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El sonido de sus pies descalzos resonaba cada vez que daba un paso por las baldosas frías, estaba huyendo, pero no sabía de quien, aquel hombre se poso frente a él, y su corazón latió más fuerte que antes.
Jiwon despertó con lágrimas en los ojos, estaba solo en la habitación.
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Era fin de semana, HanBin a pesar de ser su descanso, tenía trabajo que hacer, ser el dueño de una de las discografías más importantes, no era fácil, por lo que a pesar de ser sábado a las 11 estaba trabajando en su despacho. Su pequeño bebé estaba dormido hacía una hora, por lo que no le preocupaba nada.
Unos golpes suvecitos en la puerta hizo que levantara su cabeza. En la puerta su conejito estaba parado junto a su peluche favorito, su carita miraba el suelo y de vez en cuando temblaba.
"¿Qué sucede cariño? ¿Estas bien?" El mayor estaba preocupado, los sollozos de Jiwon, le preocuparon aún más. "Oh mi amor, ven aquí." Su pequeño se acerco corriendo, sentándose sobre su Daddy y escondiendo su rostro en su cuello, mientras lloraba. "¿tuviste un mal sueño?" El menor movio su cabezita en afirmación, y comenzó a sollozar más fuerte. "Shh, shh, Daddy esta aquí, y te protegerá siempre." Comenzó a dar caricias en su espalda y cabello, así como pequeños besos en su frente y coronilla, hasta que la respiración de Jiwon se hizo más lenta, se había dormido.
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