Yoongi frunce el ceño incluso antes de sentir el punzante dolor en lo más profundo de su sien. Cierra los ojos con fuerza y se lleva las manos a la cabeza, intentando calmar la molesta sensación que no tarda en atribuir a la resaca. Nunca le ha sentado bien el alcohol y tras mucho tiempo sin reafirmarlo, vuelve a estar completamente seguro de ello.
Con más minutos de los que habría necesitado una persona en condiciones normales, consigue ponerse en pie y anudarse una bata antes de salir al salón, medio intrigado por las voces que vienen de ahí. Abre la puerta y se encuentra con la imagen de su novio y el amigo adolescente de su novio, comiendo en ropa interior en su cocina. Este último está incluso sentado encima de una mesa, de la mesa en la que él desayuna todas las mañanas.
- ¡Al fin despiertas! —se tapa los oídos con molestia y camina hacia Jimin, intentando ignorar a la otra persona presente. — Estaba esperando a que vinieras —parece imposible y termina con el mocoso, casi tan alto como él, frente a sus narices alzando un bote de mermelada. — Se ha terminado y no encuentro otro.
- ¿No tenías más en un armario? —se gira hacia Jimin y le fulmina con la mirada, pero no recibe ni un atisbo de compasión por parte del menor, quien alza su ceja esperando aún una respuesta.
- Sí, sí... —se frota la frente y señala un pequeño cajón bajo el microondas— ahí hay.
- ¡Genial, muchas gracias profesor! —Yoongi rueda los ojos, intentando ignorar todo lo que acaba de salir de la boca de ese chico y va a tomar asiento junto a Jimin, quien está tranquilamente mojando una galleta en su leche. — ¡Aquí no veo na... oh, espera... ¡aqu- ah,no. Estás no me gustan... pero juraría que acababa de ver... ah... ¡aquí estás! ¡Aquí está, ya la tengo Jimin!
El rubio alza un dedo pero también ignora mayoritariamente todo lo que suelta a su amigo, quien no ha tardado ni medio instante en sacar pan y ponerse a untar mermelada en él. Yoongi aparta la vista, intentando hacerle también en menor caso posible y agarra una galleta de las que Jimin tiene, dándole un mordisco sin mucho entusiasmo.
- Me duele horrores la cabeza... —se queja en voz baja, frotándose las sienes sin ninguna delicadeza. Cierra los ojos y vuelve a llevarse otro trozo de galleta a la boca, ignorando si es posible que una esté más seca que la otra.
- No me extraña —Jimin moja una de sus galletas en la leche y la acerca a los labios del mayor, quien la disfruta mucho más que la anterior.
- ¿Bebí mucho? —pregunta antes de tragar.
- Jamás pensé que fuera a presenciar algo así —Taehyung aparece por la espalda del adulto, con un plato enorme de tostadas llenas de mermelada de diferentes sabores. Ofrece una a Yoongi, quien la agarra bastante agradecido, aunque le siga resultando molesta su presencia. — Hoseok tuvo que traernos a todos a tu casa porque no quería dejar que Jimin se ocupara él solito de ti.
- Podría haberme ocupado yo solito de ti —interviene el rubio por el fondo, aunque no tarda en bajar la vista de nuevo a su taza y seguir mojando otra ronda de galletas en ella. — Pero Tae tiene razón.
- Podrías ser maestro en el arte de la ebriedad —Yoongi mira de reojo a Taehyung, y cuando este le sonríe amigablemente, suelta un bufido y aparta la vista, agarrando una galleta y mojándola en la taza de su novio.
Poco a poco su estómago se va asentando y su paladar empieza a descubrir otros sabores que no conduzcan al vómito. Mientras Yoongi se termina el desayuno, Jimin se levanta a por otra taza y más galletas, y Taehyung desaparece con el plato de tostadas.
- Espero que no sea mi habitación a donde se dirige —increpa el adulto cuando su novio toma asiento de nuevo a su lado. Jimin sonríe y niega. — ¿Dormiste conmigo o dormiste con él en la de invitados?
- Dormí contigo —deja un beso en su mejilla y agarra una galleta, partiéndola en dos y ofreciéndole una mitad al mayor. — Taehyung durmió con Hoseok.
