe al dulce chico pueblerino.

Archie rio y se colocó a su lado —Mi padre fue a ver a mamá. Van a finalizar el divorcio...

—Ay, Archie... Si mi madre tuvo algo que ver con esto...

—No. Fueron ellos. Mi madre quería irse de Riverdale y mi padre quedarse. Tuve que elegir y, elegí a mi padre. Olvídalo. No es nada comparado con lo tuyo.

—Me amenazó, Archie... —Soltó luego de un rato —Dijo que destruiría a mi madre si no declaro a su favor. Dijo que ella era igual de culpable que él. Y tal vez él miente, o tal vez no, y tal vez mató a Jason Blossom y... —Archie la abrazó, para consolarla.

—Lo siento... —Jughead se disculpó al entrar a la cocina, obligándolos a separarse.

—Solo queríamos helado... ¿Está todo bien, V? —Mack preguntó al verla algo decaída.

—Sí... Es que hoy no estoy de humor para fiestas...

—Ya somos dos. —Añadió Jughead, pasando a su lado.

—Oye, alto. No estás molesto porque te hice una fiesta, ¿O sí? —Mack preguntó, colocándose frente a él.

—Es lindo, Mack, y yo lo aprecio... Es que estaría más feliz si estuviéramos cenando donde siempre.

—Pero sería como cualquier otro día. Quería hacer algo especial.

—No todo se arregla con buenas intenciones.

—¿Por qué todo debe ser tan triste, Jug? ¿Por qué no eres normal una vez? —Alzó la voz, arrepintiéndose de sus palabras al poco tiempo.

—No soy normal. Y no quiero ser normal. —Respondió, también alzando la voz, pero en susurro. El timbre de la casa Andrews sonó —¿A cuántas personas invitaste hoy?

—A nadie. Solo nosotros.

Todos se dirigieron a la puerta principal, encontrándose con toda la escuela detrás de Cheryl Blossom y Chuck Clayton. Quienes funcionaban como los líderes del alboroto por venir.

—¿Acaso creyeron que podían hacer una fiesta sin invitarme? —Habló Cheryl.

—¿O a mí? —Añadió Chuck.

—Archie, ¿Dónde pongo esto? —Preguntó Moose, sosteniendo dos barriles de cerveza en su hombro.

—Al diablo... Uno en la cocina y otro en el jardín. —Contestó Archie, alejando su lado racional.

Media hora fue lo necesario para que el caos comenzara a reinar en la residencia Andrews. Dilton Doiley estaba en frente de unos aparatos, funcionando como el DJ de la fiesta. Toda la preparatoria Riverdale estaba dentro de la casa, y quienes cada vez se volvían más ebrios con el tiempo. Incluido Archie. Chuck mirando desafiadoramente a las chicas y Cheryl bailando atrevidamente con Moose.

—¿Por qué hacen esto? —Preguntó Kevin.

—Son agentes del caos, Kevin. No hay ninguna razón. Pero si me preguntas, es por venganza —Le contestó Mack —. Ahora vengo. Voy a buscar a Jug.

Mack caminó hasta el garage de la casa, pues allí fue la última vez en donde lo vio. Al estar cerca de la puerta, vio entrar a Archie totalmente ebrio. Por lo que se acercó y quedó esperando detrás de la pared, hasta que él saliera y poder conversar con Jughead.

—Viejo, Valerie está aquí. ¿Crees que regresemos? —Preguntó mirando a Jughead quien acariciaba a Vegas.

—Archie, como mi hermano, era toda tu responsabilidad asegurarte que nada de esto pasara en mi cumpleaños. Y ahora estamos en medio de una película de Seth Rogen.

—Fue idea de Mack, ¿Sí? Yo solo la apoyé.

—Esto no soy yo.

—No importa, Jughead. Ahora eres su novio.

—¿Y qué significa? —Preguntó casi gritando.

—Significa que tendrás tu fiesta, la quieras o no.

Tocaron la puerta del garage del lado del patio y su padre entró por ahí. FP estaba perfectamente arreglado. Con una camisa a cuadros azul, unos jeans oscuros y su cabello peinado hacia atrás. Sin duda, se había esmerado en verse presentable. Bajo su brazo traía una caja con envoltorio azul.

