D I A N A
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Estaba cómoda entre los brazos de Apolión sintiendo sus suaves caricias en mi cabello me rehusaba a moverme. Con mis piernas entrelazadas con las de mi novio lo mantenía apresado en la cama emitiendo algunos gruñidos cuando el intentaba salir. Solo quería estar unos minutos más disfrutando de la simpleza de la tranquilidad, durante al menos cinco minutos permanecimos quietos. Soltando mi agarre sobre Apolión me incorpore en la cama fregando mis ojos mientras soltaba un bostezo.
– Buenos días dormilona – un beso en mi cien hace que sonría mientras me estiro en la cama. Abriendo mis ojos miro a mi novio salir de la cama con nada más que sus pantalones y una cara de aun tener algo de sueño.
– Buenos días sombritas – saliendo de la cama camine hasta llegar a mi novio para abrazarlo y besar sus labios. En cuanto abandonáramos el olimpo comenzaría la búsqueda del anillo de Giges y por fin nos dirigiríamos al tan temido tártaro.
Separándonos Apolión me guió hacia el baño de la habitación dejándome tomar una ducha me trajo ropa limpia y algo más cómoda que la que tenía puesta ayer. Pantalones negros que no apretaban mi vientre una camiseta negra con el estampado de una rosa blanca que se derrite y una campera deportiva de color negro. Atando mi cabello en una coleta alta salgo vestida del baño para tomar mi mochila e ir por mi desayuno con las chicas dejando que Apolión se de una ducha.
Camine segura por el olimpo viendo maravillada los distintos cuadros que adornaban los pasillos. Pinturas de los antiguos reyes Cronos y Rea y los actuales Zeus y Hera. Continuando con las pinturas había varias de los reyes posando junto a sus hijos y una donde salían con Aileen el día de su coronación por lo que leí en placa. El último cuadro mostraba a toda la familia real reunida en una misma habitación y con enormes sonrisas en sus rostros. A esto se refería Aileen cuando quería alcanzar la perfección en sus notas de la universidad e incluso la perfección en su matrimonio. Toda su vida se resume a ser una diosa que no comete errores los humanos o mejor dicho los griegos los idealizaron perfectos sin ningún tipo de error. Seres casi inalcanzables que si te ponías a analizar a detalle no eran tan perfectos como aparentan ser.
– Sorprendente ¿no es así? – pegue un salto al escuchar la voz de Gemma a mi costado. Por las barbas de Zeus esta chica casi me mata del susto, poniendo una mano en mi pecho para tranquilizarme la mire feo. – Perdón no quise asustarte – se disculpó de forma rápida con una sonrisa delicada como toda ella demostraba ser. Si no fuera por el secuestro de Hades jamás habría conocido como es Gemma en verdad, la chica que por huir de sus problemas termino perdiendo la vida y con ella toda su juventud llena de planes a futuro.
– Yo no diría que sorprendente, sino que los dioses no son tan diferentes de nosotros después de todo. Ellos también se rigen por sus impulsos y emociones, pero demuestran al mundo su faceta de perfección. Y eso me atemoriza – di una última mirada al cuadro de la familia real para volver a emprender mi camino. La rubia me seguía permaneciendo en silencio ambas escuchamos las risas de las princesas olímpicas viniendo de la cocina. Al abrir la puerta de la misma nos asomamos viendo a los esposos de ambas embarazadas compartiendo sus desayunos.
– Debemos aceptar lo malo para que llegue lo bueno Diana tu todavía estas a tiempo de disfrutar la plenitud de tu vida – hablo Gemma en un tono bajo para que solo yo oyera. Mi corazón se estrujo en mi pecho pues entendía el dolor en las palabras de la rubia ella si se volvió una creyente de los mitos que ella misma estudiaba, pero luego de que su vida se detuviera.
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– Cuídate mucho mi reina, te amo – veía como Adonis se despedía de su esposa de una manera muy tierna y algo empalagosa. Con un dulce beso y con una promesa de que regresaría sana y salva Ylenia se colocó a mi lado.
