D I A N A
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Blanco, con una cola larga y un ramo de flores lilas cayendo en cascada por mis manos. Un velo cubría mi rostro y delante de mi caminaban Mar y Becca arrojando pétalos de flores violetas. Mi pequeño Anker iba junto a su tía Melione llevando los anillos. Los pequeños bebes contaban con un año y medio de edad. Todos habían nacido en el mismo año a excepción de Melione que es unos cuantos meses mayor que sus sobrinos.
Esperándome al final del altar estaba Apolión con un esmoquin blanco y una flor lila en su solapa. Siendo llevada por Hades sentía que mis piernas eran gelatina con cada paso que daba.
– Te vez hermosa Dianita, no te pongas nerviosa – susurro mi futuro suegro con bastante alegría en su mirada. Viendo debajo desde el velo mire de reojo a los invitados y la cantidad de divinidades que había en el lugar me abrumo un poco. Me sentía tan poca cosa rodeada de gente tan poderosa e importante en el panteón olímpico. Al llegar a unos escasos metros del altar pude ver varias caras familiares entre ellas estaba Styx con su pequeño hijo en brazos. La diosa del río Estigia no pudo resistir quedarse con su hijo en el tártaro y había conseguido poder sacarlo de vez en cuando.
A escondidas de Cronos con algo de ayuda de la esposa del titán y de Ceo que al parecer no se puede resistir a los encantos de Styx. Gemma volvió a la vida recuperando lo que perdió al morir su familia, su novio y su carrera universitaria. Me siento feliz por ella realmente se ganó el premio que le concedió Hades y solo deseo que continué siendo feliz como hasta ahora. Helen dio el siguiente paso con Hypnos y cuando acabe la universidad van a ir a vivir juntos en un apartamento que la diosa Nyx compro para su hijo. Hablando de Hypnos su gemelo Tátanos logro conquistar finalmente el corazón de Ziara y comenzaron a salir. Admito que la noticia me alegro demasiado Ziara puede ser linda cuando no amenazan de muerte a su madre y no esta obsesionada con Apolión.
Mi chico sombras estaba frente al altar extendiendo su mano hacia mí para que me ponga a su lado. Hades me dejo en manos de su hijo no sin antes verlo de manera amenazadora y decirle unas dulces palabras.
– Te entrego a lo mejor que podrá pasarte en la vida si le haces daño olvida que soy tu padre – besando el dorso de mi mano el rey del inframundo me dio un abrazo y me dejo en manos de su hijo. Estaba temblando y ver sus ojos a través del velo me dieron cierta calma, frente a nosotros estaba Zeus el dios del trueno y rey del Olimpo. Las Moiras también estaban presentes y sus hijas cubrían sus rostros con velos negros para no hablar con nadie.
– Nos hemos reunido en este día para unir a este Dios y a esta descendiente de semidiosa – con un vozarrón grueso y claro Zeus hablo resonando en el salón, las Moiras solicitaron a Layna traer a Anker.
– Como es la tradición Apolión le podrás el anillo de almas a Diana – hablo la madre de Layna señalando a Apolión que tome el anillo, mi chico sombras me miró tomando mi mano me puso el anillo. Del emano una luz oscura que luego cambio a blanco y dejo de brillar.
– Ahora Diana tú le pondrás el anillo remojado en la más poderosa magia de Circe y el soplo de Bóreas – tomando el anillo que mi hijo sostenía le sonrió ocasionando que se ría y Layna inconscientemente también sonrió. Esta chica tiene sentimientos eso es nuevo. Volviendo a mirar a mi prometido tome su mano colocando el anillo en su dedo que brillo y luego una ráfaga de viento lo hizo dejar de brillar.
– Se han unido en uno solo, se amarán eternamente hasta el fin de los tiempos – hablo por último la Moira que faltaba decir algo mojando su dedo en un líquido que sacó de un Cáliz de oro, nos lo paso por la frente.
– Les doy mi bendición, puedes besar a la novia – sin esperar más Apolión me quito el velo y tomando mis mejillas me beso de manera única ahora somos marido y mujer.