—¿Papá? Hola.

—Feliz cumpleaños...

—¿Cómo está, señor Jones? —Preguntó Archie.

—Feliz de estar aquí, celebrando con mi hijo. No sabía que tenías tantos amigos.

—Ni yo. Por cierto, eres el único adulto aquí.

—Lo sé, ¿Dónde lo pongo? —Preguntó él, refiriéndose al regalo.

—Hay una mesa por allá. —Contestó Archie.

—Bien...

—Am, papá, ¿Mack te llamó?

—Sí, y fue a verme. Ella es bastante tenas. Ya vuelvo. —Se retiró.

Archie siguió a FP devuelta a la fiesta. Pues iría detrás de Valerie para poder recuperarla. Por lo que Mack aprovechó que ya nadie interrumpiría y entró al garage. Jughead la miró, sin ninguna expresión en su rostro.

—Jug... —Lo llamó, delicadamente.

—Sí sabías que mi padre es un alcohólico, ¿No?

—Claro que sí. No creí que nadie tomaría esta noche —Aclaró —. Yo no planeé que Chuck y Cheryl y el resto de la escuela vinieran, ¿Sí? Se suponía que solo serían tus amigos. —Intentó acercarse a él.

—Tú y Archie son mis amigos, ¿Sí? Todos los otros, incluyendo a Kevin, incluyendo a Betty y Verónica, son personas que hace dos meses sin duda hubiera ignorado.

—¿Por qué?

—Por si aún no lo notas, soy raro y extraño. Yo no encajo y no quiero hacerlo. ¿Alguna vez me has visto sin este estúpido gorro? Eso es raro.

—¿Por qué estás tan enojado? Es una fiesta, Jug.

—No es solo una fiesta. Es el hecho de que no sabes o no te interesa, que esta es la última cosa que hubiera querido. Lo hiciste por ti. Querías probar algo —La señaló.

—¿Probar qué? —Mack enarcó una ceja, cruzándose de brazos. Estaba a nada de salir corriendo y terminar con todo.

—¿Qué eres increíble? No lo sé. ¿Jamás se te ocurrió que somos diferentes en un nivel tan esencial como el ADN? Eres buena estudiante, eres animadora y rica. ¡Por Dios santo! ¡Eres perfecta en casi todo! —Exclamó, alzando la voz.

—Odio esa palabra. —Las lágrimas comenzaron a formarse en sus ojos.

—Soy el dañado. El forastero solitario que viene de los barrios bajos. Mack, por favor. ¿A quién quiero engañar? Va a ser cuestión de tiempo.

—No sé de qué estás hablando. —Un nudo en la garganta se había formado. Mack no podía hablar sin soltar sollozos en el proceso.

—Mack, ¡No soy uno de tus proyectos! ¿Sí? Como el homicidio de Jason. —Gritó.

—No... Ya casi ni siquiera estoy enfocada en eso... Y no eres un proyecto. Eres mi novio, Jug. —Le agarró el rostro con las manos, pero él las apartó.

—¿Hasta qué te hartes de estar con alguien como yo? ¿O hasta que vuelvas a ser la misma Mackenzie de Nueva York que tiene a todos detrás de ella como simples cachorros?

Mack no dijo nada más. Aquello afectó por completo su mente. Su madre tenía razón. Había confiado en Jughead al decirle sobre sus relaciones fallidas y mala vida en Nueva York. Y él simplemente lo utilizó para destrozar su corazón en pedazos. Salió del garage cerrando la puerta con un golpe que sonó en todo el lugar. Entendió que quizá hirió a Jughead con sus ideas de una fiesta perfecta. Ella solo quiso hacer de su vida, un poco menos miserable. Y solo lo había arruinado.

—¡Valerie! —Escuchó a Archie gritarle a la chica —Oye, oye.

—Voy con Melody.

—No, no, espera. Solo quería decirte que... Cometimos un error.

—¿Cometimos? ¿Nosotros? Yo no. Terminé contigo porque eres un imbécil. Esto se acabó.