– Te amo demasiado rayito no lo olvides, cuídate por favor – la segunda pareja se despidió con un beso para luego abrazarse susurrando algo en el oído de su esposo Aileen se separó de este. Ambas chicas se despidieron saludando con sus manos y los cinco juntos viajamos a donde se supone tiene que estar el anillo de Giges.
En un principio se dice que estuvo en Lidia, pero al parecer el anillo fue robado y llevado a la isla de Creta. Siendo más específica al laberinto de esta isla el mismo sitio donde se situó la leyenda del minotauro. La más emocionada por entrar en el laberinto era Gemma que sin aguantar sus ganas sobrevoló el laberinto explorando todos sus puntos.
– Siempre había soñado con venir a la isla de Creta – emoción irradiaba hasta por los poros de Gemma que con una enorme sonrisa no podía esperar a que Apolión comenzara con la caminata. Tomando el brazo de la rubia espere a que mi novio emprendiera el transcurso que debíamos seguir.
Las paredes del laberinto se veían casi en ruinas, pero aun así no se podía ver mucho de lo altas que son. En el camino Gemma nos dio una pequeña clase a mí y a Ylenia acerca del mito del minotauro. Escuchando atentas su historia la idea de que los dioses no son tan perfectos como pensaba volvió a surgir en mi cabeza. Sin embargo, los descendientes divinos la historia que acababa de relatarnos Gemma era la cosa más normal del mundo. Posando una mano en mi vientre volví a sentir miedo porque no es casualidad que Cronos haya casi exigido que yo tenga que estar en esta misión. Las palabras de la fantasma vuelven a repetirse en mi cabeza – debemos aceptar lo malo para que llegue lo bueno Diana – tenia mis ciertas dudas. ¿será que algo bueno saldrá de todo este viaje o solo era un viaje para alargar un inevitable suceso?
A P O L I Ó N
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Creo que ya habíamos pasado esta parte del laberinto recuerdo que giramos a la izquierda luego a la derecha de nuevo a la izquierda y luego a... me perdí. Paso una mano por mi cabello resoplando algo enojado habíamos estado dando vueltas en este laberinto por cerca de dos horas. Negándome a que Gemma sobrevolara el laberinto para guiarnos insistía con que sabía el camino.
– Sombritas creo que ya pasamos por este sitio... – me gire viendo a Diana extendiéndome una botella con agua. Agachando mi cabeza tome el agua bebiendo un poco hasta que su mano toco mi hombro. – Deja que nos ayude Gemma todos los grandes héroes tiene amigos para que los ayuden – bajando la botella miro a la castaña que sonríe apenas acariciando mi brazo. Viendo de reojo como Gemma mira en todas las direcciones del laberinto termino asintiendo a mi novia que dejando un beso en mi mejilla corrió con cuidado hacia la fantasma.
Las dos chicas intercambian unas palabras y luego veo como la fantasma comienza a subir volando hasta que logra salir del laberinto. Algunos minutos pasaron hasta que Gemma comenzó a moverse siendo seguida por todos desde el suelo. Dos horas y media más tarde Gemma desciende al suelo dejándonos en medio del laberinto frente a la enorme estatua de un minotauro.
– ¿Dónde buscamos él anillo? – Ylenia dio un paso hacia la estatua del monstruo viéndola con detenimiento. Las demás comienzan a explorar las paredes y distintos escondites en las paredes.
– ¡Oigan! creo que la estatua tiene algo en las manos – grite acercándome más a la mano que tenía alzada el monstruo y verificando que entre su puño cerrado había un pergamino. Escalando al monstruo petrificado quito el pergamino de entre sus manos haciendo que el impulso de cinchar el papel me haga caer al suelo.
– ¿Estás bien? – lo primero que veo al abrir mis ojos es a Diana viéndome con preocupación, al igual que las otras dos chicas que aparecieron. Sentándome en el suelo les aseguro que estoy bien, aunque me duele un poco la cabeza no quiero alarmarlas.
– ¿Qué dice el pergamino? – pregunta la fantasma arrodillándose al costado de mi novia. Desplegando el papel amarillento veo una letra prolija que con un rojo vivo pone unas palabras en griego.
