Estábamos sentados en el sofá, uno frente al otro mientras él limpiaba mis heridas. No era capaz de mirarlo a los ojos, en todo momento mantenía mi mirada en otro lugar.
- Que hiciste - habló de pronto.
- Intentar reparar lo que hice.
- Mira como quedaste - levantó mi mentón - mañana de seguro te va a doler.
- No volverá a molestarte - me atreví a mirarlo - ya se lo advertí.
- Christopher, ya pasó.
- No, no pasó. Mientras estés conmigo ese tipo no te hará daño.
- No estamos juntos, te lo recuerdo - dijo al terminar de curarme.
- Eso no es motivo para que no pueda protegerte - respondí - si no quieres estar conmigo voy a respetarlo, no es lo más agradable para mi porque yo sí quiero estar contigo, pero voy a estar pendiente de ti quieras o no quieras, te guste o no te guste.
- Me voy a ir - contestó - mañana terminando la carrera me voy.
- Yo no voy a competir contigo así - miré su pierna.
- ¿Crees que no puedo ganarte?
- No tienes auto.
- Eso no es problema para mí - dijo - voy a ganarte.
- Lo siento, pero el que va a ganar voy a ser yo y tendrás que quedarte. Apuestas son apuestas.
- Perfecto, nos vemos mañana.
- ¿Quieres que te lleve a tu habitación?
- No, yo puedo solo y además ahora no quiero.
- Déjame ayudarte al menos, deja tu orgullo.
- Lo dejé una vez y mira como quedé - rió irónico.
- ¿Comiste? ¿Quieres que te cocine? ¿Algo en especial? Puedo hacer...
- No - interrumpió - quiero estar solo, quiero dormir y si necesito algo claramente no te lo voy a pedir a ti.
- ¡Amooooor! - dije con voz triste sin darme cuenta en ese momento de lo que había dicho.
- No me digas así - me dió un golpe en el brazo.
- ¡Oye! - acaricié mi brazo debido al dolor - lo dije sin pensar.
- Es que tú no piensas, ese es el problema en ti - intentó ponerse de pie. Preferí dejar que lo haga solo o me volvería a golpear.
- ¿Vas a perdonarme?
- Posiblemente.
- Esa no es una respuesta muy alentadora Erick.
- Yo diría que sí. Pero ¿sabes? No puedo ser un mal agradecido, el que hayas ido a poner en su lugar a ese tipo...se siente bien. Te lo agradezco por cierto.
- Es lo mínimo que puedo hacer por ti, no por el hecho de que casi te mato, osea si también - reí con cierta timidez - pero sabes que te quiero ¿lo sabes verdad?
- Eso creo.
- No quiero que sigamos siendo rivales, si quieres te doy mi lugar como el número uno. Solo quiero que te quedes aquí, ven a vivir conmigo, mis amigos te tienen cariño, ya prácticamente te consideran uno de ellos - comenté.
- Yo también les tengo cariño, son algo locos pero me agradan bastante - sonrió de lado.
- Sé mi novio - dije acercándome lo suficiente a él como para sentir su respiración - quiero que seas mío.
- Me tuviste contigo, pero ya no se pudo Christopher.
- Sí, si se puede - roce mis labios con los de él - sé mi novio.
- Nos vemos mañana - me alejó de inmediato.