Los Besos Robados de Bridget...

By darlis_steff

6.9M 721K 459K

Durante mucho tiempo Bridget y Keith han andado uno alrededor del otro, dando vueltas alrededor de un círculo... More

Los Besos Robados de Bridget
Prólogo
Capítulo Uno
Capítulo Dos
Capítulo Tres
Capítulo cuatro
Capítulo Cinco
Capítulo Seis
Capítulo Ocho
Capítulo Nueve
Capitulo Diez
Capítulo once
Capítulo Doce
Capítulo Trece
Capítulo Catorce (Penúltimo capítulo)
Capítulo Quince (Final)
Epílogo
Agradecimientos
Publicación, disponible en librerías

Capítulo siete

341K 38.8K 10.9K
By darlis_steff


CAPÍTULO SIETE

Bridget

12 de abril, 2010

—¡Oh Dios mío! —exclama Kae, llegando hasta mí con una gran sonrisa—. ¿Adivina quién tiene un portal en internet dedicado a sus cuentos?

—¿La ardiente Kaethennis Stuart? —le pregunto con una sonrisa, bebiendo de mi gaseosa. Es la hora del almuerzo, mi momento libre del trabajo.

—Oh sí amiga, esa soy yo.

No puedo evitar sonreír cuando el mesero se acerca a tomar nuestras órdenes y se sonroja furiosamente cuando Kaethennis, solo por molestar, comienza a coquetear. Si una mujer como Kae coquetea contigo entonces irremediablemente tú estarás rendido a sus encantos, pensando solo en ella durante meses.

—Eres una gran perra poniendo todo caliente al mesero, cariño si no vas a hacerle el favor entonces no juegues.

—Se vale mirar.

—También se vale tomar, creo que es hora de que vuelvas al mercado Kae, a ti te gustaba tener sexo.

—Sí, me encantaba, solo lo he hecho con dos chicos y uno me embarazó. Ya no tengo diecinueve años Bridget, tengo a alguien que depende de mí.

—Lo sé, pero cuidar de Dan no te limita a satisfacer tus necesidades de mujer.

—Ya he hablado de eso contigo Bridget, no necesito de un hombre, estoy bien así, tú estás disfrutando por las dos.

Me dedico a darle una sonrisa que parezca real, porque nada de lo que le diga hará que ella entienda que no debe temer de salir con alguien. Ella tiene razón, he estado disfrutando por las dos casi demasiado tiempo, a tal grado que estoy cuestionándome si no he cruzado la línea de ser una zorra.

Branden, Robert, Christopher, Dylan, Michael y Loren. Seis hombres con los que he dormido, de los cuales sólo tres fueron dentro de una relación, y otros tres producto de una sola noche.

—Sí, quizás estoy disfrutando mucho —espeto, sonriendo al camarero que trae los dos platos de comida, Kae siempre se toma la molestia de ordenar por mí, y yo siempre la dejo.

—Detén el automóvil cariño, no eres una puta si es lo que piensas, solo estás viviendo tu vida de la manera en la que debes hacerla.

—Creo que mi papá me ve y niega con la cabeza, él se espera a una chica correcta con un novio doctor.

—Tu papá está muy orgulloso de ti, al igual que Ligia.

—Lo sé, sé que lo están.

Hablamos mientras almorzamos, siempre agradezco tener a Kaethennis, quizás tenemos algunas diferencias pero nos entendemos tan bien que no concibo mi vida sin ella.

***

El día de hoy he salido tarde del trabajo, suelo trabajar en mi apartamento, llevando la contabilidad de una micro empresa de seguros, pero hay días como estos en los que debo acudir a la sede y cumplir horarios. Odio este tipo de días porque son los que me dejan agotada.

Es por ello que cuando llego a mi apartamento y en la puerta vislumbro una figura masculina familiar me sorprendo, mientras todo en mí comienza a sentirse inmediatamente cálido.

—¿Keith? —pregunto, aunque sé que efectivamente se trata de él.

—¡Brid! Qué bien que llegas, estaba a segundos de largarme —dice, mientras me ve acercarme, con una sonrisa en su rostro.

No entiendo por qué él está aquí, pero no puedo evitar sentir esa inexplicable felicidad ante su presencia y tener su atención, me hace ser una mujer débil.

Ante Keith mis sentimientos siempre van a traicionarme.

