Deku se encontraba algo ansioso, había sido arrastrado a esa área en contra de su voluntad, pero Mei insistía en que él debía de ser quien probara a sus bebes ese día, Deku se quería negar, huir y esconderse tras Iida quien tal vez podría servir incluso de sacrificio y tomar su lugar.
Pero no, este intuyo con anticipo las intenciones de Mei cuando la vio aproximarse a ambos, fue más inteligente y fingió que Uraraka lo llamaba, huyo olímpicamente de ahí.
Ahora el pecoso se hallaba en medio de una pila de objetos que la chica de pelo rosa pretendía obligarlo a utilizar.
Estuvo ahí al menos cuatro horas, incluso faltaba poco para el toque de queda y ya no podrían seguir en esa área, pero esta parecía no querer dejarlo ir, tenía que aprovechar cada segundo donde podría utilizar al portador del one for all como conejillo de india.
—Mei ya es tarde, incluso ya anocheció, además mañana es fin de semana, deberíamos dejarlo aquí.
Llevaba puesto una armadura que la chica había diseñado, unas botas, guantes, casco, collar — que parecía una especie de gargantilla — lentes y un cinturón, la chica se giró a él con emoción cargando consigo el montón de planos de cada objeto.
—¡Pero aun no terminamos! Además, la escuela es segura, los profesores son conocedores que suelo volver muy tarde a mi dormitorio.
El pecoso suspiro por ello, estaría ahí tal vez otro par de horas, estaba resignado para ese punto, de pronto su celular sonó, era un mensaje de Iida indicándole que, de llegar tarde, sería una gran falta de responsabilidad, y como buen delegado se lo informaría a Aizawa sensei.
Izuku juraría que no creyó poder quitarse esas cosas tan rápido. Dejando a la chica lloriqueando porque sus bebes fueron lanzados sin pudor y su conejillo de indias corrió como si fuera perseguido por un depredador.
Llego al área de dormitorios y en el camino mensajeaba a Iida que pronto llegaría y que no sería necesario llamar a su profesor, bloqueando la pantalla de su celular vio su reflejo, aun llevaba el collar que Mei le había puesto.
—Ya es tarde, se lo devolveré mañana.
Pero cuando trato de quitárselo, no supo cómo lo activo, pero todo oscureció, sintió como si sus huesos se reacomodaran de manera veloz, no fue doloroso como uno creería, fue más bien un cosquilleo por todo su cuerpo.
Se giró aturdido y vio su celular roto en el suelo, de nuevo su mama lo regañaría por romperlo, ¿Cuántos iban? Vaya que estaría en problemas, trato de tomarlo, pero grito con lo que vio, más bien, maulló.
Era una patita, no era su mano, era una esponjosa y suave patita de minino la que veía, se tocó la cara, era peluda, suave y esponjosa, trato de volver a quejarse de nuevo, pero solo un suave maullido salió de su boca, bueno, ahora hocico.
Se movía con torpeza, era un descontrol con sus pequeñas patitas, su cuerpo dolía, trataba de caminar, pero era muy difícil el controlar cuatro patas, de pronto se comenzó a percatar de sus nuevas habilidades.
Veía a su alrededor, su visión nocturna le mareaba hasta cierto punto, le era raro, sus oídos le aturdían todos los ruidos que lograba escuchar gracias a sus tímpanos felinos.
Miraba hacia todos lados desesperado, buscaba de alguna forma tranquilizarse, comenzó a correr con torpeza, maullaba ansioso, no sabe con cuantas cosas choco, se tropezaba y golpeaba, quedo peor que en un entrenamiento de Aizawa.
Logro llegar a unos metros del jardín de su dormitorio, gruño algo resignado quedando tendido sobre el suelo, tardaría en acostumbrarse a ese cuerpo, más bien, quería volver a la normalidad, con su pata trasera trataba de quitarse ese collar que fue lo que seguramente lo provoco.
Pero, ya no lo llevaba puesto, de pronto escucho las palabras de Mei en su mente, le pregunto qué hacía cuando se lo puso y esta fue clara.
"No lo actives, solo funciona una vez, debes usar el otro que lo contrarresta y no recuerdo donde lo puse..."
Gruño, cubrió su rostro con sus patitas, estaba cansado, tenía frio, y no solo eso, ser un minino en el jardín con la oscuridad de la noche era algo aterrador.
Sin aviso previo y como si el destino se empeñase a joderlo, comenzó a llover, no era una tormenta o algo parecido, pero ese cuerpo ahora felino que tenía, le provocaba una sensación de repudio al agua que tocaba su pelaje, se sentía helada.
Escucho unos pasos los cuales llamaron su atención, maulló de nuevo, rogaba que fuera uno de sus compañeros, más especifico Koji, de ser el, su predicamento daría fin, pero no se esperó encontrarse con esa persona, de todos los diecinueve alumnos de la clase A que pudo encontrarlo tuvo que ser el, incluso Shinso del departamento de estudios generales era buena opción.
