- Míralo Chris - dijo emocionado mientras me abrazaba - está hermoso.
- Nuestro pequeño.
- Me da hasta cosa tocarlo ¿crees que seremos buenos cuidando de él?
- Claro, si es nuestro - le di un pequeño beso - ¿qué nombre será bueno?
- Llevo días pensando uno y aún no sé.
- Mmm... está difícil, tenemos que escoger pronto.
- Nos costó mucho traerlo con nosotros, nos hicieron esperar bastante.
- Dijimos que la responsabilidad era compartida ¿eh? - advertí.
- Sí.
- Nuestro primer auto de carreras que tenemos como pareja - dije mirando el bello modelo deportivo.
- Lo mejor es que tiene nuestro propio toque, nuestro estilo.
- La próxima semana vienen para ver el asunto del garaje, no sé cómo vamos a meter tres autos ahí.
- No te preocupes, de que alcanzan los tres, alcanzan.
- ¿Amor?
- Dime.
- ¿Te acuerdas de lo que hablamos hace un tiempo? - pregunté esperando que sí.
- ¿Cuál de todas? Hablamos muchas cosas en un día.
- Vamos adentro para estar más cómodos - pedí.
Me acomodé a su lado, estaba esperando a que le diga pero me daba algo de vergüenza hablar estos temas.
- Ya sé de qué quieres hablar.
- ¿Enserio? - asintió haciendo un gesto mientras movía sus brazos de una forma particular.
- Del bebé.
- Este, mira...tenemos claro que ambos queremos, pero ayer en la noche estaba pensando en que nunca nos pusimos como una fecha o algo.
- Yo creo que deberíamos esperar un buen tiempo, antes de querer adoptar a un o una pequeña, tenemos que hacer varias cosas antes, lo sabes - respondió.
- Sí, pero ese tiempo ¿sería mucho?
- Christopher Vélez ¿quieres ser papá tan pronto? - se cruzó de brazos.
- Más o menos - reí - osea no ahora, pero que tampoco sea tan allá.
- No suelo ser de planear las cosas, pero quiero esperar lo suficiente - respondió - con un hijo mi vida va a cambiar por completo.
- ¿De que hablas?
- El día que yo de ese paso tan grande, contigo obviamente, voy a dejar las carreras - dijo decidido.
- ¿Es enserio? - su respuesta me impresionó bastante.
- Enserio, ojo, solamente las carreras, mi pasión por esto jamás la dejaré - sonrió - pero no quiero que el día de mañana mi hijo tenga que vivir cosas de esta vida, quiero darle una vida normal y no con un papá que por las noches corre, apuesta o huye de la policía.
Su punto de vista me parecía bastante lógico y apropiado, la verdad yo jamás lo había pensado así.
- Entonces cuando eso pase, cuando tengamos la decisión tomada - tomé un respiro - nos retiramos juntos.
- ¿Lo harías?
- Sí, por un hijo si lo haría.
- Estamos pensando en grande a futuro ¿te das cuenta? - puso su cabeza en mis piernas.
- Sí, pero por ahora nos toca vivir nuestra vida de novios, nuestra juventud, las locuras de la vida.
- Me tienes loco.
- ¿Si? Tú también - le lancé un beso - deberíamos irnos unos días fuera de aquí, relajarnos, conocer otros lugares ¿qué dices?
- Me parece perfecto, tengo unas ganas enormes de ir a un lugar apartado de la ciudad, eso sí sería relajante - respondió cerrando sus ojos.
- Formaremos muchas cosas juntos a futuro, ya me veo en unos años contigo riendo, peleando, educando a nuestro futuro Vélez Colón...
- O futura - interrumpió.
- Exacto. Seremos los dos hombres más felices, de eso estoy seguro.
- Ya soy feliz contigo, que el resto fluya.
- Que el resto fluya.
Cada día reflexionaba y aprendía cosas con él, tenía puntos de vista diferentes a los míos de los cuales nos encargamos de complementar. Estábamos bien, felices, contentos y ansiosos de formar una vida juntos, grandes cosas se venían para nosotros y no debíamos desaprovechar nada, pero sobre todo, encargarnos de que este amor que sentimos ahora, se haga más fuerte en un futuro y que no decaiga con el paso de los años.