Can you hear these dreams? (C...

By chrysanthemerouge

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Tras visitar un antiguo castillo de la realeza en Francia, Harry se obsesiona con el retrato de un joven homb... More

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- 𝒄𝒉𝒂𝒑𝒊𝒕𝒓𝒆 𝒖𝒏 -
- 𝒄𝒉𝒂𝒑𝒊𝒕𝒓𝒆 𝒕𝒓𝒐𝒊 -
- 𝒄𝒉𝒂𝒑𝒊𝒕𝒓𝒆 𝒒𝒖𝒂𝒕𝒓𝒆 -
- 𝒄𝒉𝒂𝒑𝒊𝒕𝒓𝒆 𝒄𝒊𝒏𝒒 -

- 𝒄𝒉𝒂𝒑𝒊𝒕𝒓𝒆 𝒅𝒆𝒖𝒙 -

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By chrysanthemerouge

La noche pasó bastante rápido, a pesar del ardiente deseo de Harry de sofocar sus preguntas. Quería hacer un poco de investigación. Quería saber más sobre Louis, pero sus primos, como siempre, hicieron que la noche fuera divertida y que se extendiera. Habían perdido tantas horas jugando a "Cartas contra la humanidad" e incluso entonces, Matt se las arregló para anotar algunos puntos, aunque contra el tiempo.

Y solo entonces, mientras Harry yacía sobre su colchón y Matty ya roncaba en voz alta, tuvo un momento libre, Harry siempre había admirado la capacidad de su primo de quedarse dormido inmediatamente. Harry no tenía ese talento. Dormir esa noche para Harry era imposible. Su ente estaba demasiado ocupada. Si era honesto, todavía estaba en algún en el château, inmóvil en el centro de la sala de música.

Desbloqueando su celular, Harry hizo una mueca ante la luminosidad atacando sus ojos fatigados. En serio, debería activar la opción de ajuste automática, pero siempre se olvidaba.

Abriendo Safari, se aplastó la cabeza tratando de recordar el nombre del château. Entonces, recordó que la localización estaba activada en sus fotos y entonces, abrió su galería, complacido al ver que la localización había sido documentada.

Château d'Amboise, Francia.

Era una idea distractora. Entre las numerosas fotos del exterior del castillo, se destacaba el príncipe Louis. El retrato era magnífico, inquietante.

Harry pensaba que sus fotos no le hacían justicia, pero tenía el presentimiento de que Google tenía muchas otras imágenes del retrato. Al menos, eso esperaba.

Al abrir el motor de búsqueda, los dedos de Harry se movieron rápidamente mientras escribía su consulta. Príncipe Louis de Amboise. Lastimosamente, no podía recordar el nombre completo. (De todos modos, ¿quién había pensado que era genial entre la gente aristócrata el tener los mismos nombres y tantos nombres adicionales?)

El primer resultado que apareció fue el de una página de Wikipedia, solo que estaba escrita completamente en francés. Cuando Harry, aún así, dio clic, se dio cuenta rápidamente de que era el Louis equivocado. Ese Louis, se llamaba Louis d'Amboise y había nacido en el siglo XIV. Su imagen en Wikipedia era un dibujo de su cuerpo en lo que parecía ser una tumbona. Siniestro.

Harry suspiró, cerrando sus ojos mientras se frotaba la frente. ¿Por qué no podía recordar el nombre completo? Recordaba que Ella había usado otro título, además de príncipe, algún duque de cualquiera que fuese el nombre. Harry gruñó cuando no se le ocurrió nada.

Giró la cabeza, empujándose a sí mismo sobre sus codos para mirar por encima de su primo. Matty todavía estaba muy dormido y afortunadamente, sus ronquidos habían disminuido en disonancia.

Harry sonrió para sí mismo, sentándose con cuidado, mientras iluminaba la habitación con su teléfono. Al ver su bolso en el escritorio de Matty, lo alcanzó sin hacer ruido, donde sabía que encontraría la guía en el primer bolsillo.

Se acomodó en su colchón y en su prisa sosteniendo el celular en su mano, rápidamente lo dejó caer sobre su cara.

