私の年齢 • guys my age | tododeku...

By tiredshit___

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Después de terminar con Bakugō Katsuki, Midoriya Izuku acompaña a su mejor amiga a un bar de mala muerte dond... More

❀ • | parte 1 de 3 |
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❀ • | parte 3 de 3 |

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By tiredshit___

ADVERTENCIA: contenido de naturaleza sexual, jsjsjs, al fin.

El timbre sonó y todos recogieron sus cosas, soltando un alivio y un gracias a Dios después de que la hora de Historia se había pasado jodidamente rápido. Era tan agotador escuchar la aburrida voz del profesor hablar sobre sucesos que pasaron hace tanto tiempo, pero por suerte, en esta clase no habían hablado demasiado sobre la economía en Asia hace cincuenta años, algo que en lo personal a Midoriya le daba igual.

Uraraka entrelazó su brazo con el de su amigo y le sonrió tiernamente, conocía perfectamente esa sonrisa; la sonrisa burlona que le hacía desde que Todoroki Shōto comenzó a impartir clase en la Yūei.

—¿De qué te vas a reir, maldita bastarda? ¿De que me voy a quedar horas extra para mis clases de Física?

—¡Uh! Algo que se te pegó fueron los insultos de Bakugō —Midoriya viró los ojos—. Y sí, me río exactamente de eso. Trajiste lubricante al menos, ¿no? Porque Todoroki te va a dejar más empalado que una brocheta.

—¡Uraraka, por Dios! —el menor empujó a la castaña escuchando sus estruendosas risas—. ¡Vete a coger con Iida! Yo puedo con esto solo... —mencionó entre dientes.

—Claro que puedes con esto, no iba a echarte porras mientras el profesor te follaba por atrás gritando su nombre a los cuatro vientos.

Midoriya infló sus mejillas y se despidió de un gesto con su amiga, al parecer Tenya era muy estricto con la puntualidad y no quería que su amiga tuviera un problema con su pareja, así ella fuera una jodida molestia para él cuando se trataba del profesor de buen trasero. Caminó directamente hacia la oficina del bicolor, ya que no quedaron con anterioridad en qué aula empezar sus clases, y tocó un par de veces la blanca puerta.

—Pasa.

El chico abrió la puerta y sonrió levemente al notar al hombre corrigiendo algunas tareas que dejó hace escasos días, se sentó en la silla frente a él y se apoyó en el escritorio posando su mentón en su mano.

—¿Qué necesitas, Midoriya?

—Bueno, pensé que hoy podríamos empezar las asesorías, decidí aceptarlas —quizás era porque comenzaba a tener miopía, pero pudo notar que en los labios del bicolor surcaba una leve sonrisa.

Al parecer le gustaba que haya aceptado.

—Bien, entonces creo que podríamos empezar la primera clase aquí —la sonrisa del menor se borró al instante—. No tienes ningún problema, ¿no es así?

Midoriya frunció los labios, ¿entonces no entendió la indirecta? ¿no iba a empotrarlo en cuatro contra la pared? Lo más probable es que no, ya que Uraraka le había dicho que lo más probable que hizo a Todoroki rechazarlo cuando se le insinuó en la misma habitación donde se encontraba era por las cámaras que Nezu instaló en cada uno de los despachos de los docentes. Izuku relajó las facciones de su rostro y sonrió nuevamente.

—No, ningún problema, profesor.

Pero claro, tener cámaras que podrían descubrirlos hacía la situación un poco más... excitante.

—Ahora... —los ojos heterocromáticos del hombre se agrandaron cuando sintió el pie del de hebras verdes pasearse sin pudor por toda su pierna—. ¿Podemos iniciar con los vectores?

Ver esa sonrisa inocente sólo le hacía querer hacer una cosa, y eso era devorar de pies a cabeza al chiquillo de ojos esmeralda. Todoroki tragó saliva pesadamente y asintió, removiéndose un poco en su asiento y carraspeando su garganta.

—Claro, empecemos con los vectores.

—Antes de que me aturdas con tus preguntas, no, no hicimos nada, o por lo menos no algo interesante —Ochako frunció los labios y Midoriya bebió de su frappé lentamente—. Como no acordamos en qué aula me iba a asesorar, estuvimos en su oficina toda la tarde.

