Tientame al amanecer [EunHae]...

By RubiLaArruinaFirmas

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Hyukjae era todo lo que Donghae había jurado evitar. Donghae Hathaway ama a su familia poco convencional, aun... More

Advertencia
Capítulo 1
Capítulo 2
Capitulo 3
Capitulo 4
Capitulo 5
Capitulo 6
Capitulo 7
Capitulo 8
Capitulo 9
Capitulo 10
Capitulo 11
Capitulo 12
Capitulo 13
Capitulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capitulo 17
Capitulo 18
Capitulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Epílogo

Capitulo 19

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By RubiLaArruinaFirmas

Le había tomado la Sra. Dara Clifton tres meses de dedicada búsqueda antes de seducir finalmente a Kyuhyun, el Señor Ramsay. O, más exactamente, estar a punto de seducirlo. Como la joven esposa de un distinguido oficial de la marina británica, era con frecuencia se dejada a su suerte mientras su marido estaba fuera en el mar. Dara se había acostado con todos los varones de Londres con los que valiera la pena acostarse, excluyendo un puñado de aburridamente fieles casados, por supuesto, pero entonces ella había oído hablar de Ramsay, un varón supuestamente tan sexualmente audaz como ella misma.

Kyuhyun era un varón de tentadoras contradicciones. Era un varón guapo, de cabello oscuro y ojos cafes, con un atractivo limpio y sano... y, sin embargo, se rumoreaba que era capaz de escandalizar al libertinaje. Era cruel pero amable, rudo pero perspicaz, egoísta pero encantador. Y, por lo que había oído, era un amante muy bien dotado.

Ahora, en el cuarto de Kyuhyun, Dara se quedó en silencio mientras él la desnudaba. Se tomó su tiempo para desabrochar la hilera de botones en la espalda. Pasando la mano por detrás, dejó que el dorso de su mano acariciara sus pantalones. La sensación de él en su mano la hizo ronronear.

Ella lo oyó reír, y él quitó a un lado la mano exploratoria.

- Paciencia, Dara.

- Usted no puede saber cuánto he esperado esta noche.

- Eso es una pena. Soy terrible en la cama. - Suavemente extendió su vestido abierto.

Se estremeció al sentir el movimiento exploratorio de sus dedos en la parte superior de su superior.

- Estás bromeando, mi señor.

- Usted va a averiguarlo pronto, ¿no es verdad? - Echó a un lado los mechones de pelo de su nuca y la besó en allí, dejando que su lengua cepillara de la piel.

Ese ligero toque erótico causó que Dara jadeara.

- ¿Alguna vez habla en serio acerca de algo? - Ella le preguntó.

- No. He descubierto que la vida es mucho más amable con la gente superficial. - Girándola, Kyuhyun la atrajo contra su alto y musculoso cuerpo.

Y en un largo y lento beso ardiente, Dara se dio cuenta de que por fin había conocido a un depredador más seductor y menos inhibido de lo que jamás había conocido. Su poder sensual, no era menos potente por estar completamente desprovisto de la emoción o ternura. Esto era un puro y desvergonzado acto físico.

Consumida en el beso, Dara dio un pequeño agitado quejido cuando se detuvo.

- La puerta - dijo Kyuhyun.

Otro golpe provisional.

- No haga caso de ello - dijo Dara, tratando de deslizar sus brazos alrededor de su cintura magra.

- No puedo. Mis siervos no me dejan ignorarlos. Créanme, lo he intentado.

Soltándola, Kyuhyun se fue a la puerta, abrió una grieta, y dijo secamente:

- Será mejor que haya un incendio o un delito en progreso, o juro que será despedido.

Otro susurro de la criada, y el tono de Kyuhyun cambió, dejando fuera el timbre arrogante.

- Buen Dios. Dile que voy a estar abajo en seguida. Sírvele un poco de té o algo. - Rastrillando su mano a través de las cortas capas de su cabello marrón oscuro, se dirigió a un armario y comenzó a buscar a través de una fila de chaquetas -. Me temo que tendrá que llamar a una criada para ayudarle a vestirse, Dara. Cuando esté lista, mis sirvientes se asegurarán de que usted sea acompañada hasta su transporte para regresar.