—Umpf —dijo en un susurro, su nariz le dolía y casi palpitaba por el impacto. Se llevó la guía a la nariz, apreciando la frialdad temporal del papel contra su piel.

Sacudiendo su cabeza y parpadeando, volviendo su atención al asunto en cuestión. Usando la luminosidad de su pantalla como una linterna, comenzó a pasar las páginas, leyendo entre líneas, sus ojos se detenían cada vez que encontraba la palabra "Louis". Lo que pasaba con frecuencia, ya que, todos tenían el mismo nombre.

Finalmente, encontró la página que concernía al salón de música y por fin, obtuvo lo que estaba buscando.

No había mucha información sobre el príncipe Louis, solo la anécdota que Ella había compartido con él. Habían imágenes de los cuadros que estaban colgados en la habitación, pero ninguna del retrato de Louis. Lo cual tenía sentido, dado que Ella había mencionado que había sido recientemente añadida a la habitación.

Mirando de los nombres a su celular, Harry los escribió y entró a su búsqueda en Google. (Escribió: "Louis Charles Philippe Raphäel d'Orléans." Sí, todos los nombres). El primer resultado parecía ser, en definitiva, el correcto y gracias a Dios, era una página de Wikipedia escrita en español.

Harry dejó caer la guía sobre su colchón, el libro se asentó con un suave chasquido en sus muslos y cliqueó en el primer enlace. Estaba muy agradecido de que la página de Wikipedia cargara tan rápido, los párrafos apareciendo casi instantáneamente.

Su lectura, ahora podía comenzar.

El primer párrafo no le dio nueva información. Hablaba de quien era Louis, el hijo de un rey. La única información nueva era el día de su nacimiento y su muerte. 25 de octubre de 1814 y el 26 de junio de 1896. El príncipe Louis, aparentemente había muerto a la edad de ochenta y un años en Versalles y había sido enterrado en La Chapelle royale de Dreux. La tarjeta de información en la página de Wikipedia mostraba una imagen, pero, a diferencia del retrato, en esta se veía más viejo. Definitivamente, por encima de los treinta años.

En realidad, el retrato se veía bastante ridículo, porque parecía que el príncipe Louis estaba parado en la playa, excepto que las dimensiones estaban realmente desproporcionadas. El hombre lucía como un gigante en la playa y el mar detrás de él, más como un charco que un océano entero.

La zona del texto dedicada a su infancia era, en definitiva, nada parecida a la de la niñez de Harry. Hablaba sobre dónde había nacido (Palais Royal en París) y que a la pronta edad de doce años, el príncipe Louis había sido nominado coronel del primer regimiento de los chasseurs.

Harry sacudió la cabeza, siempre asombrado de cómo las cosas eran tan diferentes en aquel entonces.

La mención de Constantina atrapó la mirada de Harry. Aparentemente, el príncipe Louis había acompañado a algunas expediciones argelinas contra el pueblo en el otoño de 1836, antes de que se le confiase el mando de una brigada de la operación de asedio; una generación antes de Constantino.

Parecía que el príncipe Louis había navegado mucho por el mar hacia diversos lugares y sirviendo bajo generales. Habían habido más expediciones... más misiones... Ciertamente, su vida no había sido aburrida.

Harry no entendía por qué todo lo escrito allí estaba debajo de la sección de infancia. El texto no decía nada sobre ella o su adultez o la vida personal de Louis. Harry se preguntó si alguna vez iba a encontrar este tipo de información y temía no hacerlo.

Aún así, continuó leyendo, entusiasmado de poder saber más. Cuando sus ojos alcanzaron la siguiente sección, su estómago se revolvió. No sabía por qué. Todos los párrafos eran sobre la relación del príncipe Louis. Se había casado con la princesa Victoria de Sajonia-Coburgo-Gotha en el Château de Saint-Cloud. Eso fue todo lo que Harry pudo encontrar sobre cualquier tema relacionado con el romance en esta sección, solo porque entonces, se movió hacia temas más formales y un trágico evento en la vida del príncipe Louis: La muerte de su hermano, Ferdinand, duque de Orleans en 1842.

