Te conozco x los zapatos ©®

By vcarlabianca

2M 205K 29K

| C O M P L E T A | ✔️ COMEDIA ROMÁNTICA [+18] «Un par de zapatos pueden cambiar tu vida, sino pregúntale a... More

Sinopsis
Prólogo
Capítulo 1. Todo lo que no me gusta
Capítulo 2. Ya lo odio
Capítulo 3. Mala leche
Capítulo 4. Mascara de hielo
Capítulo 5. Fantaseando
Capítulo 6. Mala jugada
Capítulo 7. ¡¿Qué?!
Capítulo 8. Reacciona
Capítulo 9. El mejor
Capítulo 10. Planes nocturnos
Capítulo 11. Esto no entraba en mi plan
Capítulo 12. Ojo x ojo
Capítulo 13. ¡Ahora sí, te mato!
Capítulo 14. Un pequeño error
Capítulo 15. Tensión extrema
Capítulo 16. Fatal
Capítulo 17. Imbécil
Capítulo 18/1. Confusión
Capítulo 18/2. Una noche
Capítulo 19. Lárgate
Capítulo 20. Días desiertas
Capítulo 21. Su otra cara
Capítulo 22. Un viernes gris
Capítulo 23. Iker Sinclair
Capítulo 24. Una tras otra.
Capítulo 25. Negación injustificada
Capítulo 26. El doctor
Capítulo 27. Cita llena de casualidades
Capítulo 28. Sin paquete
Capítulo 29. Romina/Milla Flow
Capítulo 30. Encerrada pero libre
Capítulo 31. Ella es igual a mi.
Capítulo 32. Confianza
Capítulo 33. Familia
Capítulo 34. Romeo y su Julieta
Capítulo 35. El idiota de Sinclair
Capítulo 36. Decisión final
Capítulo 37. El trato
Capítulo 39. Ciclo cerrado
Capítulo 40. Sentencia final
Capítulo 41. Orgullo contra orgullo
Capítulo 42. Amor y otras mierdas...
Capítulo 43. Familia
Capítulo 44. Digo que...
Capítulo 45. Así era una vez
Capítulo 46. Soy nada sin ti
Capítulo 47. Nuestra Vida. Final
Epílogo

Capítulo 38. Y ahora...¡Basta!

36.8K 3.8K 681
By vcarlabianca

Nunca me había sentido tan extraña como ese día. Ese lugar que antes me parecía tan normal, se había convertido en un innegable laberinto de sentimientos. Conocía esa empresa a la perfección, pero me sentía como una verdadera intrusa. Al final de todo, hay lugares donde uno no quiere volver, pero la vida complota en su contra y lo regresa justo al infierno. Tal vez había quedado algo por vivir, por sentir, por pedir o para cruzarse una vez más y luego cerrar la puerta para siempre.

—¡Milla!— La voz de Carina me sacó del trance que se había apoderado de mí y de la estúpida costumbre que me hizo mirar hacia la oficina de Iker, que estaba vacía.

—Hola, hola— me acerqué hacia ella, que estaba revistando unos papeles—. ¿Por qué estás tan estresada?

—Porque mi ex jefe es un imbécil— murmuró amargamente —No está— añadió en cuanto notó mis ojos que volvieron a buscarlo.

—Mejor— repliqué cortante.

—Je ne peut plus/ (Ya no puedo) —exclamó Pierre mientras caminaba hacia nosotras—. ¿Qué pasa por la cabeza de este hombre? ,¿Acaso piensa acabar con esta estrella talentosa ?— se señaló a sí mismo y de inmediato empecé a reír haciéndolo mirarme—¡Vagabunda!

—Y ya me caes mal otra vez— rodé los ojos.

—Lo bueno de la gente famosa es que no les importa si les cae mal a alguien—me dio un codazo mientras reía—. Bien, que estás aquí porque necesito que me ayudes.

—Estoy aquí para recoger mis cosas y para firmar los últimos papeles.

—¿La víbora te echó?— dramatizó.

—¿Qué? —Levanté una ceja, confusa.

—No sé lo dijiste— deslizó su mirada de mí para mirarla con los ojos entrecerrados a Carina mientras apoyó su barbilla en su pulgar. — ¿No le contaste lo de esta mañana?

—Apenas entró— replicó ácida.

—¿Y qué esperabas para contárselo?— preguntó mientras agarró mi mano para depositarla en su brazo. —Mientras me acompañas a la fábrica de abajo, yo te iré contando, Millita.— habló Pierre mientras, sin darme cuenta, me dejé dirigida por él.