—¿Eh? ¿Hablas en serio? —su amigo asintió lentamente y ella soltó un suspiro de decepción, al parecer le costaba demasiado el subirse a las piernas del profesor con ojos desiguales.

—Pero bueno, al menos sé que sigo encendiendo algo en él —Izuku relamió sus labios y se mordió suavemente el inferior—. Digo... no se quejó en todo el tiempo en el que subía y bajaba mi pie por su pierna... Incluso admito que intenté ponerlo ahí.

—¡Deku! —Ochako rió con fuerza y cubrió con su mano su boca para evitar reír con fuerza—. Bueno, eso es algo demasia~do conveniente. Espero que en las próximas clases no te permita estar en su oficina, a menos que sea para hacerle una mamada por debajo del escritorio.

El azabache rió también y terminó de beber su café para preguntarle a su amiga cómo le había ido con su pareja mientras él jugaba un poquito con la cordura de su profesor. La cordura que pensaba quitarle lentamente con cada asesoría que tuviese en los próximos días.

La siguiente clase aún fue en la oficina del profesor, se sentía un poco resignado ya que no sería esa tarde en la que finalmente podría saborear al mayor como quisiera, pero al menos podía jugar con su pie y su pierna, yendo más lejos cada vez que el hombre le ponía un ejercicio o intentaba explicarle los conceptos de su materia.

—Bien, un vector es una magnitud física definida en un sistema de referencia que se caracteriza por tener longitud, dirección y orientación —dijo el mayor frunciendo el ceño mientras trataba de bajar la pierna del chiquillo inquieto frente a sus ojos—. Midoriya, basta, estoy intentando hacerte pasar la materia, no toleraré tus absurdos juegos.

Los labios del pequeño se curvearon en una sonrisa ampliamente inocente, dejando ver unos pequeños oyuelos y permitir dejarlo hipnotizado ante tal hermoso rostro. Todoroki no sabía si Midoriya era un ángel o un jodido demonio, pero no le importaba en lo absoluto, de las dos maneras le encantaba.

—Oh, vamos... la teoría ya me la sé, podemos tener un pequeño descanso, Shō-chan...

Santa mierda.

—No me llames así, Midoriya. Como tu profesor debes hablarme con el respeto que merezco, yo no permitiré que tú...

—¿Que yo qué? —musitó serio, con sus ojos suavemente oscurecidos y su labio siendo atrapado entre sus dientes—. Ah... ¿que te llame Shō-chan? Eso es muy cruel~ Teniendo en cuenta el que se escucha muy lindo...

El pie de Midoriya subió un poco más y sonrió de satisfacción al llegar a su objetivo: la entrepierna de su querido profesor. Los ojos heterocromáticos de Todoroki se abrieron ampliamente y se sintió ligeramente intimidado por aquella nueva actitud que el pecoso empezaba a tener contra él. Sí, su primer encuentro había sido técnicamente lo que el de hebras verdes intentaba lograr, pero había pasado tanto desde esa vez, y confiaba ciegamente en que había dejado de ver a ese pequeño con ojos de hombre y ahora eran de un correcto profesor de preparatoria.

¿Y entonces por qué no hacía nada por detenerlo?

Él empezó a mover su pie con mayor velocidad y el bulto entre las piernas de Shōto aumentó de tamaño, tener esa agradable fricción en su miembro lo estaba llevando al quinto cielo y suaves jadeos comenzaron a brotar de sus labios. Las caricias que le brindaba el menor eran dignas de un puto dios y quiso golpearse con fuerza cuando recordó aquella vez en la que lo conoció y lo llamó inexperto, en verdad ese chiquillo lo estaba volviendo loco.

—D-Detente, Midoriya... la cámara... l-la cámara está filmando y... —su voz salía entrecortada y eso sólo hizo que el movimiento de Izuku aumentara, quería ver ese rostro sonrojado con el que tanto había fantaseado.

—Sólo un poco más... quiero hacerte sentir bien, Shō-chan... Quiero hacerte correr...

Y con eso no volvió a mencionar nada más.

