D I A N A
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Acaricie su rostro con sumo cuidado no quería despertarlo faltaba al menos unos cinco minutos para que el despertador suene. Sera un completo dolor de cabeza para Apolión, pero eso le pasa por beber tanto sabiendo que al día siguiente tenemos clases. El celular comenzó a sonar avisando que ya es hora de levantarnos y mi acompañante se cubre la cara con las sabanas. Bastaron unos minutos para que él se caiga de un brinco de mi cama, asustándome por que se haya lastimado giro en la cama hasta ver en el suelo a Apolión. Comencé a reír al ver la cara de confusión de Apolión lo más seguro es que no recuerde ni que hace despertando en mi cama. Nuestras miradas se conectaron y cuando vi la picardía en su mirada dejé de reírme porque sabía que debía huir. Él se puso de pie antes de que yo pudiera hacer algo ya lo tenía tirado encima mío impidiendo que pueda salir. Sus manos recorrieron mi abdomen haciéndome cosquillas, ante la impotencia no podía hacer otra cosa que no fuera reír.
- Ya... para... me hago... pipí - sus manos dejaron de moverse y me miro con esos cabellos revueltos. - Es broma - empuje a mi amigo que cayó a un lado de mi cama y aproveche a ese momento para correr al baño. No pude llegar ni siquiera a la mitad de la habitación cuando sentí sus manos agarrar mi cintura. Levantando mis pies del suelo me llevo de nuevo a la cama donde me arrojo para luego tumbarse a mi lado. Típico. Siempre que estamos juntos todo se vuelve extrañamente genial al igual que oscuro y eso me gusta.
- ¿Dime que paso anoche? - recuerdos difusos de la noche regresaron a mi mente y no pude evitar sonrojarme.
- Bebiste demasiado, también golpeaste a Binx por que intento besarme y luego tuve que traerte a mi habitación no querías dejarme sola - gire mi rostro para verlo a los ojos el solo me miraba analizando mis palabras luego su cabello se encendió en llamas azules. Ay no debí guardarme lo de Binx.
- ¿Cómo que Binx intento besarte? - me senté en la cama arrollando mis piernas para abrazarlas de forma protectora. Tendía a hacer eso cuando tenía miedo o estaba asustada como ahora. No porque Apolión me hiciera daño sino de lo que sería capaz de hacerle a Binx él es un idiota, pero no merece morir por ello.
- En un momento en la fiesta te perdí como estabas borracho decidí buscarte. Binx también estaba muy ebrio por lo cual cuando me vio sola se me acerco comenzó a hacerme todo tipo de preguntas absurdas hasta que pregunto si éramos novios - me encogí de hombros escondiendo mi rostro con mi melena castaña - Le dije que no y que debía sacar todas esas estúpidas fotos de la universidad. Accedió a cambio de un beso yo se lo negué, pero el insistió y estaba tan borracho que se me acerco lo empuje. Después de eso apareciste tú y lo golpeaste - aparto mis manos de mis piernas e hizo ponerme en pie. Envolviéndome en un abrazo beso mi cabeza diciéndome que todo estaría bien, ya había escuchado esto antes y mis padres no volvieron a despertar. Me aparte de su cuerpo debía ducharme todavía, hoy no entraba a primera lo cual me dejaba un rato más para estar tranquila en la casa.
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Enserio puedo ver el futuro de los demás, pero no puedo ver el mío como es que teniendo poderes no pude predecir esto. La enfermera termino de revisar mi cabeza y me entrego una bolsa con hielos. Por gracia divina solo tenía un chichón en la cabeza, pero de igual modo me aconsejo que si me dolía demasiado la cabeza que vaya al hospital. No fue la culpa de un balón por la que termine aquí sino por culpa de la clase de gimnasia donde una chica pensó que jugar bascket es igual que jugar fútbol americano. Me tacleo cuando salte para meter la bola en el aro y termine golpeándome la cabeza contra el suelo con un sonido sordo que resonó en toda la cancha. Helen que fue la que me trajo a enfermería me estaba esperando fuera, pero algo llamo mi atención no traía su celular.