—Oye, Valerie... —Cuando Archie quiso detener a Valerie, ella le tiró toda su bebida encima atrayendo la mirada de todos en el jardín.

—¿Cuál es tu problema, Archie? No te importé, ¿Recuerdas? Ya es tarde.

Mack volvió a entrar a la casa y chocó con Luke. A quien no había visto desde que la fiesta comenzó a estar en su mejor apogeo. Él notó las lágrimas en sus ojos y solo la abrazó sin preguntarle nada. Lo haría luego. Porque ahora sabía que no era el momento. Mack se separó de él, tras escuchar a Chuck hablar a una distancia cercana a ellos.

—Oye, ¿A dónde vas, cumpleañero? —Jughead estaba frente a él y Chuck le prohibía el paso a la salida.

—Déjame salir, Chuck.

—Ay... No puedes irte. Ya viene lo más divertido —Continuó Cheryl —. ¡Su atención, por favor! Todos tienen sus secretos y todos alguna vez hemos pecado. Es algo que la muerte de mi hermano ha revelado. Juguemos un poco para que esos secretos se revelen.

Todos se habían colocado en un círculo expectantes a las reglas de Cheryl sobre su juego de Secretos y Culpas. Luke no se había apartado del lado de Mack, lo cual no había pasado desapercibido por la mirada de Jughead. Él tenía en claro que era solo un amigo, pero, aun así, llegaba a molestarlo.

—¿Qué rayos es Secretos y Culpas? —Preguntó Jughead, desviando la mirada de su novia.

—Es una variación de Verdad y Castigo. La cual nos confesamos sin ningún rodeo. Comenzaré el juego con... Verónica Lodge —Cheryl comenzó.

—Naturalmente. —Contestó.

—Empecemos con el día en que tú y la mafiosa de tu madre llegaron aquí para un supuesto nuevo comienzo. Dinos, Verónica, ¿Qué se sintió deshonrar a Archie Andrews en un clóset?

—Fue idea tuya.

—Vayamos con el querido papi Lodge. ¡Oh! Y, también involucra al querido papi Sanders —Miró a Mack un corto tiempo y luego volvió su vista a Verónica —. ¿No es verdad que tu padre y su socio, desde la prisión, ilegalmente compraron el autocinema? Lo que me hace pensar... ¿Qué otras cosas están haciendo tras las rejas?

Mack comenzó a sentir su corazón latir más fuerte de lo normal. Aquella noche no podía ir más mal de lo que ya estaba, ¿O sí? Intentó ver a Jughead y conseguir alguna reacción de él sobre la confesión del autocinema, pero solo estaba mirando al suelo, con una expresión de sorpresa. Ni siquiera la miró.

—No puedo hablar por mi padre, ni por mi tío, pero sí sé de alguien que tiene un gran secreto. Hablo de que Cheryl asesinó a su propio hermano. —Verónica siguió.

—Todos aquí saben cuánto amé a mi hermano.

—Exacto... Pero, ¿Tal vez lo amabas en formas que no son correctas entre hermanos? Y cuando crecieron, Jason sintió que era algo extraño, anormal. Así que, eligió a Polly sobre ti y no dudaste en dispararle con unos de los rifles que tiene tu padre.

—Esto es grandioso. Me quita el aliento —Kevin susurró hacia su novio.

—Esto es genial. Quiero intentarlo... —Habló Dilton Doiley.

—Bien dicho, Doiley. ¿Qué secretos tienes para contarnos? —Chuck lo alentó a continuar.

—Vi el auto de la señorita Grundy en el río Sweetwater el día que Jason se fue. —Otra confesión. Cada uno comenzaba a sentir más peligro por sus secretos. —Se lo conté a Mackenzie, Jughead y Betty. Y después Grundy renunció y se fue de Riverdale a los dos días. Y no olvidemos que Archie también estuvo en el río esa mañana.

—¡Ay por Dios, estoy en shock! Archie Andrews, ¿Por eso te volviste un músico mediocre de la nada? ¿Porque tú y los cuatro ojos tenían un tórrido romance? —Exclamó Cheryl.

