- Quizás estoy paranoico.
- ¿Y eso? ¿Por qué? - sentí sus manos recorrer mi pecho.
- No te sentí venir - lo senté en mis piernas.
- Ya puse a lavar tu polera.
- ¿Y la otra? La que te trajiste primero.
- Está guardada, si te la quieres llevar te digo de inmediato que no, ahora es mía.
- Es mi favorita.
- Era.
- Oye, estaba pensando que deberíamos avanzar un poco más.
- ¿Avanzar?
- Conocernos mejor - dije con una sonrisa - quiero saber más de ti.
- Mmm...si quieres - repartió besos en mi cuello.
- ¿Quién era el tipo de ayer? Te fuiste, no me llamaste y no me has dicho nada.
Dejó de hacer lo que estaba haciendo, como si le hubiera dicho algo grave - nadie.
- ¿Como que nadie? Que casual que llegue a mi casa, sin que tú le hayas dado mi dirección y sumándole la actitud que tuviste - conteste.
- ¿Esto será un interrogatorio?
- No, no te lo tomes así - respondí - quiero que me tengas confianza, sé que todo ha sido bastante rápido, no llevamos ni un mes juntos, pero he tratado de ser lo más sincero contigo - añadí mientras lo acomodaba mejor - tu conoces a mis amigos, si él es tu amigo...
- No es mi amigo - interrumpió - no es nadie.
- ¿Piensas que te creeré?
- Si fuera importante te lo diría, si fuera mi amigo te lo presentaría, pero enserio no es nadie.
- Dijo que nos movemos en los mismos rumbos, al parecer sabe de mi.
- ¿Te lo dijo él?
- Sí.
- Que más te dijo - se puso de pie esta vez.
- Nada más - mentí - ¿debería saber algo?
- Ignora a ese tipo, otra cosa, yo no tengo amigos - aclaró de inmediato.
- Tienes a los míos, les agradas bastante.
- Ellos también me agradan, son algo, locos - rió.
- ¿Tú me serías infiel? - solté como si nada.
- ¿Que? - me miró confundido - que pregunta es esa.
- Solo responde, no es tan difícil la respuesta.
- No te responderé - se sentó a mi lado.
- Vaya, con eso ya me dijiste todo.
- Mira, no sé qué te pasa hoy que andas raro y haciendo preguntas tontas - se puso a la defensiva - si quieres confiar en mí perfecto y si no quieres me da igual, yo no pierdo nada.
- Quién demonios era ese chico entonces - dije poniéndome de pie - que tanto ocultas.
- Vete a la mierda - tuvo la intención de dejarme solo pero no lo dejé.
- No, no, ven acá - lo giré para que me mire - ¿es tu novio? ¿tu amante?
- No te pases - rió - no me busques el lado malo Christopher, enserio.
- Tú no me provoques entonces, tú no me busques el lado malo a mi, tú llegas a fallarme y me vas a conocer realmente como soy - lo empujé.
- En primer lugar no me empujes - advirtió - en segundo lugar, no vengas con escándalos aquí, y en tercer lugar tú y yo no somos nada, si yo quiero me meto con quién se me dé la gana, permiso a ti no tengo porqué pedirte.
- ¿A sí?
- Sí fíjate - se acercó desafiante.
- Está bien, hasta aquí la dejamos entonces, yo no le ruego a nadie.
- ¿Y tú crees que yo si? Por favor, no seas idiota.
- Te metiste con el equivocado, ahora te aguantas - amenacé para salir de ahí. Tomé mi celular para marcarle a quien me ayudaría en esto - te tengo otro trabajo.