No hay tiempo III: Esperaré...

By pepina

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Evan y Violeta han muerto... el mundo de Jenna, Ross y Criss se vino abajo; Jenna no soportó la depresión de... More

No hay tiempo III: Esperaré...Hasta que te encuentre
Todo se derrumbó
Limpieza
Comienzo
Aprendiendo a reír y ser feliz
Aprendiendo a darlo todo por quienes amas
Buscando el amor 1/2
Buscando el amor 2/2
La prueba más difícil
Despertando
¿Estas segura?, ¿lo quieres?
Nervios
Big News
Secretos
La razón de Ross
Orgullo y Accidente
Despierta
Reconciliación y nacimientos
¿Qué haré con ellos?
Lo hermoso de despertar
La calma antes de la tormenta
Una tormenta de hormonas
La verdad de Klauss
¿Qué pasó anoche?

Wake up!

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By pepina

-Miren todos –Gritó Violeta desde la puerta de la habitación de sus hijos a lo que Jenna, Ross y Evan salieron disparados en esa dirección preocupados de que les pudiera pasar algo

Cuando llegaron allí vieron a Violeta con las manos en la boca y los ojos húmedos por la emoción, los bebés estaban intentando pararse por primera vez y sosteniéndose el uno con la otra en señal de apoyo, y juntos tomados de sus brazos es que pudieron por primera vez pararse, Violeta pensó que de haber estado Criss allí ya estaría listo con una cámara para capturar ese momento así que fue rápido a la habitación de su amigo y consiguió una y les tomo esa maravillosa fotografía, siempre en momentos así lo recordaba y le dolía pero en el fondo de su mente intentaba razonar y pensar que eso era lo mejor para ellos .

-Cielos, son tan lindos y graciosos –Exclamó Jenna al ver a los niños

-Que tienen de graciosos? –Preguntó Evan curioso

-Que Klauss es pelirrojo y Anette es de pelo negro, todos apostábamos sus calvas cabezas que saldrían al revés, pero bueno ustedes no pueden hacer nada normal –Les contestó Ross con una sonrisa.

-Aun así es un hermoso pelirrojo de ojos gris azules y mi pelinegra de ojos gris azules también es hermosa, así por lo menos tienen algo de cada uno, un poco de Evan y un poco de mí –Violeta defendía a sus hijos en broma ante su hermano.

-Hermanita con tal de que no salgan con el mismo terco carácter que tu estarán bien –Jenna y Evan explotaron de la risa y Violeta hizo un mohín de disgusto, hasta ella misma sabía que tenía un carácter demasiado terco a veces para su propio bien.

Después de ese exitoso intento por ponerse de pie, los hermano caminaron en dirección hacia sus padres aferrados a sus pequeñas manitas e intentando mantener el equilibrio, de forma automática Violeta y Evan se pusieron de rodillas para recibir a sus bebés, fueron unos cortos 10 o 12 pasos hasta que lo lograros y ambos padres abrazaron a sus hijos llorando por la emoción y se les unieron al abrazo Jenna y Ross quienes también estaban emocionados por los primeros pasos de sus sobrinos.

Pasaron un par de meses y los mellizos corrían y jugaban por todas partes de la casa, realmente le daban una alegría que lograba eclipsar los momentos de angustia de Violeta y Evan en cuanto se ponían a pensar en Criss, todo funcionaba maravilloso hasta que Anette se perdía y todos sabían que se encontraba en un solo lugar, en un punto fijo observando algo específico, siempre que no la encontraban debían buscarla en la habitación de Criss, y ella estaría allí observando esa pintura de su madre y su mejor amigo, Violeta pensó algunas veces en quitarla, pero su corazón ni ella podrían soportar perder algún otro pedacito de su amigo.

-Sabes que ella lo extraña –Le dijo una noche Jenna mientras tenían un tiempo libre de chicos ya que se habían ido por un par de horas y estaban ellas solas con Anette porque Ross había insistido en llevarse a Klauss con ellos.