—No digas nada, Archie. No caigas en su juego. Te está provocando. —Habló Verónica.

—Alto, ¿Qué? ¿Andrews durmió con una profesora? Ojalá lo hubiera sabido. Los hubiera puesto a ti y a Grundy en el cuadro de conquistas. —Añadió Chuck, atrayendo la risa de varios a su alrededor.

—Que elegante, Chuck. Te debes sentir muy orgulloso de ese libro —Mack agregó —. ¿Dónde está, por cierto? ¡Ah, sí! Hecho cenizas. Igual que tu masculinidad. —Varias risas y felicitaciones hacia la chica se escucharon.

—Un segundo... Eso explica porque Archie no puede mantener a sus novias. —Cheryl volvió al secreto principal —Tiene serios problemas emocionales. ¿Tienes algo que decir, Arch? ¿Eres víctima o perpetrador?

—Dilton Doiley juega con armas. —Añadió Betty, en defensa.

—Despierta, Betty. Sí, Doiley es un psicópata. Ya todos lo saben.

—Wow, creo que ahora es mi turno. Y tengo un muy oscuro secreto que revelar acerca de Mackenzie Sanders y Betty Cooper —Chuck dijo, para que ambos novios de las chicas prestaran más atención hacia él.

—Déjalas en paz, Chuck. —Archie habló, en un intento de evitarlo.

—¡Cállate, Andrews! —Exclamó él. Chuck sin duda había esperado ese momento toda la noche —Oye, tal vez tú espíes a Betty todas las noches y pases tiempo de caridad con Mackenzie, pero no las conoces. Rayos, creo que ni ellas se conocen. Ya todos saben por qué me suspendieron —Se dirigió al centro de la ronda y señaló a Mack —, pero lo que no saben es que, Mackenzie se vistió como una perra, para volver a sentirse la chica que era en Nueva York. Me llevó hasta el jacuzzi, me provocó y por si eso no fuera todo, me besó. —Mack fijó su mirada en el moreno. Estaba destruyéndola poco a poco. Y lo estaba consiguiendo. Desvió la mirada para ver a Jughead, pero él permaneció con su cabeza gacha —Y Betty es digna de ser su amiga. Hizo lo mismo, con una horrible peluca negra. Ella me drogó y me esposó al jacuzzi. Y bueno, casi me ahogó hasta que me hizo decir lo que quería oír. Y luego perdió la cabeza. En serio creyó que era Polly. Y mírenlas ahora. Fingiendo que nada ocurrió. Pero ustedes, Luke y Jughead ya sabían de esto, ¿No?

Luke no había reaccionado a las palabras de Chuck. Se había quedado estático en su lugar sin saber qué hacer, pues esa era su forma de sobrellevar las cosas. Jughead, por su lado, reaccionó de la única manera que sabía hacerlo. Le propinó un golpe en todo el rostro de niño malcriado a Chuck. Él lo devolvió, logrando que Jughead cayera al suelo.

—¡Ya basta! ¡Lárgate! —Gritó FP que había servido como espectador de todo aquel círculo de confesiones. Echó a Chuck fuera de la casa y miró a los demás —¿Qué están viendo? ¡La fiesta se acabó, lárguense! —Todos comenzaron a retirarse y Jughead pasó por su lado, limpiando su mejilla herida —Wow, ¿A dónde crees que vas?

—¡¿Qué?! —Exclamó, enfurecido —¿Me darás consejos de cómo pelear?

—Quiero que te acerques y hables con tu chica.

—No creo que funcione. Diferencias irreconciliables.

—No, no intentes huir. No huyas. Oye, aquí tienes algo bueno. Con ella y tus amigos. Es algo que... Que yo nunca te di. Has lo que debes hacer. Después de lo que vi ahí, ella te necesita.

Jughead volvió al interior de la casa en busca de Mack. Ella no se había movido de aquel lugar donde había permanecido toda la revelación de secretos. Luke se había ido junto a Betty, pues ambos también tenían puntos que aclarar. Jughead llegó hasta ella y tras algunas palabras, ambos fueron a Pop's. Su lugar seguro y donde solo podían ser ellos.