Su boca se abrió.

- ¿Qué? ¿Por qué?

- Mi hermano ha llegado de forma inesperada. - Pausando en su búsqueda, Kyuhyun le lanzó una mirada de disculpa sobre su hombro -. ¿Otra vez, quizá?

- Ciertamente no - dijo Dara, indignada -. Ahora.

- Imposible. - Sacó un abrigo y se lo puso -. Mi hermano me necesita.

- ¡Yo te necesito! Dile que vuelva mañana. Y si no la despides, nunca tendrás otra oportunidad conmigo.

Kyuhyun sonrió.

- Yo me lo pierdo, estoy seguro.

Su indiferencia excitó a Dara aún más.

- Oh Ramsay, por favor - dijo acaloradamente -. ¡Es poco caballeroso dejar a una dama deseando!

- Es más que descortés, cariño. Es un crimen. - El rostro de Kyuhyun se suavizó cuando se acercaba a ella. Tomándola de la mano, la levantó para besar el dorso de sus dedos uno por uno. Sus ojos brillaban con atracción - Esto no es ciertamente lo que había previsto para esta noche. Mis disculpas. Vamos a intentarlo de nuevo algún día. Porque, Dara... No soy realmente terrible en la cama. - Él la besó suavemente, y sonrió con calidez hábilmente fabricada, de tal manera que ella casi creyó que era real.

Donghae esperaba en la pequeña sala del frente de la terraza. A la vista de la forma alta de su hermano entrando a la habitación, se levantó y corrió hacia él.

- ¡Kyuhyun!

Él lo tomó en sus brazos. Después de un breve y fuerte abrazo, la mantuvo a la distancia de sus brazos extendidos. Lo recorrió con la mirada.

- ¿Has dejado Rutledge?

- Sí.

- Duraste una semana más de lo que esperaba - dijo, sin mala intención -. ¿Qué ha pasado?

- Bueno, para empezar - Donghae trató de sonar pragmática, aunque sus ojos se humedecieron -. Ya no soy virgen.

Kyuhyun le dio una falsa mirada avergonzada.

- Ni yo tampoco - confesó.

Una risa renuente escapó de el.

Kyuhyun buscó en su chaqueta por un pañuelo, sin tener éxito.

- No llores, cariño. No tengo pañuelo y, en cualquier caso, la virginidad es casi imposible de encontrar una vez que la has perdido.

- No es por eso que estoy llorando - dijo, pasando su mejilla mojada por el hombro de su hermano -. Kyuhyun... estoy en un embrollo. Tengo que pensar en algunas cosas. ¿Me llevas al Hampshire?

- He estado esperando que me lo pidieras.

- Me temo que tendremos que partir inmediatamente. Porque si esperamos demasiado, Hyukjae puede impedir que nos vayamos.

- Cariño, ni el mismo diablo podría impedir que te lleve a casa. Dicho eso... sí, vamos a ir de inmediato. Prefiero evitar la confrontación siempre que sea posible. Y dudo que Hyukjae Rutledge lo tome bien cuando descubra que lo has dejado.

- No - dijo enfáticamente -. Se lo tomará muy mal. Pero no me voy porque quiero terminar mi matrimonio. Me voy porque quiero salvarlo.

Kyuhyun sacudió la cabeza, sonriendo.

- Hay mucha lógica Hathaway en ti. Lo que me preocupa es que casi lo entendí.

- Verás...

- No, puedes explicarme toda una vez que estemos en camino. Por el momento, espera aquí. Voy a enviar por el conductor y a avisarles a los sirvientes para que preparen el coche.

- Lamento causarles problemas...

- Oh, ya están acostumbrados a ello. Soy el capitán de las salidas precipitadas.

Debe haber habido algo de verdad en lo que dijo Kyuhyun, porque un baúl ya estaba empacado y el coche fue preparado con una velocidad asombrosa. Donghae esperó en el salón hasta que Kyuhyun llegó a la puerta.

- Partiremos ahora - le dijo -. Ven.

Se lo llevó a su coche, un confortable y bien cuidado vehículo con profundos asientos tapizados. Después de arreglar algunos cojines en la esquina, Donghae se acomodó, preparándose para un largo viaje. Les tomaría la noche entera para llegar a Hampshire, y aunque las carreteras empedradas estaban en reparación decente, había muchos tramos en bruto.