-No quiero pensar en eso, sabes que quiero que ellos tengan una vida normal así que apreciaría que también le dijeras a mi hermano que dejara de repetirle a Klauss a cada minuto que sería un excelente cazador –Le contestó ella desviando el tema.

-Lo sé, a mí tampoco me  haría mucha gracia que mi sobrino fuera un cazador lo sabes, todo el tema de ser vampiro a veces ya es complicado sin tener que además preocuparnos por cazadores aunque Ross esté muy metido en eso, debe recordar que su otra mitad es vampiro, pienso que lo intenta negar o ignorar por todo lo que tuvo que pasar pero debe afrontarlo –Jenna sentía un nudo en el estómago, sabía que no podía prácticamente tocar ese tema con Ross ya que el rehuía de todo aquello así que se alegraba de por una vez poder contarle todo a Violeta ya que ella fue la única a la que le contó mas menos lo que le había pasado pero tampoco hablaba del tema, aunque el sentirse escuchada por su cuñada le bastaba en esos momentos.

-Por qué no mejor nos centramos en algo más positivo y hoy hacemos la prueba, a ver que tal lo vas manejando –Dijo Violeta con un ánimo renovado.

-Pero tu sabes que yo no soy Ross, no se qué tanto podré controlarme –Contestó ella insegura.

-Sé que lo harás bien, eres su tía jamás lastimarías a mis hijos lo sé –Violeta se paró de la mesa y arrastró con ella a Jenna cruzando la habitación hasta donde se encontraba Anette y la cargó en sus brazos para mirar a su cuñada, le sonrió y le entregó a la niña a lo que Jenna la recibió con temor y alegría al mismo tiempo.

Podía sentir el olor a su dulce sangre y por momentos pasaron flashes de su pasado cuando solía beber la sangre de los niños, pero rápidamente volvió a la realidad y miró a la criatura que tenía en sus brazos y se sintió asqueada consigo misma e incapaz de poder hacerle daño, esa niña también era un pedacito de Ross, era la sobrina de su todo por sangre y sería incapaz de lastimarla, porque lo estaría lastimando a él y a Violeta quien se había convertido en una excelente amiga, además estaría lastimando también al hijo de su mejor amigo, una vez comprendido todo aquello estrujó a la criatura entre sus brazos y contra su pecho sintiendo como le latía el corazón, se sintió alegrada y atontada al mismo tiempo, un poco drogada al sentir tan diminuta vida y se juró proteger no solo a ella, sino también a Klauss cuando sus padres ya no estuvieran, serían los hijos que ella nunca podría darle a su esposo.

-Yo…yo lo estoy logrando, yo lo estoy haciendo Violeta –Jenna derramó una pequeña lágrima de felicidad y estrechaba aún más a la niña.

-Lo sé cuñada… por eso serás su madrina y si algo nos pasa tu y Ross se quedan a cargo de los niños –Le dijo Violeta con total convicción.

-Hey, no lo digas como si te fuera a pasar algo –Advirtió Jenna.

.-.-.-.-.-.-.-.-

Este era un día especial para todos en la casa, hoy los mellizos cumplían 5 años y al fin podrían entrar al Kinder y hacer amigos que no fueran su familia, esa rara y disfuncional familia que poco a poco habían aprendido a entender y a querer, pero había ese toque de silencio y soledad que recargaba la casa y que se había presente ahora más que nunca sobre todo por la inteligencia de los niños y su capacidad para expresarse.

-Feliz cumpleaños!!! –Gritaron todos entrando a la habitación de los hermanos a primera hora de la mañana con una torta entre las manos, ellos despertaron de un salto y como si hubieran ensayado sus actos se sacudieron el rostro y después los ojos para estirar los brazos y dar un bostezo y después una sonrisa a toda su familia, sus gestos aun eran idénticos y si no fuera por el color de su pelo y porque Anette tenía los labios carnosos y Klauss una fina línea eran idénticos y podrían confundirse fácilmente.