- Oh — ambos mojan la galleta a la vez, pero cuando Yoongi procesa lo que acaba de escuchar, se incorpora y su galleta completamente mojada se cae y salpica a los dos. — ¡Joder! —desabrocha su bata y se pone en pie, intentando limpiar el estropicio de su prenda. — ¿Qué has dicho?
- ¿Sabes que te queda muy sexy esa bata cuando te la quitas? —Yoongi, quien la tiene colgando de un brazo, inspeccionándola en busca de las tropecientas gotas de leche que le han caído encima, le mira alzando una ceja. Jimin le mira fijamente y por un segundo casi olvida el tema, pero dos voces saliendo del cuarto rompen cualquier oportunidad de que eso ocurra.
Taehyung sale del cuarto, con una tostada en la boca y dos en la mano izquierda, además de estar intentando subirse la cremallera de su abrigo mientras camina. Hoseok, le persigue a su espalda, a medio vestir y con una cara de desconcierto que saca un par de carcajadas al rubio de la habitación, quien finge ignorarles y seguir comiendo el desayuno. Yoongi por el contrario mira a su amigo con la boca abierta, incrédulo de lo que sus ojos están viendo.
- ¿Pero ya te vas? —pregunta el adulto. Taehyung asiente y se acerca, señalando con la barbilla la cremallera que aún no hay conseguido terminar de subir. Hoseok, como si estuviera programado, le ayuda de inmediato y sigue sus pasos a una corta distancia. — ¿Ya? ¿Ni siquiera vas a desayunar con nosotros?
- Heh quebadoh —responde el menor con la boca llena. Finalmente agarra el trozo, le da un mordisco y traga, sonriendo con agrado.
- Espérame un momento y te llevo aunque sea —insiste el mayor.
- No hace falta —le da otro mordisco y lo restante se lo mete en la boca al contrario, quien casi no lo ve venir y tiene que sujetar el trozo con ambas manos para que no caiga al suelo. — ¡Noh vehmoz!
- ¡EHPER-... —la puerta se cierra en las narices de Hoseok antes de que pueda terminar la palabra. Todo su rostro cae y baja los hombros desanimados, sacándose la dulce restante tostada de su boca. Mientras se gira, le da un bocado en mejores condiciones, pero cuando se topa con la cara de su amigo, juzgándole de brazos cruzados, le es imposible tragar. — O-oh... b-buenos días, Yoon.
- Buenos días para ti... —murmura Jimin por el fondo entre risas.
- Dime que no te lo has tirado —se pone en pie y lo poco que quedaba de la bata cae al suelo. El pelinegro rueda los ojos y lo aparta con el pie, indiferente, mientras su joven pareja clava sus ojos en el ajustado boxer azul que lleva puesto mientras sigue comiendo galletas.
- Te voy a contar lo que sucedió... —Hoseok deja la tostada, toda baboseada, en la mesa y se aleja un par de pasos, sentándose en el extremo. Sonríe incómodo y cruza los dedos antes de seguir hablando. — la cosa es que bebiste mucho.
- Eso ya lo sé.
- Y Jimin quería cogerse un taxi e ir contigo, pero yo —agarra de nuevo la tostada y le da un diminuto mordisco, intentando que no llame mucho la atención. — yo, que soy un fantástico amigo, no dejé que se marchara solo.
- ...
- Porque ibas fatal.
- Lo he pillado.
- Ibas realmente mal.
- Lo he cogido, Hoseok —se queja el pelinegro, suspirando con fuerza. Su amigo traga saliva y prosigue, aunque no sin antes dar un mejor mordisco a su tostada. — Te he preguntado que, si habéis tenido sexo, solo eso.
- Peeeeero, aún no hemos llegado a esa parte.
- Eso significa que existe esa parte —susurra Jimin, inclinándose al oído de su pareja y sonriendo divertido con la situación.
- ¡Te dije que no te acostaras con mis alumnos! —le lanza tres galletas que rebotan contra el cuerpo del contrario y caen a la mesa. Este último, se termina la tostada de un mordisco y agarra las galletas, llevándoselas a la boca rápidamente y poniéndose en pie, a alerta de más disparos.