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Con los pies siendo mojados por el agua fría del océano respiro con profundo la brisa marina. La risa de los niños a mi alrededor me hace volver a la realidad donde celebramos el cumpleaños número trece de Mar. Mi hijo Anker está hablando con su mejor amiga Bunnie la hija de la diosa Selene. La chica me agrada, pero mi pequeño Anker está enamorado y el sentimiento se nota que no es correspondido. De todas formas, siempre estaré aquí para cuidar el corazón de mi pequeño bebé, aunque tenga treinta años seguirá siendo mi bebé.
– Mamá – chocando contra mí y aferrándose a mis piernas con mucha fuerza Nina. Apartando su agarre de mis piernas la tomo entre mis brazos para alzarla y veo que tiene algo de sueño. Hamacándola un poco ella coloca la cabeza en mi hombro tomando un mechón de mi cabello para enredarlo en su dedo. Cuando me entere que Nina vendría fue algo inesperado pero que nos alegró a todos, durante años pensé que no podría volver a quedar embarazada hasta que las náuseas llegaron y un desmayo antes de tratar a un paciente en emergencias termino por convencerme de hacer un test de embarazo.
La noticia para Apolión fue algo que lo emociono y más cuando supo que tendríamos una niña. Anker no lo tomo muy bien al principio luego de ver a su hermana todo cambio y se aman como hermanos. Nuestra pequeña familia creció y tuve que adaptar mi trabajo para cuidar de Nina y que los turnos del hospital me den tiempo a vivir un poco.
Hoy es uno de esos días donde me siento muy cansada vengo de un turno de cuarenta y ocho horas despiertas solo dormí cinco horas y perdí a una paciente que traté durante seis años. La primera regla de todo medico es no involucrarse con los pacientes y yo no pude evitar involucrarme demasiado en el caso.
– Mi flor es hora de cantarle a Mar – dejando de ver al océano giro cargando a mi pequeña que ya está rendida entre mis brazos. Mi esposo me mira con una sonrisa que se borra al ver mi mirada. Quitándome a Nina la carga mientras esta continúa durmiendo, no muy lejos oigo que Anker nos llama y doy un paso para volver a la casa de Ylenia, pero Apolión me detiene.
A P O L I Ó N
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– ¿Qué pasa? – veo la mirada triste de Diana y no puedo evitar que algo dentro de mi pecho se comprima. Algo más que cansancio era lo que le pasaba a mi esposa y eso podía verlo en sus ojos.
– Mi paciente el Sr. O'Brien murió en el quirófano mientras trataba de trasplantar un nuevo corazón como le prometí a su hija – lágrimas llenaron sus ojos oscuros – En verdad trate de salvar su vida, pero entro en un paro respiratorio y no pude reanimarlo, se fue dejando a su novia embarazada. Su hija me dijo que yo debía salvar su vida se los prometí, pero no pude... mi magia no me ayudo tampoco – sus piernas flaquean y cae de rodillas en la arena mojada. Su vestido se arremolina a su alrededor en una nube de gasa y tul.
Agachándome con la bebé en brazos la abracé como pude intentando contenerla, esta no era la primera persona que moría durante una cirugía que ella realizaba, pero como algunas veces paso esta la afecto. Ella se aferra a mis brazos sollozando contra mi cuello intentando calmarse para no despertar a Nina que se remueve algo inquieta en mis brazos. Luego de un par de minutos que fueron eternos ella dejo de llorar para levantarse y secar sus lágrimas con el dorso de su mano.
– Podemos volver a casa ahora si quieres – ella negó ayudándome a pararme y tomo a nuestra hija en brazos acomodándola para que durmiera mejor.
– Soy una cirujana de cardiología veo a personas morir muchas veces y no puedo dejar que todo me afecte yo estaré bien solo necesito estar con mi familia – besando la frente de Nina comenzó a caminar a la casa de Ylenia donde todos estaban cantando de manera descoordinada la canción de feliz cumpleaños. Acercándome a Diana paso mi brazo por encima de sus hombros y beso su cien para que sepa que estoy con ella. Buscando a mi hijo Anker lo obligo con la mirada a venir a ver a su madre que necesita estar con sus hijos para olvidar lo que paso en el hospital.