—¿Qué haces aquí? —cuestiono, abriendo la puerta del apartamento, adentrándome mientras él me sigue. Keith y yo en un lugar cerrado, y solos, creo que resulta algo peligroso.

—Bueno, creo que es obvio que vine a verte Brid —dice, quitando su suéter y quedando con una camisa de mangas cortas que moldea muy bien sus brazos y torso, estoy a punto de comenzar a babear.

—Sí, pero ¿Por qué?

Él pasa una mano por su cabellera castaña oscura y sonríe de esa manera encantadora que me ha cautivado durante muchos años de mi vida, es la sonrisa que me ha tenido prisionera de un enamoramiento.

—Estaba libre, no quería ir a fiestas ni nada de eso, quería estar en un lugar con alguien que me sintiera cómodo y cuando me di cuenta, me encontraba frente a tu edificio. ¿De locos, no?

—De locos —es lo que digo sin dejar de observarlo.

Kaethennis suele bromear acerca de que todo en mi apartamento es diminuto, pero la verdad es que los objetos grandes me hacen sentir más sola de lo que estoy, tener un apartamento de mi propiedad es algo que me llena de orgullo, pero en ocasiones me aterra encontrarme llena de silencios y objetos vacíos.

Cuando Keith viene acá, siempre acompañado de Kae, o a dejarme a Harry Daniel, hace que mi apartamento luzca diminuto, pero me hace sentir cómoda y segura.

—¿Entonces estoy atrapada contigo? —pregunto, sonriendo mientras cruzo mis brazos, él me devuelve la sonrisa.

—Así es, me tienes.

No, no lo tengo. Me gustaría tenerlo realmente.

Extrañaba estos momentos con Keith, esos momentos en los que nos molestábamos, bromeábamos y disfrutábamos de la mutua compañía. La clase de momentos que se perdió después de encontrarlo teniendo sexo con la niñera de Katherine.

Anhelaba esos momentos y finalmente están volviendo. Estoy teniendo uno de ellos con Keith, es inevitable no poder sonreír.

Hemos estado bromeando continuamente durante años a través de imágenes tontas que nos enviamos o cuando coincidimos con Kae y bromeamos, pero en mucho tiempo no habíamos estado solos, divirtiéndonos y sin tensión entre nosotros.

Estamos viendo una tonta película de terror en algún canal televisivo, nunca me han asustado ese tipos de películas y creo que Keith disfruta de ello.

—Eres tan infantil —le acuso, riendo ante un comentario totalmente fuera de lugar acerca de la escena de sexo que apareció hace unos segundos antes de que la pareja fuera asesinada después de alcanzar el orgasmo.

—Solo digo que es algo injusto que la pareja que fornica siempre muera después de un maravillo orgasmo, bien podrían dejarlos repetir.

—Quizás por fornicar sea el hecho de que son asesinados, como una señal de "hey, eso no se hace" —digo, y él ríe fuertemente mientras sacude su cabeza.

—¿En serio crees eso? —pregunta, pienso en los seis chicos con los que he dormido y niego con la cabeza.

—No, no lo pienso.

Esa molestia ante el hecho de que he dormido con seis chicos es la que me impulsa a establecerme que definitivamente no quiero dormir con ningún otro chico antes de quererlo. No me siento una zorra, pero me siento incómoda ante el hecho de que tres de esos chicos fueron relaciones de las cuales ninguna funcionó, dos productos de una noche de fiesta y otro en estado de ebriedad.

Solo obtuve placer físico, pero de ninguna manera obtuve placer emocional. De algún modo, después de los orgasmos, me seguía sintiendo normal, nada especial que marcara mi vida.

—¿Qué está pasando por esa cabecita tuya? —pregunta, jugando con mi cabello.

—¿No te sientes incómodo ante el hecho de no tener ninguna relación? ¿De solo andar por ahí teniendo sexo sin compromiso?

Mi pregunta toma por sorpresa a Keith, quien me mira durante segundos con lo que creo es incredulidad. Luego él suspira.

—Uhm, nunca he pensado en eso.

—¿De verdad?

—Bueno, tal vez sí. No soy un cerdo sexista Brid, sé que en algún momento de mi vida voy a casarme y asentarme en una relación, desde que entré en la adolescencia todo se trató más sobre la diversión, pero hay momentos en los que al llegar a mi apartamento me siento algo vacío... no lo sé, son momentos en los que me gustaría tener a alguien más allá del sexo, algo real y sincero.