- Siento haber llegado a ti a una hora tan tarde - le dijo a su hermano -. No cabe duda de que estarías durmiendo profundamente en este momento si yo no hubiera llegado.

Eso le produjo una sonrisa rápida.

- No estoy tan seguro de eso - dijo Kyuhyun -. Pero no importa, es hora de ir a la Hampshire. Quiero ver a Henry y a ese bruto despiadado con el que se casó, y tengo que comprobar cosas en la finca y los arrendatarios.

Donghae sonrió levemente, sabiendo lo mucho que Kyuhyun apreciaba a ese "bruto despiadado". Zhoumi se había ganado la gratitud eterna de Kyuhyun por haber reconstruido y gestionado la finca. Se comunicaban con frecuencia por carta, manteniendo dos o tres discusiones en cualquier momento dado, y bien disfrutando de acosarse el uno al otro.

Tomando la cortina de color marrón oscuro que cubría la ventana más cercana a el, Donghae la movió para echar un vistazo a los edificios rotos, fachadas de ladrillo cubiertas de grietas, y fachadas de tiendas maltratadas, todas ellas bañadas en la penumbra crepuscular de las lámparas de la calle. Londres durante la noche era desagradable, inseguro, sin control. Hyukjae estaba fuera en alguna parte. No tenía ninguna duda de que podía cuidarse a sí mismo, pero la idea de lo que podría estar haciendo, o con quién podría estar haciéndolo, la llenó de melancolía. El dio un gran y sonoro suspiro.

- Detesto Londres en el verano - dijo Kyuhyun -. El Támesis está convirtiéndose en un pozo de hedor este año. - Hizo una pausa, su mirada descansando sobre el -. Supongo que esa mirada en tu cara no es causada por la preocupación acerca de la sanidad pública. Dime en lo que estás pensando, hermanito.

- Hyukjae se fue del hotel esta noche después de... - Donghae se interrumpió, incapaz de encontrar las palabras para describir exactamente lo que habían hecho -. Yo no sé cuánto tiempo estará fuera, pero a lo mejor sólo estaremos a unas diez o doce horas por delante de él. Por supuesto, él podría decidir no seguirme, lo que sería bastante decepcionante, aunque también un alivio. Pero aun así...

- Él te seguirá - dijo Kyuhyun rotundamente -. Pero tú no tendrás que verlo si no lo deseas.

Donghae sacudió su cabeza en mal humor.

- Nunca he tenido sentimientos tan mezclados acerca de nadie. No lo entiendo. Esta noche, en la cama, él...

- Espera - dijo Kyuhyun -. Algunas cosas son mejores discutirlas entre donceles. Estoy seguro de que ésta es una de ellas. Llegaremos a la residencia Ramsay por la mañana, y tú podrás preguntarle cualquier cosa que quieras a Heechul.

- No creo que el sepa nada acerca de esto.

- ¿Por qué no? Él es un doncel casado.

- Sí, pero es... bueno... un problema varonil.

Kyuhyun palideció.

- Yo no sé nada de eso, tampoco. Yo no tengo problemas varoniles. En hecho, ni siquiera me agrada decir la frase "problemas varoniles".

- Oh. - Cabizbaja, Donghae sacó tiró una manta sobre sí misma.

- Maldita sea. ¿De qué "problema varonil" estamos hablando exactamente? ¿Tuvo problemas para izar su bandera? ¿O la bandera de cayó a media asta?

- ¿Tenemos que hablar de esto en sentido metafórico, o...?

- Sí - dijo Kyuhyun con firmeza.

- Muy bien. Él... - Donghae frunció el ceño mientras se concentraba en buscar las palabras adecuadas - ...me dejó mientras la bandera seguía volando.

- ¿Estaba borracho?

- No.

- ¿Dijiste o hiciste algo para que se vaya?

- Justo lo contrario. Le pedí que se quedara, y él no lo hizo.

Sacudiendo la cabeza, Kyuhyun revolvió en un compartimiento lateral junto a su asiento y maldijo.