La mano del mayor cubrió sus propios labios, intentando retener los jadeos y gruñidos que salían desesperados de su boca, aunque no era tan necesario puesto que el único oyente de esos melodiosos gemidos era el causante de que el hombre produciera los mismos. Las esmeraldas juguetonas que el menor tenía por ojos recorrían sin miedo la gran expresión de deseo que poco a poco iba consumiendo al serio bicolor, ver su rostro desfigurarse le dio más razones para continuar con sus caricias.

Shōto se sentía atrapado, ¿en verdad había intentado detenerlo cuando ese fogoso deseo por follar al chiquillo empezaba a florecer? Quizás en otra ocasión, una en la que no tenían que fingir normalidad al ser grabados por una cámara de seguridad.

Lástima que esa deliciosa fricción se pausara repentinamente.

Midoriya detuvo sus movimientos lentamente, se sentía jodidamente bien hacer enloquecer a su profesor de Física, pero él también quería que el hetetocromático le hiciera ver las estrellas. Todoroki miró con incredulidad al menor, frustrado por no llegar a su ansiado orgasmo, y trató de respirar con tranquilidad para calmar su agitación.

—¿Qué crees que...?

—Nuestra clase ha terminado... Ya van a dar las seis y mi madre va a matarme si no llego antes de que oscurezca —Izuku se levantó de su asiento y caminó con naturalidad hacia donde reposaba su mochila.

El bicolor se reacomodó en su lugar con el ceño fruncido y su mirada desigual atónita y molesta, ¿acababa de dejarlo con las ganas? ¿por segunda vez? Midoriya guardó su libreta para sus cursos y la colocó tras su espalda mientras veía extasiado la obra de arte que realizó en esa clase de Física. Sin duda esa imagen lo haría venirse tantas veces quisiera.

—¿Estás...? ¿Estás hablando en serio? ¿Después de que...?

—¡Correcto! Después de que te dejé caliente y excitado como la primera vez que nos conocimos. Es lindo saber que a pesar de los meses algunas cosas no cambian, ¿no es así, Shō-chan?

Maldito niño, en verdad quería matarlo.

Después de que el hombre no contestara, el de hebras verdes caminó victorioso hacia la puerta, ansioso de contarle a su amiga el gran progreso que ha tenido con respecto a la seducción de su profesor.

—Estoy casi seguro de que eres un demonio. Un lobo con piel de cordero. Me estás tentando demasiado y no te gustaría verme de esa forma.

Izuku detuvo su caminata y sonrió con suficiencia, girando suavemente su rostro para ver el serio de su contrario. Su mano en la perilla dio vuelta al cerrojo y la sonrisa aumentó de tamaño, como si escuchar eso hubiese volvido a encender la gran tensión que se cargaba en el ambiente.

—Pruébame, Shōto...

El timbre sonó y los alumnos guardaron con prisa sus cosas, era viernes y el alcohol de la fiesta de esta noche ya se podía saborear. Uraraka soltó un chillido emocionado y sacudió a su amigo contándole todo lo que habían planeado Iida y ella para su salida, Midoriya sonrió ampliamente, mencionándole que su cita sonaba fantástica y pensó que Tenya se tomó las cosas muy en serio cuando le dijo que en verdad se había enamorado de la chiquilla con regordetas mejillas.

—¿¡Y qué sigues haciendo aquí?! Conociéndote no te va a dar tiempo de arreglarte y tú te esmeras con esas cosas —Ochako frunció sus labios suavemente y empujó al chico.

—¡Te estaba esperando! Sé que después de clases te quedas una hora solo para las tutorías de Todoroki. ¿Así pagas mi buena amistad? ¡Malagradecido!

Izuku soltó una carcajada y acompañó a su amiga a la salida del instituto, recordándole como siempre que lleve protección y una que otra pastilla. Ochako volvió a pegarle en el brazo, esta vez un tanto sonrojada, y salió del lugar después de besarle la mejilla y desearle suerte con el hombre de mirada heterocromática.

De todos modos, algo dentro de él decía que esta clase sería un tanto diferente.