Harry siguió leyendo, frunciendo el ceño en concentración. Sus ojos empezaron a doler en algún punto. Usualmente, no le gustaba leer en la oscuridad de esa manera, pero no quería encender la luz, principalmente porque Matty todavía dormía.

Cuando Harry le echó un vistazo al reloj, se dio cuenta que era bastante tarde, casi las 3:21 am. Estaba muy seguro de que él y sus primos se habían ido a la cama alrededor de las dos de la madrugada. Frotó sus ojos con el dorso de su mano derecha y se dio cuenta de que, en realidad, se encontraba bastante adormilado. Quería seguir leyendo, pero no sabía si podría durar.

Así que, bloqueando su iPhone, decidió que volvería a su búsqueda al siguiente día.

♕♕♕

Dedos acariciaron su brazo, dejando escalofríos a su paso. Harry sonrió, girando la cabeza hacia un lado, su mejilla tocando la almohada mientras labios cálidos presionaban besos gentiles sobre su garganta. Sintió una sonrisa contra su piel junto con una exhalación candente en el hueco de su cuello.

Harry arqueó su espalda ante la dura embestida, mordiendo su labio inferior tan fuerte que ni siquiera le importaba si se sacaba sangre. Los labios se movieron de su cuello a su oreja izquierda, una lengua lamiendo el lóbulo de su oreja antes de que suaves palabras fueran dichas —gemidas—, en su oído.

—Quiero escucharos, mi amor.

Casi resopló, pero en su lugar, un jadeo fue sacado de él, tras otra deliciosa y dura embestida.

—Sabéis que no podemos ser escuchados —se las arregló para responder, sin importarle cuán sin aliento debía haber sonado.

Los dientes mordieron el lóbulo de su oreja y Harry rodó sus propias caderas, encontrándose con el otro cuerpo profundamente enterrado dentro suyo.

—Puedo hacer lo que sea que me plazca —respondió con suavidad su amante sobre su oído. Una mano se enterró en el pelo de Harry, con los dedos girando alrededor de los rizos oscuros. Luego hubo un tirón, otra embestida y muchos besos salpicaron la mandíbula de Harry—. Quiero escucharos.

—¡Louis!

♕♕♕

Harry se despertó con un sobresalto, casi gritando el nombre. Se mantuvo inmóvil por un momento, completamente mortificado cuando se dio cuenta de lo que había sucedido. ¿Había acabado de tener un jodido sueño húmedo? ¿Debido a las cosas que había leído la noche anterior? Dios, no podía creer esto. Y, definitivamente, no estaba duro, muchísimas gracias.

Las manos de Harry buscaron el teléfono y le tomó unos segundos encontrarlo porque había olvidado que lo había deslizado debajo de su almohada. Al verificar la hora, casi se sintió aliviado cuando notó que eran cerca de las nueve de la mañana. Era una hora decente para despertarse, aunque sabía que Matty definitivamente, seguiría durmiendo.

Tan silencioso como fuese posible, Harry se apresuró hacia el baño para tomar una ducha despertadora y helada. Intentó no pensar en cuán real se había sentido ese sueño.

♕♕♕

Se sentía extraño que el sueño de Harry nunca se desvaneciera de su mente, incluso después de un día entero. Por lo general, él de verdad tenía problemas para recordarlos. Pero no ese en específico. Estaba arraigado a su memoria.

Su cerebro rebobinaría felizmente el sueño, enviando imágenes a la cabeza de Harry, incluso cuando realmente no quería pensar en ellas. Y todas las veces, Harry era superado por una sensación específica... La sensación de un recuerdo que habías vivido. Excepto que él estaba cien por ciento seguro que nunca había tenido una relación sexual como esa. (Sin ofender a sus novios anteriores). Estaba seguro de que el universo se estaba riendo de él... mofándose de su inexperiencia.

Mientras estaban por partir a un restaurante en la ciudad, Ella estaba completamente absorta en un documental sobre Louis XIV, Le Roi Soleil y su recatada extravagancia en Versalles. (Nuevamente, ¿por qué mierda habían decidido que era buena idea nombrarlos a todos así?)

