El hijo de Hades y Persefone...

By DannyBaladon

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Dos amigos que intentan ocultar sus sentimientos para no perder su amistad, un titán vengativo que busca la d... More

Prólogo💀| Hermanita
Capítulo 1| Corazón ahogado
Capítulo 2| Carreras
Capítulo 3| Levitar
Capítulo 4| Descendiente del viento
Capítulo 5| Castigos
Capítulo 6| Hermana Delta
Capítulo 7| Celos de amigos
Capítulo 8| El Líder Kappa
Capítulo 9| Broma Delta
Capítulo 10| Burlas
Capítulo 11| Omega
Capítulo 12| Felicidad
Capítulo 13| Hades y pañales
Capítulo 14| Mini adultos
Capítulo 15| Pitufos
Capítulo 16| Acepto
Capítulo 17| Fogata
Capítulo 18| Tostada Borracha
Capítulo 19| Mamá
Capítulo 20| Chica Oscura
Capítulo 21| Cementerio
Capítulo 22| Desflorada
Capítulo 24| La hija de Caronte
Capítulo 25| Corazón de Diamante
Capítulo 26| Aléjate
Capítulo 27| Virus estomacal
Capítulo 28| Cosita fea
Capítulo 29| Styx
Capítulo 30| Traumas
Capítulo 31| Liberando a una flor
Capítulo 32| No es broma
Capítulo 33| Secuestró
Capítulo 34| Silencio Absoluto
Capítulo 35| Las Furias
Capítulo 36| La copa de Micenas
Capítulo 37| Cuidando embarazadas
Capítulo 38| Néctar
Capítulo 39| Falta Poco
Capítulo 40| Anillo de Giges
Capítulo 41| Río Estigia
Capítulo 42| ¡Lo quiero!
Capítulo 43| Rescate
Capítulo 44| Le prometí
Capítulo 45| Por siempre y para siempre
Epílogo| Familia Black
Capítulo Especial| Somos tus padres
Capítulo Especial| San Valentín
Capítulo Especial| Aniversario
Pregunta de lectores
Capítulo Especial| Ice
Respuesta para lectores
Capítulo especial| Ruda
Capítulo Especial| Gritos de espectros
Saga "Criaturas Bestiales"
Serie "Hijos de Dioses"

Capítulo 23| La pastilla

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By DannyBaladon

D I A N A
🔮🔮🔮

Unos intensos ojos grises me miraban con curiosidad mientras yo revolvía todos los cajones de mi armario y cómoda. Por algún lado tienen que estar las pastillas que compre no puedo estar sin tomar una de esas este mismo día. Mi desesperación comenzó a crecer cuando no aparecía ninguna caja con la única pastilla que había comprado desde hacía un tiempo.

- ¿Qué buscas? - pregunto finalmente Aileen al ver con la desesperación que estaba dando vuelta mi lado de la habitación.

- La pastilla del día después - me giro a verla y su blanca piel se pone aún más pálida casi llegando al color gris de los muertos. Algo me dice que por esa pálida piel que mi pastilla paso a ser historia a estas alturas.

- Camelia necesitaba una pastilla por que el condón estaba roto y yo no tenía, pero vi que tenías una sobre la mesa de luz y se la di no pensé que la necesitarías ya mismo lo siento - hablo tan rápido que me costó entender todo lo que dijo. Pero no puedo enojarme con Aileen ella solo intentaba ayudar a su sobrina y no la puedo culpar en su lugar habría hecho lo mismo. En estos casos de emergencia extrema tengo a una platinada que me puede salvar el pescuezo.

- Helen me puede ayudar no te preocupes al menos fuiste sincera conmigo - salgo corriendo de la habitación buscando a la platinada que me puede salvar con esto. Su habitación está a dos puertas de la mía y con mucho desespero golpeo la puerta que tiene el nombre de Helen y Adara. Espere durante algunos minutos hasta que la puerta se abrió, Helen apareció terminando de abrocharse los botones de su camisa.

Sus ojos azules me miraron de arriba abajo y finalmente me dejo pasar su habitación se veía muy ordenada con excepción de su cama. Ella camino hasta el cajón de su mesa de luz y saco una pequeña caja que luego me entrego con una pequeña sonrisa. A esta chica no se le escapa nada.

- ¿Me dirás como te fue o tendré que navegar en tu memoria? - sus ojos claros cambiaron al rosa y movió sus manos con gestos raros.

- No mires en mi mente te diré, pero deja mi memoria en paz siento que violas mi espacio personal - hable con seriedad intentando no recordar nada de lo que paso anoche para no facilitarle el acceso a la platinada.

- Estoy esperando - habla de forma cantarina mientras sus ojos vuelven a ser azules. Me crucé de brazos y negué con la cabeza esta chica es única.