Escuchar los suaves toques en la puerta de su oficina eran la perfecta señal de que su perdición estaba demasiado cerca para su gusto. Acarició su rostro pesadamente y, después de murmurar el permiso para que entrara, guardó los ejercicios que tenía preparados para el adolescente. Cuando notó el rostro de confusión en la cara de su alumno, no pudo evitar dar una sonrisa casi imperceptible.

—Ah... ¿hoy no tenemos clase?

—Claro que la tenemos, pero no aquí. Las aulas de Física de los de cuarto grado están desocupadas, la clase será en el B112.

Tras decir eso no pudo evitar que su interior se regocijara un poco al escuchar que estarían en una de las pocas aulas que no contaban con vigilancia, ya que muy pocos alumnos llegaban a usar esas instalaciones. Con una sonrisa asintió a las órdenes de su docente y desapareció por donde vino, entendiendo que su presentimiento en la mañana no había sido ninguna tontería.

Cuando entró al pasillo que daba a los laboratorios de Física la idea en su cabeza era cada vez más obvia. Ni un alma estaba rondando por ese pasillo, todos los mocosos de cuarto ya se habían retirado y se podía escuchar con facilidad los lamentos silenciosos de esos chicos que apenas empezaban. Midoriya caminó con algo de prisa al aula que le dijo el hombre bicolor y bajó una de las sillas para sentarse recargando su codo en la mesa.

—¿Hay algo en especial por el que estemos aquí? No tenía ningún problema en seguir estudiando en su oficina, si es por eso.

Todoroki dejó sus carpetas en el escritorio de madera y negó sutilmente, mencionándole que quizás una clase fuera de ese reducido espacio no vendría mal, una pésima excusa pero fingió creerla.

La primera hora pasó como siempre. Había resuelto diez ejercicios de los cuales solo tuvo erróneamente tres, fuera de las ganas de querer tirarse a su profesor en verdad parecía que iba aprendiendo.

—Excelente, Midoriya. Es increíble el rápido proceso que tienes de aprendizaje, me sorprende que ahora puedas resolverlos con tanta facilidad.

—Bueno... ahora tengo una gran razón para hacerlos, al igual que un gran profesor...

Las yemas de sus dedos acariciaron lentamente la mano del mayor, sonriendo suavemente al sentir el cuerpo del docente tensarse ante tal descarada caricia. Vaya, ¿aún intentaba aparentar? Qué lindo.

—¡Ay! Vamos, Shō-chan... Deja de tratar de hacerte el correcto, me irritas cuando no me dejas ser cariñoso contigo...

Todoroki inhaló profundamente, ese mocoso lograba sacarlo de sus casillas, y ya no le molestaba. Solo lo ponía cada vez más ansioso. Midoriya sonrió dulcemente y una corriente eléctrica le azotó por toda la espalda cuando notó que el mayor se levantó de su asiento.

—Tú más que nadie sabe lo que pasó esa noche —la presencia de su profesor se encontraba justo frente a él, posando sus ásperas manos en la paleta del puprite—. Y sabes de antemano que tus jueguitos no son para nada divertidos...

—Para mí lo son —sonrió inocentemente mientras bajaba la vista hacia los dos botones que se encontraban desabrochados en la camisa del mayor—. Es muy divertido verlo ocultar su respiración agitada, como si no pasara nada entre usted y yo...

Todoroki apretó sus puños, incómodo, y retrocedió para darle su espacio al chiquillo que sonreía con sorna ante su reacción. Algo que Midoriya odiaba del mayor era esa asquerosa máscara de calma que se posaba en su rostro cada vez que lo veía dar clase o cuando se reunían en su aula para asesorarle, detestaba tener que verla cuando él ya se había imaginado a la bestia que residía dentro del hombre con heterocromía.

Shōto apretó los labios y señaló el último problema que le había entregado solo unos segundos antes de felicitarlo por su nuevo progreso.

—Solo contesta el maldito ejercicio, Midoriya.

—No lo responderé... no si no obtengo lo que quiero desde que te volví a ver después de tantos meses...

Izuku se levantó de su asiento tomando la corbata del profesor y lo sentó en donde anteriormente se encontraba, acarició con lentitud los hombros del mayor y sonrió con inocencia al sentir el cuerpo de Todoroki tensarse, se estaba poniendo nervioso por un jodido menor, qué patético.