- ¿Dónde demonios está mi licor? Les dije a los sirvientes que llenaran el transporte para el viaje. Voy a despedir el trasero de alguien.

- Hay agua, ¿no?

- El agua es para lavarse, no para beber. - Murmuró algo sobre una conspiración mantenerlo sobrio, y suspiró -. Uno sólo puede adivinar los motivos de Rutledge. No es fácil para un varón detenerse en el medio de hacer el amor. Eso nos pone en un demonio de un genio. - Cruzando los brazos sobre su pecho, la miraba especulativamente - Propongo la idea radical de preguntarle en realidad a Hyukjae Rutledge por qué te dejó esta noche, y discutirlo como dos seres racionales. Pero antes de que tu marido llegue Hampshire, es mejor que te decidas sobre algo, y eso es si vas a perdonarlo por lo que te hizo a ti y a Sehun.

El parpadeó sorprendida.

- ¿Crees que debería hacerlo?

- El diablo sabe que yo no lo haría si estuviera en tu lugar. - Hizo una pausa -. Por otra parte, yo he sido perdonado por muchas cosas por las que nunca debería haber sido perdonado. El punto es, si no puedes perdonarlo, no tiene sentido tratar de hablar de otras cosas.

- No creo que Hyukjae se preocupe por ser perdonado - dijo Donghae con tristeza.

- Por supuesto que sí. Los varones aman ser perdonados. Nos hace sentir mejor acerca de nuestra incapacidad para aprender de nuestros errores.

- Yo no sé si estoy listo - Donghae protestó -. ¿Por qué debo hacerlo tan pronto? No hay tiempo límite para el perdón, ¿no?

- A veces lo hay.

- ¡Oh, Kyuhyun...! - Se sentía aplastado bajo el peso de la incertidumbre y el dolor y la nostalgia.

- Trata de dormir - murmuró su hermano -. Vamos a tener dos horas, más o menos, antes de que sea el momento de cambiar los caballos.

- No puedo dormir por preocuparme - dijo Donghae, a pesar de que un bostezo ya había comenzado a superarlo.

- No tiene sentido preocuparse. Tú ya sabes lo que quieres hacer, simplemente no estás dispuesto a admitirlo aún.

Donghae se estableció más en la esquina, cerrando los ojos.

- Tú sabes mucho sobre las mujeres y donceles, ¿no, Kyu?

Había una sonrisa en su voz.

- Eso espero, con cuatro hermanos donceles. - Y él veló mientras Donghae dormía.

Después de regresar al hotel, borracho como una lechuza hervida, Hyukjae se tambaleó a su habitación. Había ido a una taberna, ostentosamente decorada con espejos, paredes de azulejos, y prostitutas caras. Había tardado aproximadamente tres horas de beber para colocarse a sí mismo en un estado adecuado de entumecimiento, antes de poder volver a su casa. A pesar de incontables avances y más de una mujer y doncel de pollera ligera, Hyukjae no hizo caso de ninguna de ellas.

Él quería a su esposo.

Y él sabía que nunca iba a suavizar a Donghae respecto a él, a menos que se disculpara sinceramente por haberlo alejado de Sehun Bayning. El problema era que no podía. Debido a que no estaba en lo absoluto arrepentido por lo que había hecho, sólo lamentaba que el no fuera feliz al respecto. Nunca se arrepentirá de haber hecho lo necesario para casarse con él, porque él era lo que más quería en su vida.

Donghae era todo buen, altruista, impulso que él nunca tendría. Él era cada pensamiento bondadoso, gesto amoroso, momento feliz, que él nunca conocería. Era cada minuto de sueño tranquilo que a él siempre se le escapa. De acuerdo con la ley del equilibrio universal, Donghae había sido puesto en el mundo para compensar por Hyukjae y sus maldades. Lo cual era probablemente la razón por la que, al igual que los opuesto de dos fuerzas magnéticas, Hyukjae estaba tan terriblemente atraído por él.

Por lo tanto, la disculpa no iba a ser sincera. Pero iba a ser ofrecida de todos modos. Y luego le pediría la oportunidad de comenzar de nuevo con él.

Rebajándose hasta el sofá estrecho, que odiaba con pasión, Hyukjae cayó en un borracho estupor que casi pasó por dormir.