Lo observo fijamente, entendiendo sus palabras y sintiendo ese ridículo cosquilleo en mi cuerpo. No de nuevo Brid, contrólate.

Keith me da una sonrisa aniñada mientras pasa una mano por mi cabello y no puedo evitar suspirar, porque al final del día siempre será así: yo queriéndolo locamente.

Si hay alguien a quien he anhelado desde que tengo uso de la razón, ese es Keith. Mi Dios, yo no he tenido nunca este sentimiento tan fuerte hacia alguien más.

Me da terror pensar que Keith sea el único en despertar esos sentimientos en mí, eso sería muy preocupante.

—Sé de lo que hablas —es mi respuesta.

Él me ve tan profundamente que por un momento creo que va a besarme y estoy eufórica ante la idea, pero luego sorpresivamente se pone de pie.

—Ya debo irme Brid, fue divertido —dice, dirigiéndose rápidamente a la puerta.

Respiro hondo y, por primera vez, tomo la iniciativa.

—Keith —lo llamo con voz suave, él se da la vuelta y, antes de que siquiera pueda procesarlo, presiono mis labios sobre los suyos.

Él parece gratamente sorprendido y para ser sincera yo también lo estoy. Nuestros besos siempre se han tratado de él robándomelos, y esta vez yo soy la ladrona de besos. Esta vez yo soy la valiente que toma lo que quiere: los labios de Keith.

Rápidamente Keith parece ponerse al día y enreda sus brazos alrededor de mi cintura de manera que sus palmas abiertas se presionan sobre la base de mi espalda, haciéndome soltar un suspiro mientras atrapo su labio superior entre los míos.

Este es otro beso de verdad que compartimos.

Movemos nuestros labios al compás, deleitándonos de la sensación de roces y presión que ejercen nuestras bocas. Mi lengua delinea su labio inferior antes de que él abra su boca y me permita saborearlo del modo en el que lo he estado deseando.

Me acerca mucho más a él y mis brazos se enredan alrededor de su cuello, en donde mis manos se aferran a su cabellera. Él toma el mando y me hace ladear la cabeza al lado izquierdo, profundizando el beso mientras su lengua se encuentra con la mía dentro de su boca.

No sé durante cuánto tiempo nos besamos, pero el sonido de labios colisionando y respiraciones agitadas reina en mi apartamento un buen rato.

No se necesita ser un adivino para saber que mis sentimientos por Keith nunca se irán. Lo quiero tanto.

Nuestro ardiente beso se convierte en una, dos, tres, cuatro presiones de labios húmedos continuas, antes de que recargue mi frente en su garganta y pueda recuperar la respiración.

Me tomo un respiro antes de dar un paso hacia atrás y mirarlo con una sonrisa, sus ojos lucen brillosos y confusos mientras me miran con curiosidad.

—Tú siempre estás robando mis besos, era hora de que yo tomara uno —digo, pasando mi lengua por mi labio inferior, aun saboreando sus labios—. Conozco esta regla no impuesta por nosotros, sé que dejarás este beso atrás, pero no me arrepiento de haberlo robado.

—Yo tampoco —susurra antes de besar mi frente y salir de mi apartamento.

Veo fijamente la puerta y suspiro fuertemente mientras acaricio con mis dedos mis labios.

—Te quiero tanto Keith —susurro, cerrando los ojos.



Espero y les gustes, gracias por los votos y comentarios.

Pueden seguirme en mis redes para más noticias:

Twitter: Darlis_Steff

Instagram: DarlisStefany

YouNow: DarlisStefany


Continue Reading

You'll Also Like

11.7K 3.4K 138
Amanda es una aficionada a la fotografía y a escribir cartas a desconocidos, aunque ellos no lo sepan. Nadie a su alrededor se daría cuenta que una c...
94.5K 2.4K 13
Dicen que cuando eres diferente, eres raro. Cuando tienes gustos diferentes también dicen lo mismo.. Pero, ¿qué pasaría si mis gustos son un poco ext...
15.2K 714 37
Jard y bobo se encontraron en una partida lo que no sabe jard es que bobo es un experimento... Días después lo descubrió gracias al miedo que su herm...
1.3K 321 13
Catarsis. 1. Entre los antiguos griegos, purificación de las pasiones del ánimo mediante las emociones que provoca la contemplación de una situación...