Estoy acompañando a Jennie comprar su vestido.
Se ha probado varios que la hacen ver hermosa. Es decir, resaltan su belleza.
—¡Ven! ¡Ayúdame! —Jennie me llamó desde el vestidor.
No se imaginan la sonrisa de felicidad que se formó en mi rostro.
Entré al vestidor y estaba Jennie con el vestido hasta la cintura mostrando su sostén negro.
— No tengo idea como entró, ahora no puedo sacarlo— explicó.
— Déjame ayudarte.
<<Quiero arruinar nuestra amistad, deberíamos ser amantes en su lugar>>
Me acerqué a ella que se había sentado y comencé a jalar el vestido desde abajo.
Después de unos segundos el vestido salió y ella quedó en ropa interior. Mis ojos estaban bastante abiertos y mis mejillas sonrojadas.
— T-tienes un hermoso cuerpo... —susurré sin pensarlo y Jennie escuchó.
Comenzó a reír y yo me encogí avergonzada.
— ¡hey! También tienes un hermoso cuerpo. Eres preciosa.
Oh, oh. Mi rubor ha aumentado.
—¿Qué cosas dices? ¡Yo soy plana! — reí avergonzada —.
— Las planitas son las más bonitas— bromeó.
Ambas reíamos cuando entonces sentí como una mano tocaba mis pechos.
— Pues no eres tan plana, comparada a mi amiga Lisa— siguió apretando mis pechos ¡¡Este el mejor día de mi VIDA!!—.
Obvio, yo aproveché y también toqué tímidamente sus casi desnudos pechos.
— Tu tienes más que yo.
—Huh, Quién sabe— soltó mis pechos y se encogió de hombros—. Llevaré el segundo vestido que me probé...— Jennie hizo una pausa y me vio fijamente — Me gustaría verte algún día vestida de blanco.
Yo reí cansada. No me veía casándome con alguien además de ella.
<<No sé cómo decir esto, porque realmente eres mi mejor amiga>>