-¡Esque demonios estabas pensando!.- Un muy enfadado padre mira a una muy asustada hija, que sinceramente no sabe donde meterse.
-Yo.. bueno, no pensé..-Titubea...
-¡Ese es el problema, que no piensas! ¡estas desequilibrada! - Grita el muy cabreado padre, recalquemos muy cabreado.
-James..
-Y además ¡has echado abajo la escuela! ¡¿QUIEN COÑO EMBISTE UNA ESCUELA?! podrías haber mandado una hoja de reclamación o recoger firmas ¡como todo el mundo! pero ¡NO! ¡MI HIJA TIENE QUE HECHARLA ABAJO! y..- le cortan.
-¡Joder James!...- si hay algo que da más miedo que el muy cabreado padre es una muy cabreada madre.
-Puesto que es aún menor de edad, va a tener que estar bajo tutela judicial, porque es evidente que no pueden controlarla.- Habla un muy cabreado director.
Todos están cabreados.
Si, Shhhhhhhhhh Cállate.
Mi cerebro, tiene vida propia, hay quien me llamaría esquizofrenica, yo simplemente, rara.
No se arregla con unas pastillas, ni un psicólogo. Yo necesito un exorcista.
Suspiro del acusado, bueno, acusada.
Yo.
Y sentenciada a morir.
-Tranquilo señor, hemos tomado medidas- La madre sonríe perversamente a su futura, muy desgraciada hija.
La acusada salta del asiento.
-¿Medidas? ¿...que medidas?- miedo en su voz, y ganas de mear.
( Que pasa siempre que tengo miedo me entran ganas de mear, ¿ a quien no le pasa?)
-Tú tía, Meredith estará encantada de recibirte.- Dice una sonrisa muy macabra de un muy macabro padre.
Mierda.
Mi padre está loco. No, no es que este enfadado, es que el lo está, tiene problemas de nervioso y a veces parece un neurótico cuando empieza a gritar al alterarse.
Mi tía Meredith es..
duele decirlo, dadme un minuto... asistente legal..
y agente de la condicional.. nose cual de los dos es mi caso pero uno de ellos lo es.
Vive en el quinto pino, asique me toca atravesar el país.
Eso no es lo peor..
-¡Pero si hace años que no la veo!- No sirve.
-¡Ni siquiera sé nada de ella!- No sirve.
-¡No conozco a nadie allí!- No sirve.
-¡Pero si es un sargento!- Sonrisa macabra de mi padre.
¡Mierda!
Las cosas van que te cagas de bien.
Te lo mereces.
Dice una voz en mi cabeza muy bajito, casi en un susurro.
Al negarme ha hacer la maleta me la hicieron ellos.
Mis padres tan serviciales.
Al negarme a caminar al aeropuerto, se turnaban para empujarme por los pasillos y para sacarme del coche.
Un beso rápido en la mejilla y un empujó hacia dentro.
Una sonrisa de triunfo.
Esta noche habría champán y tarta.
Se habían librado de mí.
*****************************************
Diez horas de viaje.
¡Díez horas de viaje!
Mi fiel móvil del que no han conseguido separarme, mi único amigo, el me hace compañía en estos duros momentos.
La música retumba en mis oídos.
Normalmente me tranquiliza.
Suena 21 guns de Green day, adoro esa canción.
Suspiro.
El avión va aterrizar.
Me preparo mentalmente para lo que me espera ahí abajo, en Seattle.
Mi tía Meredith , bueno, ciertamente hay que decir que no es mi tía, es mi madrina.
Pero desde mi infancia me han echo llamarla tía, asique tía será.
Bajo del avión con todas mis cosas, y espero a que aparezca el sargento Meredith.
All my life I've been good but now, I'm thinking what the hell
All I want is to mess around and I don't really care about
If you love me, if you hate me, you can't save me, baby, baby
All my life I've been good but now, whoa, what the hell
-¿Qué? - contesto de mal humor.
-¡¿enserio?!.. vale.
Cuelgo de mala leche.
Diez horas..
¡¡¡Díez putas horas y me toca irme sola a casa!!!
Llamo un taxi y le doy la dirección de mi madrina.
Suspiro, esta lloviendo, por supuesto, lo mejor de Seattle no es su delincuencia, no, es su clima de mierda, que siempre llueve.
Suspiro, otra vez.
Llamo un taxi.
Después de que tres me ignoren a los que les saco el dedo corazón.
Uno para. Gracias.
Llegamos diez minutos después.