Si quieres el anillo debes mojar un poco tus pies. ¿pensabas que sería así de fácil obtener esta reliquia? Nos vemos en mi territorio espero que no puedan lograrlo.
Saludos de Styx.
Arrugando el pergamino en mis manos lo enciendo en llamas poniéndome en pie camino de un lado a otro con mis cabellos entendidos en llamas azules. el plan se estaba complicando y ahora sabiendo que Styx también esta involucrada no creo que pueda seguir llevando a las chicas en su estado.
– Chicas las cosas se están volviendo peligrosas y necesito seguir solo no puedo llevarlas – mencione dándoles la espalda esperando que comprendieran que no puedo llevarlas conmigo.
– Somos una familia y no te abandonaremos – hablaron mis primas al mismo tiempo. Un cuerpo impacto contra el mío rodeándome con sus brazos y no tarde en darme cuenta de que era Diana.
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Caemos en las orillas del río Estigia algo lejos de donde vive la diosa de este lugar. Mis primas se quejan por el golpe alarmándome ya que todos viajamos en sombra y por mi estado de ánimo no logre hacernos llegar bien. Ayudando a las tres futuras madres me asegure que no se hayan golpeado sus vientres, pero al parecer solo fue que cayeron sentadas o de rodillas.
Quedando a cargo de la fantasma deje a las chicas para ir por ramas y encender una fogata donde podamos pasar la noche. No me aleje demasiado por si llegaba a pasar algo, juntando leña necesaria regrese a donde mis primas crearon un campamento improvisado. Armando una pequeña fogata la rodé con piedras para que el fuego no se saliera de control, pero por si la mala suerte me encontraba estaba bastante cerca del agua. Aileen tomando algo de comida de la mochila la calentó frente al fuego ya que el sol estaba cayendo y debíamos aprovechar la luz del día. Sentándome alado de Diana miramos el sol caer mientras cada uno permanecía inmerso en sus pensamientos.
– Lo lograremos – la voz de Diana me saco de mis pensamientos intentando comprender sus palabras – Rescatar a Hades lo lograremos, solo no me abandones no sé si lo soportaría – deje de ver el atardecer para verla a ella, colocando una de mis manos en su rostro hice que me mirara. Ella tenía los ojos llorosos, sus labios temblaban y su rostro parecía estar cada vez más pálido.
– ¿Por qué te dejaría? – la inseguridad de Diana comenzaba a ponerme nervioso ya que le había demostrado que la quería... no, no la quiero yo la amo.
– T-tu-ve u...una v-vis-sión – echándose a llorar se refugió en mi cuello abrazándome de forma desesperada. En un intento de consolarla la rodeo con mis brazos acariciando de forma suave su espalda escuchando sus sollozos.
– Escucha mi flor no los dejare – besando su cien pongo una de mis manos en su vientre dando una suave caricia. Cerrando mis ojos apoye mi cabeza sobre la suya intentando reconfortarla que no se sintiera sola. Entendía que estuviera aterrada ninguna chica en su sano juicio se metería en una misión tan peligrosa estado embarazada, es demasiado peligroso por no decir que el estrés no es bueno en su estado. Tampoco podía dejarla si Cronos logro secuestrar a mi padre quien no me dice que no le haría daño a mi novia embarazada.
– Chicos Ail... – abrí mis ojos al escuchar la voz de Gemma, pero al vernos se alejó dejándonos solos. Diana se alejó un poco secando sus lágrimas agachando su cabeza para que no la viera. Tomando su mentón con mi mano hice que me mirara a los ojos con mi otra mano acaricie se mejilla viéndola cerrar los ojos ante ese acto.
– Te amo por siempre y para siempre nunca cambiara eso – acercándome hacia ella la bese.
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#FelízJuevesEnLlamas
Quedan 5 capítulos para terminar
Capítulo dedicado a Preciosa06 lectora destacada 🧡
La semana que viene vuelven las actualizaciones solo los jueves. Se terminaron las vacaciones 😭