-Gracias –Dijeron a la vez mirando a su familia con alegría, sabían que en una semana entrarían al colegio y conocerían más niños, eso es lo que les habían contado a pesar de que ya sabían muchas cosas que sobre todo Evan les enseñaba y les leía, ya sabían contar y las letras, su mamá mientras tanto los entretenía bailando para ellos y los niños adoraban verla ensayar en su estudio.

-Qué quieren de cumpleaños chicos? –Preguntó Ross a sus sobrinos

Ambos niños se miraron cómplices y sonrieron en dirección a su madre –Queremos aprender a bailar –Dijeron al mismo tiempo.

-Pero niños, eso no es un regalo, eso puedo hacerlo cuando quieran –Respondió Violeta contenta.

-Klauss tu…tu también lo quieres bebé –Preguntó Evan desconcertado

-Si papá, así sería más rápido además me gusta ver a mamá y me gustan los videos de sus presentaciones y he visto a los bailarines y son muy fuertes levantan muy alto a las bailarinas, mamá parecía volar cuando ellos la tomaban y yo quiero hacer eso, quiero poder hacer volar a la chica mas linda en la habitación –Dijo el pequeño niño mirando con ojitos brillantes a su madre, tenía una adoración por ella que solo se comparaba con la que tenía Evan, e incluso a veces competían por su atención.

-Está hecho entonces, mami les va a llevar al estudio más seguido y les enseñará a bailar ballet –Dijo Violeta besando ambas cabecitas.

-Qué otra cosa les gustaría a mis sobrinos favoritos –Preguntó jenna, La pequeña Anette apretó fuerte la mano de su hermano como pidiéndole ayuda, gesto que no pasó desapercibido para Jenna y Violeta quienes la quedaron mirando esperando a ver qué era lo que querían pedir.

-Mami nosotros queremos que vuelva –Dijo Klauss mirando a su hermana en señal de apoyo.

-¿Que vuelva quién amor? –Jenna estaba confundida ante la petición de los pequeños, pero tenía una gran sospecha por la reacción de Annete y porque fue Klauss quién habló

-Criss papi –Murmuró bajito Anette como si fuera algo malo decirlo apenas mirando a Evan quien se quedó boquiabierto sin saber muy bien qué responder ante la petición de sus hijos así que miro a Violeta en busca de ayuda.

-Algún día tienes que hacerlo hermanita, por qué no lo haces ahora y le das en el gusto a los chicos –Intervino Ross a favor de Criss cosa que sorprendió un poco a Violeta pero no a Evan pues ya sabía que Ross se llevaba mejor con su amigo que con él mismo.

-Vamos Violeta tu también lo quieres no le niegues este regalo a los niños –Apoyó Jenna a su esposo

-Yo estoy de acuerdo si tú lo quieres –Dijo Evan cuando ella le miró interrogante

-De acuerdo, Jenna hazle despertar –Violeta se levantó y tomó a su hija en los brazos y a su otro hijo de la mano y se dirigió a la habitación de Criss, los dos niños iban con una sonrisa pegada al rostro pero mas Annete que abrazaba a su madre con fuerza por la alegría.

Evan iba tras su esposa y veía como estaba tensa pero podía apostar que no era de miedo ni de molestia, sino que era de expectación, sabía muy bien que en todo este tiempo solo había estado buscando una excusa para despertarlo y era demasiado terca como para hacerlo porque sí, pero sí lo haría por sus hijos y en el fondo mientras Criss se mantuviera alejado de su hija, el también estaba feliz de que lo hicieran volver.

Jenna sacó el cuadro que miles de veces Anette se había quedado perdida mirando y Ross derribó la parte de la pared donde estaba oculto el ataúd, lo extrajo con cuidado y lo dejó en el suelo, Evan le dijo que fuera por unas bolsas de sangre mientras Jenna lo despertaba, ella era la única que podía hacerlo porque era la única 100% vampiro así que todas las esperanzas porque funcionara estaban puestas en ella así que se sentía un poco nerviosa.