Le doy el dinero al taxista y cojo todas mis maletas, sin prisa, resignada a que ya me he empapado.
El hombre me ayuda a llevar las cosas a la puerta de mi tía esta llena de flores.
Literalmente, todo.
La puerta, las ventanas, el felpudo, es de... ¿ammm Mikey Mouse?
Welcome to house of Mouse.
...
Te has equivocado de dirección estúpida.
Llamo al timbre y nose porque me esperaba la canción de la abeja Maya en vez de un timbre normal y corriente.
...
Con calma ee tía Meredith como no llueve ni hace frio ni esto pesa como un demonio...
Me abre la puerta una mujer de treinta y pocos.
Falda y americana negras, blusa blanca impoluta.
Un moño perfecto.
Es castaña clara, y tiene los ojos
verdi-grises más desconcertantes que he visto jamás, su piel es casi tan clara como la mía, digo casi porque yo soy "blanco nuclear"
Y cada vez que intento cambiar eso es... triste.
¿Triste?, es patético, pasas del blanco al moreno guiri (rojo ketchup) luego te pelas y luego pasas otra vez al blanco nuclear.
Gracias por la aclaración..
Una sonrisa vitaldent muy bonita completan su cara risueña.
También lleva un pañuelo amarillo de lunares que queda un poco fuera de lugar.
-¡Kayla Parker!, vaya... que mayor estas eeh, antes me cambias en un brazo.
....
Sigue lloviendo pero tenemos tiempo eeh, ya se le han mojado hasta las bragas.
Le sonrió como puedo a mi no-tia y le digo con un pequeño gesto... que es para hoy.
Me ayuda con las maletas y entramos en la gran casa.
Parece normal.
Moderna pero... tiene algunos detalles que parece que aquí vive un niño de cinco años, niña, más bien.
Es todo muy moderno y bonito.
Caro, pero hay... cuadros de Disney por las paredes... si, de Disney, no habéis oído mal.
Y ¿croché? o dios mio...
-¿Te ha costado llegar? - Me pregunta alegre.
¿Enserio?, Miro mi ropa y luego la miro con una sonrisa diciendo, ¿enserio?
Lo capta.
-Vale perdona por no haber ido pero esque estaba matriculandote en el nuevo instituto.- Se escusa mientras mira a su alrededor.
A lo mejor busca a los ratones que le limpian la casa y le cosen la ropa.
Creo que los ratones se irían corriendo cuando intentara ponerles vestidos de colores...
-Un momento- Se disculpa.
Coje aire y grita.
-¡Derek!- Se gira a ronreirme mientras intenta, sin éxito, mover una maleta de las grandes.
Pobrecita.. me da cosa decirle que tiene ruedas.
Creo que mi madrina...es un poco tonta.
Aplausos.
Creo que todos nos hemos dado cuenta.
Una silueta aparece en la escalera.
Metro ochenta.
Castaño claro.
Ojos verdi-grises Cubiertos de pestañas negras, que juraría ya he visto antes.
Nariz recta y respingona.
Labios carnosos, con un piercing de aro en un lado.
Un pendiente en la oreja izquierda.
Un cuerpo de infarto, cubierto por una camiseta de manga corta blanca con cuello de pico que de adapta a cada músculo.
Unos vaqueros se adaptan a una cintura por la que asoma la goma de unos bóxers.
Y lo mejor...
Respira, respira idiota asmática.
TATUAJES.
Mi sexo sexo da palmas.
Salida mental.
Tiene el brazo izquierdo totalmente tatuado y el brazo derecho parcialmente.
Dioooos.... me. Corro. mucho.
Traed una fregona...
LOS TATUAJES= amor, orgasmos, etc.. (y mil cochinadas más)
Me mira.
Le miro.
Me mira.
Le sonrió.
Levanta una ceja.
Frunzo el ceño.
-Kayla, este es mi sobrino, Derek Sanders, y....creo... que vas a tener que dormir en el sofá- Dice Meredith con la boca pequeña.
Abro mis ojos con desagrado.
¡Hola lumbago!
-Pero Derek puede dejarte su habitación- Dice con una sonrisa.
La cara de su sobrino cambia en una mueca de disgusto.
En cambio yo sonrió y le lanzó una mirada retadora.
Ya no te ríes eh.
Coje mis maletas, con una sola mano lo que hace que su espalda se tense.
Ohmmm....
Recoge las bragas y sigue caminando.
Touche.
Cuando entramos creo que voy a llorar.
Pósters de Pig noise, Sum 41, Green day, Metallica, Guns and Roses....