🔮🔮🔮

Abrí la canilla tomando un poco de agua tenía la pequeña pastilla en la palma de mi mano. Había pasado casi todo el día hablando con Helen y luego las otras chicas que me detuvieron cuando salí del cuarto de la platinada.

- Mamá iré en un par de días con tus manzanas ya deja de gritarme - entro Alida hablando a su bola de cristal, supongo que la diosa Eris es demasiado exigente con su hija menor. - Rú también puedes salir y recolectar tus propias manzanas, adiós - dejo de lado su bola que desapareció en una nube de humo rojo. Saco de sus bolsillos una pequeña cajita de mentitas. No creo que se haya percatado de mi presencia cuando ella me lleva por delante y mi pastilla salió volando junto a sus mentitas. - Por las manzanas - chilla ella tirada desde el suelo.

Me agacho buscando mi pastilla que visualizo junto a la cajita de metal, antes de que la pelirroja se dé cuenta la tomo y me la trago para no olvidarme. Junto el resto de pastillas colocándolas en su respectiva cajita y se la entregó a Alida parece que está cansada.

- Hey roja ¿te encuentras bien? - la ayude a ponerse de pie y su mirada no reflejaba para nada esa chispa traviesa y divertida que la caracteriza.

- Si estoy bien - cubrió su rostro con sus manos y suspiro antes de tomar las mentas poniendo una en su boca. Tomé su mano para decir algo, pero todo se volvió negro y al abrir mis ojos me encontré con un bosque.

Mire a mi alrededor y solo había árboles y vegetaciones espesas. Frente a mi estaba un camino de tierra di un paso y la tierra bajo mis pies me hizo mirar hacia abajo. Traía puesto un vestido lago de color blanco mi cabello estaba recogido en una trenza que caía a un costado de mi hombro. Continué caminando al escuchar voces que me decían que debía continuar, llegue hasta un puente de madera. El viejo puente crujía bajo mis pies y las plantas de moho hacia el paso más resbaladizo.

- No dejare que la lastimes - apresure mi paso al escuchar el grito de Alida. Corrí por que las voces me decían que debía irme, pero yo quería ver que estaba pasando. Un dolor muy fuerte en mi bajo vientre hizo que me detuviera, las voces repitieron que no debía ver más. La oscuridad volvió a invadirme.

Una mano moviendo mi rostro logro que pudiera abrir los ojos. Lo primero que vi fue a Alida y Alysa mirándome con mucha preocupación. Luego me percate que estaba tirada en el suelo y el dolor en mi bajo vientre paso a mi cabeza.

- Mi cabeza - me senté en el frió suelo sobando la parte trasera de mi cráneo. Ambas jóvenes me miraban como si me hubiera crecido un tercer pecho y no pude evitar preguntar. - ¿Qué paso? - tomándome de la mesada me puse de pie y algo mareada todavía me senté en uno de los taburetes de la isla de la cocina.

- Te desmayaste Diana - comento Alida acercándome un vaso con agua fresca.

- Tuve una visión - logre comentar para que ellas se quedaran tranquilas esta fue demasiado larga y me gasto mucha energía por eso debí haber perdido el equilibrio. Mi padre me había enseñado que a veces las visiones te consumen energía es algo inevitable que no podemos controlar.

A L Y S A
💜💜💜

Pese a las quejas de Artemis me subí al árbol y me dejé colgar de cabeza. Con mis piernas dobladas sobre la rama colgando como un murciélago, así puedo pensar mejor cuando no tengo ni idea de qué hacer con mi vida. Bueno la verdad es que estoy aquí porque Apolión dejo suelto a Pena por la casa y el maldito perro me sigue persiguiendo.

- Uva baja este perro no te hará daño es adorable - mi novio acaricia una de las tres cabezas del perro del inframundo. Para los ojos mortales el perro se ve normal con una cabeza sola, pero si tienes sangre del Olimpo lo vez tal cual es.

- Ni muerta ese perro me quiere comer - el ladrido del animal confirmo mis palabras. Me cruce de brazos apoyándolos sobre mi pecho mientras miraba a como los que estaban en la piscina parecen estar colgando del suelo. Cierro mis ojos escuchando las pisadas de Artemis alejándose, al fin sola con mis pensamientos y el mundo exterior.

- ¿Tienes complejo de polilla ahora? - escuchar su voz casi logra que me caiga dela rama. Abrí mis ojos viendo a Apolión mirándome de brazos cruzados, mi espinadorsal sintió un escalofrió. Cerré mis ojos cuando mis piernas me fallaron y comencé a caer del árbol, Artemis debe ser brujo o algo así. En estos momentos solo espero que al caer no me rompa el cuello, y el cliché hace acto de presencia. Caigo en los brazos de alguien y no quiero abrir mis ojos porque se quién me atrapo y hubiera preferido romperme el cuello. Mi trasero sufrió un golpe cuando el príncipe del inframundo me soltó dejándome caer en el suelo. - ¡Ups! - exclamó mirándome con burla.

