EPILOGO
Una tarde, como todas las demás, el sol ocultándose en el horizonte, una tarde que marco fin a una espera.
Mei: ¿madre, saldrás hoy? – pregunto mientras comía junto a ella.
Ume: tengo que salir con tu padre para arreglar el papeleo con los abogados, tenemos que saber que ara el abuelo con la escuela, esa operación después de todo hizo que mejorara su salud, pero sigue con ese aparato que le ayuda con ello -dijo mientras la veía- ¿vas a salir?
Mei: tengo que ir a ver a Yuzu recuerdas, es mi turno... - dijo mientras trataba de no sonar triste por ello.
Ume: cierto, no te preocupes, ¿tienes una copia de la llave de la casa no? – pregunto
Mei: si – respondió
Ume: entonces no ha de que preocuparse querida, desde que esta en coma, siempre has sido la primera en ver por ella.
Eso era cierto, desde que Yuzu había entrado en coma, Mei era la primera en ver por ella, en ir y platicarle sobre lo que había hecho en el día, sobre lo que había comido, sobre lo que Harumi le contaba, ella nunca se separo de Yuzu, siempre estuvo ahí.
Hace más de 7 meses, esos largos meses, Yuzu estaba y sigue en coma, mas de medio año desde que entro en ese estado vegetal, pero Mei siempre espero por ella, y sigue esperando, hizo una promesa de no separarse de ella en alguna situación complicada para ella, pero hubo muchas recaídas de Yuzu, donde su salud se uso a colgar de un hilo, pues debido a que le suministraron mal un medicamento, casi pierde la vida sin que nadie se diese cuenta, pero gracias a un aparato lograron estabilizarla y que siguiera con su recuperación.
Las cosas habían mejorado para la familia en sí, Taiko, quien también había sufrido de una complicación en esa operación a corazón abierto, siguió con vida, puesto que así muere en esa camilla. La vida le dio una segunda oportunidad para que se pusiera a pensar sobre lo que había hecho y el daño que le ocasión a la familia, en especial a Mei.
Yamato, había conseguido que Okuma, entrara a la cárcel y pagara una larga condena debido a la gran cantidad de dinero que había robado de varios negocios que tenía, Hikari, quien ahora viva con su familia que conformaba con dos hijo, un hombre y una mujer, los cuales se dedicaban a la administración de varias empresas y ayudaban al gasto de estas, se mudaron con Taiko, para que pudieran monitorear su progreso en recuperación, y además de hacerle un gran favor en ayudar con la escuela.
Ume, Shou y Mei se mudaron a una casa propia, en un suburbio tranquilo de Tokio, pues pensaban que era tiempo de empezar una vida tranquila lejos del centro de la ciudad, pero que también estuviera relativamente cerca de la escuela, si antes se hacían aproximadamente 2 horas debido a la lejanía de esa casa de veraneo que el abuelo les había prestado, ahora tardaban 1 hora en legar.
Todos se encargaron de ayudar a mover todas las cosas de Yuzu y reorganizar el cuarto donde estarían durmiendo juntas nuevamente Mei y Yuzu, una vez que Yuzu se haya despertado de ese coma.
Terminaron de comer, y Mei se fue a cambiar de ropa después de haber tomado un baño, se puso algo cómodo, ya que pasaría un tiempo con Yuzu, salió de su habitación, bajo las escaleras y fue a la puerta.
Mei: ya me voy- dijo mientras caminaba hacia la salida de la casa y cerraba después de haber salido.
Camino hacia la parada del autobús y tomo el primero que paso, viendo por la ventana, recordó todo lo que había pasado hace algunos meses, ya había acabado el primer semestre, ahora iniciaba el segundo, su padre había regresado a la escuela, pero había hecho modificaciones en un primer plano, información sobre el cambio de director y las posibles conductas que empezarían a formar mas a las estudiantes de la academia Aihara.
También los momentos que había pasado con Yuzu, desde el principio hasta el final. Ahora con ese estado vegetan en el que estaba, no había mucho de interés en su vida, ese brillo se había ido con ella.
Al llegar a su destino, bajo del autobús, puesto que ahora tocaba caminar un par de calles y llegar al hospital. Mientras caminaba, pensaba llevarle algo, no unas flores ya que con el pasar de los días estos pierden su color y vida. Así que decidió llevar algo que durase más tiempo o casi una vida, mejor dicho.