Me mira con curiosidad.
Se acerca a mí hasta chocar su frente con la mía y echarme para atrás.
Este chico tiene complejo de ciervo, solo te gustan los raritos.
Aunque claro, su tía se cree la abeja Maya.
Trago saliva, me a tomado por sorpresa.
-Está es mi habitación, y hay normas.
Nada de tocar mis cosas, o de revolver mis cosas, y a mi cama se entra desnuda.- Acto seguido se va sonriendo mientras le saco la lengua y el dedo corazón.
Cretino.
Pero la última regla te ha gustado, Admitelo.
...
Estoy nerviosa... necesito fumar.
Busco en mi bolso hasta que encuentro el paquete de Malboro que no me han dejado fumarme en el avión.
Voy a la ventana y la abro.
Mmm huele a humedad... que asco.
Odio la lluvia, odio el frío.
¿Hay algo que no odies?
Tu silencio, mini-plasta.
Busco un cenicero con la mirada.
Abro la mesita de noche a ver si encuentro alguno.
Mmmm cenicero... no, pañuelos.
cenicero.... no, condones.
Te has fijado en un puto.
y con complejo de ciervo.
Decido ignorar a mi mini-demonio y seguir la búsqueda.
Cenicero..... no, polvito blanco.
Ya esta, ¿Por qué hay que pensar siempre mal de todo el mundo? ¿Por qué no puede ser harina?
Porque nadie tiene harina en una bolita de plástico en la mesita de su habitación, idiota.
Vale, ignoremos el polvito confuso que fingiremos, es harina.
No es harina.
¡Shhhhhhhhhh Cállate!
Cenicero...... no, pistola.
Cenice.... ¿¡PISTOLA!?
Respira, y no, la, toques.
Pero yo quiero cogerla, asique con cuidado la sujeto entre el dedo índice y pulgar en el aire.
Con lo torpe que eres te meterás un balazo entre ojo y ojo.
-¿Qué haces con eso?- Pregunta un muy silencioso Derek.
Meto la pistola en el cajón y lo cierro fuerte.
Me toco el pelo y miro a otro lado.
Estúpida, pareces silvestre disimulando que no se ha comido a piolin...
Arquea una ceja y me lebanto del suelo. No parece enfadado más bien, molesto.
-Oye niña, mi casa, mis reglas, ¿como de corta eres para rebuscar mis cosas cuando te digo minutos antes que no toques nada?, además la ropa interior, no estaba ahí, si querías verla, solo tienes que pedirlo.- Se acerca a mí oído.
-Aunque se ve bien en el modelo, es mejor lo que esta debajo.- Dice seductoramente, aunque yo creo que se esta burlando de mi...
Se está burlando de ti, estúpida.
Me aparto de él, roja por la rabia y la vergüenza.
El sonríe socarrón
Le saco el dedo y me voy mirándole furiosamente, no rompemos el contactó visual hasta que ¡bam!
Estalla en carcajadas y yo me llevo las manos a la cara, me he tragado el marco de la puerta.
¿Esque no puedes irte sin hacer el ridículo? tonto, que eres tonto.
Me voy echa una furia de la habitación con la poca dignidad que me queda.
Tú no tienes de eso.
¡OYE, ESTO YA EMPIEZA A PARECER BULLING!
Le detesto.
Me cae mal, muy mal.
Meredith me llama para ponerme la pulsera que decreto el juez que me debía poner cuando la escuela me denunció.
Suspiro y me encuentro con la mirada curiosa y divertida de Derek.
-Ya esta, en 10 km lejos de casa esto se volverá loco, unas semanas, sé buena y te lo quitaré.- Dice mi no-tía dándome unas palmaditas en la cabeza.
¿Por qué no te tira un terroncillo ya que estamos?
Mi tía desaparece, seguramente a hornear un bizcocho mientras los animales del bosque la ayudan a fregar la cocina.
-¿Esa pulsera es... dejame adivinar, por ACOSADORA?- Le intento pegar pero me esquiva y se echa a reir.
Déjalo, ya te ha perdido todo el respeto que alguna vez pareció que tenias.
¡PERO TU DE QUE LADO ESTÁS!
Del mas patético, no te preocupes siempre estaré contigo.
Rechino los dientes, los odio, a los dos.
Nos miramos con odio, bueno yo le miro con odio, el con diversión.
Luchamos por el control de la casa.
Por el mando a distancia.
El agua caliente.
Él último helado del frigorífico.
Cosas muy importantes.
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