La luz de la mañana, tan débil como era, entró en su cerebro como un estilete. Gimiendo, Hyukjae abrió sus ojos e hizo un inventario de su cuerpo maltratado. Estaba con la boca seca, agotado, y adolorido, y si había habido un momento en su vida en el que hubiera necesitado más una ducha que ahora, no podía recordarlo.

Entrecerró su mirada a la puerta de su dormitorio, donde Donghae aún dormía. Recordando su grito de dolor la noche anterior, cuando se había introducido en él, Hyukjae sintió una fría y enferma pesadez en la boca del estómago. El estaría adolorido esta mañana. El puede ser que necesite algo.

El probablemente lo odiaba.

Inundado de temor, Hyukjae se tambaleó desde el sofá y fue a su dormitorio. Abrió la puerta y dejó que sus ojos se acostumbraran a la penumbra. La cama estaba vacía. Hyukjae se quedó allí, parpadeando mientras la aprehensión se apoderaba de él. Se oyó murmurar su nombre.

En cuestión de segundos había llegado a la cabecera de la cama, pero no hubo necesidad de llamar a nadie. Como por arte de magia, Jongin estaba en la puerta del apartamento, sus ojos marrones alertas en su rostro serio.

- Jongin - Hyukjae comenzó con voz ronca - ¿Dónde está...?

- El señor de Rutledge está con Lord Ramsay. Creo que están viajando hacia Hampshire en este momento.

Hyukjae se puso muy, muy tranquilo, como siempre lo hacía cuando la situación era desesperada.

- ¿Cuándo se fue?

- Anoche, mientras usted no estaba.

Resistiéndose a la necesidad de matar a su ayudante donde estaba, Hyukjae preguntó en voz baja:

- ¿Y tú no me dijiste?

- No, señor. El me pidió que no lo hiciera. - Jongin hizo una pausa, viéndose momentáneamente aturdido, como si él tampoco pudiera creer que Hyukjae aún no lo había matado -. Tengo un coche y el equipo listo, si usted la intención de...

- Sí, tengo la intención. - El tono de Hyukjae era tan nítido como la huelga de un cincel a través del granito -. Empaca mi ropa. Me voy en media hora.

La ira permanecía cerca, tan poderosa, que Hyukjae apenas podía reconocerla como propia. Pero él dejó el sentimiento a un lado. Ceder a él no lograría nada. Su curso de acción por ahora era lavarse y afeitarse, cambiarse de ropa, y hacer frente a la situación.

Cualquier indicio de preocupación o contrición fue reducido a cenizas. Cualquier esperanza de ser amable o caballero se había ido. Él mantendría a Donghae, sin importa cómo lo haría. Se respaldaría en la ley, y cuando hubiera terminado, el nunca más se atrevería a dejarlo.

Donghae despertó de un sueño sacudido y se incorporó, frotándose los ojos. Kyuhyun dormitaba en el asiento frente a el, sus amplios hombros encogidos y con un brazo doblado detrás de su cabeza mientras se apoyaba en la pared de paneles.

Retirando la cortina un poco de una de las ventanas, Donghae vio a su amado Hampshire... bañado por el sol, verde y tranquilo. El había estado demasiado tiempo en Londres; se había olvidado de lo hermoso que el mundo podía ser. El transporte pasó a través de oleadas de amapolas y margaritas y vibrantes lavandas. El paisaje era rico en praderas húmedas y arroyos cristalinos. Un martín pescador azul brillante y unos vencejos se precipitaron por el cielo, mientras los pájaros carpinteros verdes sacudían los árboles.

- Casi llegamos - susurró.

Kyuhyun despertó, entre bostezos y estiramientos. Sus ojos se redujeron en un gesto de protesta mientras levantaba una cortina para ver el campo que pasaba.

- ¿No es maravilloso? - Donghae le preguntó sonriendo -. ¿Alguna vez has visto semejantes paisajes?

Su hermano bajó la cortina.

- Ovejas. Césped. Emocionante.

