D I A N A
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Despierto sintiendo que mi cuerpo me odia, los ojos me arden con la luz y mi estómago parece estar revuelto. Mi cabeza punza como si un grupo de obreros estuvieran construyendo un castillo en mi cerebro. Odio tener resaca en días de clase.
Vuelvo a tratar de abrir mis ojos nuevamente y me levanto de golpe al ver que no me encuentro en mi cama ni en mi habitación. Tocó mi cuerpo y no tengo el vestido de anoche, en su lugar tengo una camiseta blanca con el logo de la Nasa. Veo a mi costado donde encuentro a Apolión boca abajo con un hilito de baba mojando la almohada. Es una escena asquerosamente tierna.
Muevo su hombro con algo de delicadeza, pero al ver que no se despierta pruebo con otra cosa. Comienzo a dejar besos por su espalda y escucho como él hace algunos gemidos indefendibles. Hasta que él se despierta girando en la cama y aplastando mi brazo con su cuerpo.
– Buenos días borracha – su comentario me hace reír y golpeo con mi brazo libre su hombro. Se gira liberando mi brazo y por fin me pongo se pie. La camiseta me cubre hasta por debajo de los muslos, pero aún así me queda un poquito grande.
– ¿Qué paso anoche? – toque mi cabeza que me duele horrores y ni hablar de que mi estómago quiere salirse de mi cuerpo.
– No hiciste nada malo si es lo que te preocupa yo evite que eso pasará – respiro aliviada al menos no termine desnudándome delante de nadie. Salvo que Apolión debió quitarme mi ropa para que me pusiera esta camiseta. Pasó una mano por mi cara con mucha vergüenza e intento recordar algo de anoche pero mi mente está en blanco. – Dejaste tu vestido tirado por algún lugar en mi habitación, cuando fui a buscar algo al baño tú ya estabas con mi camiseta puesta – eso explica algo al menos no me vio desnuda. Busqué con la mirada mi vestido y lo encontré en su armario. La puerta estaba abierta dejando ver mi vestido hecho un ovillo dentro. Camino hasta el armario tomando mi vestido y al suelo cayó una camiseta negra con el logo de Nirvana me encanta esta banda es vieja pero sus canciones son lo máximo.
– ¿Me prestas tu camiseta de Nirvana? – mire a Apolión que asintió con la cabeza y me agachó tomando la camiseta. La dejo sobre la cama cuando giro a ver la cama de Damián él no está. Sin ningún pudor me quito la camiseta blanca que había usado como pijama anoche. No tengo vergüenza de que Apolión me vea por qué él está con los ojos cerrados aun luchando por despertarse. Me coloque el vestido de anoche y busque mis tacones que en algún momento tire por la habitación.
Salí con mis zapatos en una mano y la camiseta de Nirvana en la otra. Con mucho sigilo fui al ala de las chicas donde entré a mi habitación sin hacer mucho ruido. Pero dentro estaba Aileen maquillándose en el tocador y su esposo estaba desparramado en su cama.
– ¿Noche agitada? – pregunto mi compañera de cuarto volteando a verme. Con una sonrisa dulce. Aileen siempre es dulce incluso cuando Maya la trata mal a veces.
– Yo diría que una noche divertida no recuerdo mucho, pero lo poco que si recuerdo me estoy riendo – caminé al armario donde saque una toalla mi ropa interior, una calza negra y un saco gris oscuro.
Entre en la cocina ya lista para solamente desayunar y luego irme a la universidad. Necesito dos tazas de café doble para lograr que mi resaca sea un poco más pasable. Las únicas que están bebiendo un café en la isla son Ylenia que lee y justo frente suyo esta Demi cometido tostadas con café.
– Buenos días chicas – salude caminando directo a la cafetera donde gracias a Zeus había café recién hecho.
– Buenos días Diana – respondieron al unísono ambas.
– ¿Quieres una tostada borracha? – Demi me tendió el plató que tenía frente a ella. En este había muchas tostadas que se veían deliciosas pero su nombre no me inspira confianza.
– ¿Por qué tienen ese nombre? – seguramente me arrepentiré de preguntar, pero la curiosidad es más fuerte que yo.
– Las tostadas tienen vodka por eso las llamo tostadas borrachas – Demi guardo unas cuantas en una bolsa y dejó una en el plató de Ylenia sin que ella se dé cuenta.