- Vamos, me dijeron que debo usar hielo, estaré bien - comenzamos a caminar juntas por el vacío pasillo de la universidad ya todos se habían ido. Note el hermoso vestido de color azul que caía con delicadeza por el cuerpo de Helen, las sandalias altas de color blanco hacían resaltar sus piernas. Pocas veces había visto a la platinada venir de vestido a la universidad lo cual me trajo un poco de curiosidad. - ¿Helen te gusta alguien de la universidad? - su risa hizo que me sintiera algo más relajada pensé que sería inapropiado esa pregunta ya que no somos las amigas más unidas. La menor de las Passion es una de las más reservadas a pesar de que se la pasa con el teléfono, siempre que se la necesita ella esta y hace los mejores postres.
- Si tu pregunta tiene que ver por la forma en como me veo es porque Harmonía está en la casa y ella me educo con normas de etiqueta por eso tengo que comportarme como una dama hasta que mi hermana regrese a casa - continuamos nuestro camino y en algunas de las paredes aún continuaban esas estúpidas fotografías pegadas. Las cuales arranque con frustración, hoy al menos no me molestaron al parecer la fiesta de anoche les gusto a todos.
- Por eso no traes tu celular - pregunte al ver que el aparato electrónico que siempre lleva en sus manos, no lo esté usándolo en este momento. Ella tan solo asintió con la cabeza y continuamos caminando en silencio. Hasta que Helen me empujo para que entrara en el cuarto del conserje, intente hablar, pero la rubia cubrió mi boca para que guardara silencio.
- Binx ya tenemos todas las cosas ahora si podemos humillar a la princesa Elsa será una experta en computadoras, pero no es tan lista como nosotras las Omega - escuchamos el sonido de un beso que a ambas nos asqueo, pero contuvimos la respiración para no movernos - La santa princesa Elsa va a dejar de ser santa cuando Agustín la grabe mientras ellos se acuestan juntos en la fiesta de este sábado - Helen bajo su mano de mi boca y note como se tensaba en su sitio. Fuera se escucharon pasos alejándose, nos mantuvimos en silencio hasta que dejamos de oírlos. La puerta se abrieron de golpe y ambas soltamos un grito mientras saltábamos hacia atrás.
- Por los clavos de Cristo - exclamo asustado Jeff el viejo conserje de la universidad. Se quitó su gorra rascando su calva cabeza mientras nos miraba con algo de temor aún. - ¿Qué hacen en el armario de la limpieza señoritas? - con Helen nos miramos por unos segundos y ella se enderezo acomodando su cabello para luego hablar de forma dulce.
- Estábamos rezando mi amiga se golpeó la cabeza y estábamos pidiendo para que se sanara lamentamos mucho Jeff haberlo asustado - la platinada junto sus palmas como si estuviera rezando. El conserje volvió a colocar su gorra de nuevo en la cabeza y nos sonrió con gentileza.
- Pueden venir a rezar a mi cuarto de limpieza cuando gusten señoritas - asentimos para zafar de la situación y salimos rápido de aquel cuarto corriendo al estacionamiento. Debemos decirle a Apolión acerca de esta nueva broma que le quieren hacer a Helen.
A P O L I Ó N
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Vierto el contenido viscoso por el suelo guardando silencio de que ninguno de los dos chicos despierte. No entiendo como los Kappa pueden descuidar así su casa estamos en plena guerra de bromas, en serio no pueden dejarnos el acceso tan fácil. Salgo por la ventana, por que la puerta por la que ingrese está con un balde de mayonesa cortada cuando ellos intenten salir les caerá todo eso en la cabeza. En cuanto se levanten van a ser golpeados por una mata mosca que pusimos conectado a su despertador cosa que se moverá y los despertara a golpes. Cuando se levanten resbalarán por la miel en el suelo y se caerán. No había árbol por donde trepar y tuve que tirarme de la ventana para caer al suelo no me pasara nada, pero si me ve un mundano estoy seguro que se sorprenderá. Caigo al suelo, corriendo ocultándome en la oscura noche escuche pasos seguirme eran los demás que ya habían acabado con las otras fraternidades. Teníamos que enseñarles a todos que nadie se mete con los Delta, con lo que me contaron Diana y Helen hoy me dio la idea para enseñarles una lección a todas las fraternidades y hermandades que participan de esta tradición de bromas.