- Ya lo sé —Yoongi va a coger otra, pero Jimin las guarda entre sus brazos antes de que pueda acabar también con ellas. — Oye, técnicamente ya no son tus alumnos.
- Eso es verdad —interviene el rubio— y además —agarra la camiseta de su pareja y tira de ella, esperando que este vuelva a tomar asiento. Cuando lo hace, coloca las piernas encima de su regazo y le mete una galleta mojada en leche en la boca. — seguro que si alguno sale mal parado de aquí, no va a ser Taehyung.
- ¿Por qué dices eso? —Hoseok se acerca, pero al ver la cara de Yoongi, mantiene su curiosidad a un par de pasos. Jimin ríe y se encoge de hombros. — No será un acosador loco de esos...
- Te recuerdo que el que iba detrás de sus pies hace un minuto no era yo —Yoongi asiente serio por el fondo, pero sigue comiendo las galletas que su novio le ofrece, en silencio. — Y tranquilo, si acaso es todo lo contrario.
- Es que se ha ido muy rápido.
- Tenía una cita o algo.
- ¿Una cita?
- Había quedado con Jungkook y más gente para ir a una pastelería, creo.
- ¿U... una pasteleria? —Jimin asiente y da un trago a su taza, volviéndola a llenar al instante para dejar que Yoongi siga mojando más galletas. — ¿Me ha dejado aquí por unos bollos?
- Por un pastel de limón en realidad.
- Yo te dejaría aquí por una cáscara de limón —añade el mayor sin vergüenza alguna, cada vez disfrutando más de su desayuno y la conversación de fondo. — Y te lo mereces, por enrollarte con un niño.
- Tú te has enrollado con un niño —le recrimina indignado.
- Pues te lo mereces por copiarme, yo que sé —responde con cansancio, rodando los ojos y mojando una última galleta en la leche. Jimin está rebuscando más comida por los cajones, así que aprovecha y se pone a recoger todo. — Y cuanto antes te vayas mejor, porque me duele la cabeza y si pierdo los estribos serás el primero en caer.
- Oh, muy bonito —Hoseok rueda los ojos pero mientras habla, se dirige a la habitación de invitados. — Yo trayéndote sano y salvo a casa, cuidando de los tuyos como si fueran míos, preocupán-
- Te has tirado a Taehyung.
- ¡Como si tú no lo hubieras hecho! ¡O-osea, como si no hubieras hecho lo mismo con otro!
- ...
- Da igual, maldita sea —agarra su cinturón, que se le cae de las manos en el camino, y cierra la puerta indignado.
Cuando ambos se quedan solos en la cocina, Jimin estalla en risas, pero Yoongi suspira con cansancio. El rubio sonríe y deja un beso en la cabeza de este, ofreciéndole el hombro para que se apoye. Ninguno media palabra por un buen rato, incluso siguen comiendo en silencio cuando Hoseok se marcha del piso indignado, dejándole mensajes en el buzón de voz a quien supusieron que sería el castaño. Todo se mantiene en silencio hasta que un ruido proveniente de la habitación del baño les pone en alerta.
- ¿Qué? —Yoongi se pone en pie y va directo hacia el sonido — No me digas que aún queda más gente a la que echar... —cuando sale, lleva un pequeño móvil en su mano, que cuando Jimin va corriendo y lo agarra, parece mucho más grande. — Por un momento pensé que también nos habíamos traído a el otro mocoso.
- ¿Jungkook? —habla mientras teclea— Fue el último en marcharse. Creo que llamó a un amigo para que le recogiera.
- Seguro que se puso incluso peor que yo —ríe el adulto en voz baja, imaginando al pelinegro quedando en ridículo como un adolescente borracho, más por la cara de Jimin, no debió acertar en ninguna idea.
- Nadie se puso peor que tú —responde serio — y para que lo sepas, estuvo cuidando más de ti que tu propio mejor amigo. Y rechazó venirse con todos porque no quería ocupar espacio de más en el coche, lo cual fue un detalle teniendo en cuenta como te tumbaste nada más ver los sillones traseros.
- ...
- Y no solo eso.