—Midoriya...

—Si le preocupan las cámaras, déjeme informarle que en este salón no funcionan. Aunque debo admitir que me sorprende que usted lo supiera... es por algo que nos trajo a esta aula y no a ninguna otra... ¿o me estoy equivocando, profesor Todoroki?

Claro que no.

El cuerpo del azabache se dejó caer con algo de prisa encima del regazo de su profesor, siguiendo con las lentas caricias en sus hombros para obligarlo a ceder y que dejase de oponerse a lo obvio.

—Midoriya...

—No —el pequeño se acercó peligrosamente al bicolor sin dejar de sostener su corbata, rozando sus labios con intención de tentar—. Deje de llamarme Midoriya... Mi nombre es Izuku.

Sentir el delgado cuerpo del menor encima de él le estaba haciendo perder la cordura, escuchar aquella voz suave seduciéndole el oído ponía sus pelos de punta, y sentir sus pequeños labios tocando los propios fue su último detonante, sumando el que aquel niño se había puesto en su regazo. Ambas bocas se unieron en un desesperado beso, la respiración agitada del menor empezaba a ser cada vez más ruidosa y eso era música para los oídos del mayor. Sus manos se colaron por debajo de la playera del de hebras verdes, Izuku podía jurar que aquel tacto mal visto lo estaba quemando, y en vez de disgustarle sólo hizo que el ambiente aumentara de temperatura.

—Shō-chan...

Todoroki lo tomó de los muslos y se levantó del asiento para recostar desesperadamente al chiquillo en el escritorio de madera, por suerte no había nada importante que podía romperse. Midoriya soltó una risa lasciva tomando de las mejillas al bicolor para jugar grotescamente con la lengua del mayor, explorando sin intención de detenerse cada parte de esa tentativa boca que deseó probar desde hace ya tanto tiempo. Todoroki comenzó a besarle con conciencia, lamiendo y succionando los labios entre los suyos con tal determinación.

Sin pensarlo demasiado, y probablemente llevado por el impulso, Shōto recorrió el torso de Izuku con una mano, acariciando su estructura sobre la tela suave de la camiseta. El de hebras verdes gimió dentro del beso y el mayor sintió la misma aura perversa que lo poseyó su primera noche juntos. Escuchar los pocos sonidos que soltaba el menor no eran suficientes, así que renunció a comerle la boca para dedicarde a dejar besos por su mandíbula y cuello. Tal como esa noche, el semblante de calma de su profesor de Física había desaparecido por completo, por lo que no pudo evitar el sonreír lascivamente.

—Ah... te has rendido... —el pecoso estiró su cuello para darle más piel que besar —. Finalmente... no sabes cuánto llevo soportando las ganas de que me hagas un maldito desastre esta tarde.

Todoroki no le respondió con palabras, Izuku gimió sonoramente al sentir una firme mano acariciando sin pudor su sutil erección que se encontraba atrapada en sus pantalones. Puso los ojos en blanco cuando sus movimientos fueron más rápidos y desesperados, como si quisiera que el menor se corriese rápido, y quien sabe, tal vez era su objetivo principal.

—Aún sigo molesto por esa clase... donde no terminaste lo que empezaste —la ronca voz que escuchó esa vez en la habitación acarició sus oídos, haciéndolo estremecer —. No fue para nada divertido tener que desahogarme con mi mano.

—Guardar rencor es malo... —canturreó el chiquillo con su voz agitada, apoyándose en sus codos y mirando fijamente a esas orbes desiguales —. Aunque... puedo ayudarte con eso. Prometo no irme esta vez... Tenemos toda la tarde para nosotros solitos.

La mano de Midoriya se dirigió hacia la gran erección de su profesor, moviendo de arriba hacia abajo encima de ese estorboso pantalón. Joder, ¿justo tenía que venir con una prenda malditamente ajustada? Vaya forma de joder el ambiente. El pecoso se enderezó en el escritorio, juntando frente con frente con Todoroki, siendo espectador de las muecas y suspiros que daba el hombre al sentir su tacto en aquella zona sensible. Tener ese rostro tan cerca hacía posible que Shōto pudiera contar las pecas que cubrían el bello rostro del menor.