—¿Me parezco a una persona que realmente está interesada en lo que pasa en esta empresa?— comenté.

—Te pareces a una persona que está dispuesta a ayudarme con la nueva colección.— replicó de inmediato.

—¿La nueva colección?

—¿En qué mundo vives, niña?— se detuvo para mirarme. —Cuando Sinclair saca una nueva colección, todo el mundo lo sabe.— volvió a arrastrarme. —Necesito que me ayudes a preparar el catálogo. No tengo tiempo para encargarme de todo.

—¿Y qué demonios se supone que debo hacer?— rodé los ojos. —¡Oh, mi Dios!— exclamé cuando Pierre abrió las puertas de la fábrica y noté un montón de cajas y gente que trabajaba a toda velocidad.

—El fotógrafo ha dejado algunas fotos, escoge diez para el catálogo y una para que sea la imagen de la colección.— habló mientras caminó hacia adentro.

—De dónde sé él que normalmente debe escoger los detalles y la imagen es...— me interrumpió de inmediato.

—Iker ya no es el jefe de esta empresa y de ninguna manera dejaré que esa flaca con aires de divas y conocimiento nulo dentro de cualquier cosa que existe en este mundo tome la decisión final.

—¿Antonetta es la jefa ahora?— fruncí el ceño mientras un nudo se formó en mi garganta.

—Aún no, pero tengo entendido que Iker tendrá hoy una cita con su abogado y con ella. Ayer tuvo una con su hermana y el mismo demonio de abogado. — susurró precavido—Mís manos no trabajarán para Antonella .

—Antonetta.— lo corregí.

—Da igual— se encogió de hombros. —Has visto la nueva colección, ¿cierto?— negué con la cabeza. —Pero...¿algunos detalles?— volví a negar.

Pierre agarró una caja de zapatos que había al lado, me miró a los ojos y, antes de abrirla, dijo con claridad:

—No te me pongas salvaje, vagabunda.— añadió antes de abrir la caja.

—¿Qué mierda es esto?— alcé la voz mientras agarré un zapato—¿Amarillo?, ¿la nueva colección está en color amarillo? ¿No que el imbécil superficial y egocéntrico y con poco carácter odiaba mis zapatos?

—Cariño, vamos, admítelo— tocó mi hombro—Estos zapatos están maravillosos en comparación con los tuyos.

—¡Es el color!

—Bueno, al final de todo...— lo interrumpí nerviosa.

—¡Le voy a meter estos zapatos por el trasero!

—¿Al menos puedes invitarme cuando lo hagas?

—No estoy bromeando.

—Yo tampoco.

Iker era un deficiente de la primera liga. Un incoherente. Un cerdo manipulador y odioso. La reencarnación de Hitler bajó un trato con Satanás y con superpoderes igualó a Lord Voldemort. ¿Cómo se atrevía a usar algo que criticó durante un mes, ¿acaso ese hombre no tenía dignidad? ¿Cómo se atrevía a usarme, engañarme y al final tomar un pedazo de mi vida para crear una nueva colección?

«¡Caranalgas, comenierda, tobogán de piojos, paranoico, esquizofrénico, maniaco!»

—Siento que toda la sangre se me está subiendo a la cabeza.— vociferé. —¡Deficiente!

—Deja de gritar que molestas mis ondas magnéticas positivas. Supéralo ya, al final de todo puedes decir que lo inspiraste.

—Lo voy a inspirar con un puño en su cara de culo.

—¿Vale la pena?—cuestionó Pierre seriamente. —¿Realmente vale la pena quemar tus calorías para hablar con él?

Y por primera vez estaba de acuerdo con él. Iker no merecía nada de mí y, aunque sabía que el karma iba a pagárselo algún día, no se lo deseaba. Cada acción tiene una reacción y con lo más grande que es el arma, luego de la batalla la venganza sale doble. Es su caso, tal vez hasta sea triple.

Me había quedado en ayudarlo, aunque con cada foto que me miraba mis ganas de romperlas crecían exponencialmente. Antes de todo, le había pedido a Carina que agarre todas mis cosas y las ponga en una caja para no perder más tiempo luego. Estaba decidida en cerrar esa historia de una vez por todas.

—¿Qué te parece esta?— cuestioné al final.

—Es muy elegante— reaccionó Pierre sorprendido en cuanto notó las fotos que había escogido, especialmente la última. —Simple y clásico.