- Príncipe Apolión - rodé los ojos ante la mención de mi título, pero no puedo pedir que simplemente me llamen Apolión no lo harán. Gire para ver a Damián algo nervioso frotando sus manos por su pantalón negro.
- Dime Damián - estaba seguro que me pediría algo no hablamos a menos que sea para pedir la habitación vacía. Además, sabía que tuvo problemas con Aileen, porque chicas que no solo eran sus hermanas lo estaban persiguiendo.
- Voy a hacer algo especial para hablar con mi esposa y necesito que tú te quedes con Diana por esta noche por favor necesito la habitación sola - asentí al fin y al cabo es para que solucione las cosas con mi prima. Al llegar a la casa espere bajo la ventana de la habitación de Diana y Aileen esperando que Damián me envié un mensaje para que tire piedras así mi amiga abre la ventana. Minutos pasaron donde el frió comenzaba a calarme los huesos, mi celular vibro en mi bolsillo.
Mensaje de Sr. corazón
Aileen está fuera puedes subir
Guarde mi teléfono en mi bolsillo y arroje una pequeña roca a la ventana. No apareció haberla oído tome otra más grande y volví a arrojarla a la ventana. Esta vez la silueta apareció corriendo las cortinas, pero en cuanto la abrió salió una cabellera rubia. Sol una de las hijas de Apolo me veía buscando alguna explicación de por qué arrojaba rocas a su ventana.
- ¿Qué se supone que hace príncipe Apolión? - a su lado apareció una cabellera castaña que me miro conteniendo la risa. Mi tía Camelia señala la ventana de al lado donde supuse que sería la habitación de Diana.
- Lamento haberte despertado Sol, gracias por el dato tía Camelia - la castaña es hija de Deméter mi abuela por lo tanto es hermana de mi mamá lo que la vuelve mi tía.
- De nada sobrino - mi tía metió de nuevo a su compañera de cuarto a la habitación y cerro la ventana. Que torpe como no note que esas cortinas verdes no pertenecen a la habitación de mi mejor amiga. Tome otra roca pequeña y tire a la ventana que tenía las cortinas negras. Las luces se encendieron para luego dejar ver una silueta tras las cortinas que se abrieron un poco, la ventana se abrió dejando ver a mi amiga.
- ¿Qué hay Romeo al fin encontraste la ventana de tu Julieta? - cubrió su boca conteniendo la risa. Tan solo me mordí el labio para evitar reír también pues ya sabía que ella se había enterado de mi épico error. - Sube tengo algo de helado, películas de terror y pizza - si pudiera me casaría con mi mejor amiga, ella entiende lo que necesito.
Escale la enredadera de la pared hasta alcanzar la ventana abierta de Diana por donde entre sin nada de sutileza ni elegancia. Caí adentro de la habitación donde sentada en la cama estaba mi flor con una blusa que dejaba a la vista su ombligo y un short corto. Estaba terminado de atar el segundo moño en su cabeza se veía linda hasta estando de pijama.
- Tu tía me mandó un mensaje diciéndome de tu garrafal error - palmeo su lado para que me sentara junto a ella, me puse de pie cerrando la ventana y luego las cortinas.
Me deje caer a su lado mientras ella ponía play en la película que había colocado. Diana se acomodó en la cama soltando un suspiro en la pantalla aparece una familia compuesta por dos padres y una adolescente. Estos sufren un accidente y esa adolescente se entera que su madre estaba embarazada, pero lo perdió todo. Deprimida se muda a una nueva casa donde encuentra un libro viejo que ponía en todas sus páginas no leer. Tome la mano de Diana sabía que estaba conteniendo el llanto no fue buena idea elegir esta película.