- ¿No solo eso? —Yoongi frunce el ceño, temiendo que continúen las alabanzas del chico que en tan mal lugar le están dejando a él. — ¿También te limpió los zapatos y preparó una tarta mientras yo vomitaba? —Jimin alza una ceja y Yoongi rueda los ojos, incapaz de adaptarse a la seriedad con la que trata el asunto su novio.
- Se contuvo y no tomó absolutamente ninguna foto con la que poder chantajearte después —incluso Yoongi se impacta al escuchar esas palabras, sorprendido y agradecido a partes iguales, pues es algo que a él le habría costado horrores cumplir, y sobretodo cuando era adolescente. — Y no limpió o hizo nada mientras vomitabas porque estuvo contigo ayudándote.
-...
- Desagradecido —añade en voz baja.
- ... —Yoongi, aún impactado con lo que está escuchando, se deja caer sobre el sillón con desánimo. Jimin ríe y toma asiento, sentándose de rodillas, apoyándose sobre los pies. — Ese niño trama algo.
- ¿Ah?
- Te lo digo, trama algo.
- Oh, vamos —Jimin golpea su brazo bromeando y niega — no puedes aceptar que un chico al que doblas la edad haya aguantado mejor una fiesta que tú.
- Sabes que no digiero bien el alcohol —responde ofuscado sin mirarle — y yo sé que trama algo. Seguro que intenta dejarme en mal lugar para quedar por encima de mí.
- ... —Jimin frunce el ceño y espera un par de segundos a que prosiga, pero ahí parece terminar la explicación, por lo que se ve forzado a preguntar. — ¿La intención de Jungkook es quedar por encima de ti, su exprofesor de literatura veinte años mayor que él?
- Por encima de tú novio.
- ¿Qué? —Jimin suelta una carcajada y luego le pega con el primer cojín que encuentra. — Te he dicho que pares de repetir esas cosas, hablo en serio.
- Como tú digas.
- Podría llamar ahora mismo y demostrártelo.
- No creo que sea necesario —sonríe y le quita el móvil lentamente de las manos. Después de todo, tampoco quiere salpicarse con el tema, aunque sepa de sobra que tiene razón. — Pero si le llamas, agradécele de mi parte lo de la fiesta.
- Deberías agradecérselo tú mismo, Yoongi.
- Si se lo agradezco yo, probablemente termine con un 'no sé qué intenciones tienes con mi novio, pero te aviso, ni se te ocurran organizar planes que tengan que ver conmigo o con alcohol'
- ¡Yoongi!
- Ya lo sé, es broma —rueda los ojos y rodea con un brazo el más joven, volcándole sobre su regazo. — sé que tal estúpida idea solo podía haber salido de tu preciosa cabecita.
- No sé si enfadarme por lo de estúpida o alegrarme por lo de preciosa —responde mirándole afilando la los ojos, mirándole desde abajo, agarrado a su brazo y tirado encima suya. — pero me da igual porque tengo que prepararme.
- ¿Prepararte? —Jimin hace el amago de levantarse, pero Yoongi le agarra de la muñeca y da un suave tirón para que caiga encima suyo. — Pero necesito que me cuides... —le agarra de la cintura y aprovecha que tiene la nuca del menor a medio centímetro para dejar un suave beso en ella.
- Tengo que ir a la papelería a recoger unos libros.
- Luego te llevo yo, no te preocupes —sigue dejando besos mientras habla y cuela las manos en el interior de la camiseta del menor, provocándole un escalofrío al contraste del contacto. — y podemos ir al cine.
- ¿Ahora?
- No, luego —deja un mordisco en el cuello y se incorpora al instante, agarrando la barbilla del rubio con suavidad y girándola lo suficiente para tener los labios frente a los suyos. — Ahora tengo otra cosa pensada.
- ¿Lavarte los dientes y dejar que te acompañe en la ducha? —responde Jimin, arrugando la nariz entre maliciosas risas. Yoongi sonríe de lado, alza una ceja y sin previo aviso, se pone en pie, cogiendo al contrario a los hombros como si de un saco de patatas se tratara. — ¡Oye!
El móvil de Jimin cae en el sofá, y si tuviera ojos podría observar como la pareja desaparece entre sinceras risas tras la puerta del baño.