—Eso espero...

Y con eso no volvieron a mencionar nada, sus bocas se juntaron con desesperación nuevamente y los movimientos en sus respectivos falos aumentaban o disminuían su velocidad, haciéndose ver las estrellas y traerlos de vuelta a la Tierra. Todoroki escondió su rostro en el cuello de Midoriya, besando y mordiendo la piel que estuviera a su alcance, dejando marcas rojizas que seguramente no desaparecerían a la mañana siguiente. Las manos del heterocromático se posaron en los bordes de la playera de Izuku y la levantó para quitarla de una manera tan rápida que apenas y separó sus labios del cuello del de orbes verdes. Dejó caer la prenda, dejando a la vista su torso y pecho desnudo, y su lengua recorrió desde ese lugar hasta uno de los pezones endurecidos de Midoriya.

—Shō...

Arqueó su espalda al sentir el cálido aliento del mayor chocar contra uno de sus botones. La punta de su lengua acarició con sutileza el pezón del peliverde mientras su mano jugó con el otro, haciendo que de los labios de Midoriya salieran maldiciones y uno que otro jadeo ahogado. Intentó quitar por completo su ropa inferior, pero tener a ese Adonis encima de él le nublaba los sentidos. Joder, de lo que se perdió esa noche solo por ofenderse al llamarle inexperto.

—Estás tan duro... —notó que la mano del mayor que jugaba con su duro pezón fue directo hacia el gran bulto que exigía ser liberado de los pantalones de Midoriya —. Vaya, me sorprende que estés tan sensible, no hemos iniciado, pequeño.

Izuku estaba hecho un desastre, su rostro descansaba pesadamente contra la superficie del mueble y sus pies no tocaban el suelo, haciendo que sus piernas temblaran levemente por los espasmos que recorrían su cuerpo. Antes de eso solo recuerda que el gran grosor del miembro de su profesor follaba su boca sin piedad alguna, evitando a toda costa las arcadas, engulliendo lo más que pudo sin apartar sus esmeraldas de las orbes heterocromáticas del mayor.

—Mierda, mírate... estás hecho un desastre.

Todoroki se sentó en el suelo, apoyándose en sus rodillas y tomando con firmeza los muslos de Izuku, pasando su húmeda lengua por la longitud de estos y dejando castos besos que apenas y se lograban sentir. Todoroki fue ascendiendo hasta poder llegar a ese lugar que le abriría las puertas del Cielo: la entrada palpitante de Midoriya.

—No lo pienses por mucho... Sólo hazlo... te necesito follándome ahora mismo.

Shōto lo ignoró, estaba desesperado por entrar a ese pequeño agujero, pero no estaba tan nublado por el placer, aún tenía que preparar a Izuku antes de poder follarlo como él quería. Posó sus manos en los gluteos de Midoriya y después de inhalar profundamente, abrió para poder notar ese punto enloquecedor. Se acercó lo suficiente como para que Midoriya volviera a sentir esa sensación de su aliento chocar contra su piel, en especial en ese lugar tan íntimo y glorioso.

—¡S-Shō...!

—Shhh... aún no tan rápido, mi precioso Izuku... tengo que prepararte a menos que esto termine de una manera desastrosa...

Izuku soltó un bufido frustrado, resignándose a lo que dijo aquel hombre, ya que las marcas en sus nalgas le habían dicho lo suficiente de lo que pasaba si se atrevía a refutar a Todoroki. El tono rojizo seguía ahí. Inhaló profundo por la nariz cuando los suaves labios de Shōto se acercaban con peligrosa velocidad a ese anillo de carne que se contraía con los movimientos casi imperceptibles del bicolor, aunque era completamente inútil porque cuando sintió la húmeda lengua jugar con su entrada solo pudo ver estrellas.

Esa sensación era mucho mejor si venía de alguien como Todoroki, parecía que sabía en dónde y cómo mover su experta lengua, a qué velocidad debía ir y a qué ritmo continuar para que su estrecho hoyo se dilatara. En verdad se sentía un completo idiota por negarse a follar con Shōto esa noche fría de viernes. Cuando escuchó el sonido del cierre bajar supo que no había marcha atrás, tampoco cuando la húmeda y caliente punta del pene de Todoroki coqueteaba con su entrada.