En poco tiempo, el transporte llegó a las tierras Ramsay y pasando la casa del guardián, que había sido construida de ladrillos grises y piedras crema. Debido a las amplias y recientes renovaciones, el paisaje y la casa tenían un nuevo aspecto, aunque la casa había conservado su encanto. La finca no era un grande; desde luego, nada comparada con la masiva propiedad vecina del Señor Westcliff. Pero era una joya, con tierra fértil y variada, con campos de riego por canales que extraía el agua de un arroyo cercano a los campos superiores.

Antes de que Kyuhyun hubiera heredado el título, la finca había caído en decadencia y mal estado, abandonada por muchos de los inquilinos. Ahora, sin embargo, se había convertido en una empresa próspera y progresista, en su mayoría debido a los esfuerzos de Zhoumi. Y Kyuhyun, aunque se sentía casi avergonzado de admitirlo, centraba su atención a la finca y estaba haciendo todo lo posible para adquirir la enorme cantidad de conocimientos necesarios para lograr que funcione de manera eficiente.

La Casa Ramsay tenía una alegre combinación de estilos arquitectónicos. Originalmente, había tenido un estilo isabelino, el cual había sido alterado a medida que las sucesivas generaciones le fueron injertando adiciones y ampliado las alas. El resultado era un edificio asimétrico con grandes chimeneas, hileras de ventanas de vidrio con plomo, y un tejado gris con caderas y bahías. Dentro, estaba repleto interesantes nichos y rincones, de habitaciones de forma irregular, puertas ocultas y escaleras, todo lo cual poseía un encanto excéntrico que se adaptaba perfectamente a la Familia Hathaway.

Las rosas florecientes abrazaban el exterior de la casa. Detrás de la casa, senderos blancos de grava llevaban a los jardines y huertos frutales. Establos y un corral de ganado se establecían en un lado de la casa, mientras que a más distancia había un patio de maderas en plena construcción.

El coche se detuvo en la unidad principal ante una serie de puertas de madera con incrustaciones de vidrio. Para cuando los sirvientes fueron a alertar a la familia de su llegada, y Kyuhyun hubo asistido Donghae a descender del vehículo, Henry ya salía corriendo de la casa. El se arrojó a los brazos de Kyuhyun. Él sonrió y lo atrapó fácilmente, balanceándola a su alrededor.

- Querido Donghae - Henry exclamó -. ¡Te extrañé terriblemente!

- ¿Y qué hay de mí? - Kyuhyun preguntó, todavía sosteniéndolo -. ¿No me has echado de menos?

- Tal vez un poco - Henry dijo con una sonrisa, y le besó la mejilla. El fue hacia Donghae y la abrazó -. ¿Cuánto tiempo te quedarás?

- No estoy seguro - dijo Donghae.

- ¿Dónde están todos? - preguntó Kyuhyun.

-Hangeng está visitando al Señor Westcliff en Stony Cross Park, Heechul está el interior con el bebé, Ryeowook está vagando por los bosques, y Zhoumi está con algunos de los inquilinos, dándoles conferencias acerca de nuevas técnicas de cavar.

La palabra llamó la atención de Kyuhyun.

- Yo sé todo sobre eso. Si no quieres ir a un burdel, hay algunos barrios de Londres que...

- Hoeing, Kyuhyun - dijo Henry -. Romper la tierra de labranza.

- Oh. Bueno, no sé nada sobre eso.

- Ya sabrás mucho de ello una vez que Zhoumi sepa que estás aquí. - Henry trató de mirarlo en forma seria, aunque sus ojos brillaban -. Espero que te comportes, Kyuhyun.

- Por supuesto que lo haré. Estamos en el campo. No hay nada más para hacer.

Suspirando, Kyuhyun se metió manos en los bolsillos y observó su entorno pintoresco, como si hubiera sido asignado a una celda en Newgate. Luego, con una desenvoltura perfectamente calibrada, preguntó

- ¿Dónde está Sungmin Marks? No lo mencionaste.

- Ella está bien, pero... - Henry hizo una pausa, obviamente buscando las palabras correctas. Él tuvo un pequeño contratiempo hoy, y está más bien molesto. Por supuesto, cualquier doncel lo estaría, teniendo en cuenta la naturaleza del problema. Por lo tanto, Kyuhyun, insisto en que no te burles de el. Y si lo haces, Zhoumi ya ha dicho que va a darle una paliza tal que...