—Harry, ¿estás bien, cariño?

Harry parpadeó, alejando su mirada de la ahora apagada televisión y dirigiéndola a su tía. ¿La realeza lo estaba persiguiendo, incluso en la vida real?

—¡Sí, um, sí!

Ella soltó unas risitas junto a él, sacudiendo su cabeza mientras entrelazaba sus brazos.

—Vamos a comer, estoy famélica.

♕♕♕

—¿Aquello fue vuestro estómago rugiendo, mi príncipe? —preguntó Harry, sus palabras siendo cortadas por las risitas escapando de su boca. Su cabeza descansaba contra el torso de su amado y sentía las vibraciones del gruñido de Louis bajo él.

—Estoy famélico. Mostrad algo de respeto.

Harry se empujó sobre un codo, su otro brazo todavía yacía sobre el pecho de su príncipe.

—Siempre —respondió suavemente, inclinándose para robarle un beso. Pero Louis no le dejó ir, sus brazos ahuecando su nuca, sus dedos perdiéndose en el cabello de Harry. Sus bocas se conectaron de nuevo. Era gentil, simple y perfecto. Harry suspiró contra la boca de su amado cuando se separaron.

Cuando sus ojos parpadearon abiertos, el océano lo miraba fijamente. Había una suavidad alrededor de los bordes y un cariño que casi se desbordaba. Después de solo un año, Harry había arrojado todo su corazón a aquel océano, su protector lo resguardaba. El amor en su mirada nunca había vacilado.

—Le amo, mi querido Henri Lionel Castagné.

—Le amo, Louis Charles Philippe Raphäel d'Orléans.

♕♕♕

Harry se despertó con una sensación de cosquilleo en sus labios. Se llevó una mano a la boca, exhalando tembloroso contra sus dedos.

¿Qué demonios le estaba pasando?

No sabía por qué de repente, estaba obsesionado con el príncipe Louis, tanto que ahora estaba teniendo sueños. Claro, el cuadro que había visto en el castillo lo había cautivado pero a su vez, parecía haber perturbado algo más profundo en el interior del subconsciente de Harry, porque...

Harry jadeó, acomodándose en el colchón. Por el rabillo del ojo, notó que Matty ya estaba despierto, con la cama vacía lo cual era extremadamente raro, ya que Harry nunca se quedaba dormido. Pero, en cierto modo, estaba agradecido de estar solo porque, probablemente, estaba atravesando una crisis existencial en ese momento.

Lanzó las sábanas lejos de él, dando un enorme paso para alcanzar el celular que había dejado conectado al otro lado de la habitación. Ni siquiera revisó las notificaciones, sus dedos ya se estaban moviendo para abrir Safari. Quizá se estaba volviendo loca, pero era algo que tenía que verificar.

Con dedos temblorosos —Dios, ¿por qué estaba temblando?—, escribió las palabras que tenía tanto miedo de expresar alguna vez.

Sueños vívidos de la reencarnación.

No vaciló un segundo antes de dar clic en el primer enlace que sugería, titulado: "Siete señales de que tuviste una vida pasada".

Realmente iba a hacer esto, entonces.

♕♕♕

—¡Harry!

Cerró Safari, alzando la cabeza hacia la de Matty que se asomaba por la puerta.

—Un amigo me invitó a su piscina. ¿Vienes?

Harry había pasado la última hora leyendo diversas cosas sobre la reencarnación mientras Ella se encontraba en lo de algún amigo y Ben trabajaba. Había sido incapaz de leer nada al principio, no por falta de voluntad, sino porque había pasado algún tiempo con su primo, Matty. La única razón por la que se le había concedido una hora de paz era porque Matty había elegido tomar una siesta en algún momento de la tarde.

Y como había adivinado... realmente necesitaba la distracción. Necesitaba despejar su mente de los improbables y locos pensamientos que se formaban en su cabeza. Su hermana siempre decía que él tenía una imaginación fértil.

—Sí, andando.