Sonreí y luego me levanté de la silla. Un ligero mareo se había apoderado de mí. Era el primero que sentía, pero fue la primera señal que había tenido de mi bebé, algo que al instante hizo que mi corazón late con más fuerza.

—¿Te encuentras bien?

—Un poco cansada— esquivé— Bueno, creo que esto es todo. Si no me necesitas y por otra cosa, me regreso a Carina porque ya se me hace bastante tarde.

—Te acompaño porque tengo unas tantas cosas que agarrar desde arriba.— replicó Pierre y lo vi arreglándose la camisa y la chaqueta—¿Qué miras, vagabunda? El estilo, ante todo. —me regañó. —No hemos hecho tan mal equipo hoy— murmuró mientras nos habíamos encaminado.

—No eres tan terrible como me imaginé— me burlé divertida.

—Tú tampoco eres tan de otro mundo como pensé— replicó de inmediato. —En cierto modo, me arrepiento de que te vas.

Callé. No tenía absolutamente nada que decirle. Una parte de mí sentía una gran huella al abandonar ese lugar, pero otra sentía un gran alivio.

—¿Por qué no trabajas conmigo?— sacó de repente.

—¿Aquí? ¡Ni loca!— solté con vehemencia.

—Te dije que mis manos de oro no trabajarán para esa mujer. Esperé acabar la colección para poder renunciar— afirmó y al instante me detuve.

—¿Te vas?

—Sin dudarlo—confesó—Conozco a Iker desde hace mucho tiempo y estuve de acuerdo en ayudarlo cuando se lanzó con esta empresa, pero en ningún momento acepté ser un empleado de Antonella. Esa mujer comerá su propia mierda porque Pierre no trabajará para víboras.

—¿Iker lo sabe?

—Lo dudo.— musitó—Sinclair ahora solo sabe ceder todo su trabajo en las manos de Antonella. A veces me preguntaba si podía hacer pipí sin decírselo. Es increíble cómo la gente cambia. ¡Lo que me faltaba ver!

En cuanto noté la mirada fija de Pierre hacia delante, lentamente giré mi cabeza hacia el lugar donde su mirada furiosa me indicaba, haciendo contacto primero con los ojos de Carina, quien parecía al límite de una caída nerviosa, luego con el rostro sonriente de Antonella, quien apenas había salido del despacho de Iker.

—¡Milla!—la escuché exclamar mientras nos acercábamos hacia Carina y empecé a maldecir por mis adentros. —Qué sorpresa verte por aquí, ¿se te olvidó algo? Supongo que de todos modos puedes substituirlo, teniendo en cuenta la fortuna que posees por parte de tu padre. Habló del padre biológico, no del otro que no tiene ni con qué beber el agua.— habló mientras posé la mirada en sus zapatos notando que eran justo los de la nueva colección.

Bien. Tal vez logré digerir que Iker había sido un idiota cuando literalmente diseñó su nueva colección de zapatos pero que le regalé a ella prácticamente mis zapatos era una cosa totalmente diferente. Mi tensión había subido al instante y de un momento a otro no pude aguantarme más.

—¿Sabes qué?— di un paso hacia ella—Mejor beber agua de mis propias manos que comer mierda con ellas como tú acostumbras a hacerlo.

—¿Qué has dicho?— frunció el ceño de inmediato. —¡Retira tus palabras, que hablas con la jefa!

—Retiro nada— le di un ligero empujón, haciéndola retroceder unos pasos. —Hablas mucho de la gente pobre, ¿no? Entonces me parece adecuado enseñarte cómo la gente pobre y del barrio sabe hacerse justicia con sus propias manos.

—¡Milla!— escuché de inmediato un grito enojado y penetrante que me hizo girar la mirada hacia el lugar de donde provenía.

Los ojos de Iker me estaban mirando, reclamándome, regañándome y evidentemente en mi contra, pero lo ignoré y volví a mirarla.

—Cuidado, niña, que tal vez decido no pagarte más—las comisuras de sus labios se alzaron y una risa salió de su voz.

—¿Pagarme tú a mí?— la agarré del brazo. —Yo en ningún momento trabajé para ti, pinche esquizofrénica, sino para un otro imbécil.—me acerqué más a ella—Pero de todos modos pídele a tu adorado novio a que te regale a ti ese dinero porque yo no los necesito. De seguro tú las necesitas más para tus cirugías plásticas pero desgraciadamente hasta ahora, implanto de neuronas no se hace.