- ¡Oh, por favor! Como si me importa algún problema de Sungmin Marks. - Hizo una pausa -. ¿Qué es?

Henry frunció el ceño.

- Yo no te lo diría, salvo que el problema es evidente y te darás cuenta inmediatamente. Verás, el señorito se tiñe el cabello, lo que antes no sabía, pero al parecer...

- ¿Se tiñe el cabello? - Donghae repitió sorprendido -. Pero ¿por qué? El no es viejo.

- No tengo ni idea. El no quiere explicarnos por qué. Pero hay algunas infortunadas mujeres y donceles que comienzan a encanecer en sus veinte años, y tal vez es uno de ellos.

- Pobrecito - dijo Donghae -. Debe avergonzarse mucho. El sin duda ha hecho un gran esfuerzo para mantenerlo en secreto.

- Sí, pobre - dijo Kyuhyun, sonando para nada simpático. De hecho, sus ojos brillaban con alegría -. Dinos lo que le sucedió, Henry.

- Creemos que el boticario de Londres, el que mezclaba la solución siempre para el, debe de haber confundido las proporciones. Porque cuando se aplicó el tinte esta mañana, el resultado fue... bueno, angustiante.

- ¿Se le cayó? - Kyuhyun preguntó -. ¿Está calvo?

- No, en lo absoluto. Es sólo que su pelo quedó... verde.

Al ver el rostro de Kyuhyun, uno podría pensar que era un niño en la mañana de Navidad. - ¿Qué tono de verde?

- Kyuhyun, silencio - le dijo Henry con urgencia -. No debes atormentarlo. Ha sido una experiencia muy difícil. Nosotros mezcla una pasta de peróxido para quitar el verde, y no sé si funcionó o no. Heechul le estaba ayudando a lavarlo hace un momento. Y no importa cuál fuera el resultado, no vas a decir nada.

- ¿Me estás diciendo que esta noche Sungmin Marks se sentarán en la mesa a la cena con su pelo haciendo juego con los espárragos, y yo no tengo que notarlo? - Él resopló -. Yo no soy tan fuerte.

- Por favor, Kyuhyun - le murmuró Donghae, tocando su brazo -. Si se tratara de una de tus hermanos, no te burlarías.

- ¿Crees que el musaraña de Sungmin Marks tendría piedad de mí si se invirtiera la situación? - Él puso los ojos en blanco al ver sus expresiones -. Muy bien, voy a tratar de no burlarme. Pero no hago promesas.

Kyuhyun se paseó hacia la casa sin prisa aparente. No pudiendo engañar a sus hermanos.

- ¿Cuánto tiempo crees que le tomará encontrarlo? - Donghae le preguntó a Henry.

- Dos, tal vez tres minutos - Henry respondió, y ambas suspiraron.

En exactamente dos minutos y cuarenta y siete segundos, Kyuhyun había localizado a su archienemigo en el huerto de frutas detrás de la casa. Sungmin Marks estaba sentado sobre un muro de piedra, su estrecho marco levemente encorvado, sus codos juntos. Había algún tipo de tela alrededor de su cabeza, un turbante con nudos que ocultaba su cabello por completo.

Al ver su delgado cuerpo en semejante postura desanimada, cualquier persona habría sentido piedad. Pero Kyuhyun no tenía reparo en dar algunos golpes a Sungmin Marks. Desde el comienzo de su relación, el que nunca había perdido una oportunidad para molestarlo, insultarlo o degradarlo. En las pocas ocasiones en las que él le había dicho algo lindo o encantador, exclusivamente como un experimento, por supuesto, el deliberadamente lo había malinterpretado.

Kyuhyun nunca había entendido por qué se habían iniciado en tan malos términos, o por qué estaba tan decidido a odiarlo. Y, aún más desconcertante, por qué le importaba a él. Espinosa, de mente estrecha, de lengua filosa, una mujer llena de secretos, con una boca y una nariz un poco altivas... el se merecía el pelo verde, y se merecía ser burlada por él.

El tiempo para la venganza había llegado.

Mientras Kyuhyun se acercaba tranquilamente, Sungmin Marks levantó la cabeza, con la luz del sol parpadeando en los lentes de sus gafas.