- ¿Porque tuvo que pasar eso? si siempre hice lo correcto jamás fui una mala hija y ellos solo se van dejándome sola es... Injusto, es muy injusto - su voz se fue apagando a medida que continuaba con las palabras. Me senté en la cama para verla a los ojos de los años que conozco a Diana jamás había visto sus ojos cambiar del color café al blanco. La temperatura descendió en la habitación y un gélido viento frió se comenzó a filtrar en la habitación. Todo a nuestro alrededor comenzó a volar por una fuerte ráfaga de viento.
- Diani debes tranquilizarte no podemos usar nuestros dones - sin apartar mi mirada de sus ojos la tome por los hombros sacudiéndola para que reaccionara. Ella me miro sin decirme una palabra se puso de pie, camino hacia una foto que estaba en su escritorio. La ultima foto que tenía ella con sus padres, los vientos en la habitación eran cada vez más fríos y Diana parecía estar fuera de sí. Como pude me acerqué a ella que aún seguía con el iris de su ojo se color blanco. - ¿Diana? - articule, pero ella ni siquiera se inmuto. En situaciones desesperadas se requieren medidas desesperadas y creo que esta es una de esas situaciones. Tomando su cintura entre mis manos la apegue a mi pecho y por un segundo sus ojos volvieron al color café de antes, solo fue un segundo. Si quiero a Diana debo hacer algo que estoy seguro me arrepentiré luego o tal vez no lo haga y me sienta culpable por no arrepentirme de ello. Temiendo el rechazo acerco su rostro al mío y pruebo nuevamente sus labios. El gusto a helado de fresas me agrada las cosas en la habitación caen al suelo y Diana me corresponde el beso. Sin esperarlo comenzamos a intensificar ese beso antes de que pueda hacer algo alzo a Diana tomándola de los muslos. Ella enroja sus piernas en mi cintura mientras que sus manos pasan detrás de mi nuca, con pasos torpes me acerco a la cama y...
"Pic"
El golpe en la ventana hace que nos separemos rápido ambos vemos la ventana y con las mejillas ruborizadas bajo a Diana al suelo. De inmediato acomoda su blusa y el short que tiene ocultando su rostro con su melena castaña oscura.
"Pic"
Otro golpe en la ventana vuelve a escucharse. Con curiosidad Diana camina a la ventana que la abre saliendo hacia afuera.
- Auch. ¿Por qué me lanzas piedras? - se queja la pelinegra a quien sea que este abajo - Binx sabes muy bien que las Omegas son la siguiente casa - al escuchar ese nombre me corro de la ventana rápido las cortinas aun siguen cerradas, pero aun así no quiero que me vea aquí. Diana entra de nuevo a la habitación cerrando la ventana con furia. Giro sobre sus talones viendo todos sus apuntes regados por la habitación. - Debo ordenar si quieres puedes continuar viendo la película - me señalo el televisor que mostraba a la chica leyendo el misterio libro.
- Te ayudare Diani - ella sonrió y me basto para no sentirme mal por haberla besado al contrario sentía que algo que pensé muerto se despertó. Mi corazón se aceleró y retumbaban en mi cabeza. El amor duele y no voy a dejar que me vuelva a doler. - Para eso están los amigos - eso dolió decirlo.
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#FelízJuevesEnLlamas
Feliz día de los enamorados y de la amistad mis llamitas. Hubo más que fuego en este capítulo veremos que pasa en el siguiente.
Para algún despistado que no entendió la referencia de "princesa Elsa" que se le hace a Helen. Es por que la hija menor de Afrodita Helen es muy pálida de cabellos platinados casi blancos y ojos de un azul muy vivo obviamente sus ojos cambian al rosa cuando usa sus poderes.