Mei casualmente pasaba por una tienda de regalos así que entro y hecho un vistazo a los regalos, uno llamo su atención, un par de anillos, no caros, sino sencillos, además de que llevaba una promoción. Se vio convencida por ellos, así que con lo que había conseguido, compro aquellos anillos, que venían acompañados de una caja color negro además de un pequeño oso de unos 30 cm de altura que tenia un ojo de botón. Salió de aquella tienda y con una pequeña sonrisa y camino hacia el hospital.
Llego entro y se dirigió hacia el cuarto de Yuzu, donde llevaba 7 meses sin dar alguna señal de seguir todavía ahí, solo el pitido de la maquina que marcaba el compás de su corazón era el que indicaba que aún no había muerto.
Esos 7 meses, Yuzu en algún lugar de su conciencia, esta escribiendo en aquella libreta que había ahí, llevaba registrando sus más profundos deseos y cuanto extrañaba estar de pie y consciente, al lado de la persona que tanto ama en todo el universo, hasta conscientemente anoto los días en que venia a verla, era cada tercer día, cada tercer día, ella aparecía vestida de blanco hablando a la nada, pero sabia que le estaba hablando a ella.
Mei entro por aquella pueda, caminando hacia la cama donde estaba Yuzu, aun en coma.
Mei: Hola Yuzu – dijo mientras jalaba una silla y se sentaba a un lado de ella- ¿Cómo te sientes?, ya mejor? - pregunto mientras la veía.
Yuzu: ¡¡¡oh claro!!!, estoy mejor que nunca, quisiera poder preguntare como estas tú, pero no puedes oírme -sonrió tristemente
Mientras Yuzu veía aquella silueta, que aparentaba ser Mei, ella empezó a sentir dolores en todo su cuerpo en especial en la cabeza.
Mei: había pensado en traer algunas cosas, pero no me dejaron pasarlas al cuarto, pero compre un obsequio para ti – dijo mientras tomaba su mano
Yuzu escuchaba mientras sentía el tan reconocible tacto de Mei, trato de acercarse hasta donde estaba, y se dio cuenta que estaba avanzando, entonces con dificultad empezó a acercarse, acortando la distancia entre ellas.
Mei había notado un cambio, sintió la mano de Yuzu temblar, en esos 7 meses era algo que no pasaba, ahora estaba temblando y la preocupación apareció.
Mei: ¿estás bien? – dijo con el tono de voz cambiado, pensó en ir a llamar al doctor, pero no quería separarse de ella, que tal si pasaba algo que no le gustaría que pasara sola.
Yuzu lentamente empezaba a mostrar signos de movimiento, muy leves, pero eran notables para Mei, quien empezaba a sentir una presión en su pecho, empezaba a sentir como ponían algo pesado en él.
Sostuvo con fuerza la mano de la rubia, quien mientras caminaba hacia aquella silueta de cada ves mas cerca, mas señales de vida daba.
"Mei, Mei, Mei, Mei!!"
Era todo lo que decía, justo cuando estaba a un lado de ella, se dispuso a tomar la mano de la silueta que estaba ahí, quien supuestamente representaba a Mei. Entonces de un segundo a otro, Yuzu reacciono jadeando, con un gran alarido silencioso, jalando aire consigo, haciendo que Mei se alarmase al verla de esa manera, pero después de que sintió que su mano era apretada, sabia que no era un sueño.
Yuzu había despertado, 217 días en coma habían llegado a su fin, la larga espera había terminado.
Yuzu trataba de hablar, pero no podía, sentía su cuerpo como un costal lleno de piedras, pues nunca había mostrado señales de que se hubiera movido.
Mei: no te fuerzas – dijo mientras trataba de no romper en llanto.
Yuzu: M-Mei.... – logro pronunciar mientras sus ojos se llenaban de lagrimas
Mei sintió su corazón salir de su lugar, se lanzo a abrazarla para después romper en llanto.
Mei: n-no sabes la f-falta que me hiciste- dijo mientras a la abrazaba con fuerza.
Mei antes mucho antes de que Yuzu despertara, dejo la bolsa con los obsequios de lado, pensó en mejor darle celos después de que despertara ya que quería ver su reacción.
Así los días pasaron, una semana paso hasta que Yuzu podía moverse completamente, pero unas semanas de rehabilitación para que acostumbrase nuevamente a su cuerpo al movimiento, serian de gran ayuda.