♕♕♕

—Así que, dime Harry —el amigo de Matty, Timothée, empezó a decir con su acento francés—, ¿has estado disfrutando de Turena bastante?

Harry detuvo la agitación de sus pies en el agua. Estaba sentado al borde, el agua todavía se derramaba de su piel luego de haber nadado. Le sonrió a Timothée. Turena era el nombre de la provincia y siempre había encontrado la palabra divertida.

—Oui, j'adore —respondió, orgulloso de haber usado su vocabulario limitado de francés de alguna manera. Quería ser un primo genial, ¿vale?

Matty sonrió, riendo y sacudiendo sus brazos en el agua.

—Tu parles! C'est le paradis pour lui, il adore les châteaux de La Loire. —Rápidamente, traducido como: ¡No me digas! Es como el paraíso para él, ama los castillos de Loira.

Harry frunció la nariz. Pensó que había entendido la mayoría de las palabras, pero, por si acaso, chapoteó algo de agua en el rostro de su primo con su pie izquierdo. Matty tomó represalias mientras Timothée soltaba una carcajada, aparentemente entretenido por las travesuras.

—Tomaré el sol —declaró Harry un par de minutos después, sacándole la lengua a su primo. Matty puso los ojos en blanco pero asintió.

Mientras que Harry aún vivía en Inglaterra, se las arreglaba para conseguir un bronceado durante el verano. No se podía decir lo mismo de su primo. Él y sus hermanos siempre habían sido demasiado pálidos y si intentaba broncearse sin utilizar bloqueador, podías estar seguro de que se volverían tan rojos la remolacha. O tal vez, rojos como las habitaciones del château d'Amboise...

Harry sacudió la cabeza, desmadejándose sobre su toalla. Era una cosa vieja y fea que su tía había encontrado para él. —Se había olvidado de empacar una, demándenlo—. Eran de color azul y verde y habían varios hilos sueltos, pero a Harry le gustaba. De momento, era lo suficientemente cómoda como para que se tumbara y dejara que el sol tocara su piel por un rato.

♕♕♕

—Deseo que me pintéis.

Harry alzó la cabeza hacia Louis. Estaban sentados sobre una banca escondida entre las flores del jardín. El cómodo y familiar silencio entre ellos no se había prolongado mucho. Nunca era largo o raro para ellos, todo siempre era placentero. Sin embargo, las mejillas de Harry se calentaron ante la petición de Louis. No ayudaba que el sol fuese agresivo aquella tarde.

—¿Por qué querría tal cosa, Su Alteza?

Harry estaba seguro de que podía percibir el fantasma de una sonrisa en el rostro de Louis. El joven de la realeza todavía miraba hacia delante, observando el jardín o quizá pretendía hacerlo. Normalmente, sus ojos se posaban sobre Harry todo el tiempo pero bajo el ojo público, no podían ser así de posesivos con el otro. De todas maneras, a Harry le gustaba mirar a su príncipe. Tal vez no debería dejar que su mirada se prolongara sobre sus facciones, pero no podía evitar intentar...

—Me complacería muchísimo un cuadro de mí parado allá... —Louis señaló hacia el château—, bajo uno de los muchos arcos de la edificación.

Harry frunció el ceño pensativo, regresando su mirada a su amado.

—Hay otros magníficos lugares alrededor del jardín...

Esta vez, Louis le miró, la comisura derecha de su boca crispándose hacia arriba.

—¿Eso significa que me vais a pintar?

Harry sintió los dedos ajenos envolviéndose con los propios. Sus manos conectadas estaban escondidas entre sus muslos, ocultas cuidadosamente entre las sombras. Tenían que partir pronto pero, mientras pudiera, Harry disfrutaría de la caricia.

Apretó la mano de Louis en respuesta.

♕♕♕

Al siguiente día, Harry había tomado una decisión, una bastante loca pero sabía que tenía que hacerlo.

—Oye, Matty, ¿me prestas tu bicicleta?

Matty sonrió tras una cucharada de cereal.

—Solo si dices la palabra "bicicleta" en francés.

Harry le obsequió a su primo una mirada inexpresiva.

—¿Vélo?

Matty rió.

—Llévatela.

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