- Oh - dijo con amargura -. Has vuelto.

Lo dijo como si hubiera descubierto una infestación de parásitos.

- Hola, Sungmin Marks – dijo Kyuhyun alegremente -. Hmmm. Te ves diferente. ¿Qué puede ser?

El frunció el ceño hacia él.

- ¿Es alguna nueva moda, eso que envuelve tu cabeza? - preguntó con interés cortés.

Sungmin Marks mantuvo un silencio sepulcral. El momento era delicioso. Él lo sabía, y el sabía que él lo sabía, y un mortificado color se arrastró por su rostro.

- He traído conmigo a Donghae desde Londres - Kyuhyun comentó.

Sus ojos se volvieron alertas detrás de las gafas.

- ¿El señor Hyukjae Rutledge vino también?

- No. Aunque me imagino que no debe estar muy por detrás de nosotros.

El acompañante se levantó de la pared de piedra y cepilló su ropa con las manos. - Tengo que ver a Donghae.

- Ya habrá tiempo para eso. - Kyuhyun se trasladó hasta bloquear su camino -. Pero antes de regresar a la casa, creo que tú y yo deberíamos ponernos al corriente. ¿Cómo están las cosas con usted, Sungmin Marks? ¿Algo interesante le ocurrió últimamente?

- Usted no es mejor que un niño de diez años - dijo con vehemencia -. Todo listo para mofarse de alguien en desgracia. Usted es inmaduro, ruin y...

- Estoy seguro de que no es tan malo - dijo Kyuhyun amablemente -. Déjame echar un vistazo, y le diré si...

- ¡Aléjate de mí! - Le espetó, y trató de pasar a su alrededor.

Kyuhyun le bloqueó el camino con facilidad, mientras una risa ahogada se le escapaba cuando el trataba de empujarlo.

- ¿Estás tratando de empujarme fuera del camino? No tienes la fuerza de una mariposa. Aquí, tu turbante debe ser pesado, deja que te ayude con él...

- ¡No me toques!

Forcejearon el uno con el otro, uno de ellos jugando, la otra en forma frenética y agitada.

- Una mirada - le rogó Kyuhyun, con una risa que terminó en un gruñido cuando el se torció y le clavó un codazo en el estómago. Le tomó el pañuelo, logrando aflojarlo -. Por favor. Es todo lo que quiero de la vida, verte con... - otro golpe, y otro agarre del borde de la tela - el pelo todo...

Pero Kyuhyun se interrumpió cuando el pañuelo cayó libre, y el cabello que se derramó no era de ningún tono posible de verde. Era rubio... ámbar pálido y champagne y miel... y había mucho de él, cayendo en olas brillantes.

Kyuhyun se quedó inmóvil, sosteniéndolo en su lugar mientras su mirada atónita la recorría. Ambos intentaban respirar, tomando aliento agitadamente, como caballos de carreras. Sungmin Marks no podían haberle parecido más atractivo si él hubiera acabado de desnudarlo. Y la verdad es que Kyuhyun no podía haber estado más cautivado, o excitado, si en realidad lo estuviera viendo desnudo. Aunque sin duda habría estado dispuesto a intentarlo.

Con la conmoción ha aumentado en él, Kyuhyun no sabía cómo reaccionar. Sólo era cabello, sólo mechones de pelo... pero era como si hubiera sido colocado un cuadro previamente mediocre en el marco perfecto, mostrando su belleza y detalles luminosos completamente. Sungmin Marks en la luz del sol era una criatura mítica, una ninfa, con rasgos delicados y ojos opalescentes.

Lo que lo confundió aún más fue entender que no había sido realmente el color del cabello lo que había ocultado todo esto... él nunca se había dado cuenta de lo impresionantemente hermoso que era, porque el deliberadamente le impidió verlo.

- ¿Por qué? - Leo preguntó con voz ronca - ¿Por qué ocultar algo tan hermoso?

Mirándolo, casi devorándolo, le preguntó en voz más baja aún

- ¿De qué te escondes?

Sus labios temblaban, y dio una sacudida breve de su cabeza, como si responder a esa pregunta sería fatal para ambos. Y, soltándose del agarre de él, se levantó ligeramente la falda y salió corriendo hacia la casa.

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