– Relájate un poco Ylenia mañana es el examen yo creo que estas más que preparada – la descendiente de Poseidón se veía demasiado cansada como si no hubiera dormido en toda la noche. Tomo la tostada borracha que Demi dejo en su plato y le dio una mordida. Mastico lo que para mí fueron años hasta que finalmente trago la tostada.
– La tostada sabe deliciosa no se siente tanto el vodka como creía – cubro mi boca para no soltar una carcajada delante de Demi. Ella se puso pálida cuando la peli azul se terminó por completo la tostada y encima de eso su café. Recogió su libro para luego irse, Demi sonrió recogiendo las cosas que dejó Ylenia para lavar.
– Yo también quiero una tostada borracha Demi – entró en la cocina Alida vestida aún con su pijama blanco con dibujitos de hojas.
– Alcohólica – hablo Apolión entrando detrás de la pelirroja y ahí no pude contenerme y comencé a reírme. No pude terminar mi segundo café porque Apolión comenzó a contarme chistes malos que terminaban causándome gracia. Es ridículo, pero cierto cuando empiezo a reír no puedo parar.
Apolión me trajo a la universidad que estaba empapelada por entero con fotos de los Kappa atados a un árbol semidesnudos. Supe enseguida que nuestra fraternidad estaba detrás de esta broma porque esta broma tiene el sello de Damián por todos lados. Ahora sentía que Binx recibirá su merecido, yo fui humillada por un simple beso a, pero salir semidesnudo en todo campus es otra cosa. Pero reste importancia de lo que pasaba a mi alrededor cuando el brazo de Apolión paso por mis hombros.
A P O L I Ó N
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No pude dejar de observar a Diana durante las dos horas de la única clase que compartimos. Química. Ver como se arruga su seño cuando no entiende alguna fórmula, estudiar como sus ojos se abren cuando logra crear un experimento de forma correcta.
– Es raro cuando me miras así pareces acosador – cerró el libro de química y comenzó a guardar sus cosas.
– Estaba viendo tu grano saludarme desde tu nariz – ella enseguida cubrió su nariz y no pude evitar reírme. Diana se dio cuenta que era una mentira lo de su grano y golpeo mi hombro a modo de juego.
– Tonto – me tomo del cuello de mi camiseta y plantó sus labios sobre los míos. Antes de que pueda reaccionar ella ya estaba alejándose, sus labios sobre los míos son como magia. Todo en ella es mágico.
Recogí mis cosas y salí del salón justo a tiempo de ver como Binx venía junto a su grupo. Arrancando algunas imágenes de las paredes y fijando su mirada en Diana. Antes de poder decir nada Binx ya estaba frente a Diana que lo miraba con confusión y desconfianza. Quise gritar que se alejara de ella pues su cercanía me ponía los nervios de punta. No quiero que mi flor se vuelva el blanco de las bromas de Binx sólo por tener el placer de vengarse de mí.
– Muévete Binx o acaso tienes complejo de puerta y debo empujarte para pasar – la castaña se cruzó de brazos al tiempo que algunos alumnos que llegaron a escuchar el comentario de Diana comenzaron a reír.
– Cuídate Adelfotita – sus palabras sonaron tan frías que me dieron ganas de golpearlo hasta que su sangre se vuelva azul. Continuó su camino empujando a Diana con su hombro, pero ella no respondió a su acto. Se fue caminando más rápido causando que sus zapatos hagan fricción contra el suelo causando un ruido molesto.
– Diana espera – grité con fuerza, pero ella pareció no escucharme y se metió en el baño de chicas. Frene mi andar caminando de un lado a otro frente a ese servicio público. No puedo entrar siendo un chico me sacarían de allí a golpes, Diana es mi mejor amiga desde la infancia es de sobra cuán fuerte es una mujer cuando está enojada. Tal vez deba llamar alguna de las chicas para que venga a hablar con ella. Helen es la que últimamente ha estado más tiempo con Diana además de Aileen. Lo olvide Helen aún está en reposo no puede salir de la casa y Aileen está en clases no puedo llamarla.