– Mamá ¿estás bien? – golpeo la nuca de mi hijo mayor al ver la magnitud de la estupidez que acababa de preguntar. Es obvio que su madre no se encuentra con el mejor ánimo y que venga y le pregunte algo obvio me saca de mis casillas. – Auch – se quejó Anker sobando el área donde mi palma lo golpeo, saco la belleza de mi pero no el sentido común.
– No le pegues a mi bebé – ahora el que recibe un golpe tras la nuca soy yo, Diana tiene la mano pesada. Pasando mi mano en el golpe veo de reojo a mi esposa que se encuentra viendo preocupada a Anker que le pide que deje de tratarlo como un bebé. En eso mi hijo tiene mi apoyo ya está bastante mayorcito como para asumir más responsabilidades.
– Mamá no me avergüenzas ya no soy un bebé – cubriendo su cabeza con la capucha se su sudadera se aleja de nosotros hasta donde se encuentras sus amigos. Me recuerda tanto a la relación que tenía con mi madre y hablando de ella no la había visto en un buen rato de seguro estaba buscando a Melione esa chica se pasa metiendo en problemas.
Como si con la mente la hubiera llamado Melione aparece delante de nosotros en un viaje sombra, pero ella está completamente empapada. Ella se giró sorprendiéndose de vernos delante de ella y apartando los mechones mojados de su rostro sonrió de manera inocente.
– Hola hermanito, Diana que bien te sienta el color rojo – elogio mi hermana a mi esposa que le sonrió de manera contenta y la miro viendo que su vestido verde manzana estaba cubierto de algas y otra clase de basuras. – Yo debo esconderme de mi madre no puede ver que arruine mi vestido si me disculpan ustedes dos no me vieron – así como llego se escabullo entre las personas llegando hasta Becca que la saco de la sala llevándola al piso de arriba.
– Apolión, Diana ¿vieron a Melione? – dejamos de ver por donde se fugó mi hermana y vimos en dirección de donde nos hablaba mi madre. Imponente como siempre y con una mirada dulce como una brisa de primavera estaba mi madre viéndonos con las manos en sus caderas. Melione le saca alguno que otro disgusto a mi pobre madre, pero entiendo a mi hermana no tiene la culpa de que las cosas malas siempre le pasen a ella.
– Fue a buscar el regalo de Mar se lo olvido en casa de Loaiza – intente salvar el pellejo de mi hermana que si mi madre supiera como se encontraba le vendría un ataque. No es que la diosa Perséfone sea una loca obsesiva por la perfección, pero si es demasiado sobreprotectora. Eso a veces puede superar a una adolescente en proceso de rebeldía, pero como todo hermano mayor cubrir sus travesuras tiene un precio a pagar.
– Esta niña que no me avisa nada – viendo el reloj en su muñeca mi madre se preocupa aún más. – Cuando la vean díganle que venga de inmediato conmigo debemos hablar acerca de sus salidas sin permiso. Con trece años no se mandará sola – dando media vuelta mi madre regreso alado de mi padre que charlaba de manera animada con sus hermanos.
– Espero que cuando Nina crezca no se parezca a su tía – suspiro Diana negando con la cabeza y viendo de reojo a nuestra hija que comienza a babear un poco. Es tan adorable mi pequeña princesa. Se la quitó a mi esposa para que coma algo mientras charlamos con mis primas acerca de lo difícil que es criar a los hijos con tanta diferencia de edades.
Ahora que estoy pensándolo mejor nos estamos volviendo viejos estas mismas conversaciones las tenían nuestros padres cuando yo tenía la edad de Anker. No me preocupo por volverme anciano sigo siendo joven tomando del néctar que Hebe prepara, ser hermoso es parte de mis genes y mi esposa siempre se ve sexy. Si parecerme a mis padres es lo que menos me preocupa ahora. Tengo una familia unida y todo lo que había soñado mi oscuro corazón. Ser el hijo de Hades y Perséfone no resulto ser tan malo después de todo.
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#FelizJuevesEnLlamas
Capítulo dedicado a NardyLia lectora destacada 💞
Espero que les haya gustado la historia y se vienen los capítulos especiales. La familia Black es algo loca y por eso los amo.