Una vez que estuvo todo listo solo quedaba sentarse y esperar, esperar a que funcionara, que la sangre de Jenna lo trajera de vuelta y que abriera los ojos y terminara de llenar ese vacío continuo que existía en casa y que ni los pequeños a veces podían llenar y se hacía más presente cada vez que la pequeña Annete entraba al cuarto de Criss, parecía que una energía ajena a ella la arrastrara a ese lugar por lo menos una vez por semana, pero ahora, si todo salía bien esa angustia se acabaríaa y la familia estaría completa nuevamente.

Pasó media hora y ya cuando las 3 chicas comenzaban a desesperarse, Evan notó como la mano de su amigo poco a poco comenzaba a moverse para luego abrir los ojos de golpe y mirar todo sin mover un músculo como intentando reconocer lo que estaba a su alrededor.

-Rápido Ross, dale la sangre, sino puede atacar a cualquiera de nosotros –Dijo Evan lo que hizo que en un segundo Ross estuviera encajándole la bolsa de sangre en la boca a Criss y que este reaccionara y comenzara a beberla con esa sed guardada durante años.

Después de la quinta bolsa de sangre por fin Criss se pudo parar para mirar cada una de las caras que estaban en su entorno, primero la de su amigo, la de su hermano, quien había estado prácticamente toda su vida, Evan, quien estaba en frente de él expectante a todos sus movimientos, después pasó por Ross y Jenna quienes se contenían el uno al otro en un abrazo, una pequeña punzada de celos le recorrió, el también quisiera una persona que lo quisiera con tal intensidad, después posó su vista en un pequeño colorín que lo miró con una sonrisa, esa forma de sonreír era idéntica a la de Evan así que no tardó en deducir de quién se trataba y casi por instinto animal buscó a la otra igual de ese pequeño y la encontró en los brazos de su madre, una niña de pelo negro como su amigo y labios carnosos como los de su amiga, parecía una muñeca de porcelana, era simplemente perfecta.

Pensó que le gustaría tener una cámara entre sus manos en esos momentos y capturar esa imagen, las dos mujeres que amaba se abrazaban la una a la otra con una sonrisa que le calentaba por dentro y le hacía querer saltar de allí y poder abrazarlas, se quedó embobado mirándolas hasta que sintió a Evan sacudiéndolo y preguntándole si estaba bien a lo que él solo pudo sentir con la cabeza y regalarle una sonrisa, no sabía por qué pero estaba de vuelta y mucho antes de lo que había pensado al parecer.

-Te extrañábamos y los niños también –Dijo Violeta como adivinándole el pensamiento.

Criss se levantó y pidió permiso con la mirada a Evan para poder dirigirse a Violeta y a la pequeña, éste asintió en dirección a su mujer y su hija y le brindó la misma sonrisa idéntica que le había dado el pequeño al despertarse, avanzó a paso lento midiendo cada uno de sus movimientos hasta llegar donde Violeta expectante a como ella iba a reaccionar, y se lanzó a sus brazos junto a su hija envolviéndolo con el que tenía libre y él a cambio envolvió a las dos en un gran abrazo, le inundaron sus fosas nasales el aroma de Violeta que conocía de memoria y el de la pequeña y simplemente parecía que estuviera en el cielo.

-Gracias…Gracias Violeta –Fue lo único que pudo decir con una voz entre cortada antes que las lágrimas asaltaran sus ojos y se escondió en el pecho de su amiga, un par de segundos después sintió el aroma de Evan quien también lo envolvía en un abrazo al que no tardaron en unirse Ross y Jenna, sentía que al fin estaba en casa, que pertenecía y estaba completo, por primera vez en mucho tiempo…

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TRATARÉ DE PONERME A ESCRIBIR MÁS PRONTO QUE YA QUEDA POCO PARA FINALIZAR LA HISTORIA, DISCULPEN LA DEMORA PERO NO SABÍA MUY BIEN COMO HACER ESTE CAPÍTULO, PERO LOS QUE VIENEN SERÁN MÁS RÁPIDOS, RECUERDEN VOTAR Y COMENTAR QUE LES PARECE Y PASARSE POR MIS OTRAS HISTORIAS

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