—¿Qué haces aquí bola de pelos?
Era Kacchan, de todos tenía que ser Kacchan, lo vio inclinarse a él, esperaba un grito, una explosión, tal vez unos insultos, pero solo recibió una caricia en la cabeza, fue suave y su mano era bastante cálida.
¿Qué mierda?
—¿Cómo carajos llegaste aquí? Maldita UA y su pésimo sistema de seguridad.
Sintió como con delicadeza lo alzo y acomodo entre sus brazos, parecía mirar a su alrededor como si buscase a su dueño o algo parecido, entre todos los de la clase, Deku era el más extrañado por el comportamiento de su amigo de la infancia, ver a Kacchan con ese semblante tan tranquilo era oro puro.
—Parece no haber nadie, no puedo dejarte aquí, vendrás conmigo, pero primero...
Deku se sonrojo con levedad, Kacchan lo había metido dentro de su sudadera, se hallaba pegado al pecho de este y lo dejo acurrucarse entre sus brazos, como llevaba una sudadera algo grande lograba disimular al minino en su pecho.
—No hagas ruido, los idiotas de mi clase se volverán locos si te ven.
Deku solo maulló afirmando, a lo que Kacchan suspiro y acaricio su orejita con suavidad, con eso subió el cierre de su sudadera y comenzó a caminar al dormitorio.
Seguía muy confundido, no lograba procesar lo que estaba pasando, escucho de pronto algunas voces, por sus oídos felinos retumbaban en su cabeza, las voces de sus compañeros eran muy claras.
De pronto se escondió aún más entre los brazos del rubio cuando escucho la voz de su amigo casi gritarle al oído.
—¡Bakugou, no son horas para que estuvieras afuera, el toque de queda casi inicia! Es indignante la irresponsabilidad...
—¡Cierra la boca, bastardo! Ya estoy aquí así que deja de joder...
Sentía los pasos pesados que el rubio daba, escucho el elevador y por fin hubo silencio, el rubio abrió la cremallera y dejo que su cabecita se asomase. Parecía querer cerciorarse que el minino estuviera bien.
Escucho el elevador abrirse y los pasos de Kacchan comenzaron, lo escucho bufar y como sacaba su llave y abría la puerta de su habitación.
—¡BakuBro...!
—¡Ahora no!
Entraron y escucho la puerta del rubio ser azotada, era la primera vez que estaba en la habitación de Kacchan, este abrió su cierre y lo dejo ver, la luz lo lastimo con levedad al estar a oscuras anteriormente, era una habitación sencilla, bastante ordenada con algunos objetos decorándola.
Lo coloco sobre su cama con delicadeza, Deku aprovecho que este tenía un espejo al costado, camino sobre las sabanas hacia él, ignorando a quien sabe dónde se dirigió el rubio.
Se vio en este, su pelaje era bastante oscuro, pero se notaba el reflejo verde que suele tener, inclusos sus ojos de minino eran grandes y verdosos, maulló resignado por esa nueva y extraña forma que había adoptado.
Escucho sus pasos aproximarse y vio tras el espejo al rubio caminar hacia él, se giró y este lo tomo en brazos, sentándose en su cama coloco al minino en su regazo con cuidado, traía una toalla para secarlo y lo que parecía un cepillo.
—No te voy a lastimar idiota.
Le sorprendía un poco como este le hablaba creyendo que le entendía, bueno, si lo hacía, pero Kacchan no tenía ni la menor idea de que el gato entre sus brazos, el cual secaba y cepillaba se trataba de su eterno rival.
Deku estaba seguro que se encontraría con un rostro de pánico, pero es que ese cepillo era una maravilla, cuando menos lo pensó, comenzó a ronronear, vaya que era raro, era involuntario, pero eso se sentía bastante bien.
Pero no podía dejarse llevar, no en absoluto, porque debía enfocarse en lo importante, tratar de que, aunque fuera Kacchan, supiera quien era en realidad y le ayudase a volver a la normalidad.
Pero ahí estaba el primer fallo de su plan, era Kacchan de quien hablábamos, no solo eso, si este sabía que era Deku a quien trato y actuó tan calmado frente a él, si, en definitiva, estaría muerto.
Interrumpiéndolos, la puerta fue tocada, pero al par de veces, vio a Kirishima entrar, su pelo se erizo por la sorpresiva entrada del pelirrojo, como si estuvieran haciendo algo malo y hubieran sido descubiertos.
—¡Bakugou...!
—¿Qué mierda quieres bastardo? Te he dicho que no entres como si fuera tu puta habitación.
—Lo siento, pero te quería pedir...
Kirishima había cerrado la puerta detrás suyo, sin consentimiento o permiso se adentró y aproximo al minino en las piernas de su amigo, se arrodillo para quedar a la altura del animal y encararlo, lo tomo de los mofletes y acaricio entre sus bigotes.
—¡Un gato!