Un viento frío abrió la puerta del baño de chicas y pude escuchar como las puertas de los cubículos se cerraban y abrían de forma violenta. Dejando mis pensamientos a un lado entre corriendo al baño y encontré a Diana flotando. Tenía sus iris de un color gris casi blanco, sus cabellos castaños ahora eran de un color blanquecino tirando a celeste. Pronunciaba palabras en latín que sin temor a equivocarme estaba diciendo alto. Sus podres estaban fuera de control es normal ya que ella jamás recibió un entrenamiento para controlar su herencia de semidiosa. Como la primera vez que ella se puso así la tome del rostro obligándole a verme a los ojos.
– Diana escúchame. Debes relajarte respira profundo y deja que toda la ira salga por tus pulmones de forma suave – el frío en aquel baño aumentó y el cabello de Diana se volvió castaño. Pero sus ojos aún se veían de ese color blanco tan extraño. Hasta que finalmente cayó al suelo inconsciente, ajena a todo lo que estaba pasando a nuestro alrededor. Tomándola en mis brazos nos lleve en un viaje sombra hasta la casa. Las cortinas de su habitación estaban cerradas y eso me favoreció así nadie puede verme llegar en un viaje sombra.
Recosté con delicadeza a Diana en la cama ella aún seguía inconsciente pero un brillo bajo su camiseta me causó curiosidad. Levanté su camiseta tragando saliva con fuerza al ver su abdomen y recordar la sección de besos que tuvimos hace tiempo atrás.
– Apolión concéntrate – me reté en voz alta para continuar subiendo su camiseta hasta que encontré su marca. Esa que está justo debajo de su seno a la altura justa de sus costillas. Tres espirales brillan de forma constante es igual a cuando mi marca cuando uso mis poderes esta brilla. Justo detrás de mí nunca tengo el casco de invisibilidad que mi padre usa. Esa es la marca de nacimiento que tengo, pero no es la única en mi espalda baja se encuentra una rosa con espinas la marca de mi mamá.
Mis dedos fueron a tocar la marca de Diana, pero justo cuando mis yemas rosaron su piel su mano tomo mi muñeca. Ella abrió sus ojos que seguían siendo blancos y luego los cerró para abrílos una vez más, pero esta vez volvieron a ser cafés.
– Sombritas – su mirada se llenó de lágrimas y sin pensarlo dos veces la abrace. Ella comenzó a llorar en mi hombro murmurando palabras que no logre entender. Quería ayudarla sé que es difícil no poder controlar tus poderes al principio. No dije nada para respetar su espacio hasta que finalmente se alejó de mi sorbiendo por la nariz. Pude ver sus ojos hinchados por el llanto y la nariz colorada. Limpio sus mejillas que estaban empapados en lágrimas y me miro con una débil sonrisa en sus labios. – Cleo tenía razón cuando dice que soy una llorona – agachó su mirada cubriendo su rostro por una cortina de cabello castaña.
– No eres una llorona Diana eres la chica más fuerte que conozco tu si dejas salir tus sentimientos. En cambio, Cleo – solté una risa irónica recordando a la chica que durante un momento de mi vida estuvo a punto de hacer que renunciará a mi inmortalidad. – Es una chica sin corazón, trato de alejarme de ti mi flor, pero tú y esa bandeja del almuerzo lo impidieron – una sonrisa apareció en mi rostro al recordar como Diana golpeó a Cleo cuando ella la insulto llamándola perra faldera. Por ese entonces la que era mi novia no le agradaba demasiado mi amistad con Diana. Luego del suceso de la bandeja Cleo me dejó por Eric y se unieron los cabos.
– Se lo merecía por malvada y creo que tienes razón soy fuerte por revelar mis emociones, pero siempre lo hago contigo jamás lloré delante de nadie más – levanté su mentón con mi mano mirando fijamente sus ojos. No puedo creer que este cayendo nuevamente ante las redes de Afrodita y maldita seas diosa del amor. Quiero perderme en lo más profundo de lo prohibido, pero... únicamente con Diana.
– Te quiero por siempre y... – ella tomo mi mano libre entrelazando nuestros dedos que parecían unirse sin ningún problema.
– Para siempre – cerró la distancia corta que nos separa y me beso. Un beso que exigía mucho más que cariño, un gesto que demandaba pasión, euforia y deseo.
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#FelízLunesEnLlamas
Aaaaaahhhhhhh Diana y Apolión 🛐🛐