—Estás ardilla porque Iker me escogió a mí.

—¡Ni una mierda!— clavé más fuerte mis dedos en su brazo. —Cada quien escoge a alguien a su nivel y ustedes dos, créeme, están perfectos el uno para el otro.

Mientras las dos nos estábamos confrontando, escuché un par de veces mi nombre saliendo de la boca de Iker, pero había hecho una abstracción total de su presencia hasta que decidió acercarse. Al momento en el cual intentó depositar su mano sobre la mía para alejarla del brazo de su amada, solté el agarre, impidiéndole tocarme.

—No me toques—lo apunté con el dedo.

—¿Qué haces aquí?— cuestionó en voz baja mientras me miraba intensamente.

—Recogiendo mis cosas, ¿otra pregunta igual de inteligente tienes?— sonreí irónica.

—Tardaste.— volvió a susurrar.

—¡Habla con claridad!—exclamé —.¿O tienes miedo a hacerlo en frente de tu novia? , ¿Quieres que te ayude a pedirle permiso para que me hables? — giré la mirada hacia ella—Como lo quieres, ¿escrito o verbal?

—¡Milla!— gritó Iker a todo pulmón, haciendo que un profundo silencio nazca en el edificio.

—¡Jodete!— repliqué—Junto a esta zorra..— añadí luego de haberme girado.

—¿A quién haces tú, zorra?— sentí la mano de Antonetta en mi brazo que me arrastró hacia atrás, haciéndome perder el equilibrio por unos momentos hasta que las manos de Iker se posaron en mi cintura con la intención de impedir una próxima caída.

—¡Deja de hacer esto, que está embarazada!— le gritó molesto cuando me había soltado y observé cómo su rostro se puso pálido.

—¿Qué has dicho?— cuestionó Antonetta mirándolo con un rostro pálido—¿Tú, cómo lo sabes?— insistió, pero Iker la miraba sin sacar ni siquiera un respiro—¿Contigo?

—Evidentemente no.— contestó al final y mi decepción había crecido a más niveles.

—Espero que no me estés mintiendo,Iker.— dijo ella.

—¿No has escuchado que no es suyo?— hablé por fin—¿Tú crees que yo escogería un hombre como él para que sea el padre de mi hijo?

Calló. Iker posó su mirada en mí.

—Si yo tuviera un hijo tuyo y tú me estarías tratando como lo hiciste, ni siquiera te daría el permiso de verlo— hablé indirectamente, haciendo clara referencia a nuestra situación. —Pero vamos a dar gracias a Dios que tú no eres el padre de mi hijo.

—Te veo más tarde— le dijo a su amada, retrocediendo unos pasos para que después regrese y se encierre en su oficina.

—Desaparece de nuestras vidas de una vez— me fulminó con la mirada antes de depositar su bolsa sobre el hombro e irse.

—Con borrar lo que una vez diseñaste no eliminas su existencia. Lo que una vez fue real nunca podrá pasar como si fuese un sueño.— le grité mientras se estaba alejando, pero en esa ocasión no había obtenido ninguna reacción suya. —Este lugar da asco— espeté en cuanto Carina se posó a mi lado.

—Dímelo a mí.

—¡Milla!—volví a escuchar mi nombre, pero esta vez una sonrisa se formó en mis labios.

—¡Emir!— me dirigí hacia él alegre, abrazándolo amistosamente.

—Hace tiempo que no te estaba viendo—confesó amablemente y posó su mirada en la caja donde estaban depositadas todas mis cositas—Así que hoy es el día en el cual realmente te vas.

—Hoy es el día—le dediqué una ligera sonrisa, pero antes de poder seguir la plática, el sonido de unos tacones y la mirada cambiada de Emir aparecieron.

—Mi hermano te quiere ver— habló Valentina detrás de mí, momento en el cual me giré y la miré a los ojos—A ti, Milla.— me habló, pero su mirada seguía clavada en Emir.

—Perfecto. Yo no quiero verlo— me giré hacia Emir. —Seguimos en contacto— acaricié su hombro y me sonrió con ternura, asintiendo con la cabeza. —Adiós.

Me dirigí hacia la recepción donde chequé si todas mis cosas estaban allá y al parecer mi intuición no me había fallado. Faltaba algo. Al parecer Carina no se había fijado y en el cajón donde normalmente conservaba mi libro favorito, junto a unas fotos con mi mejor amigo.