Mientras preparaban las cosas para marcharse, Yuzu estaba sentada en una silla con unas muletas de lado, entonces Mei entro a la habitación.
Mei: ¿cómo te sientes? – pregunto sentándose a un lado.
Yuzu: bueno, ¿cuenta que ya no me siento un costal de papas? – dijo consiguiendo una risa de Mei.
Mei: sigues siendo tú – dijo- tengo que darte algo cuando lleguemos a casa
Yuzu: ¿remodelaron la casa del abuelo? – pregunto
Mei: no, nos mudamos a un barrio cercano, ya no tardaremos tanto en ir a la escuela.
Yuzu: ¿enserio? – dijo- creo que me perdí de varias cosas – sonrió
Mei: no de tantas – sonrió
Después de haber arreglado el papeleo, Yuzu salió acompañada de Ume su madre y de Mei quien cargaba las cosas de Yuzu. Tomaron un taxi y las llevo hasta la casa, Yuzu veía a través de la ventana, conociendo su nuevo vecindario, puesto que, ahora tenia que aprender una nueva ruta de ida y regreso de la escuela.
Llegaron en minutos, bajaron y caminaron a la casa de dos pisos.
Yuzu: ¡¿casa propia?!!! – dijo sorprendida
Ume: si jajaja, pensé que seria buena idea con tu padre – sonrió mientras abría la reja y dejaba el camino libre para que pasara.
Yuzu: ¡¿ahora podemos tener una mascota?! – dijo como una niña de 8 años
Ume: tal vez – dijo mientras abría la puerta de la casa
Yuzu por primera vez había pisado su nuevo hogar, ahora mientras miraba y exploraba, Mei había ido a dejar las cosas para que estas se lavasen.
Ume: Yuzu que tal si tomas un baño, después de esos 7 meses sin un baño adecuado, sería bueno, ¿no crees? - dijo mientras la ayudaba a subir las escaleras.
Yuzu: ¿es baño es grande? – dijo mientras subía con ayuda de su madre.
Ume: ¿en relativamente grande, por qué? – la miro curiosa.
Yuzu: por nada – serio
Ume: Mei te ayudara con ello.
Yuzu; vale.
Mei mientras preparaba su sorpresa, escucho la puesta del cuarto abrirse, así que escondió la caja eficazmente, se giro y vio a Yuzu caminar hacia adentro del cuarto.
Yuzu: es grande – dijo mientras miraba el alrededor
Mei: lo sé- sonrió- ¿tomaras un baño?
Yuzu: Sip, lo necesito porque los métodos de baño del hospital son un asco uhg – saco levemente la lengua.
Mei: está bien, preparare tu ropa y llenare la tina, siéntate por lo mientras – sonrió.
Dicho eso, comenzó a buscar la ropa que usaría, pensó en algo cómodo para que pudiera moverse un poco mejor con esas muletas, saco lo mejor que pudo encontrar y se dirigió al baño que para suerte de Yuzu estaba en la planta alta, entro al baño y empezó a llenar la tina con agua a una temperatura adecuada.
Una vez listo el baño, se dirigió al cuarto.
Yuzu: ¿ya está?
Mei: Si – dijo mientras tomaba una toalla- vamos
Mei se acercó a ayudarla a que se levantase y caminaron justas al baño.
Yuzu: si no me equivoco, ya empezó el segundo semestre verdad – dijo mientras se sentaba en una silla.
Mei: si, pero papa vera como ayudarte para que no pierdas el año – sonrió mientras cerraba la puerta- ¿te ayudo?
Yuzu había empezado a desvestirse, cuando Mei le pregunto solo sacudió la cabeza diciendo que no.
Yuzu: yo puedo Mei no te preocupes – sonrió
Mei acepto su respuesta, espero a que estuviera desnuda, pero no pudo evitar sonrojarse, hace tiempo que no la ve en esa situación, sacudió un poco la cabeza y se acercó, Yuzu tenía el rostro rojo, como si de un tomate se tratase y Mei se dio cuenta de ello.
Yuzu tomo una muleta y se levantó, con ayuda de Mei, camino hacia la tina sintiendo como el agua caliente desprendía ese vapor que hacía que su piel se erizase. Con cuidado entro y se sentó disfrutando del agua.