—¡A-Ah! ¡Deja de jugar conmigo! ¡Sólo métela! ¡S-Shōto!

Esta vez sí que le hizo caso, metió de una estocada brutal todo su erecto falo, cubriendo con su mano la boca del menor para evitar que se escuchara demasiado su grito y atrayera la atención de los posibles presentes en la escuela. Su cuerpo temblaba ante la repentina intromisión del bicolor y de las esquinas de sus ojos brotaron lágrimas, tanto tiempo aguardando por este momento y era exactamente como lo esperó.

Cuando el cuerpo de Izuku dejó de temblar, Shōto supo que era momento de hacerle sentir el Cielo que él mismo sentía en ese instante. Sujetó con fuerza las caderas del menor y embistió su interior, intentando buscar aquel punto dulce que lo iba a volver loco. Midoriya se sujetó con fuerza del escritorio y trataba de que de sus labios no salieran gemidos demasiado altos, al menos quería que de sus quejidos Todoroki fuera el único oyente.

El bicolor sonrió con satisfacción al escuchar que la voz del peliverde se descomponía, al igual que sus súplicas de aumentar la velocidad eran cada vez más exigentes. Cuando la punta de su polla tocó la próstata del menor, la espalda de Izuku se arqueó. Shōto grabó con piedra ese lugar en específico en su mente para seguir jodiendo hasta que no tuviera fuerzas, al fin había encontrado el lugar que volvía a Izuku una completa gata en celo.

—M-Más rápido... Por favor, Sensei... Me estoy volviendo loco...

El desastre que dejaron en el escritorio fue palpable, cuando escuchó salir eso de los labios de Izuku su primer impulso fue follarle con ferocidad y masturbarle con velocidad para que llegara más rápido a su deseado orgasmo. Su cometido dio frutos y solo tuvo debajo de él a un pecoso temblando por la acción y un desesperado heterocromático por llenar el interior del chico con su esencia.

El pecoso intentó retomar el aire que le fue arrebatado por todo lo anterior y el sentir el cuerpo de Shōto encima suyo no ayudaba en nada. Todoroki besó con suavidad sus hombros y salió del interior de Midoriya, disculpándose por terminar dentro de él y todo el desastre que hizo de él, el de hebras verdes rió y se giró para enfrentar a ese rostro cansado y agotado que ahora le veía como si fuera una pieza de arte.

—Vaya mierda que hemos hecho aquí, Izuku.

El nombrado rió nuevamente y no pudo estar más de acuerdo, antes de abandonar las instalaciones tenían que limpiar la escena del crimen. Midoriya se aseó lo posible y ayudó al bicolor a limpiar los restos de semen del escritorio y del suelo, tal vez a la próxima hacerlo en las regaderas de los vestidores no estaría tan mal. Todoroki se sentó en el lugar donde Midoriya realizaba sus ejercicios y el mencionado se sentó a horcajadas, posando sus manos en los hombros del heterocromático.

—Tal vez debamos seguir con las asesorías —las manos del bicolor acariciaron los costados del cuerpo de Izuku —. Aún no eres tan bueno en Física, Midoriya.

—Lo tomaré en cuenta —Todoroki sonrió y acercó rápidamente al chiquillo a sus labios. Midoriya sonrió y rodeó el cuello de su profesor para seguirle aquel demandante beso.

Quizás, sólo quizás, encontró finalmente a su hombre de verdad.

ASKAKSKAKSK AL FIN ACABÉ XDXD

disculpen por el lemon tan feo :'v prometo que mejorará a la próxima, asies uwu

si les interesa, he subido una historia kiribaku llamada what's a soulmate? honestamente amo esa clase de AUs, so, no lo pude evitaaaar

espero que voten y comenten, y si les agradó este three-shot no duden en compartirlo con sus amigues ahre

los amooo♡ pasense por mis historias que seguro y pronto publico un nuevo tododeku uwu

—j e s s❀.

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