—Ahorita, vuelvo— susurré mientras ella atendía una llamada y me encaminé hacia el despacho que hace poco había sido mío.

Alejé cualquier pensamiento que intentó cruzarse en mi mente y me obligué a recoger lo más rápido posible mis cosas para largarme de una vez de ese lugar. Mis cosas estaban justo donde las había dejado, así que logré hacerlo todo como lo había tenido planeado. Un solo inconveniente que no había anticipado se había interpuesto entre mis planes. Íker había entrado en mi despacho, había cerrado la puerta con llave y comenzó a caminar hacia mí de manera peligrosa.

—Milla...—intentó hablar, pero al instante lo detuve con una fuerte cachetada.

—Abre la puerta.— hablé con claridad, sin darle ni la mínima intención de que podía obtener una plática a poco decente conmigo.

—Me lo tenía bien ganado— habló mientras se acarició la mejilla y alzó las cejas.

Ignoré sus palabras junto a su mirada y agarré las llaves de su mano, pasando por su lado con mi libro y fotos en la otra mano, cuando volvió a agarrarme por el brazo y esta vez, acercarme a sí tanto que pude inhalar su fresco perfume y el fino olor de cigarro mezclado con una dosis de alcohol.

—No me hagas hablar de más.— suspiró.

—No me hagas quedar más—me zafé de su agarre que había cedido. —No hay nada más de que hablar, hacer o vivir aquí. ¡Que te vaya bien!

—No había hablado en serio hace rato—gritó y me detuve.

—¿Sobre mi hijo?— me giré hacia él para mirarlo a los ojos.

—Nuestro hijo—recalcó.

Dejé las llaves en la puerta y luego me volví a acercarme hacia él molesta.

—Bien, no has hablado en serio acerca de este asunto—asentí con la cabeza, pero al momento que vi su rostro relajándose, añadí: —Pero, no tuviste el valor de contestar a mis llamadas para que por lo menos me expliques un tanto las cosas, para no decir que normalmente esto se hace de frente. Me trataste como si fuese nada cuando nos hemos encontrado al restaurante, desapareciste y no te importó de tu propio hijo, yo estoy de más, lo comprendo, ¿pero qué culpa tiene el bebé? Jodidamente me robaste mis zapatos y se los regalaste a esta, y la lista puede seguir. Estas fueron tus acciones, Íker, así que tus palabras de hoy ya no tienen ni la mínima importancia.

—Milla, las cosas...— volví a interrumpirlo.

—Ahora ya es bastante tarde para explicaciones .— le dediqué una sonrisa triste—En este punto todo está de más.

—No se trata de explicarte nada,no es el momento.

—Contigo, nunca es el momento— saqué una risa burlona—pero, ¿adivina qué? Ahora soy yo la que ni siquiera quiere darte la oportunidad de formar el momento adecuado.

—Te estás precipitando.

—¡Uy! Gracias por tus valiosos consejos— le guiñé el ojo y volví a girarme hacia la puerta, pero esta vez estaba decidida en irme.

—En algún momento vamos a tener que hablar.— lo escuché decir.

—En algún momento te quise escuchar...

Continue Reading

You'll Also Like

32.5K 907 24
𝐒𝐡𝐢𝐩𝐬 𝐲𝐚𝐨𝐢/𝐲𝐮𝐫𝐢 𝐢𝐧𝐬𝐩𝐢𝐫𝐚𝐝𝐨𝐬 𝐞𝐧 𝐥𝐚 𝐬𝐞𝐫𝐢𝐞 "𝐂𝐨𝐛𝐫𝐚 𝐤𝐚𝐢" 𝒔𝒉𝒊𝒑𝒔 𝒑𝒓𝒊𝒏𝒄𝒊𝒑𝒂𝒍𝒆𝒔: 𝑱𝒉𝒐𝒏𝒏𝒚 𝒙 𝑫𝒂𝒏�...
109K 8.1K 24
Hazel, una chica que es famosa en la escuela por agarrar a patadas a todos y ser muy extrovertida y Noah, la chica mas popular de toda la escuela, a...
1.9M 132K 90
Becky tiene 23 años y una hija de 4 años que fue diagnosticada con leucemia, para salvar la vida de su hija ella decide vender su cuerpo en un club...
46.5K 3.3K 24
Me convertí en un demonio despiadado para gobernar sin piedad, para impartir brutalidad sin pensarlo dos veces. Me convertí en un demonio para romper...