Yuzu: oye Mei
Mei: dime
Yuzu: gracias -dijo mientras la veía
Mei: ¿¿uh??- la miro
Yuzu: gracias por cuidar de mi durante 7 meses – sonrió- era divertido escucharte hablar, contándome como iba tus días, por ponerme a tanto con lo que pasaba en la escuela y por haber traído a Harumi y Matsuri un par de veces contigo
Mei: me escuchabas todo este tiempo
Yuzu: si, aunque estuviera inmóvil, mi subconsciente aun trabajaba y podía escuchar toco lo que decías y también cuando la enfermera se quejaba de su trabajo – rio levemente.
Mei sonrió, no se resistió, y se acercó a besarla, besarla con una calidez, una necesidad de ella, que estaba presente en su alma. Yuzu no correspondió al momento, pero después fue reaccionando poco a poco, puesto que sus reflejos todavía no despertaban del todo.
Yuzu: apenas Sali y ya vas al ataque – dijo
Mei: guarda silencio – dijo con los ojos cerrados mientras juntaba sus frentes – me hiciste falta
Yuzu: y tu a mi querida – sonrió.
Decidieron terminar el baño de una vez, Yuzu pudo bañarse sola en algunas partes, pero en otras necesito de Mei para que ella tallase esas partes, salió con cuidado una ves termino de enjuagarse el cuerpo y cabello, se seco con su toalla y se vistió, salieron del baño para que Yuzu secase su cabello en el cuarto y no se enfermase luego de Salir de un coma.
Yuzu al entrar en la habitación camino hacia donde parecía ser el tocador y tomo la secadora del cabello.
Mei: cuando termines siéntate en la cama quiero darte algo
Yuzu: ¿uh?, está bien – dijo mientras se cepillaba el cabello.
Una vez termino se dirigió a la cama mientras que Mei sacaba algo del cajón del escritorio y se dirigió de igual manera ala cama junto a Yuzu.
Yuzu: ¿y qué es? ¿Un nuevo manga? – dijo risueña.
Mei: no, mira cierra lo ojos y estira tu mano izquierda.
Yuzu no dijo nada e hizo lo que dijo Mei, cerro los ojos y estiro su mano, sintió el tacto de la menor, pero algo se deslizaba por uno de su dedo, era frio, y parecía ser algo abultado.
Mei: abre los ojos.
Yuzu los abrió y bajo la vista hacia su mano, encontrándose con un anillo color plata, no tan extravagante, sino, uno sencillo pero lindo a la vista con aquel grabado de lo que parecía ser hojas.
Mei: tenía planeado dártelo el mismo día que lo compré, pero pensé en mejor dártelo cuando por fin despertases – dijo
Yuzu: ¿compraste solo uno? – dijo mientras la veía
Mei: no – dijo mientras le enseñaba el otro anillo en su caja
Yuzu sin decir nada lo tomo, lo saco y tomo de igual forma la mano derecha de Mei, quien se sorprendió por eso.
Yuzu: si yo voy a utilizarlo, también lo aras tú – sonrió
Con delicada se lo coloco en el dedo anular, para después verla con una sonrisa
Yuzu: con esto te reclamo como mía – rio
Mei se acercó peligrosamente e hizo que Yuzu, se apoyase en sus manos atrás de su espalda, ahora Yuzu había tomado la motivación para besarla. Se separaron con respiración agitadas, jadeantes por la falta de aire y rieron juntas.
Yuzu: ¿y empezamos los preparativos de la boda o qué?
Mei: estas dispuesta a pasar el resto de tu vida conmigo – dijo
Yuzu: por ti, hago eso y mucho más – dijo mientras acariciaba una de sus mejillas.
Cuenta la leyenda que un hilo rojo une a dos personas que están destinadas a pasar la vida entera juntos, que sin importar las adversidades, se encontraran una y otra vez, hasta que se den cuenta de que no pueden vivir sin uno del otro, así que, sigue lo que tu corazón dice, no dejes que las voces que te dicen que nunca serás feliz te atormente, puede que el amor de tu vida sea tu propia hermanastra no crees?
FIN
bueno amigos mios, esta historia llego a su fin c:, agradesco enormemente el apoyo que recibio, gracias por los comentarios, en verdad amo leerlos y saber que opinan sobre las historias, en verdad los amo con todo mi kokoro <3, me ayudan a seguir mejorando e ir haciendo y pensando en historias mas elaboradas.
en verdad me gusto dares esta historia
quien dijo que no les iba a dar final feliz :v xdxd
los amo
Atte: -nery