—¿No en serio? Creí que era una jirafa.
Kirishima hizo un puchero ofendido, Deku dio un maullido tratando de llamar su atención, pero este parecía demasiado concentrado en jugar con sus felinas mejillas.
—No creí que adoptaras uno tan pronto.
—No es eso idiota, lo encontré en la entrada de los dormitorios, estaba todo sucio y parecía perdido, además comenzó a llover...
Bakugou lo hizo a un lado y dejo sobre la suave cama, se encamino a guardar el cepillo y dejar la toalla en el baño, Kirishima parecía aún muy concentrado jugueteando con sus mejillas, mierda que se sentía bien.
—¿Qué harás con él?
—No puedo echarlo a la calle, se ve que es un inútil y no sobrevivirá solo, tal vez lo botaron.
—Tan varonil como siempre, pues ya es algo tarde, quería tus notas de la clase de inglés.
—Como quieras...
Kacchan tomo su cuaderno de notas y se lo paso a Kirishima el cual sonrió agradecido por ello, mientras tanto Deku continuaba con ese semblante algo confundido por ver como estos dos conversaban de manera tan fluida.
Al conocer a Kacchan desde tan pequeños, un poco de envidia lo invadió.
—¡Auch!
—Creo que no le agradas...
Lo hizo, y vaya que se dejó llevar, sus instintos lo dominaron y termino mordiendo a Kirishima el cual se alejó de él, algo temeroso a recibir otra mordida certera del minino.
¿Cómo no morderlo? Kacchan y el parecían ignorar el hecho que había un gato de verdoso pelaje junto a ellos y se mofaban con su buena amistad frente al pecoso, Kacchan por otro lado solo sonrió de lado, mentiría si no diría que le agrado el gesto agresivo del minino.
Se sentó de vuelta en su cama y tomo al felino entre sus manos y volvió a sentar en su regazo mientras paseaba sus dedos en la barbilla de Deku, mierda que se sentía tan bien.
—Yo no le hice nada... es igual que con Lord Explosión...
—No, a él no le agradaba nadie...
—Solo tú y veo que a este también le agradas ¿lo conservaras?
¿Conservarlo? Kacchan quería quedarse con él, ¡JA! Solo quería que se diera cuenta que era el mismísimo Midoriya Izuku quien estaba entre sus brazos, tal vez sería arrojado por la ventana, bendecido sea ser un gato que caería parado.
De pronto Izuku comenzó a pensar más a fondo la conversación, pero antes de poder hacer especulaciones, Kacchan había gruñido con levedad.
—Eso no te importa, ahora lárgate, ya me dio sueño.
Kirishima solo rio y se retiró sin más que decir, Deku se volvió a girar al rubio quien lo dejo de nuevo sobre su cama, parecía preparado para vestirse, lo cual hizo que el minino girase la mirada.
No había nada que no hubiera visto ya en los vestidores o baños, pero no quería verse como un acosador o algo, simplemente espero a que acabase y supo que fue así cuando este apago la luz y lo tomo de nuevo en brazos.
Kacchan se recostó en su cama boca arriba y acomodo al minino sobre su pecho, este lo veía con curiosidad aun sin saber cómo digerir ese comportamiento calmado de su amigo de la infancia.
Lo escucho bostezar mientras continuaba acariciando su pelaje, parados los minutos se percató que este dormía, ¿Ahora qué? Tenía dos opciones, quedarse ahí y esperar lo mejor, o arriesgarse a huir y llegar a con Mei para que resolviera el problema.
Pero ahí recaía uno mayor, la puerta y ventana estaba cerrada, además mañana era sábado, Mei solía encerrarse en el taller y no abrir hasta el lunes donde debía volver a clases.
Buscar a Koji y decirle lo que estaba pasando, pero tenía que ser cuidadoso, porque si otro de sus compañeros lo veían antes, sería el mismo problema que con Kacchan, este podía de igual forma apropiarse de él.
No es que no le estuviera agradecido, estaba hace unos momentos tirado sin rumbo, bajo la lluvia, adolorido y sucio, Kacchan fue... aunque para Izuku sonase sumamente extraño usar ese término en él, Kacchan fue amable.
¿Sería acaso todo esto un sueño loco? Tal vez, eso debía explicar todo, dormiría y despertaría en su cómoda cama, o en la enfermería, ambas eran buenas opciones.
Holi~
Después de un tiempo decidí publicar un fic KatsuDeku, me encanta la idea de Deku minino, originalmente había pensado en hacer a Kacchan quien se convirtiera en gato, pero me gusto más la idea de que fuera Deku.
Mi headcanon, es que a Kacchan le gustan los gatos, o al menos le agradan, ¿Por qué habla tanto? En lo personal yo hablo mucho con mis gatos y conozco muchas personas que lo hacen, me pareció un buen detalle, así incluso se explicaría más las cosas.
Espero les guste esta nueva historia, los amo bye .3. ♥