- Ya dije que lo siento que más quieres que haga - me puse de pie mirándolo de brazos cruzados, tiene una actitud de tan infantil por un sobre que ni siquiera logre leer.

- No quiero tus disculpas ¿Cómo encontraste la carta? - su mirada fría me indico que me había metido en muchos problemas. Desearía que Artemis apareciera con ese monstruo de perro y volver a trepar algún árbol con tal de no enfrentar a Apolión.

- Yo... yo estaba jugando con una bola mágica en tu habitación se me cayó y la busque debajo de tu cama y apareció esa caja. Sé que no debí abrirla, pero la curiosidad fue más fuerte que yo. Si te consuela no leí la carta tu perro me corrió por toda la casa. - cubrí mi rostro con mis manos estaba avergonzada de confesar que me metí a su habitación sin permiso y robé su carta.

- No vuelvas a tomar cosas de mi habitación sin mi permiso, te aseguro que no te gustara verme enojado - miro entre mis dedos como él se aleja y me deja completamente sola.

Me deje caer en el suelo apoyando mi espalda contra el árbol, siempre termino alejando a todo el mundo y termino sola encerrada en mí. Robert el que pensé durante años que era mi padre me mantuvo encerrada en mi casa porque pensaba que todos me verían como un monstruo. Cuánta razón tuvo si me volví un monstruo que destruye todo lo que toca.

- Se le pasara pequeña Alysa - levanto mi mirada para ver a una morena con una leve sonrisa en su rostro. Es Megan una de las Oρατή, ninguna de las tres hablaba mucho con nadie que no sea con Diana o con Alida. Pensé que sería porque nadie les cae bien, pero ellas hablan demasiado cuando quieren solo que no con todo el mundo.

- No hay argumentos contra alguien que puede ver el futuro - exclame mirando hacia otro lado. Escuche sus pisadas acercarse y luego el crujir de las hojas cuando ella se sentó a mi lado. No dijo más nada tan solo se quedó ahí asiéndome compañía.

💜💜💜

Golpeo la puerta con fuerza mientras no dejo de llorar, estoy temblando mientras continúo golpeando con todas mis fuerzas esa puerta.

- Déjenme salir de aquí - grite con mucho desespero, mi pecho comenzaba a dolerme. El aire comenzaba a fallarme y sentía que las paredes comenzaban a cerrarse a mi alrededor. Continúo golpeando la puerta hasta que ya no tengo fuerzas, me deslizo por la puerta hasta llegar al suelo. - Quiero salir de aquí - susurro con mi cabeza pegada a la puerta.

- Alysa aléjate de la puerta - escucho la voz de Apolión del otro lado. Con mucha dificultad me muevo, pero continúo llorando sintiendo que las paredes me acorralan.

- Déjenme salir - vuelvo a gritar viendo como la perilla de la puerta se mueve, pero esta no se abre.

- No - grito sentándome en el suelo de mi habitación. A mi costado estaban las Oρατή que me veían con sus místicos velos cubriendo sus rostros.

- ¿Has logrado ver lo que querías? - pregunto Megan al tiempo que sus primas se ponían de pie. Le había pedido poder ver mi futuro,pero no creo que haya sido buena idea, solo quería saber si las cosas con Apolión se solucionarían y saber si Diana terminaría con el príncipe del inframundo. Nessa tenía razón el futuro note muestra lo que quieres ver sino lo que quiere.

- No, solo me mostró a mi encerrada en una habitación y Apolión gritando del otro lado pidiendo que me aparte de la puerta - intente recordar lo mejor que pude la visión que había tenido pero algunas partes eran difusas.

- Debes hablar con Apolión pedirle disculpas por tomar la carta - Megan se quitó el velo mostrando la seriedad de su rostro. Sin protestar me levante yendo a la habitación de Damián y Apolión. El silencio de los pasillos de la fraternidad le daban cierto miedo a caminar por la casa, las penumbras de la noche no dejaban ver mucho. Con la luz de mi celular camine de puntitas intentando no despertar a nadie, algunos son seres nocturnos y cualquier ruido los pone en estado de alerta. Suspire cuando llegue a la habitación de mi hermano que compartía con el príncipe. Toque la puerta siendo consciente de que el único que se despertara será Apolión, me preocupa demasiado que el este enojado conmigo porque de los años que llevo en el mundo exterior nadie además de Artemis se tomó el tiempo de conocerme más allá de ese caparazón que mantengo a mi alrededor.

🔥🔥🔥
#FelízJuevesEnLlamas

Alysa es una ternurita cuando se demuestra como es.

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