—Siempre creí que hacías el amor, no la guerra —Mack sonrió débil, mirando su ojo morado y mejilla herida.

—Hago ambos. Tengo talento. —Colocó sus brazos sobre la mesa, a un lado de su gorro. Pues había dejado su cabello negro al descubierto —Lo que tú hiciste fue algo lindo. Es solo que... Cuando alguien hace algo lindo por mí, me incómodo. No estoy acostumbrado. Debe ser miedo a salir herido. A ser rechazado por lo que soy.

—Debí contarte sobre Chuck. Como lo convencí para ir a la casa de Ethel y lo del beso... Pero mentí. Mentí sobre eso, y mentí sobre lo del autocinema. Sí, mi padre lo compró. ¿Eso me hace feliz? Claro que no. Me siento la peor persona del mundo. Y por si eso no fuera poco, te hice una fiesta que no querías...

—¿Por qué lo hiciste?

—Algo está muy mal conmigo, Jug... —Sus ojos habían comenzado a cristalizarse nuevamente —Créeme, no sabes cuántas veces quise cambiar lo que soy. Es como una oscuridad dentro de mí que crece con cada atrocidad que cometo y con cada mentira que digo. Es como si esa Mackenzie que juré dejar atada para siempre, estuviera saliendo a la luz y ser quien controla mis decisiones. Que mayormente son malas. Solo para recordarme lo que soy... Y que nunca podré cambiarlo.

Jughead tomó las manos de Mackenzie para depositar un suave beso en ellas. Luego, se acercó a su rostro y acabó con la distancia que impedía la unión a sus labios. Su relación tendría muchos más altibajos, pero aquello era lo menos importante. Ambos habían prometido confiarse lo necesario para salir adelante. Juntos. Y no había nada que los destronara de su mundo perfecto.

Por otro lado, a la mañana siguiente, Verónica bajó del cuarto de Archie. Otras dos almas que se habían unido en busca de consuelo. Y que también llegarían a grandes escalas. Jughead la vio bajar las escaleras con sumo cuidado, y solo la miró prometiendo que no saldría nada de su boca. Verónica llegó al Pembrooke para después cambiarse e ir a testificar a favor de su padre. Había pensado mucho sobre la amenaza y protegería a su madre. Aunque tuviera que tener al monstruo en su propia casa.

Betty y Mack estaban charlando en el Azul y Oro. Ella también había arreglado su situación con Luke. Él no podía juzgar las decisiones de la rubia, sabiendo que, en sus tiempos más oscuros, él hubiera hecho lo mismo. Y por, sobre todo, pasó antes de formar una relación estable y sana. No reavivarían recuerdos del pasado y se enfocarían en el presente. Que ahora, era mucho más importante.

—Buenos días —Betty saludó a Verónica, quien entró a las oficinas del periódico.

—Les traje un descafeinado y unos bollos frescos. —La pelinegra apoyó los vasos y la bolsa de comida en el escritorio.

—La última vez que me trajiste comida fue porque besaste a Archie —Betty rio, Verónica sonrió.

—A mí me encanta que funciones como mi sirvienta —Mack dijo, tomando su vaso de café, ganándose una mirada reprobatoria de su prima, pero que también le causó diversión.

Volvió su mueca a una seria, y se sentó frente a ellas —Acabó de testificar a favor de mi padre. Y eso ayudará a que pueda salir.

—Esas son buenas noticias, ¿Cierto? —Betty preguntó, confundida.

—Mi padre contrató al padre de Jughead para sabotear al autocinema.

Mack dejó su café de lado y miró a Betty —De hecho, nuestros padres. Ya sabes, trabajo de socios.

—Y dadas las circunstancias, no es inconcebible que, al menos a papá, lo contratara para otros trabajos. Como ir tras Jason, como venganza por lo que los Blossom le hicieron —Ella soltó un suspiro —. Quiero ayudar en tu investigación. Quiero la verdad, sea cual sea.

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Ya sea que crean en el orden o el caos, al final, es lo mismo. O tenemos control sobre nuestras vidas o solo eso creemos.




















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